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Arquidiócesis de Ibagué

Jue 13 Nov 2025

A 40 años de la tragedia de Armero: la fe y la caridad que sostuvieron la esperanza

El 13 de noviembre de 1985, una erupción del volcán Nevado del Ruiz desató una avalancha que cambió para siempre la historia de Armero, del Tolima y de toda Colombia. La ciudad quedó sepultada bajo el lodo y las piedras, dejando más de 20.000 personas entre fallecidas y desaparecidas, 4.600 damnificados y miles de viviendas destruidas.Ante el dolor y la desolación, la Iglesia Católica en Colombia se hizo presente desde los primeros momentos. A través de la Conferencia Episcopal, se activaron siete jurisdicciones eclesiásticas: las arquidiócesis de Ibagué, Manizales, Bogotá y Cali, junto con las diócesis de Girardot, La Dorada y El Espinal. También, el Secretariado Nacional de Pastoral Social movilizó diferentes recursos para contribuir significativamente a este propósito. Obispos, sacerdotes, religiosas y laicos acudieron para acompañar, consolar, orar y servir a los sobrevivientes.El entonces vicario de pastoral de la Arquidiócesis de Ibagué (hoy Obispo Emérito de Florencia), monseñor Fabián Marulanda, recuerda:“La Pastoral Social en Ibagué era fuerte y se volcó hacia toda la región. No solo en Armero, sino también en las zonas aledañas, se brindó ayuda, se socorrió a los más necesitados”.El trabajo pastoral no se limitó a la emergencia inmediata. Con el tiempo, la Iglesia impulsó un plan global de rehabilitación que permitió pasar de la emergencia a la estabilización. Gracias a este esfuerzo conjunto, se repararon 1.700 viviendas y se construyeron 1.069 nuevas en municipios como Ibagué, Lérida, Honda, Mariquita y Ambalema.Estas ayudas fueron posibles también gracias a la solidaridad de la Iglesia universal, expresada a través de Cáritas Alemania, Italia, Suiza, Austria, Holanda, Canadá, entre otras organizaciones.“Hubo mucha generosidad de parte de la gente —recuerda Monseñor Marulanda—, porque fue una tragedia inesperada, muy dura y cruel, que golpeó profundamente a tantas familias”.Ocho meses después, aunque las condiciones materiales mejoraban, muchos sobrevivientes seguían viviendo en campamentos. La pérdida, el miedo y la incertidumbre marcaban sus corazones. En medio de ese sufrimiento, un signo de esperanza estaba por llegar.Durante la preparación de la visita del Papa San Juan Pablo II a Colombia, Monseñor Marulanda propuso incluir a Armero en el itinerario. “Señor Presidente —dijo entonces al mandatario Belisario Betancur—, me parece que si algo recibirían hoy los colombianos con inmensa alegría sería la visita del Santo Padre a la ciudad de Armero”. El presidente accedió: “Vamos a llevar al Papa a Armero”.Así, el 6 de julio de 1986, los fieles se congregaron en lo que fue la plaza central de Armero. Frente a una cruz de cemento, símbolo de la vida que renace desde el dolor, San Juan Pablo II elevó una oración profundamente consoladora:“Padre, rico en misericordia, consuela el dolor de tantas familias, enjuga las lágrimas de tantos hermanos, protege la soledad de tantos huérfanos. Infunde a todos ánimo y esperanza para que el dolor se cambie en gozo y la muerte, por la fe, sea germen de vida nueva.”Posteriormente, el Santo Padre visitó Lérida, donde miles de damnificados lo recibieron con pañuelos blancos, cantos y lágrimas de emoción. Durante su homilía, expresó:“La catástrofe que el volcán Nevado del Ruiz provocó en Armero conmovió profundamente mi corazón. He venido para sembrar en vuestros corazones de creyentes palabras de esperanza. Quisiera llegar con mi condolencia y afecto a cada uno de vuestros hogares.”Hoy, cuarenta años después, el recuerdo de Armero sigue vivo en la memoria del país. La labor de la Iglesia permanece como testimonio de caridad y servicio: no solo en las viviendas reconstruidas, sino en la restauración de la esperanza, el tejido social y la confianza en la vida que resurgió tras la tragedia.La fe acompañó a quienes lo perdieron todo y sigue iluminando a quienes, en medio del dolor, encuentran en Cristo el consuelo y la fortaleza para hoy seguir reconstruyendo sus vidas.Vea a continuación el informe audiovisual:

Vie 26 Sep 2025

Cerrando la brecha de salud: 37 años de la fundación arquidiocesana que provee medicamentos y servicios gratuitos en Ibagué

En este mes de septiembre, la Fundación de Caridad para la Salud - Institución José Joquín Flórez Hernández, una entidad sin ánimo de lucro de la Arquidiócesis de Ibagué, cumple 37 años de trabajo ininterrumpido atendiendo física, mental y espiritualmente a las personas más necesitadas de la región. Durante este tiempo, a través de la pastoral de la salud, ha logrado apoyar a más de 15.000 personas.Una misión por la salud integralLa fundación facilita el acceso a servicios de salud a quienes no cuentan con recursos suficientes o no pueden recibirlos a través de su EPS, realizando jornadas de atención arquidiocesanas y parroquiales. Una de sus obras más reconocidas es el dispensario solidario o farmacia humanitaria, desde donde brindan medicamentos para diferentes patologías a pacientes de los regímenes subsidiado y contributivo. Además, prestan servicios de psicología, ayuda alimentaria y, por supuesto, acompañamiento espiritual, complementos vitales para su misión.“Tenemos unos criterios de atención, como la fórmula médica, documento de identidad y una entrevista psicosocial realizada por un psicólogo”, expresa Derly Patricia, coordinadora psicosocial de la fundación.Una historia con sello de servicio eclesialLa institución inició su misión en 1988. Fue fundada por monseñor José Flórez Hernández (Q.E.P.D), arzobispo de Ibagué entre 1974 y 1993, gracias a su especial aprecio por la caridad en el campo de la salud. Desde entonces, hace parte de las iniciativas de la Pastoral Social de Ibagué.Al despedirse del Clero, monseñor Flórez Hernández afirmó:“Si algo grande y maravilloso he dejado yo en este tiempo de 25 años al Servicio de Ibagué, es la Caridad para con los más pobres y necesitados”.La demanda que crece: un reto para la solidaridadEn los últimos meses, la entrega de medicamentos vive su momento de mayor demanda. Durante este año 2025, pasaron de brindar 250 a más de 500 atenciones mensuales, lo que pone a prueba la capacidad de la institución para convocar la solidaridad comunitaria. La fundación actúa como intermediaria entre quienes tienen medicamentos en buen estado que no utilizan y aquellos que los necesitan.El impacto de esta labor se refleja en testimonios como el de Vicky Moreno, una de las beneficiarias:“Muy agradecida con la fundación, ya que nos pudieron suministrar muchos medicamentos de los cuales mi mamá llevaba desde el mes de junio sin poderlos adquirir por parte de su EPS. Siempre le decían que no había medicamentos, que tenía que esperar. Ella es hipertensa, diabética, tiene otras patologías y pues gracias a Dios acá en la fundación nos pudieron suministrar estos medicamentos”.Asímismo, la Fundación de Caridad para la Salud apoya con recursos económicos al Hogar Sagrado Corazón de Jesús que acoge a madres gestantes en riesgo de abortar o madres con hijos en programa canguro provenientes de poblaciones aledañas que no cuentan con apoyo familiar en la ciudad.¿Cómo apoyar esta obra de caridad?Esta obra eclesial se apoya en uno de los principios cristianos más sencillos, pero profundos: la caridad. Por esto, existen diversas formas de colaborar. Se pueden donar insumos o, unirse al plan padrino con un aporte mensual de $30.000 pesos, recursos destinados a las asistencias alimentarias, facilitando un acompañamiento integral.Vea el informe audiovisual a continuación:

Vie 16 Mayo 2025

La Arquidiócesis de Ibagué está de fiesta jubilar: 125 años viviendo la fe en comunidad y uniendo al Tolima en esperanza

La Iglesia en el Tolima vive días de fiesta al conmemorar los 125 años de la creación de la Diócesis de Ibagué y los 50 años de su elevación a Arquidiócesis Metropolitana, hitos que han marcado su trayectoria espiritual y social en la región. Con una serie de actividades litúrgicas, culturales y comunitarias, la Arquidiócesis busca renovar la fe de sus fieles y honrar su legado histórico.Fides et historia: los pontífices que empezaron a escribir esta travesíaLos orígenes de la jurisdicción eclesiástica en el Tolima se remontan a 1894, cuando el papa León XIII erigió la Diócesis del Tolima, con sede en Neiva, y nombró a monseñor Esteban Rojas Tovar como su primer obispo. Sin embargo, en 1900, el mismo pontífice reorganizó el territorio y creó las diócesis de Garzón e Ibagué, esta última bajo el liderazgo de monseñor Ismael Perdomo Borrero, quien gobernó hasta 1923. Desde entonces, ocho obispos —y luego arzobispos— han guiado esta Iglesia particular, que en 1974 fue elevada al rango de Arquidiócesis Metropolitana por el papa Pablo VI.Su actual arzobispo, monseñor Orlando Roa Barbosa, destacó la importancia de este jubileo:“Teniendo presentes los 130 años de la creación de la Diócesis del Tolima, 125 años de la creación de la Diócesis de Ibagué y 50 años de su elevación a Arquidiócesis Metropolitana, deseo que estos trascendentales acontecimientos eclesiales sean el motivo del Jubileo Particular de la Arquidiócesis de Ibagué, que vincula también a toda la Provincia Eclesiástica según el juicio ponderado de sus pastores diocesanos”.Agenda de celebración: fe, cultura y comuniónAunque la conmemoración inició el 13 de mayo con una exposición histórica en la Curia Arzobispal, los eventos centrales se desarrollarán entre el 17 y el 20 de mayo, con participación de autoridades eclesiásticas nacionales y locales:•17 de mayo: Un desfile de bandas marciales recorrerá el centro de Ibagué, desde el parque Andrés López de Galarza hasta el Seminario Mayor María Inmaculada, donde se llevará a cabo el Jubileo de los niños y jóvenes.•18 de mayo: Las parroquias celebrarán misas en honor a la Inmaculada Concepción, patrona de la Arquidiócesis.•19 de mayo: El Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, se reunirá con sacerdotes de la Provincia Eclesiástica (Ibagué, Neiva, Garzón, Espinal y Líbano-Honda), seguido de un Concierto de Gala en el Teatro Tolima.•20 de mayo: La Eucaristía central, presidida por 25 obispos, entre ellos, el cardenal Rubén Salazar Gómez, y 200 sacerdotes, cerrará el jubileo en la Catedral Metropolitana.Un jubileo en clave de esperanzaMonseñor Roa vinculó esta celebración con el Año de la Oración 2024 y el próximo Jubileo Ordinario 2025, convocado por el papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de la Esperanza”:“No podría haber un mejor contexto porque, en primer lugar, todo debe ser fruto de la oración, es decir, del encuentro personal con Jesucristo, y todo debe ser movido por ‘la esperanza que no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado’ (Rm 5,5)”.Además de estas actividades festivas, desde mayo de 2024, la Arquidiócesis ha impulsado prácticas de caridad, retiros espirituales y proyectos de evangelización para fortalecer la fe de las comunidades y la unidad eclesial.Un legado que perduraCon más de un siglo de historia, la Arquidiócesis de Ibagué sigue siendo un referente de vida pastoral y compromiso social en el centro del país. Este jubileo no solo mira al pasado, sino que proyecta su misión hacia el futuro, arraigada en la oración, la esperanza y la comunión.

