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La iglesia en Colombia

Lun 15 Dic 2025

SOS de luz: ante crisis humanitaria, así clamó el Cauca por la paz

La imagen aérea de cientos de personas formando con sus cuerpos o con velas un gigantesco “SOS Cauca” captada el pasado 7 de diciembre, se repitió en 20 municipios del Cauca y trascendió el instante para convertirse en un símbolo perdurable de resistencia pacífica acompañado por la Iglesia.Esta poderosa fotografía surge en un contexto donde la tecnología aérea ha adquirido, para las comunidades del departamento, un significado opuesto y aterrador: el vuelo de drones adaptados para la guerra se ha convertido en un signo “dolorosamente habitual” de zozobra. Mientras que para los grupos armados estos aparatos son una nueva arma de guerra, en esta oportunidad, para la sociedad civil, se convirtieron, en la herramienta ideal para proyectar al mundo un grito comunitario de auxilio y esperanza.Un grito colectivo nacido del dolor y la urgencia pastoralFue un grito que nació de la complejidad del dolor, como lo explica el principal impulsor de la jornada, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán:“SOS Cauca es una iniciativa que nace de la complejidad del conflicto armado en este territorio que ha escalado el último mes y en este último semestre de manera significativa, con muchas afectaciones humanitarias en los cascos urbanos. La irrupción de los grupos ha dejado muchas ruinas, muchos lesionados y gran dolor y miedo en las poblaciones”.Esta escalada incluye una transformación tecnológica del conflicto, con un aumento dramático de ataques con drones que solo en 2025 superan los 180 incidentes, siendo el Cauca el epicentro de esta nueva modalidad de violencia, así lo señala el diario El País, a partir de información proporcionada por Ejército Nacional de Colombia.Ante esta realidad, el llamado de la Iglesia fue a la unidad más amplia:“Juntando voluntades con muchas manos, tomamos la decisión...El movimiento social, la organización indígena, los alcaldes y sus administraciones, la cooperación internacional... Nos sumamos para poder hacer esta expresión simbólica, pacífica”.El balance de una jornada histórica: una huella de responsabilidad compartidaPara el Arzobispo de Popayán, el balance de esta movilización histórica es esperanzador y marca un camino:“Logramos de esos 42 municipios que tiene el Cauca juntar 20 acciones en los municipios y territorios donde mayor afectación ha tenido esta guerra...Dejamos esta huella de urgencia para que todos nos hagamos responsables de la suerte del Cauca”.Esta urgencia se ve reflejada en los ataques continuos, incluso después del 7 de diciembre, como el ocurrido el sábado 13, donde drones fueron utilizados para atacar estaciones de policía en El Patía (Piedra Sentada y El Bordo), dejando un uniformado herido y a la población civil en medio del fuego cruzado.Reafirmando el compromiso pastoral, monseñor Sánchez Cubillos concluyó:“Como Iglesia Católica tenemos un papel que desarrollamos en el día a día...en una tarea que promueva salidas de diálogo negociadas...El Cauca sigue activo y seguirá mostrando rutas de esperanza”.La respuesta de las comunidades: unidad y exigencia de un futuro en pazEsta potente convocatoria encontró eco inmediato en la unidad de las comunidades. César Cerón, Alcalde de Suárez, municipio que también ha sido escenario de letales, manifestó la emoción de un pueblo unido: “Estamos muy emocionados porque la comunidad del municipio de Suárez se ha unido alrededor de mandar un mensaje de llamado de auxilio al Gobierno Nacional...Exigimos la tranquilidad para Suárez, queremos vivir tranquilos, que nos saquen de ese conflicto, que no nos pertenece”.Un clamor que es sostenido con particular fortaleza por las mujeres, como lo expresa Gloria Cecilia Álvarez, Defensora de Derechos Humanos:“Las mujeres en el departamento del Cauca hacemos un aporte muy importante en la construcción de la paz...A pesar del miedo, a pesar de las limitaciones...Siguen construyendo paz desde el cuidado de la naturaleza, el cuidado de la familia”.El legado de la luz: de la tradición religiosa a la conciencia ciudadanaLa elección estratégica del 7 de diciembre, Día de las Velitas, dotó a la movilización de una potencia simbólica extraordinaria, transformando una tradición religiosa íntima en un grito público por la paz. El verdadero legado, como reflexionó Angélica Fernández, una de las participantes, es la conciencia que perdura:“Considero que ese tipo de encuentros nos invitan a promover diariamente la paz, a ser conscientes de que podemos cada uno de nosotros, desde nuestro diario vivir, construir la paz...Cada uno de nosotros puede encender también una vela hoy, pero también el alma para continuar en la búsqueda de la paz”.Así, el “Día Blanco por la Paz” del Cauca demostró que la respuesta más contundente a una violencia que se tecnifica y se recrudece es la unidad organizada y esperanzadora. La imagen del SOS iluminado, captada desde el cielo, que también es campo de batalla, se erige como un faro que guía el compromiso continuo de una sociedad que, frente al zumbido de la guerra, elige alzar la luz de la fe y la unión para construir un futuro en paz.Vea el informe audiovisual a continuación:

