Vie 15 Feb 2019
Llega la caminata “Huellas de Ternura” a la frontera colombo ecuatoriana
Unos 500 niños y niñas de Ipiales de las escuelas de Conaced (Confederación Nacional Católica de Educación), junto a docentes, directivos, agentes de pastoral social, padres, madres y acudientes marcharon hasta el puente de Rumichaca, zona fronteriza de Colombia y Ecuador, para hacer entrega de la cometa de los colores–símbolo de la caminata– a una delegación de docentes y niños de Fe y Alegría de Tulcán.
Esta acción fronteriza fue posible gracias al apoyo de la Pastoral Social Cáritas de Ipiales y el programa Puentes de Solidaridad, Cáritas Luxemburgo y el secretariado de pastoral social Cáritas Colombia a través del Programa Centralidad de la Niñez en el marco de la caminata Huellas de Ternura, cuyo fin es sensibilizar a las familias, escuelas e iglesias sobre el valor de la ternura como modelo de crianza y cuidados.
Desde las 9 de la mañana las delegaciones de niños, niñas y adolescentes de 6 colegios católicos fueron acogidas en la sede del Banco de la República en Ipiales, quienes recibieron la bienvenida por parte del sacerdote Vicente Legarda, director de pastoral social Cáritas de Ipiales.
Portando pancartas, pitos, dibujos, cometas, los niños, niñas y adolescentes bajo la consigna de “cero violencia, 100 por ciento ternura” marcharon hasta el fronterizo puente de Rumichaca, escoltados por el cuerpo de bomberos, la policía nacional y policía de tránsito.
Construyendo puentes de solidaridad y ternura
“Viva Colombia, viva Ecuador, vivan los pueblos hermanos”. Bajo esta consigna una delegación de unos 20 niños de las escuelas Fe y Alegría de Tulcan recibió de los 500 niños de Ipiales la cometa de colores en el paso fronterizo de Rumichaca.
En el puente, el padre Legarda agradeció a las delegaciones: “Queridos niños de Colombia y de Ecuador, la cometa que hoy le entregamos es el signo de esta caminata para recordarnos a nosotros los adultos de dar nuestra palabra en favor del respeto de los derechos de los niños”.
Manifiesto de los niños y las niñas de Ecuador
Una vez hecha la entrega formal, Mariana Carrera, delegada por Cáritas Ecuador, acompañada de Lorena Rodríguez, coordinadora de educación primaria de la Confederación Ecuatoriana de Educación Católica, acompañaron a una de las niñas de los colegios de Fe y Alegría quien hizo lectura del manifiesto de los niños de Ecuador.
“Es un momento muy emotivo tanto para Ecuador como Colombia, decimos de manera recíproca gracias por lo que hacen, porque queremos paz y no violencia.”, ha recordado Carrera en nombre de las organizaciones de Ecuador y que hicieron posible las acciones de la caminata.
“Ante los hechos de violencia que se presentan todos los días como peleas en la casa, en la calle, en la escuela, maltrato, insultos y golpes, como niños y niñas pedimos a la sociedad, a nuestros padres, a nuestros maestros, a los políticos y a los que dirigen las instituciones, queremos que haya tolerancia entre las personas de las diferentes nacionalidades, buen trato en nuestros colegios, en nuestros hogares, en todos los espacios públicos, que nos traten con amor, con ternura y con respeto”. Estas han sido las peticiones más resaltantes del manifiesto que niños y niñas de las escuelas de Tulcán prepararon como parte de los actos en frontera.
4 mil portadores de ternura en Tulcán
En simultáneo colegios católicos de Tulcán, en el lado de Ecuador también realizaron su movilización en la que participaron cerca de 4 mil niños, niñas y adolescentes. Desde el parque Ayora, a las 9 de la mañana, las delegaciones se concentraron hasta llegar en procesión al coliseo 19 de noviembre.
Del lado ecuatoriano la organización estuvo a cargo de la Confedec de Carchi, representada por su presidenta, la religiosa bethlemita Vilma Yépez, acompañada por organizaciones como Cáritas, Fe y Alegría y World Vision Ecuador.
“Es la primera vez que se reúnen los colegios católicos de esta zona, es su primera marcha y seguiremos trabajando unidos pues esto es apenas el comienzo”, ha dicho la hermana Vilma Yépez.
La eucaristía de la ternura en la que los protagonistas fueron los niños fue oficiada por el padre Lenín Hernández, vicario de la diócesis de Tulcán, quien durante la homilía invitó a la multitud a convertirse en portadores de la ternura, “no es cuestión de un solo día, debemos asumir la misión a diario, toquemos corazones, construyamos la paz con ternura, construyamos una educación en la verdad y no en el engaño, es por eso que estamos acá, y no debemos cansarnos nunca de decir que queremos la paz”.
Antes de la bendición despedida, la delegación venida del puente Rumichaca entrego la cometa venida desde Colombia, la cual fue recibida por las juntas directivas de los colegios allí presentes.