Mié 26 Abr 2017
El Papa Francisco anima a la revolución de la ternura en charla TED
El Papa Francisco exhortó para que a través de la educación en la fraternidad y la solidaridad concreta se puede superar la cultura del descarte.
El Papa Francisco hizo una invitación al encuentro entre las personas, la solidaridad y animar la revolución de la ternura. Así lo manifestó este martes durante una sorpresiva participación en las conferencias TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño) que se celebró en Vancouver, Canadá y que tiene este año como tema: “El futuro eres tú”.
El Pontífice, a través de una video conferencia, recordó que la existencia de cada persona está ligada a la de otro ser y que por ello, la vida debe estar impregnada por un permanente encuentro con las necesidades, carencias y dones que tiene cada individuo. Igualmente, hizo especial referencia para que este encuentro esté orientado a realidades como la de los migrantes, presos, jóvenes desempleados y personas enfermas.
"El futuro de la humanidad no está solo en las manos de los políticos, los grandes líderes, o las empresas, sino en las manos de personas que reconocen al otro con un tú y como parte de nosotros"
“Todos necesitamos de todos, ninguno es una isla y el futuro debe ser construido juntos”, aseguró el Papa, quien se dirigió a los participantes en italiano.
Inspirado en el pasaje bíblico del Buen Samaritano, el Papa llamó a la solidaridad, entendida como “una respuesta libre que nace del corazón de cada uno”, por ello explicó que para participar de la solidaridad es necesario la memoria, el coraje y la creatividad. “No bastan los buenos propósitos que solo sirven para tranquilizar conciencias, sino el amor requiere de una respuesta concreta e ingeniosa”, aseguró.
En esta misma tónica, invitó para que “el otro” no sea visto como un número o una estadística, “el otro tiene un rostro concreto, es un hermano a quien cuidar”, subrayó.
Durante su intervención, que duró cerca de 18 minutos, invitó reiteradamente a los participantes a trabajar juntos, a no dejar a las personas y a los pueblos “tirados por el camino” y recordar que cada uno es “precioso e irremplazable”.
“En la noche de conflicto que vivimos, cada uno puede ser una vela que nos recuerda la luz que prevalece sobre las tinieblas”, afirmó el máximo jerarca de la Iglesia.
Finalmente, animó a emprender una revolución de la ternura que se caracterice por el amor que se acerca y se hace concreto, que usa los sentidos para conocer las necesidades de las personas y del medio ambiente. “La ternura no es debilidad, sino fortaleza. Usa el amor y el corazón para acariciar al otro y cuidarlo”, concluyó.