Vie 12 Dic 2025

Arquidiócesis de Cali tendrá Centro de Acogida para el acompañamiento integral del clero

La Arquidiócesis de Cali inauguró la Ciudadela Sacerdotal “Santo Toribio de Mogrovejo”, una obra concebida para fortalecer la fraternidad y la vida del presbiterio, que albergará un innovador Centro de Acogida Sacerdotal Arquidiocesano (CASA).El acto de bendición, presidido el pasado 10 de diciembre por el arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez, marca el inicio oficial de un proyecto pastoral que desde marzo de 2026 buscará ofrecer acompañamiento especializado a diáconos, presbíteros y religiosos que enfrenten situaciones de vulnerabilidad o necesidades de acompañamiento concretas.Una ciudadela con un nuevo destino pastoralEl centro ofrecerá programas con fundamento terapéutico y espiritual que incluirán apoyo psicológico, psiquiátrico, jurídico y dirección espiritual. Desde allí, según monseñor Rodríguez Velásquez, se buscará proveer recursos para “mejorar y afianzar su salud personal y, en los casos que se requiera, fortalecer el ardor sacerdotal”.En su homilía, el Arzobispo de Cali explicó que, aunque el edificio fue originalmente proyectado como residencia para las Monjas Clarisas de Clausura, un cambio en su destinación llevó a un profundo discernimiento sobre su uso final. El resultado es la creación del CASA, un centro pionero en la región y un paso adelante en el fortalecimiento de la pastoral sacerdotal.Un sueño de fraternidad y unidad sacerdotalMonseñor Rodríguez destacó que la ciudadela materializa un anhelo profundo de su ministerio: que el clero de Cali sea "una sola familia”. “Cuando se habla de casa, ese pensamiento se remite a la familia…Y ustedes, queridos hijos en el sacramento del orden, son y deben sentirse hermanos”, expresó durante la ceremonia.Esta visión de fraternidad se alinea con el espíritu sinodal que la Iglesia promueve actualmente. Precisamente, en febrero de 2026, la Asamblea del Episcopado Colombiano abordará el tema del “Presbiterio en la Iglesia sinodal”, buscando orientaciones para una pastoral sacerdotal renovada.El legado de Santo Toribio: un modelo para la CiudadelaLa ciudadela honra a Santo Toribio de Mogrovejo, una figura fundamental para la Iglesia en América. En un artículo de 2022, el entonces Arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía —impulsor inicial de la obra—, describió al santo como quien “anticipó en su época el caminar de la Iglesia en salida” y vivió “a plenitud el ejercicio sinodal”.Santo Toribio, arzobispo de Lima en el siglo XVI, dedicó 17 años a recorrer unos 40,000 kilómetros de su vasta jurisdicción, que incluía el territorio de la Cali de entonces. Su nombre, etimológicamente vinculado a “vida en movimiento” o “caminante”, es visto como “toda una profecía de celo misionero”. Este modelo de pastor cercano y sinodal inspira el propósito de la nueva ciudadela.La inauguración de la ciudadela coincide con el inicio del Año Jubilar que la Iglesia en Perú celebra desde este diciembre, conmemorando los 300 años de la canonización de Santo Toribio.La visión fundacional: un proyecto para la dignidad y unidad del presbiterioMonseñor Luis Fernando reconoció que esta obra recoge el fruto de los sueños de su antecesor, monseñor Monsalve Mejía, quien entonces concibió la ciudadela como un espacio para fortalecer la vida sacerdotal: “para educarnos más en relación a la dignidad, la solidez y la unidad que deberían caracterizar siempre la vida de todo presbiterio” (ver artículo).De acuerdo con monseñor Monsalve, la ciudadela fue pensada desde un principio como un instrumento de pastoral sacerdotal integral, enmarcado en “las 5 cercanías del sacerdote”: la cercanía a Dios, al Obispo, a sus hermanos en el Orden sacerdotal, a sus feligreses y, con ellos, al territorio y la población. Este concepto buscaba hacer “visible y viable la vida entera de un sacerdote”, evitando el aislamiento.Un proyecto que responde a necesidades concretasMonseñor Luis Fernando reconoció que en Colombia existen muy pocas casas de atención profesional para sacerdotes, citando solo tres en Bogotá, La Ceja y Medellín. Por ello, la creación del CASA en Cali responde a una necesidad urgente y regional.“Los Obispos de las Provincias de Cali y Popayán y de otras jurisdicciones esperan con ilusión la apertura de este servicio…Expresan que las necesidades son muchas”, señaló.El centro iniciará sus servicios de acogida a partir del 1 de marzo de 2026. Actualmente, se ultiman los reglamentos y la definición del personal administrativo necesario para su operación.Un llamado final a la conversión y al cuidado fraternoEn el marco del tiempo de Adviento, el Arzobispo de Cali concluyó su homilía con un llamado a la conversión y a la santidad, invitando a los sacerdotes a cuidarse personalmente y a cuidar al hermano, “especialmente al débil”.Agradeció, además, a todos los que hicieron posible la obra, incluyendo al equipo de la curia, sacerdotes colaboradores y al hoy arzobispo emérito de Cali, monseñor Darío Monsalve Mejía, quien por compromisos previos no pudo asistir pero envió su abrazo y bendición espiritual a la asamblea.Con esta inauguración, la Arquidiócesis de Cali consolida un espacio destinado a ser “un lugar de encuentro con Dios y con los hermanos”, donde los ministros ordenados encuentren acogida y renovación para su misión.

