Vie 9 Jun 2023
Obispos definen nuevos criterios de acción en su trabajo por la paz del país
Ante la grave crisis humanitaria que padecen actualmente diferentes comunidades en Colombia a causa de situaciones asociadas al conflicto armado, desde este jueves 8 de junio los obispos de 26 jurisdicciones eclesiásticas del país, adelantan un encuentro de trabajo en la Arquidiócesis de Cartagena, acogidos por su arzobispo, monseñor Francisco Múnera Correa. Esto, bajo el propósito fundamental de identificar, a la luz del Evangelio, criterios y estrategias de acción pastoral que le permitan a la Iglesia Católica continuar dando respuestas efectivas y unificadas ante esta realidad, así como concretar esfuerzos por la paz territorial en las diferentes jurisdicciones eclesiásticas.
Durante la apertura de la reunión monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), expresó que este es un encuentro de esperanza y que la guerra y el conflicto no pueden pasar por encima de ella. “El Señor nos sorprenderá y nosotros nos dejaremos sorprender. Nos iluminará y nos mostrará los caminos que debemos seguir. Queremos permanecer reunidos en el riesgo maravilloso de la escucha”, añadió el prelado.
El encuentro es acompañado por representantes del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) y la Oficina de Relaciones Iglesia-Estado de la CEC (RIEC), quienes, junto a miembros del equipo de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), apoyan desde la dimensión técnica, el discernimiento de los obispos. Hace presencia también en la reunión un delegado de la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC), de tal manera que se puedan articular acciones de manera efectiva.
De acuerdo con el padre Rafael Castillo, director del SNPS, una de las primeras consideraciones que se ha hecho allí es la urgencia de que todos los actores logren entender que la paz no es solo ausencia de conflicto, sino la creación de un contexto local y nacional de progreso y desarrollo garantizado, donde los derechos y los deberes sean marcos de referencia, y donde la justicia económica, política y social estén garantizadas.
Una misión por la paz inspirada en el Evangelio, que trasciende proyectos políticos
Por su parte monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Soacha y presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), ha dicho que las reflexiones y encuentros sostenidos allí los llevarán a concretar una agenda renovada para el trabajo por la paz y reconciliación en el país. “La Iglesia tiene un proyecto de paz que está más allá de lo que pueda proponer un gobierno de turno y nosotros no nos limitamos solo a la paz social y territorial, sino que la paz nuestra empieza en el corazón de la persona, en la familia, en la escuela, en ambiente de trabajo, entre los vecinos, pero que también se refleja en el ámbito nacional, como se vive en cada uno de los territorios”. Esto, haciendo referencia a lo que inspira el Evangelio y propone la Doctrina Social de la Iglesia.
Al respecto monseñor Barreto indicó que ese trabajo está guiado también por el documento titulado ‘Hacia una pastoral para la reconciliación y la paz’ publicado por la CEC, en el que se indican los criterios centrales del trabajo de la Iglesia Católica en estas dimensiones, orientados especialmente hacia la no violencia y la protección de la dignidad humana. “Apostamos por el diálogo, creemos que este esfuerzo de paz sea muy identificado. La Iglesia trabaja con otros actores, pero tiene independencia, tiene una autonomía y una identidad propia”, ha precisado el obispo.
Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de la Diócesis de Buenaventura afirmó que este encuentro está también inspirado en el llamado a la sinodalidad que ha hecho el papa Francisco a toda la Iglesia universal; “caminar juntos también en los momentos difíciles y buscar salidas conjuntas a la situación que hoy el país y como Iglesia ser luz en medio de tantas oscuridades”.
A propósito del trabajo de acompañamiento y mediación para el diálogo que ha venido liderando monseñor Jaramillo desde el año pasado en su diócesis con miembros de las bandas delincuenciales que se disputan ese territorio, conocidas como los “Chotas” y los “Espartanos”, dijo que es un proceso que tiene como prioridad salvar vidas. “Nos interesa salvar las vidas de los colombianos, de los hijos de Dios. Es nuestra misión ir a buscar la oveja perdida. Los muchachos que están en el conflicto son ovejitas que tenemos que ir donde ellos para ayudar también a salvar esas vidas y que también para que ellos no actúen y salvemos muchas otras vidas de nuestros conciudadanos”, agregó.
Ante la violencia, la discordia y la división; el amor: el llamado de monseñor Rueda a Colombia
La primera jornada del encuentro finalizó este jueves con una solmene Eucaristía presidida en la Iglesia de Santo Domingo por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), quien inició la celebración pidiendo para el país el don del respeto a la vida, la reconciliación y la paz; por la salud del papa Francisco; así como por las vocaciones, de manera especial, por los seminaristas y formadores del Seminario Provincial San Carlos Borromeo de la Arquidiócesis de Cartagena.
En su homilía el Primado de Colombia afirmó que, durante este encuentro, a partir de las reflexiones que han estado realizando, se han preguntado qué es lo que el Señor quiere y espera de parte de la Iglesia, no solo de los consagrados, sino de todo el pueblo de Dios, en este momento difícil que vive el país. Al respecto, indicó que la respuesta la dio el Señor en este día a través de su Palabra, señalando el amor como la cura ante el dolor causado por tanta violencia, discordia y división que se vive. “El mandamiento central es la respuesta de lo que Dios quiere de nosotros, Dios quiere que lo amemos y que nos amemos”, agregó monseñor Rueda.
Finalmente, el prelado enfatizó también en que, a pesar de la incertidumbre, las heridas y el temor que muchos colombianos sienten hoy, no hay que abandonar el país y tampoco perder la fe y la esperanza por un mejor presente y futuro. En este sentido precisó tres invitaciones a todos los colombianos: 1. Reconocer y afianzar nuestra certeza de que Dios nos ama y que ha enviado a su hijo para salvarnos. 2. Proponernos que ese amor que recibimos de Dios se traduzca en amor al prójimo y que nos ayude a hacernos más cercanos. 3. Seguir anunciando el reino de Dios.
Durante este viernes 9 de junio los obispos profundizarán en temas como el funcionamiento del Mecanismo de Verificación y Monitoreo del cese al fuego, y el rol que cumplen la sociedad y la Iglesia en su acompañamiento en los territorios afectados por el conflicto. Al tiempo, abordarán los avances y desafíos de articulación de las tres instancias que desde la Conferencia Episcopal acompañan directamente estos procesos: la Comisión de Conciliación Nacional, el Secretariado Nacional de Pastoral Social y la Oficina delegada para las Relaciones Iglesia – Estado.