Jue 20 Mar 2025

La devoción a San José: un legado de esperanza y fe que celebrará la Arquidiócesis de Ibagué durante el IV Congreso Josefino

A propósito de la reciente celebración de la fiesta litúrgica de San José, la Arquidiócesis de Ibagué se prepara para vivir su IV Congreso Josefino, un momento especial de reflexión, formación y oración entorno a la profunda devoción de esta Iglesia particular por el custodio de la Sagrada Familia y patrono de la Iglesia Universal. En esta ocasión, el congreso se llevará a cabo del 21 al 23 de marzo bajo el lema “San José, hombre de la Esperanza, lleno del Espíritu Santo".Más que un evento, la Arquidiócesis buscará que el congreso se convierta en un testimonio concreto del profundo amor que sus comunidades tienen hacia San José, aquel hombre justo que supo vivir en esperanza y confianza en las promesas del Padre; un ejemplo para todos los fieles.La vida del santo Patriarca, marcada por la docilidad al Espíritu Santo, inspira a la Arquidiócesis de Ibagué a seguir caminando en la fe y a fortalecer su misión evangelizadora, especialmente en este año jubilar 2025, en el que esta jurisdicción del departamento del Tolima celebra 125 años de la creación como Diócesis y 50 años de su erección como Arquidiócesis.Monseñor Orlando Roa Barbosa, arzobispo de Ibagué, ha convocado a este encuentro como una oportunidad para profundizar en la espiritualidad josefina y para seguir el itinerario del Plan Arquidiocesano de Evangelización, que este año se centra en el anuncio kerigmático y en la acción del Espíritu Santo. “El IV Congreso de San José es un momento muy importante en la vida de nuestra Arquidiócesis, que ha visto florecer y fructificar el conocimiento, devoción y amor a San José”, expresó el prelado.El congreso contará con la participación activa de otros obispos de esa Provincia Eclesiástica: monseñor Marco Antonio Merchán Ladino, de la Diócesis de Neiva; monseñor Miguel Fernando González Mariño, de la Diócesis de El Espinal. Además, con la presencia de monseñor Flavio Calle Zapata, arzobispo emérito de Ibagué. Sus ponencias abordarán la figura de San José como modelo de esperanza y de docilidad al Espíritu Santo, invitando a los fieles a imitar su ejemplo en la vida cotidiana.El IV Congreso Josefino iniciará el viernes 21 de marzo con una Eucaristía en la Catedral Metropolitana Inmaculada Concepción, seguida de un concierto de órgano dirigido por el padre Óscar Andrés Torres Ávila. Durante los días 22 y 23, en el Colegio Tolimense, se alternarán enseñanzas, momentos de oración y testimonios, culminando con una peregrinación a la Catedral y una Santa Misa el domingo 23 de marzo, donde los participantes podrán ganar la Indulgencia Plenaria.Aunque el congreso es presencial, la Arquidiócesis de Ibagué ha dispuesto que quienes no puedan asistir puedan seguirlo a través de las redes oficiales y de la emisora online arquidiocesana (www.lainmaculadaibague.com). Esto permitirá que la devoción a San José trascienda fronteras y llegue a todos los rincones del país.La devoción a San José en Ibagué no se limita a los congresos, que ya son emblemáticos, sino que se manifiesta en los grupos josefinos de las parroquias, en el culto eucarístico, en las obras de caridad y en las expresiones populares de fe. Este IV Congreso es, por tanto, una oportunidad para renovar el compromiso con el santo Patriarca y para seguir construyendo una Iglesia llena de esperanza, guiada por el Espíritu Santo.Vea a continuación el mensaje de monseñor Orlado Roa Barbosa:

Jue 16 Mayo 2024

Iglesias particulares del Tolima y del Huila reafirman su compromiso con la prevención, detección y atención de abusos

Esta vez, cerca de 250 personas participaron en las jornadas de formación sobre prevención, detección y atención de abusos y violencias, orientadas por el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en el marco de la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. Entre el 8 y el 10 de mayo, sacerdotes, religiosas, seminaristas y laicos provenientes de diferentes territorios que conforman la Arquidiócesis de Ibagué y las diócesis de El Espinal, Líbano-Honda, Neiva y Garzón, acudieron a este importante llamado, liderado por sus propios obispos.La Casa de Retiros Casa Blanca de la ciudad de Ibagué (Tolima) fue la sede elegida para el desarrollo de estos espacios pedagógicos, que se hacen posible gracias al auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y a la articulación entre la Conferencia Episcopal de Colombia y las jurisdicciones eclesiásticas del país.Diversas conferencias, talleres prácticos y espacios de trabajo grupal, hicieron parte de la metodología que orientó las jornadas. “Hicimos análisis de factores de riesgo, promoción de factores de protección, el reconocimiento de la problemática de la violencia sexual y el cómo poder abordar ese tipo de situaciones, no solamente en el ámbito civil, sino también en el ámbito canónico. Fue un ejercicio que también nos permitió reconocer la realidad de la población de cada uno de esos territorios y pensarnos un poco hacia dónde debemos caminar en materia de prevención y de promoción de una cultura del cuidado”, así lo explica la doctora Diana Marcela Suárez, miembro del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC y coordinadora de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá.Por su parte, Myriam Maryory Saavedra Vanegas, coordinadora psicosocial de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Ibagué, quien participó en todas las jornadas, se refiere a lo que para ella es más significativo: “Más allá de las herramientas y de los elementos que nos han brindado para fortalecer estos procesos que llevamos. Si bien es cierto es una queja, es un sufrimiento que viene dándose en la Iglesia desde hace muchos años y para nosotros como laicos es una medida de mucha esperanza, que nos puedan incluir en esos procesos para garantizar la protección de esas personas que pueden ser vulneradas de sus derechos. Siendo los ambientes de Iglesia esos espacios para poder protegerlos, resguardarlos, para poder evangelizarlos en muchos momentos, consolarlos”.Frente a la aplicación específica de estas orientaciones en diversos ambientes eclesiales, la hermana Doris Pulgarín, de la Congregación de las Hijas de las Misericordias, quien apoya a la Diócesis de Líbano-Honda y está vinculada a un colegio, afirma que en el ámbito educativo se tiene que prestar aún más atención a estos a este tema; “tenemos que saber diligenciar y operar bien las rutas para evitar también muchas complicaciones a nivel pastoral educativa…Hacernos conciencia a todos y generar esa inquietud de seguirnos formando permanentemente sobre la cultura del cuidado, que se haga para nosotros cultura”.La delegación de la Diócesis de Neiva en el evento estuvo conformada por cerca de 70 personas, entre ellas, los 36 seminaristas del Seminario Mayor San Sebastián. Monseñor Marco Antonio Merchán, obispo de la Diócesis de Neiva, comparte la importancia de esta participación:“Queda lo que podemos hacer de ahora en adelante, esa formación de los futuros sacerdotes. Tenemos que apostarle con responsabilidad, con todos los elementos que podamos brindarles para que verdaderamente puedan ser testigos de Jesucristo, con todo lo que esto implica, de vida recta, de santidad, de responsabilidad, de predicación, de testimonio, de coherencia. Por eso me interesaba mucho que vinieran los seminaristas, porque