Jue 27 Nov 2025

Visita del cardenal Luis José Rueda fortalece la fe de un Gramalote que resurge tras la destrucción

En medio de una jornada cargada de espiritualidad y alegría, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, visitó este 25 de noviembre el nuevo municipio de Gramalote, donde celebró la Eucaristía en el templo San Rafael Arcángel. Su presencia allí animó el fortalecimiento de la fe de una comunidad que ha demostrado una fe inquebrantable tras la tragedia que hace quince años destruyó su pueblo original.Esta encuentro del Cardenal con los gramaloteros se enmarcó dentro de su visita pastoral a la Diócesis de Cúcuta, donde también se sumó a la celebración de los 70 años de la Diócesis de Cúcuta y los 40 años del Seminario Mayor San José. Fue recibido por el obispo anfitrión, monseñor José Libardo Garcés Monsalve, y estuvo acompañado por arzobispo de Nueva Pamplona, Jorge Alberto Ossa Soto, y por el obispo emérito de Villavicencio, monseñor Óscar Urbina Ortega .El padre Martín Sepúlveda Mora, director de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, oriundo de Gramalote y promotor de la visita, también estuvo presente.Gramalote: un pueblo que renace entre las ruinasEl recibimiento al cardenal Rueda inició en la casa de la cultura de la nueva Gramalote, donde fue nombrado ‘Hijo Adoptivo del municipio’ mediante decreto por el alcalde Álvaro Cardozo Riaño, quien en su discurso describió a Gramalote como "la tierra que renació entre la ruina, pero nunca perdió su fe" y como "un pueblo que ha llorado y que se ha levantado".Entre el 16 y 17 de diciembre de 2010, el casco urbano original de Gramalote dejó de existir producto de un deslizamiento de tierra originado durante el fenómeno de La Niña de ese año. El desastre, que se desarrolló en cámara lenta durante dos días, no cobró vidas humanas entre sus aproximadamente 6.000 habitantes, pero destruyó por completo el pueblo, dejando en pie solo una de las torres de la iglesia de San Rafael, agrietada y a punto de colapsar.El Fondo Adaptación adelantó un macroproyecto de reconstrucción que contempló el reasentamiento del municipio en un sitio seguro, con la construcción de 984 viviendas. La obra, descrita como "el caso de reasentamiento más importante de América Latina" , incluyó la edificación del núcleo institucional con el Centro Administrativo Municipal, plaza de mercado, plaza principal, colegio y hospital . Sin embargo, este esfuerzo gubernamental no contempló el templo parroquial, una necesidad espiritual que la comunidad ha asumido con determinación.Fe y confirmación en el nuevo temploAnte esta realidad, durante su visita el cardenal Luis José Rueda invitó a la comunidad a "poner en el altar del nuevo templo en construcción, el sentir de todo un pueblo" y a expresarle al Señor "que Él es el fundamento y la base que sostiene la vida de Gramalote y todos sus habitantes".Durante la Eucaristía en honor a la celebración patronal de Nuestra Señora del Rosario de Monguí, el purpurado administró el sacramento de la Confirmación a jóvenes gramaloteros, a quienes invitó a "fijar la mirada y el corazón en Cristo, quien no defrauda" y a "dar el sí, como lo hizo la Virgen María".En su homilía, el Cardenal extendió su mensaje a todos los fieles, animándolos a "dejarse amar por Dios en cualquier etapa de la vida, y ante cualquier dificultad".Una obra que nace de la fe del puebloEl párroco de Gramalote, el padre Samuel García Botello, recordó cómo "los acontecimientos del día 17 de diciembre del año 2010 pusieron a prueba nuestra fe", pero también demostraron que "la misericordia de Dios frente a nosotros es infinita". Destacó que la construcción del nuevo templo "ha sido fruto del amor de Dios que inspira y anima a vivir la caridad, la generosidad", reconociendo el esfuerzo de "todos los gramaloteros y todas las personas que, sin ser de aquí, iluminados y guiados por Dios, nos han colaborado como benefactores de este lugar sagrado".Con emoción, el padre García Botello constató una verdad que ha guiado a esta comunidad: "Se destruyó el pueblo, el templo, pero nunca la fe, ni mucho menos la Iglesia".Visita más amplia a la Diócesis de CúcutaLa visita del purpurado a Gramalote formó parte de una agenda más amplia en Norte de Santander donde también acompañó la celebración del aniversario diocesano número 70.Durante su estancia, el cardenal Rueda Aparicio visitó instituciones diocesanas de caridad que trabajan con niños, jóvenes y adolescentes en condición vulnerable, conociendo de primera mano el plan de acción del banco de alimentos y la Fundación Pía Autónoma Asilo Andressen.Monseñor José Libardo Garcés destacó la presencia del Cardenal Rueda como "una bendición y gracia de Dios para todo el pueblo cucuteño" , mientras que el propio purpurado resaltó "la fraternidad del pueblo cucuteño, la hospitalidad y amabilidad" que encontró en la región .Vea a continuación los momentos más emotivos de la visita:Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Conf. Episcopal de Colombia (@episcopadocol)

