Vie 22 Jul 2016
“La paz y la violencia no pueden habitar juntas”
Estas fueron algunas de las palabras enunciadas por el arzobispo de Bucaramanga, monseñor Ismael Rueda Sierra, durante la eucaristía que marco la celebración de los 206 años del grito de independencia en nuestro país.
El prelado recordó que ”la paz antes que un Don de Dios al hombre y un proyecto humano conforme al designio divino, es ante todo un atributo esencial de Dios y en consecuencia se funda en relación primaria entre todo ser creado y Dios mismo, una relación marcada por la rectitud. La paz y la violencia no pueden habitar juntas, donde hay violencia no puede habitar Dios”.
“La paz es un valor y deber universal (…) la paz se funda sobre una correcta concepción de la persona humana y requiere la edificación de un orden según la justicia y la caridad. En efecto la paz peligra cuando al hombre no se le reconoce aquello que le es debido en cuanto hombre, cuando no se le respeta su dignidad y cuando la convivencia no está orientada hacia el bien común”, afirmó el jerarca.
Por último, Monseñor Rueda Sierra exhortó a toda la comunidad presente a orar por los gobernantes y violentos para que iluminados por Dios tomen las mejores decisiones en favor del pueblo colombiano.