Pasar al contenido principal

arzobispo de Santa Fe de antioquia

Jue 7 Nov 2024

Sobre “La Paz Total”

Por Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía- Cada gobierno “apellida” su plan de paces con armados ilegales y su propuesta de convivencia ciudadana. Este no es la excepción. Solo que aplicó apenas uno de los cuatro principios para el abordaje de la transformación, señalados sabiamente por el Papa Francisco en “La Alegría del Evangelio” (números 217 al 237): “El todo es superior a las partes”. Los otros tres son:1.”El tiempo es superior al espacio”.2.”La unidad prevalece sobre el conflicto”.3. “La realidad es más importante que la idea”.La idea de “totalidad” de los actores armados, si bien se asume a los “actores de la ilegalidad” contra todo derecho y de “la rebeldía contra todo el sistema”, no integra, directamente, como gran gestor estatal de paz frente al “enemigo interno”, desde el “monopolio de las armas”, la acción de la fuerza pública. Esta ha de ser llamada, no solo a disuadir, sino también a persuadir y a reintegrar, en la protección y defensa del bien común, a quienes se han alzado en armas.Este Gobierno ha dado un primer paso, importante al poner un jurista de talla internacional como ministro de defensa, e iniciar un “despegue de doctrina”, que convertía la fuerza estatal en un enemigo más de la paz y de los derechos humanos y civiles, afectados por la corruptela clasista y mafiosa.Creo que la permanencia y estabilidad en ese propósito se enfrenta con la tentación de agudizar la guerra que le hacen las ultraderechas, a coro con los grupos armados, “pescadores en río revuelto” a cada instante. “Volvimos a lo de antes”, “retrocedimos”: es su canto electorero para volver a los esquemas que llamaron de “seguridad democrática” o de “paz con legalidad”.Pero abrir ventanas de contacto y mesas de diálogo por todos lados, y lanzar propuestas tan audaces como la compra estatal de cosechas de coca y retoma de territorios “con oferta estatal integral”, o de financiar jóvenes pandilleros del conflicto urbano a cambio de que abandonen el asesinato y, por ende, las armas en las calles, son propuestas que requerirían:a) De un músculo muy fuerte de sociedad poblacional en cada territorio; b) De simultaneidad de ceses al fuego y simultaneidad de mesas; c) De concurrencias del Estado en sus instancias local, regional y nacional; d) De la inversión, financiamiento y acompañamiento duraderos por parte de la Nación y de la misma comunidad internacional.Estado, población, concurrencias territoriales y sectoriales, y una “hoja de ruta nacional, son un enorme desafío, que le daría el marco constitucional a la “Ley de paz total”, la 2272 de 2022, focalizando el propósito y confiándole las riendas a las poblaciones que se constituyan, a nivel municipal y de comunas urbanas y resguardos o entidades territoriales étnicas, como ACTOR CIVIL Y COMUNITARIO de la “Paz Total”.En suma, los constitucionalistas y el poder legislativo y judicial, junto al poder ejecutivo del Estado en cada instancia y a los poderes e instituciones sociales, requerirían sintonizarse en la pacificación nacional por vía de “democracia para la paz” , como está en la agenda que venía retomándose entre el ELN y el actual Gobierno.Entre otras, porque entrar de lleno en este segundo punto, seguido después del más motivacional ya firmado, el de “participación de la sociedad en la construcción de la paz”, podría y debería ser el nuevo arranque de esa envolatada mesa de diálogos.Interesar a la ciudadanía en este propósito resulta apremiante. Casos reiterados como crímenes y asesinatos de niñas y niños, ahora focalizados en el secuestro, abuso y despedazamiento de Sofía Delgado, deberían prevenirse con toda la “voluntad colectiva herida”, el caso de Candelaria y Villa Gorgona en el Valle del Cauca; quizás, con una revalidación ética o moral de la cédula de todo ciudadano, a modo de plebiscito o cabildo y /o audiencias públicas, como mecanismo de sensibilización y prevención de crímenes como este.A grandes males, más grandes remedios, más allá de griterías, quemas, linchamientos, cárcel y castigo, o tontos clamores de “pena de muerte” y cosas similares.Una población empoderada de su convivencia pacífica, de su desarrollo integral y de su solidaridad social, se vuelve actor y protagonista de la construcción de paz, ahora y más allá de uno u otro gobierno.+Mons. Darío de Jesús Monsalve MejíaArzobispo Emérito de Cali

Vie 11 Oct 2024

El poder de lo ordinario para salir en misión

Por Mons. Hugo Alberto Torres Marín - En la misa de clausura del XIII Congreso Nacional Misionero 2024, el cardenal Tagle resaltaba el “poder que los encuentros y acontecimientos humanos ordinarios tienen para entregar la Buena Nueva de Jesús”. Este principio lo reforzó con una anécdota simple. Le saluda una chica y él le pregunta si era religiosa, y ante el no, le dijo “todavía no”. Estas palabras desencadenaron la inquietud vocacional de la chica y como consecuencia ingresa a una comunidad de Benedictinas. El gran misionero San Pablo sí que aprovecha los acontecimientos ordinarios de su confrontada vida para entregar a Cristo y mantenerse en salida misionera, pide a los Colosenses que oren por él para que en la cárcel pueda “aprovechar toda ocasión para entregar el anuncio como es debido” y les recomienda que “no desaprovechen las ocasiones y lo hagan con un lenguaje agradable, sazonado con sal” (Col 4,4.6).El Papa Francisco, con su estilo pastoral y en su magisterio, es reiterativo al pedir a los agentes de la evangelización, todos los bautizados y, de modo especial, a los consagrados, que aprovechen todas las oportunidades y maneras de relacionamiento para salir de sí mismos al encuentro solidario con los otros para entregar el Evangelio, superando los miedos, los círculos cerrados, las relaciones impersonales a veces favorecidas por las tecnologías (EG 87).Reconoce el Papa que salir a la entrega del Evangelio en la cotidianidad de la vida diaria es siempre un riesgo; la presencia del otro con sus realidades, vivencias y necesidades, siempre interpela, pero a la vez contagia permitiendo experimentar la fuerza renovadora del encuentro interpersonal, este encuentro cuando es “sazonado con sal”, genera como el mismo lo expresa “la revolución de la ternura” (EG 88).El Octubre Misionero 2024 es un llamado “a ir e invitar a todos al banquete” (Mt 22,9) y para logarlo sí que hace falta recuperar el “Espíritu” que llama, unge y envía a la salida misionera. Esta salida no precisa tanto elaborar grandes parafernalias misioneras, pero sí recuperar la disponibilidad, la alegría, la creatividad y sagacidad para aprovechar los momentos ordinarios para la misión, para el encuentro personal con el Evangelio y para ser puente que facilita a otros, el encuentro transformador.Lo decía esta semana una de las madres participantes en la segunda sesión del Sínodo de la Sinodalidad: “El bautizado como el ministro ordenado, vive y confirma el bautismo para ser enviado a la misión, preocupa que muchos consagrados no viven el envío sino el contrato”. Qué peligro que las estructuras, las posiciones, las órdenes recibidas (obispo, presbítero, diácono, consagrado), los convenios para servicios misioneros, terminen obstaculizando la fuerza del envío recibido.Este mes misionero es una bella ocasión para hacer que las acciones misioneras ordinarias faciliten encuentros extraordinarios.+Hugo A. Torres MarínArzobispo de Santa Fe de Antioquia

Jue 30 Mayo 2024

Iglesias particulares de Antioquia y Chocó fortalecen su conocimiento y compromiso para la prevención de abusos y violencias

Entre el 22 y el 24 de mayo, en el municipio de Santa Fe de Antioquia, se llevaron a cabo las nuevas jornadas de capacitación que adelanta la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) sobre atención y prevención de abusos y violencias. En esta oportunidad, las conferencias y talleres contaron con la participación de cerca de 300 personas de diversas instituciones eclesiásticas de la Arquidiócesis de Santa Fe de Antioquia y de las diócesis de Apartadó, Santa Rosa de Osos, Quibdó e Istmina-Tadó. Entre ellas, sacerdotes, religiosas, seminaristas, catequistas, agentes pastorales, laicos comprometidos y colaboradores de los diversos organismos encargados de este trabajo en cada Iglesia particular.Buscando articular este trabajo con otros actores territoriales para animar la conformación de un sistema para la cultura del cuidado que transcienda los entornos eclesiales en las diferentes jurisdicciones, asistieron también comisarios de familia.Al cierre de los espacios, monseñor Hugo Alberto Torres Marín, arzobispo metropolitano, destacó que, aunque la Iglesia siempre se ha preocupado por el cuidado de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables desde su misma misión, “ahora lo ha ratificado con toda la legislación que ha venido implementando”. Agregó que hoy, a partir de espacios de formación como estos, se tiene mayor conciencia de la relevancia de este trabajo.“Nos quedan más claros los procesos y el cómo actuar. Segundo, muy importante también para nosotros, nos recordaron la necesidad de esa relación que tenemos que tener con los entes públicos y cómo no podemos quedarnos sin buscarlos, sin acceder a ellos, sin darles la información y sin marcar una transparencia en nuestros procedimientos”, remarcó monseñor Hugo.El prelado afirmó, además, que, tras las jornadas, queda un compromiso importante para todos frente a la aplicación de los fundamentos y herramientas sobre cultura del cuidado en los diversos entornos eclesiales de la provincia, pero también en cuanto a su réplica en otros entornos sociales: “Esa es una de las tareas que nos queda también para lograr promoverlo a colegios, a organizaciones, a grupos sociales, porque eso ya es una cultura universal”.El Arzobispo de Santa Fe de Antioquia también se refirió a la necesidad de trabajar de manera más articulada entre las diversas Iglesias particulares que conforman la provincia. Reconoció que hay algunas, como la Diócesis de Santa Rosa de Osos y allí mismo, la Fundación Universitaria Católica del Norte, que tienen un proceso mucho más avanzado en este sentido, que vale la pena aprovechar para impulsar a las demás:“Hay una tarea que se nos puso desde el principio y es que la Arquidiócesis como provincia cabeza de provincia, pues haga sonar la provincia. La única manera de hacer de la provincia es primero que nos reconozcamos, nos integrantes, reconozcamos las potencialidades que hay en cada una de las jurisdicciones y las aprovechemos”.Por su parte, monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó y administrador apostólico de Quibdó, reconoció que este trabajo responde a la insistencia del papa Francisco para que no exista ningún tipo de tolerancia ante cualquier tipo de abuso, lo que exige coherencia y coraje. Por ello, destacó la participación activa de los representantes de las instituciones presentes en estas jornadas, para instruirse más sobre las formas correctas de hacerlo.Para Wendy Liseth Mosquera, canciller de la Diócesis de Istmina-Tadó, esta formación ratifica un cambio importante por parte de todos los miembros de la Iglesia sobre cómo actuar ante esta dolorosa realidad:“Ahora siento que el clero, todos en general, laicos, fieles, hemos entendido que no hay que minimizar, que no hay que callar, que esto es en beneficio de todos (…) Esto nos está enriqueciendo y empoderando”, expresó la canciller.Fundamentos canónicos; desafíos, líneas guía y buenas prácticas para la cultura del cuidado, factores de riesgo y factores de prevención; atención y reparación integral a víctimas; y comunicación para cuidar, fueron algunos de los temas abordados durante estos espacios por parte de los miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y del Secretariado Permanente de la Conferencia Episcopal de Colombia, así como por el presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, monseñor Pedro Mercado.De manera especial, una de las jornadas contó con la participación de profesores y 45 estudiantes de los grados décimo y undécimo del Instituto Arquidiocesano Urbano y Rural (IAUR) de Santa Fe De Antioquia. Allí pudieron comprender la relevancia del tema y de su rol frente en la consolidación de bases sólidas para el cuidado desde la formación inicial, también trazar algunas tareas concretas a desarrollar, así lo expresó María Orfa Henao, rectora del IAUR:“Creo que mi mayor reto y que me lo llevo como una meta a trabajar es el trabajo del currículum. Cómo la cultura del cuidado debe ser construida desde el currículo, cómo no lo podemos dejar a un lado; la formación de de los chicos y chicas debe ser formación del ser y sobre todo una formación que los prepare para enfrentarse a los diferentes retos que se les van a presentar en la vida, eso tiene que pasar por su valoración, por su apropiación, por su empoderamiento (…) Creo que los docentes somos fundamentales en este proceso, somos los los encargados de acompañar a nuestros estudiantes en ese crecimiento personal que ellos están viviendo. Somos los que construimos los objetivos, las estrategias, las metodologías y las temáticas a través de las cuales les vamos a aportar en esa formación del ser”.Las jornadas pedagógicas adelantadas en Santa Fe de Antioquia fueron las terceras realizadas durante este 2024 en el marco de la iniciativa ‘Iglesias Seguras y Protectoras’. Las dos restantes se llevarán a cabo el próximo mes de junio en la Provincia Eclesiástica de Tunja y en la Provincia Eclesiástica de Barranquilla. Esto, gracias al interés de los obispos colombianos por seguir fortaleciendo la prevención a nivel territorial y al auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos para poder financiar las actividades.Vea a continuación el informe audiovisual:Para conocer más detalles sobre el trabajo de la Iglesia sobre cultura del cuidado, ingrese aquí.