Jue 20 Nov 2025

Arquidiócesis de Medellín albergará la XI Copa de la Fe del 7 al 11 de septiembre de 2026: un encuentro de fe, fútbol y fraternidad sacerdotal

La Copa de la Fe, el torneo de fútbol más representativo del clero católico colombiano, ya tiene fecha y sede para su undécima edición: se jugará en la Arquidiócesis de Medellín del 7 al 11 de septiembre de 2026. La designación, ampliamente esperada entre los participantes, posiciona a la jurisdicción antioqueña como el escenario ideal de un encuentro que trasciende lo deportivo para integrarse profundamente en la vida de la comunidad.Lo que distingue este evento no son solo los goles, sino las acciones de fe que lo acompañan. Durante versiones anteriores, los sacerdotes han intercalado sus partidos con una importante labor pastoral que incluye jornadas de confesión masivas, visitas a enfermos, bendición de los hogares y encuentros de evangelización con diferentes actores sociales. Se espera que en Medellín, gracias a su vasta comunidad católica, esta tradición se fortalezca, llevando el mensaje de la Iglesia directamente a los hogares.Una sede estratégica para una Copa de la Fe en crecimientoLa ubicación central y conectividad de este territorio arquidiocesano facilitarán la llegada de numerosas delegaciones, incluyendo las de países como Ecuador, Venezuela y México, que han participado activamente en ediciones recientes. Además, la capital de Antioquia cuenta con una significativa infraestructura parroquial y deportiva, ideal para albergar a los más de 600 sacerdotes que suele convocar anualmente el torneo.La numerosa comunidad de fieles de la Arquidiócesis de Medellín no solo podrá apoyar el evento desde las gradas, sino que será la principal beneficiaria de las actividades de evangelización, fortaleciendo así el vínculo entre el clero y la comunidad.Antecedentes de campeones destacadosEn ediciones recientes, la Copa de la Fe ha visto surgir equipos fuertes a nivel deportivo. La Diócesis de Garzón ha demostrado una racha imponente al coronarse campeona en 2016, 2023 y 2024. Por su parte, la Arquidiócesis de Guadalajara (México) ha dejado clara su calidad al ganar los títulos de 2018 y 2022. La Arquidiócesis de Popayán es la actual campeona, tras alzarse con la victoria en la edición 2025, celebrada en Armenia. En diversas ocasiones, el equipo de la Arquidiócesis de Medellín también ha resultado finalista del torneo.Con todos estos elementos, la XI Copa de la Fe se perfila no solo como una actividad deportiva de gran impacto en la Iglesia, sino como un hito de fraternidad y evangelización que aprovechará el dinamismo de la jurisdicción antioqueña para celebrar la fe.