tenemos que apostarle a quienes están formando, para que sean en el día de mañana los mejores sacerdotes, que continúen esa labor que el Señor Jesucristo ha depositado sobre cada uno de nosotros pecadores como somos, frágiles, con tantas incoherencias, sí, pero que en este aspecto, podamos ser el mejor testimonio para el mundo de hoy”.En esta oportunidad, las jornadas contemplaron varios momentos dedicados a la espiritualidad, oraciones y reflexiones también orientados desde la cultura del cuidado. Los obispos de la provincia eclesiástica presidieron las Eucaristías celebradas. La doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado, relata el sentido:“Tenemos que centrar también nuestro encuentro en la oración porque el magisterio pontificio ha insistido muchísimo en que este tema de las violencias, de los abusos en los entornos eclesiales, ante todo, plantea un problema de conversión. Y la conversión nos tiene que llevar a reconocernos como hijos de Dios y asumir las responsabilidades que nos corresponden. Entonces, una centralidad de la Eucaristía, en la reflexión y en la oración, pidiendo por las víctimas, pero también solicitando la misericordia de Dios respecto de los agresores. Creo que estos espacios de oración indudablemente nos plantean que, como Iglesia, tenemos que buscar una respuesta armónica. No somos una simple ONG. El trabajo de la Iglesia no se reduce a presentar protocolos manuales, procesos de formación y capacitación, sino partir de la conversión y necesariamente esto implica la oración”.Además de las jornadas formativas generales, hubo espacio para que los miembros del Consejo, pudieran dar respuesta a algunas inquietudes manifestadas por los miembros de los equipos diocesanos encargados de este trabajo frente a temas relacionados con sus funciones y procedimientos. Esto permitió que se generaran varios planes de trabajo y compromisos de coordinación para construir un sistema cada vez más sólido, con desarrollo y proyección regional por la cultura del cuidado.“Hemos organizado para que en la Provincia Eclesiástica de Ibagué, por diócesis, cada uno se encargue de diferentes trabajos. Hay que hacer protocolos para los seminarios, por ejemplo, entonces, hay un equipo de trabajo en ello. Hay que hacer protocolos para las parroquias. También hay que ir mirando que esté todo muy en sintonía y nos podemos ir ayudando para que no se repita en cada diócesis trabajos que pueden hacerse en conjunto”, señala monseñor Miguel Fernando González Mariño, obispo de El Espinal y administrador apostólico de la Diócesis de Garzón.Más allá de las tareas puntuales, hay desafíos esenciales que deben transversalizar este trabajo, así lo comenta el arzobispo de Ibagué, monseñor Orlando Roa Barbosa, haciendo también referencia puntual a la charla brindada por monseñor Pedro Mercado Cepeda, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, quien este año también se sumó al equipo de facilitadores de la iniciativa:“¿Qué tareas y qué desafíos de manera general quedaron para el trabajo como provincia en el sentido de la cultura del cuidado? Todos me gustan, pero me encantó el de acompañar. Lo expresó el padre Pedro Mercado y me parece muy importante el tema de acompañar a víctimas y de acompañar al victimario de alguna manera, sí así podemos referirnos, con esa expresión un poco dura y fuerte, pero real. Que el obispo, el clero en general, el equipo de profesionales, pueda hacer un acompañamiento serio, un acompañamiento que sirva para que las personas puedan superar traumas que han dejado algunos hechos de abuso”.Las siguientes jornadas de formación se llevarán a cabo del 22 al 24 de mayo en la Provincia Eclesiástica de Santa Fe de Antioquia.Vea a continuación el resumen audiovisual de las jornadas: Para conocer más detalles sobre el trabajo de la Iglesia Católica colombiana por la cultura del cuidado o consultar documentos orientadores, ingrese aquí.

Mié 24 Ene 2024

El Nuncio Apostólico en Colombia visita las jurisdicciones eclesiásticas y amplifica el llamado del Papa a la unión y a la misión

El Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, continúa su recorrido por las diversas jurisdicciones del país para conocer la realidad eclesial y social de sus comunidades. El representante del papa Francisco inició el año 2024 con una visita a la Diócesis de Duitama-Sogamoso donde participó, de manera especial, en las actividades litúrgicas y festivas realizadas el 6 de enero en honor al Divino Niño Jesús, patrono de esta ciudad del departamento de Boyacá. Por estos días, visita la provincia eclesiástica de Manizales. Posteriormente, entre el 30 de enero y el 1 de febrero, estará presente en la Arquidiócesis de Ibagué.Durante sus viajes, monseñor Rudelli, quien llegó a Colombia en septiembre del 2023, además de celebrar la Eucaristía en la parroquia catedral de cada ciudad que suele convocar a cientos de feligreses, en compañía de los obispos y/o administradores diocesanos, se reúne con miembros de los cleros y de las comunidades religiosas. Además, aprovecha para visitar instituciones educativas y diferentes obras de la Iglesia que le permiten comprender el importante trabajo pastoral que desarrollan sus miembros, a partir de los desafíos propios de cada territorio.Este martes, 23 de enero, durante su visita a la ciudad de Manizales, el señor Nuncio destacó la profunda fe de los caldenses y recordó que los católicos, como Iglesia, son un signo de la presencia de Dios en la tierra con una vocación especial para aportar a la reconciliación de toda la humanidad.“Estamos llamados a vivir en comunión y unidad en un mundo fragmentado. El Papa nos invita a ser una Iglesia samaritana que ayude a un mundo herido, a ser Iglesia sinodal que camine unida y una Iglesia en salida siempre misionera”, expresó el señor Nuncio durante su encuentro con los sacerdotes y seminaristas de esta jurisdicción.En la capital de Caldas, monseñor Rudelli también visitó el CECAM (Centro de Evangelización y Catequesis de la Arquidiócesis de Manizales). Allí, manifestó su alegría por esta iniciativa que convoca a tantos laicos en la misión:“Es una gran riqueza que en una arquidiócesis exista un centro de formación para laicos. Es una Arquidiócesis muy bendecida. Conocer la doctrina es un don para nosotros mismos que nos ayuda a servir y vivir esta formación”, afirmó el Nuncio Apostólico en Colombia.Este jueves, 25 de enero, a las 12 del mediodía, el Nuncio Apostólico del papa Francisco presidirá la Sagrada Eucaristía en la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza de Pereira (Risaralda). En esta ciudad también sostendrá un diálogo con el clero diocesano.En su visita a la capital del departamento del Tolima, el Nuncio Apostólico estará en el Hogar de Paso para personas migrantes y en condición de vulnerabilidad, en el Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Ibagué y en el Santuario del Divino Niño, tan especial para esta comunidad. Además, se reunirá con los seminaristas de esta jurisdicción.El día miércoles 31 de enero, a las 3:00 p.m., monseñor Rudelli presidirá la Eucaristía en la Catedral de la Inmaculada Concepción, en Ibagué. Al día siguiente, se reunirá con los obispos de toda la provincia eclesiástica, conformada por la Arquidiócesis de Ibagué, la Diócesis de El Espinal, la Diócesis de Líbano-Honda y la Diócesis de Neiva.Durante estos meses y en diversas oportunidades, monseñor Paolo Rudelli ha expresado su alegría al sentir en Colombia una tradición católica tan arraigada, así como la fuerza viva de todos los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que hacen posible la evangelización, especialmente en aquellos territorios que tienen mayores retos sociales. De allí, su invitación a construir una Iglesia colombiana cada vez más participativa e inclusiva, que alcance a aquellos más necesitados en las periferias existenciales.

Vie 11 Ago 2023

Iglesia avanza con la formación de seminaristas en prevención de abusos, la nueva jornada se realizó en Ibagué

Durante tres días, el Seminario Mayor María Inmaculada de la Arquidiócesis de Ibagué, fue sede de un importante espacio de capacitación sobre cultura del cuidado en la Iglesia Católica colombiana, organizado por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Oficina Arquidiocesana del Buen Trato.En las jornadas, seminaristas y sacerdotes formadores de la Arquidiócesis de Ibagué y la Diócesis del Líbano-Honda, conocieron las líneas guía de la CEC y los documentos orientadores del magisterio pontificio en términos de prevención y detección de abusos en niñas, niños, adolescentes y adultos vulnerables; así como elementos clave asociados a la atención de víctimas.Las charlas y talleres estuvieron a cargo de la doctora Ilva Myriam Hoyos, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado de la CEC y la psicóloga Diana Marcela Suárez, miembro de este mismo organismo y encargada de la Oficina del Buen Trato de la Arquidiócesis de Bogotá. “Nadie está exento porque somos frágiles humanamente, somos vulnerados o vulneradores”, indicó la doctora Ilva; añadiendo también que no basta una reflexión si no se llega a la raíz de este fenómeno.“Hemos querido invitarles a una reflexión de carácter integral, insistiendo que no bastan medidas disciplinarias, no bastan normas, ni una reflexión, si no hay un sustento antropológico-teológico y si no queremos llegar a la raíz que es descubrir lo que el Evangelio nos pide: cuidarnos y especialmente tener una mirada respetuosa y digna con los pequeños”, advirtió la presidenta del Consejo Nacional.Por su parte, Juan Felipe Páez Chávez, seminarista de cuarto año de Configuración indica que lo aprendido y reflexionado durante estos días ha sido muy especial. “Debemos involucrarnos y tener conocimientos en aspectos legales, civiles y canónicos”, precisó. También señala que los participantes se han comprometido a fomentar la cultura del cuidado en esta Iglesia particular, “la comunidad del Seminario ha atendido este llamado de una manera muy grata, para convertirnos en agentes de pastoral integrales, que a la luz del Evangelio llevemos un mensaje de esperanza, a pesar de las situaciones de dolor, que han dejado tantas víctimas en Colombia y el mundo entero”.El padre Jhonatan Villamizar Andrade, vicerrector del Seminario Mayor María Inmaculada, destaca que ha sido una experiencia muy positiva, puesto que es necesario que los futuros pastores, y todos en general, aprendamos vivir desde la cultura del cuidado. “Cuidarnos los unos a los otros, en las relaciones sanas, saludables y de esta manera, generar entornos seguros en todos los niveles eclesiales”, precisó.

Mar 27 Dic 2022

Los Santos Inocentes: Un día para proclamar la vida y despertar la solidaridad con todos los que sufren

En este día 28 de diciembre la Iglesia conmemora a los Santos Inocentes, una oportunidad para hacer un homenaje y un llamado a la vida y al respeto de la dignidad de cada persona. El padre John Jaime Ramírez Feria, delegado de comunicaciones de la Arquidiócesis de Ibagué, ofrece una reflexión a partir de la lectura del evangelista San Mateo, que narra el momento histórico en que Herodes por su inseguridad y al sentirse amenazado por el niño de Belén, manda asesinar a todos los niños menores de dos años, esta es una realidad, dice el sacerdote, “que trae el llanto, el dolor y también el testimonio de aquellos pequeños inocentes que dan la vida por el Señor”. Observa que el día de los Santos Inocentes, no es un lugar para bromas, o para actos que ridiculicen lo religioso, es más bien un momento que invita a clamar por el respeto a la vida. “Este evangelio resalta la dignidad de cada persona, hoy cuando somos testigos de tantas violencias, de tantas crueldades, incluso desde el mismo momento de la concepción, el irrespeto a la vida, tantas víctimas del aborto, pero también tantos que sufren por la violencia, otras mujeres como Raquel, que lloran la pérdida de sus hijos”. El sacerdote concluye diciendo que, este es un día para proclamar la vida y para despertar la solidaridad con todos los que sufren.