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cuidado de la casa común

Vie 13 Sep 2024

En la Amazonía colombiana, el Vicariato Apostólico de Inírida forma cuidadores indígenas del medio ambiente

El Vicariato Apostólico de Inírida, bajo el liderazgo de monseñor Joselito Carreño Quiñones, inició el proyecto de formación de “Cuidadores Indígenas de la Casa Común”. Se trata de una iniciativa que busca generar conciencia medioambiental y transmitir herramientas para que estas comunidades, que históricamente han custodiado la Amazonía colombiana, puedan mejorar sus prácticas para el cuidado de este territorio tan importante para el país y para el mundo.En esta primera fase de la iniciativa que se adelanta desde el mes de agosto, participan 40 líderes y lideresas indígenas de las etnias Puinave y Cubeo, pero la apuesta de la Iglesia es poder llevar este aporte a los 14 grupos étnicos presentes en estevicariato del departamento del Guainía.La iniciativa está inspirada en las enseñanzas de la EncíclicaLaudato Si’y en la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’ del papa Francisco. Se desarrolla bajo el modelo CDAE que implica cuatro dimensiones: contemplación, discernimiento, acción y evaluación.De acuerdo con los encargados del proceso, esta metodología fomenta un enfoque intercultural que une la espiritualidad cristiana con las diversas espiritualidades indígenas, valorando los conocimientos ancestrales a través del intercambio cultural.Monseñor Joselito, Vicario Apostólico, mencionó que uno de los objetivos centrales de este proyecto es realizar un trabajo de construcción colectivo desde el intercambio de experiencias entre los saberes ancestrales de estas comunidades originarias y el conocimiento y desarrollo científico de occidente.Nora Elena Vélez Acevedo, directora de proyectos en la rectoría de la Uniminuto, sede Orinoquía, compartió que la idea es también aportar al fortalecimiento del plan de vida de los miembros de los cinco resguardos que participan. También manifestó que se encuentran gratamente sorprendidos por el compromiso de los participantes por el cuidado que brindan a su casa común.“Hemos logrado, tal vez, la más importante apuesta de este proyecto y es la de crear espacios de encuentro que fortalezcan la identidad y la autonomía de los pueblos indígenas en torno al cuidado de la Amazonía. Las apuestas son vivencia espiritual y, más que representar un grupo especial, representamos una apuesta de testimonio de lo que es el territorio, el Evangelio y el sentimiento cristiano del cuidado de la Amazonía y por supuesto,, el cuidado de nosotros mismos”.El programa, que incluye cuatro encuentros presenciales de cinco días, en los que se abordan los cuatro sueños del Santo Padre para la Amazonía, se adelanta en colaboración con la UNIMINUTO y gracias al apoyo de ADVENIAT, organismo financiador del proyecto.Los miembros de las comunidades indígenas que participaron del encuentro, coincidieron en que, como comunidades indígenas, tienen un amplio conocimiento sobre el territorio y la naturaleza, que, siendo transmitidos a los jóvenes, podrán preservar la identidad cultural. De forma que, este primer encuentro entre comunidades les permitió recordar que los une el conocimiento y las tradiciones del territorio.Vea a continuación el informe audiovisual elaborado por el Vicariato Apostólico de Inírida, a través de VICINIRIDA TV:

Vie 30 Ago 2024

En septiembre: el papa Francisco pide rezar por el cuidado del planeta y por las víctimas de catástrofes ambientales

La intención de oración del papa Francisco para septiembre es por el clamor de la Tierra. El pontífice afirma que esta Casa Común “tiene fiebre y se encuentra mal, como cualquier enfermo”.En el videomensaje, difundo por la Red Mundial de Oración del Papa, el Papa pide “hacer frente a las crisis ambientales causadas por el hombre”, con las que los más afectados terminan siendo los pobres; recuerda la necesidad de la lucha contra la pobreza y la protección de la naturaleza, por lo que afirma que las respuestas no pueden ser solo ecológicas sino también sociales, económicas y políticas.En esta ocasión, el video fue producido con el apoyo del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Se enmarca en el llamado Tiempo de la Creación, época del año en que la Iglesia se moviliza tradicionalmente para reflexionar sobre el cuidado de la casa común. También está conectado con la Jornada Mundial de Oración por la Creación que se celebrará el próximo 1 de septiembre.Para el papa Francisco “la lucha contra la pobreza” y “la protección de la naturaleza” son dos caminos paralelos, que deben recorrerse de la misma manera: “cambiando nuestros hábitos personales y los de nuestra comunidad”. El hombre, víctima de la crisis medioambiental, puede, por tanto, ser también artífice del cambio, y las imágenes de El Video del Papa así lo demuestran: desde la gestión de los residuos a la movilidad, pasando por la agricultura y la propia política, hay mucho por hacer y todo depende de nosotros. Porque el destino del hombre y el destino de la creación -como ha reiterado Francisco en su Pontificado, primero con la encíclica Laudato si' (2015) y después con la exhortación apostólica Laudate Deum (2023)- no pueden separarse.“Oremos para que cada uno de nosotros escuche con el corazón el clamor de la Tierra y el clamor de las víctimas de las catástrofes ambientales y del cambio climático, comprometiéndonos personalmente a cuidar el mundo que habitamos”, así concluye el Santo Padre su mensaje.Vea el video a continuación:

Vie 4 Sep 2020

El Jubileo de la Tierra

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En estos días celebramos el JUBILEO DE LA TIERRA, vivimos en un mundo complejo, con profundos cambios sociales en una humanidad que también tiene unos retos inmensos, en campos diversos, que afectan a los hombres y a la persona humana en todos los lugares de la tierra. Esta situación no se debe solamente a la grave situación que nos aflige, con el masivo contagio del virus COVID-19. Son muchos los elementos que se unen para mostrarnos este panorama ecológico terrible, la destrucción de los bosques de la tierra, la explotación desmedida de los mares y de sus recursos pesqueros, la actividad minera intensiva -legal o ilegal- para extraer minerales y recursos para la producción industrial, el uso indiscriminado de los combustibles para producir energía, con el desprendimiento del carbono en cantidades ingentes. El hombre, en todos los confines de la tierra ha asumido una actitud de aprovechamiento desmedido y desordenado de los recursos de la tierra, llevando al límite las capacidades de regeneración del equilibrio de la naturaleza. Todos somos conscientes de estos cambios que han sucedido en los últimos decenios y que nos afectan directamente con el llamado cambio climático. Son muchas las tragedias que hemos experimentado entre nosotros por los huracanes, las temporadas excesivas de lluvia o la sequía. Particularmente la escasez de agua potable, que es la protagonista de estas crisis que afectan a muchos pueblos de la tierra. En muchos campos el hombre busca su bienestar, su alimentación, su transporte. Todo ello ha afectado el equilibrio de la tierra con desmedidas emisiones de gas carbónico. Estas emisiones llegan a ser 35 millones de millones de toneladas de gas carbónico, en el año 2019. Estos días, entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre de 2020, se celebrará el “JUBILEO DE LA TIERRA”, que comienza con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. El Papa FRANCISCO, desde el inicio de su “Solicitud por todas las Iglesias”, como Obispo de Roma, nos ha invitado a una “Conversión ecológica” (Cf. Encíclica Laudato Si’, ns. 5,8, 216,221). El Papa FRANCISCO nos invita a empeñarnos en esta tarea del cuidado de la creación con muchas acciones precisas con las cuales evitaremos dañar el planeta, alejando la posibilidad de dañar la creación de Dios, asumiendo también la conversión de esos pecados (una sociedad de consumo desmedida, el uso excesivo del plástico, el desperdicio del agua potable, el no reciclar los bienes materiales, la destrucción de los bosques y la naturaleza, el mal uso de la electricidad). Hace 50 años se estableció en la humanidad “El día de la Tierra”, en ambientes ecologistas de los Estados Unidos de América. El Papa FRANCISCO en el rezo del Angelus, del día 30 de agosto 2020, nos recordó que “Celebramos con nuestros hermanos y hermanas, cristianos de diversas Iglesias y tradiciones el “Jubileo” de la tierra, para conmemorar el establecimiento, hace 50 años, del “Día de la Tierra” y que dará inicio con el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación”. Este es un gran reto para los católicos y para todos los cristianos, esta es una tarea que también otras Iglesias, como la gran Iglesia hermana de Constantinopla, con el Patriarca Bartolomeo han emprendido. El Santo Padre en este mensaje que ahora ha escrito para este Jubileo nos indica una gran enseñanza a partir de una frase del libro del Génesis “Dios vio que era bueno” (Gen 1, 25), nos enseña qué es este Jubileo con cinco grandes actitudes: el Jubileo es un tiempo para recordar, regresar, descansar, reparar, y alegrarse. Tiempo para recordar: Que Dios es el destino eterno de la creación y haciendo memoria de la vocación original de la creación, en el respeto de las obras de Dios y de las relaciones entre los hombres. Tiempo para regresar: Para volver atrás y arrepentirse del daño causado a la creación, rompiendo con Dios. Es el “tiempo para volver a Dios, nuestro creador amoroso”. Debemos pensar en el destino de los bienes de la tierra como “herencia común, un banquete para compartir con los hermanos” (n. 2). Tiempo para descansar: Dios estableció el reposo del Shabat, el sábado, que los católicos vivimos en el Domingo de la resurrección del Señor. De frente al clamor de la creación, ocasionada por el daño ecológico es necesario hacer descansar la tierra. Dice el Papa “hoy necesitamos encontrar estilos de vida equitativos y sostenibles que restituyan a la tierra el descanso que merece, medios de subsistencia suficientes para todos, sin destruir los ecosistemas que nos mantienen” (n. 3). Es necesario redescubrir estilos de vida más sencillos y sostenibles. Hay una gran llamada a evitar aspectos nocivos y nuevas formas de relaciones entre los hombres. Tiempo para reparar: Una invitación a reparar la armonía original de la creación y a sacar las relaciones humanas perjudiciales. Es necesario reparar la enorme deuda ecológica. Propone el Santo Padre asegurar los incentivos para la recuperación de muchas maneras y formas, para mirar el mundo con cariño y sentirlo como propio. Todos los pueblos están siendo invitados a asumir estas tareas. Tiempo para alegrarse: Por la respuesta ecológica, sabiendo que la relación con el Creador puede ser mejor. “Las cosas pueden cambiar” (FRANCISCO, Encíclica Laudato Si’, n. 13). Nos invita el Papa a “crear un mundo más justo, pacífico, sostenible”. Estas reflexiones del Papa FRANCISCO son fundamentales para el tiempo actual, mirando a Jesucristo, el Señor del tiempo y de la historia, que hace nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21,5). Tenemos que cambiar y reconocer la importancia de la tierra, de la naturaleza, del jardín maravilloso en el cual nos ha puesto el Creador, y sobre el cual tenemos la gran responsabilidad del cuidado de esta “casa común”. Reflexionemos. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo Diócesis de Cúcuta