Mié 12 Nov 2025

El Belenismo: un arte que siembra fe y renueva el sentido de la Navidad en la Diócesis de Pasto

A pocas semanas del inicio del Adviento, la Diócesis de Pasto se prepara para vivir la Navidad con una profundidad especial, gracias a la culminación de su primerCurso de Pesebrismo que ha formado a 14 personas en el arte del Belenismo. Esta iniciativa, que une arte, fe y tradición, forma parte de una estrategia pastoral que, desde hace tres años, lidera monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro para rescatar el sentido auténtico del nacimiento del Señor.San Juan de Pasto es terreno fértil para promover una cultura enfocada en el pesebre, pues se trata de una ciudad reconocida por su fervor religioso y su riqueza cultural. Como lo explica elpadre James Adrián Bravo Díaz, rector de la Catedral Sagrado Corazón de Jesús de Pasto, “es una ciudad llena de fe, pero también es una ciudad en la que el Espíritu se ha expresado en forma de arte”.Una estrategia pastoral con historiaEste proceso de evangelización a través del arte no es espontáneo, sino el resultado de una planificación pastoral concreta.“Por iniciativa de nuestro Obispo (…) hemos querido iniciar un proceso para promover una cultura de artistas que se enfoquen también específicamente en el tema del pesebre”, detalla el padre Bravo. La estrategia se desarrolló en varias etapas:- La realización de un primer pesebre con características belenistasen la Catedral hace dos años, marcando el punto de partida.- Un concurso diocesano de pesebresabierto a toda la comunidad, celebrando los 800 años del primer pesebre de San Francisco de Asís.- Una Exposición de Dioramas Navideños en 2024, que con 30 escenas de la infancia de Jesús, fruto de la alianza con la Asociación“Amigos del Pesebre”de Medellín, capturó el corazón de la comunidad.Fue el impacto de esta última exposición lo que cristalizó el siguiente paso.“A partir de esa exposición… surgió la idea de iniciar aquí en nuestra catedral, aquí en nuestra diócesis, un primer curso taller”, afirma el Padre Bravo.El curso: donde las manos crean, la fe se profundiza y la comunidad se fortaleceDurante cuatro meses, los participantes guiados por expertos de “Amigos del Pesebre” se sumergieron en el arte del Belenismo.Claudia Arboleda, instructora de la asociación, califica la experiencia como“maravillosa”y destaca la dedicación de los alumnos:“Estas personas llevan aproximadamente 200 horas, que es un éxito de verdad”.Sin embargo, el fruto más significativo trasciende lo artístico. Claudia describe un“ambiente muy especial porque nos acerca a Dios, al Niño Jesús”, caracterizado por la generosidad:“no hay nada de egoísmo”y los participantes“se ayudan”y“comparten el conocimiento y materiales”. Con esperanza, ve en este curso“una semillita”sembrada en Pasto para que“produzca frutos y se multiplique”.Los participantes corroboran esta vivencia. ParaLuis Armando Santanderfue“una experiencia de vida, una experiencia de arte, una experiencia de fe y también espiritual. Hacer los pesebres es realmente transportarse uno en la vida de Jesús”.Nuria Paredes Gordilloencontró en el belenismo un camino para acercarse al Misterio:“Adentrarme en todo el contexto social (…) en la que vivió Cristo Jesús, pues me hace acercarme mucho más a toda esa vivencia”.Mientras queDarío Fernando de Córdobasubraya cómo la iniciativa fortalece la fe desde la investigación y el arte:“La fe se enriquece ya que uno con esos trabajos va investigando mucho más”.Un camino de evangelización a través del arteEl padre James Bravo explica el profundo sustrato evangelizador de esta disciplina:“El belenismo (…) nos acerca precisamente a esa realidad. Para conocer los detalles de la cultura, la geografía (…) que nos ayudan también a acercarnos espiritualmente a ese misterio tan bello como es el misterio de la Encarnación”.Esta visión es compartida por los formados.Jorge Alberto Cárdenas, participante, lo identifica como una poderosa forma de predicación:“Para aquellos que a veces nos cuesta evangelizar con palabras, de pronto yo pienso que es otra forma muy fuerte y muy bonita de hacer el Evangelio. Arte visible a través de las manos”.Proyección: un semillero para el futuroLa clausura del de este primer curso, prevista para el30 de noviembrecon la apertura del Adviento y la bendición de los dioramas en la Catedral, no es el final, sino el inicio de una iniciativa permanente. La Diócesis de Pasto ha garantizado su continuidad; este mismo año abrirá inscripciones para el siguiente espacio formativo.“Es ya un primer semillero de lo que será un trabajo permanente”, confirma el padre Bravo, haciendo una extensiva invitación a la comunidad:“Invitarlos a todos así a continuar (…) a través del arte. Porque el arte también es una expresión del Espíritu y a partir del arte también se puede comunicar la profundidad de la fe”.Vea a continuación el informe audiovisual:

Jue 30 Oct 2025

Las diócesis de Ocaña y Tibú llevan un mensaje de esperanza al Catatumbo con la Virgen de Torcoroma

Entre el 15 y el 19 de octubre, las diócesis de Tibú y Ocaña unieron esfuerzos para realizar la peregrinación de Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma por el Catatumbo. Esta iniciativa, que da continuidad a una tradición de más de 40 años de la Diócesis de Ocaña, tuvo como propósito acompañar espiritual y pastoralmente a las comunidades de esta región marcada por la violencia, llevando un mensaje de fe, consuelo y esperanza.La peregrinación atravesó el corazón del Catatumbo, visitando comunidades profundamente devotas a la Virgen María. Pasó por los municipios de Convención, Teorama y El Tarra; y por los corregimientos de Filo El Gringo, Orú, Versalles y Pacelli, hasta llegar al municipio de Tibú. En cada lugar, la presencia de la imagen fue acogida con fervor, convirtiéndose en signo de la cercanía maternal de María con su pueblo.“Desde el corazón episcopal de monseñor Orlando y monseñor Israel, nace el deseo de que la Virgen venga a peregrinar por estas tierras del Catatumbo”, expresó Luis David Ramírez, secretario de la Oficina de Pastoral de la Diócesis de Ocaña.Este año, la peregrinación tuvo como objetivo renovar la esperanza, fortalecer los lazos de paz y reavivar la fe de una población que ha vivido meses de intensos enfrentamientos entre grupos armados. “Se ha bañado de sangre el territorio por todo lo que ha correspondido a estos diez meses de guerra, pero pudimos ver esa bandera de la paz que se ondeaba y que no era solamente una ayuda, sino que fue poder ver la fe y la esperanza protegidas por la Virgen Santa”, afirmó el padre Miguel Durán Sánchez, vicario general de la Diócesis de Ocaña.La devoción a la Virgen de Torcoroma, conocida también como “la Morenita”, tiene su origen hace 314 años, cuando en la montaña Torcoroma —al sur de Ocaña— unos jóvenes campesinos encontraron en la astilla de un árbol la imagen de la Virgen María. Desde entonces, millones de fieles han acudido a su intercesión, y por cuatro décadas su imagen ha recorrido los territorios de la región como signo de fe y unidad.“El paso de la Virgen fue totalmente trascendental. Las comunidades, por un instante, salieron de su casa, pudieron compartir de nuevo la fe y vivir la experiencia del Señor alrededor de este milagro de la aparición de la Santísima Virgen María”, destacó el padre Durán.Durante la peregrinación también se reconoció la realidad social del Catatumbo, una región que continúa enfrentando situaciones de violencia, riesgos humanitarios y limitaciones económicas. El padre Miguel Durán, vicario general de la Diócesis de Ocaña, señaló que, a pesar de estas dificultades, las comunidades mantienen una profunda fe y un fuerte deseo de paz. Destacó que la Iglesia permanece cercana a las familias del territorio, acompañándolas espiritual y humanamente y animando los esfuerzos comunitarios por la reconciliación y la convivencia.Vea a continuación el informe audiovisual:

Vie 24 Oct 2025

25 años de ‘Familias Misioneras’: sembrando fe y esperanza en los hogares de la Diócesis de Sonsón-Rionegro

Con el eco del llamado universal a ser “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, hecho durante el pasado 19 de octubre, Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), la Diócesis de Sonsón-Rionegro conmemora por estos días los 25 años de la iniciativa pastoral 'Familias Misioneras'. Este programa, que nació en la Parroquia El Señor de las Misericordias, en el municipio de El Santuario (Antioquia), es hoy un signo vivo de una Iglesia en salida que responde a ese llamado desde lo más profundo de su territorio.Una celebración en sintonía con la Iglesia UniversalEn el contexto del Mes Misionero, la celebración de aniversario no pudo ser más significativa: unió la historia local de fe con el corazón mismo de la misión universal de la Iglesia. “Estuvimos de fiesta porque perseveraron muchas familias a lo largo de 25 años y han expandido el Evangelio”, explicó el padre Renzo Martínez, Delegado Episcopal para la Animación Misionera.La Eucaristía fue presidida por monseñor Fidel León Cadavid Marín, obispo diocesano. Durante la homilía, resaltó que las 'Familias Misioneras' son “semilla de comunión, testimonio de amor y signo visible de una Iglesia en salida que evangeliza desde el hogar”.Más que un grupo, una obra de animación misionera'Familias Misioneras' no es una asociación o movimiento más, es una obra de propagación de la fe que presta un servicio de animación misionera a toda la Iglesia. Su objetivo es formar familias que sean misioneras en su interior, en su comunidad local y hacia todas las personas.“Este programa consiste en ver a la familia como una célula vital para la evangelización de otras familias”, explica el padre Martínez. “Para los cristianos y bautizados, ser cristiano exige ser misionero. Está en el ADN propio, es decir, compartir la experiencia del encuentro con Cristo”. Y agrega: “Si queremos un ciudadano de bien, hay que mirar cómo se educa al niño. Estaremos edificando al hombre del mañana”.Un método que transforma: del hogar al mundoEl programa ofrece un camino concreto de formación y acción. Martha Oliva Salazar, una de las fundadoras, describe la metodología: “Se evangeliza primero dentro del hogar. Tenemos un día semanal donde compartimos una comida especial, colocamos la Palabra de Dios, el Rosario, una luz y conversamos con los hijos sobre el amor de Dios”.Luego, la misión se expande a todo el territorio diocesano. “Nos pide que salgamos a la comunidad, que es nuestro vecino. Vamos, le hablamos de Dios, le leemos la Palabra, rezamos un rosario y compartimos un alimento”, añade Martha. Este sencillo pero profundo gesto ha sido semilla de numerosas conversiones y reconciliaciones.Testimonios de transformaciónEl poder transformador de 'Familias Misioneras' se ve en historias como la de Ángela Janeth Orozco. “Inicié Familias Misioneras a los seis años de haber construido mi relación. Mi esposo era un hombre de mucho mundo...Licor, peleas”, recuerda. A través del acompañamiento constante de integrantes de esta obra misionera, y “con mucha oración y paciencia”, Ángela logró que su esposo se acercara a la fe y transformara su relación. “Ahora sí, Eucaristía como debe ser, confesión, comunión y a formar a mis niños”, enfatiza.Marta Jaramillo, otra pilar del programa junto a su esposo, destaca el trabajo de consejería y acompañamiento que realizan: “Encontramos conflictos familiares, dificultad para la convivencia...Hemos hecho varios procesos para que parejas que llevan muchos años en unión libre regularicen su situación sacramental”.Frutos que se multiplican en el territorioDe las diez familias fundadoras, el programa ha dado frutos abundantes. Hoy existen grupos de oración, escuelas de evangelización, el Rosario de casa en casa y un Centro de Escucha en unión con la Pastoral Familiar. “Son ramitas que se han desprendido de Familias Misioneras”, comenta Marta Jaramillo.La celebración de estos 25 años, que incluyó una Asamblea Familiar y una Eucaristía de acción de gracias, contó con la presencia de la Secretaria Nacional de la Obra de la Propagación de la Fe, la hermana Patricia Llano, y del presidente nacional de Familias Misioneras, José Benjumea, quienes destacaron la trayectoria de este movimiento que ha formado generaciones de familias evangelizadoras al servicio de la Iglesia. Un acontecimiento que permite seguir estrechando el vínculo entre la misión local y el servicio misionero universal.'Familias Misioneras' se ha convertido un faro de esperanza que, desde el corazón de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, demuestra que la familia, evangelizada, se convierte en la mejor evangelizadora, respondiendo con creces al llamado del DOMUND y construyendo, día a día, el Año Jubilar de la Esperanza.“Amar a la familia. Primero amemos a nuestra familia…Segundo, la riqueza que tenemos como familia, el tejido humano cristiano, compartámoslo con los demás. Qué bonito es que la familia esté en salida”, son las invitaciones que hace el padre Renzo Martínez a las demás familias del país.Vea a continuación el informe audiovisual:

Mar 7 Oct 2025

Maristas lideraron construcción de pozo de agua potable en el asentamiento más grande de Latinoamérica ubicado en La Guajira