Jue 5 Mar 2020

Querida Amazonía

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Para un lector o actor desprevenido, este título podría sugerirle una declaración sentimental, o el título de un nuevo libro sobre esta importante franja de la tierra o una poesía para exaltar su belleza y singularidad. Pero la mirada atenta a una preocupación fundamental que el Papa Francisco, con insistencia y convicción ha querido posicionar en el mundo de hoy, como es el grave asunto de tomar en serio y responsablemente una “ecología integral”, permite a la Iglesia universal y a la sociedad global, conocer la Exhortación Apostólica así titulada. Ella recoge un serio discernimiento, juiciosamente desarrollado en varias etapas, en actitud profunda de escucha y sinodalidad, sin veto alguno a temas por clarificar y profundizar, para que al final de esta parte del camino emprendido, pudiéramos compartir el conocimiento más cercano de una realidad como es la de la Amazonía, no como realidad aislada sino de interés universal, vista en sus implicaciones éticas, sociales, económicas, políticas, culturales así como también religiosas y eclesiales. Como tantas visiones proféticas que llaman la atención en un momento dado de la historia, ésta, sin duda, a medida que se vaya entendiendo su carga de profundidad, por tratarse de tema de máximo interés y mucha actualidad, seguramente irá encontrando las respuestas adecuadas y responsables, especialmente de los Estados y gobiernos, en la toma de medidas para favorecer el bien común y la supervivencia de toda la humanidad. Quisiera llamar la atención sobre el hecho de que ya en la V Conferencia General del episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida (2007), como antecedente, con la presencia e influencia notable del entonces Cardenal Jorge Bergoglio, ahora Papa Francisco, hubo una alerta sobre la necesidad de tomar muy en serio este tema: en efecto en la mirada a la realidad del continente, al referirse a la biodiversidad, ecología, Amazonía y Antártida, constata que “América Latina es el continente que posee una de las mayores biodiversidades del planeta y una rica socio diversidad, representada por sus pueblos y culturas”, destacando que “Un ejemplo muy importante en esta situación es la Amazonía”. Y en nota de pie de página hace un inventario de lo que esto significa: “…ocupa un área de 7.01 millones de kilómetros cuadrados que corresponden al 5% de la superficie de la tierra; al 40% de la superficie de América del Sur; contiene el 20% de la disponibilidad de agua dulce no congelada. Abriga el 34% de las reservas mundiales de bosques y una gigantesca reserva de minerales. Su diversidad biológica de ecosistemas es la más rica del planeta. En esa región se encuentra cerca del 30% de todas las especies de la fauna y flora del mundo” (Cfr D.A. 83-84). Y al final, en las propuestas pastorales se habla de “Crear conciencia en las Américas sobre la importancia de la Amazonía para toda la humanidad… Y apoyar con los recursos humanos y financieros necesarios, a la Iglesia que vive en la Amazonía para que siga proclamando el evangelio de la vida y desarrolle su trabajo pastoral en la formación de laicos y sacerdotes a través de seminarios, cursos, intercambios, visitas a las comunidades y material educativo”. (Cfr D.A. 475). “Querida Amazonía”, responde con creces y con abundancia de reflexión y argumentos, ahora como llamado global y muy serio, en cabeza del Papa Francisco, a lo que en Aparecida fuera un deseo, que, en los planes de Dios, empieza a tomar fuerza en la Iglesia universal y como profético llamado a toda la humanidad, que tiene sin duda, como un referente cumbre y marco esencial de discernimiento, la carta encíclica Laudato Si, sobre el cuidado de la casa común. Estamos invitados a profundizar en su contenido y tomado muy en serio, aplicarlo en todos los escenarios y situaciones. Con mi fraterno saludo y bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Lun 3 Feb 2020

Inicia Asamblea del Episcopado, con llamado a una mayor conciencia socio-ecológica

Tres aspectos han marcado la ruta de trabajo de la Iglesia colombiana en estos últimos tres años: el mundo de la política, la economía y el medio ambiente; este último será el tema central de reflexión de los cien obispos que participan, durante esta semana, en la Centésima Novena (CIX) Asamblea Plenaria del Episcopado. Así lo explicó monseñor Óscar Urbina Ortega, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien enfatizó que el mundo de hoy quiere ocultar a Dios, ser postcristiano y ser indiferente ante hechos marcados por el desencanto de la política, la religión, la violencia, el terrorismo, la ética, la droga, los atentados contra la vida, la dignidad de las personas, el ataque a la familia, las nuevas tecnologías, la mezcla del rostro mestizo de los pueblos y la depredación de la casa común. Al referirse a este último, recordó cómo en los múltiples escenarios se están levantando las voces para reclamar políticas globales que ayuden con la conservación del planeta. “Este un signo de los tiempos y un cambio de paradigma que tenemos que entender para realizar una Evangelización y formar comunidades responsables con la ‘Casa Común’”. Los jóvenes, la tecnología y la Casa Común Al respecto, subrayó que el uso de la tecnología en manos de las nuevas generaciones se ha convertido en una “forma de vivir, decidir y gestionar el descanso y la diversión, de recordar y pensar (…) es una manera de gestionar el aprendizaje, el conocimiento y no tanto la información”. Resaltó que las conclusiones del Sínodo de los jóvenes que se realizó en el 2018 muestran que estas nuevas generaciones lideran grandes luchas sociales, entre ellas la del cuidado por la Casa Común. “La Iglesia quiere escuchar el clamor de los jóvenes que piden que se tomen medidas urgentes ante el cambio climático, una Iglesia que dialoga con una cultura que ha incorporado la dimensión ambiental como un eje de construcción de sociedad”. El cuidado de la vida humana y la creación, retos pastorales Al recordar que estos nueve años de trabajo, guiados por un plan pastoral, cierran un ciclo con aciertos y metas, también llevan a abrir una nueva etapa en el camino de la misión evangelizadora de la Iglesia en Colombia. “La Nueva Evangelización sigue siendo indispensable en la vida de nuestros cristianos y requiere ahora un serio compromiso de escuchar y responder al grito de los pobres y de la tierra, abriendo nuevos caminos, como lo acaba de expresar el Sínodo de la Amazonía”. El también Arzobispo de Villavicencio, afirmó que, al dar gracias a Dios por la Creación, también se seguirá en la tarea de acompañar en sus luchas a los pueblos indígenas, campesinos y habitantes de las ciudades, para que se den “condiciones de vida más humana, en la búsqueda de un modelo de desarrollo integral y solidario que armonice la dignidad de la persona humana con el cuidado de la Creación, habitarla como casa propia, respetarla, amarla y protegerla de la violencia y la destrucción”. Por lo anterior, dijo el prelado, es compromiso personal y de las jurisdicciones eclesiásticas (arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos) velar por el cuidado de la casa común, la economía y la política, poniendo en el centro a la persona, que se entrelaza con la responsabilidad social y el testimonio como creyentes. Pero advirtió que esta tarea del cuidado del planeta es también responsabilidad de todos. “El anuncio del Evangelio de la Creación es para todos. Requiere en su uso, gran responsabilidad moral para con los pobres, las generaciones futuras y toda la humanidad. Así, la vocación a salvaguardar la Creación, no es únicamente de los cristianos, incluye a todos”, aseveró. La reflexión de los obispos durante estos cinco días de trabajo estará guiada por la metodología del ver, juzgar y actuar. La Carta Encíclica 'Laudato si' del Papa Francisco sobre el cuidado de la casa común y su aplicación en el Sínodo de la Amazonía, serán la ruta a seguir para que los prelados hagan una lectura profunda de lo que pasa en el la Amazonía colombiana, luego la iluminen desde el Evangelio de la Creación y, finalmente, planteen unas acciones “teniendo presente la Ecología Integral y sus exigencias pastorales, entre ellas, los nuevos caminos para la conversión pastoral, cultural, ecológica y sinodal”.