En el corazón de "La Pista", el asentamiento informal más grande de América Latina ubicado en Maicado (La Guajira), donde más de 10.000 personas, en su mayoría migrantes venezolanos, retornados colombianos e indígenas Wayuu, enfrentan profundas necesidades económicas y sociales, la comunidad de Hermanos Maristas inauguró el pasado mes de septiembre un pozo de agua potable que ayudará a saciar la sed de cerca de 1.000 personas, muchas de ellas, menores de edad.Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto "Corazón Sin Fronteras", una obra social de la Provincia Marista Norandina que, desde 2019, busca garantizar los derechos a la alimentación, salud y educación de la infancia más vulnerable. La obra es un faro de solidaridad en una región donde la escasez de agua, agravada por las altas temperaturas y la falta de infraestructura, obliga a las familias a destinar sus escasos recursos para comprar este recurso vital.Una obra de ingeniería y de solidaridadEl pozo es una obra de ingeniería de alta tecnología, pero también, de profundo significado humano. Con 140 metros de profundidad, tiene una capacidad de extracción de hasta 40 metros cúbicos de agua diarios (equivalente a 40.000 litros). Su sistema de tratamiento, que incluye una planta de ósmosis inversa, garantiza que el agua sea 100% potable, segura para el consumo de los niños y niñas.Fabricio Gómez, líder de la obra social ‘Corazón Sin Fronteras’ en Maicao, destacó el impacto inmediato del proyecto:“Con la puesta en marcha del pozo y de la planta de ósmosis inversa para tener agua potable beneficiamos a 220 niños que hacen parte del proyecto Corazón Sin Fronteras. También esta ayuda se extiende hasta 830 personas que nos visitan y hacen parte de las actividades comunitarias. Damos gracias a todos y cada una de las personas que hicieron parte hicieron realidad para hacer este proyecto”.Un sueño que da vidaLa construcción, que tomó cerca de nueve meses de trabajo continuo, fue el parto de un sueño mucho más antiguo. El hermano José María Ondarreta, Consejero Provincial de los Hermanos Maristas, compartió la emotiva analogía:“Se está haciendo realidad un sueño, un sueño que comenzó hace seis años. Y la construcción del pozo ha durado 9 meses.. Como un parto de un bebé. Sí. Qué curioso”.El religioso añadió una poderosa reflexión sobre el simbolismo del agua: “Y ojalá que nos convirtamos como este sueño en agua que calma la sed, que nos ayuda a refrescarnos, que de vez en cuando también nos ayuda a limpiarnos, a asearnos, a regar las plantas para que crezcan y den fruto y podamos disfrutarlas”.La contribución de la cooperación internacionalEste proyecto fue posible gracias al respaldo de la Fundación Marista para la Solidaridad Internacional (FMSI) y al apoyo económico de la Conferencia Episcopal Italiana, demostrando cómo la colaboración internacional y la comunión eclesial puede materializar la caridad.Andrea Rossi, director de FMSI, enfatizó en el derecho que se está garantizando: “Este pozo de agua va a responder a al derecho al agua, que es un derecho fundamental para, para, para todos, pero sobre todo para niños y niñas que viven aquí en el asentamiento”.Rossi también evocó el legado del fundador: “Siguiendo el sueño de [Champagnat], concretizando el sueño... Estuviera aquí, estaba, probablemente, picando con nosotroscel terreno con su pica y e intentando de encontrar el agua para dar a todos los niños de las niñas de este asentamiento”.Un agradecimiento que brota de la comunidadLa gratitud de la comunidad beneficiada es palpable. Yuleima Borja, madre beneficiaria y lideresa social, expresó con emoción: “Al primero que tenemos que darle gracias es a Dios, porque es el primer motor que hizo que todo esto fuera posible...”En representación de los habitantes de "La Pista", Yuleima concluyó: “El asentamiento ‘La Pista’ en mi representación está muy pero muy agradecido con la labor que acá se ha hecho siempre. Hemos sido hermanos... Nosotros hemos tenido precariedades en el asentamiento y siempre hemos contado con ‘Corazón Sin Fronteras’ y los Hermanos Maristas. De verdad, desde lo más profundo de mi corazón y en representación de las 9101 personas que viven en el asentamiento: Gracias, gracias por esta obra”.Más que una solución de infraestructura, este pozo es un símbolo de la misión evangelizadora y social de la Iglesia Católica, un testimonio concreto de la fe que se hace acción para transformar realidades complejas y recordar que, para Dios, nadie es invisible.Vea el informe audiovisual a continuación: