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editorial

Mar 2 Mar 2021

Vacunarse ¿para qué?

Por: Mons. Carlos Arturo Quintero Gómez - El 20 de febrero es un día importante porque, según el gobierno y los entes de control, comienza la vacunación de los colombianos, en una acción maratónica para ganarle la batalla al coronavirus. Hay mucha expectativa, así como noticias tendenciosas e informaciones falsas que aseguran que la vacuna modifica el ADN, que lo que se busca es introducir en los seres humanos un microchip; que están elaboradas con embriones de fetos abortados, que hay muchos intereses de las farmacéuticas a quienes se les ha eximido de efectos colaterales, que es muy poco tiempo para haber producido la vacuna, que detrás de la vacunación hay todo un montaje político y económico que busca movilizar cientos de miles de dólares, de ahí el silencio de los gobiernos para hablar del costo real de las vacunas; que la biotecnología lo único que pretende es la manipulación de organismos vivos; en fin, mientras esto sucede, la ciencia sigue avanzando, aparecen nuevas cepas como la variante P1 en Manaos, Brasil, los científicos siguen en los laboratorios estudiando y analizando las variables y tratando de explicar el fenómeno, que desde la OMS, ya se advirtió, proviene de animales y no ha sido liberado de laboratorios. La Conferencia Episcopal de Colombia, con el deseo de orientar a los fieles, frente al plan masivo de vacunación, busca iluminar nuestra conciencia, recordándonos que la vacunación debe ser voluntaria y esto lo tenemos claro; sin embargo, nos insta a pensar que todos tenemos el deber de cuidar la propia salud y de nuestros hermanos, es decir, prima el bien común, pues esta emergencia sanitaria implica reconocer que –‘todos los seres humanos estamos en riesgo de contagio, o ser agentes de propagación del virus; la incontenible difusión y letalidad del virus causante del Covid-19; el alto grado de afectación y repercusiones negativas que la pandemia ha generado en todos los órdenes de la sociedad, especialmente en los sectores más vulnerables; el desarrollo y aprobación de una variedad de vacunas que permiten detener y prevenir la expansión del virus. Estas circunstancias imponen más que nunca un sentido de responsabilidad con el bien común’. El documento advierte que “el recurso a la vacunación es altamente recomendable”. La comunidad científica ha garantizado la seguridad y eficacia frente a la vacuna; de hecho, en muchos países ya han ido avanzando masivamente en la vacunación de sus conciudadanos, con un exigente monitoreo, que comporta estar en actitud de alerta por si se presentan efectos secundarios, después de recibir la vacuna, de ahí que se deba permanecer en observación de 15 a 30 minutos. Los ensayos clínicos han sido exitosos, en los diferentes países, en donde distintas farmacéuticas y universidades están analizando el virus y su mecanismo de propagación. Por lo tanto, debemos estar tranquilos y entender que en estos procesos y procedimientos científicos hay protocolos, rigurosos estándares y que no se está obrando con negligencia como muchos creen. Así, que si le preguntan: vacunarse ¿Para qué? usted, antes de responder, pregunte, investigue, infórmese y no se quede con algunas publicaciones de redes sociales que no tienen fundamentos ni argumentos científicos. ¡Que viva la Vida! + Carlos Arturo Quintero Gómez Obispo de Armenia Publicado: La Crónica de Quindío

Vie 2 Oct 2015

Lo que cultivas, crece

Escrito por: Mons. Froilán Casas Ortiz Por lo que he leído y compartido con los expertos en sicología y, también, por supuesto, por la experiencia de mi labor pastoral; los problemas mentales son "creación" del sujeto que los padece. Los problemas son reales subjetivamente, pero, a la par, son producto de su imaginación "creativa". Sacarle de la mente esto al paciente, es tarea titánica. Es verdad que hay fármacos que ayudan, pero si el paciente no se ayuda, nunca se superará el problema. Todos estamos en el límite de cualquier anomalía síquica. Por algo dice la sabiduría popular que de músico, poeta y loco; todos tenemos un poco. Uno encuentra en el diario vivir un buen número de personas que salen de los parámetros de la "normalidad". Unas personas son más propensas que otras a sufrir trastornos mentales. Influye mucho el ambiente familiar y social, pero también la herencia. A todo eso se agrega que lo que se cultiva, crece. Si tienes animadversión por una persona y cultivas esa fobia, podrás llegar, incluso, a deshacerte de esa persona, por cualquier medio. Si te crees feo (a) y cultivas ese sentimiento, te lleva a la frustración de la vida, a ser misógino o misántropo. Puedes caer en una depresión en donde tú pierdes los deseos de vivir. Todo te fastidia, hasta tú mismo no te soportas. Un criterio de salida de esta situación: acepta tu realidad y transfórmala. A problema, solución. Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejan ver las estrellas. Hay gente que vive en muerte, porque no descubre la hermosura de vivir. Dos hombres se encuentran frente a un rosal: el uno dice "qué tristeza, las rosas tienen espinas". El otro, viendo el mismo rosal, afirma: "Qué hermoso, hasta las espinas tienen rosas". ¿Cuál es tu actitud ante la vida, ante los problemas? ¿Será que con llorarlos se arreglan? ¿Tú crees que los problemas te los arreglan otros? Nadie hace por ti lo que tú no hagas por ti mismo. El problema eres tú, luego la solución eres tú. Sacúdete, tú puedes hacer mucho por ti. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Quiero darte algunos ejemplos de hombres luchadores. Demóstenes, fue el mejor orador de Atenas en su tiempo. Lo llamaban en su adolescencia, "el martillador" = tartamudo. Así le decía su enemigo del Senado, Esquines. Pues mira, con enorme esfuerzo se propuso arreglar su voz, recorriendo la playa y gritándole al sol, moviendo piedrecillas en su boca; hasta que logró ser el mejor orador de su ciudad. El premio Nobel de Física, Stephen Hawking, a pesar de sus discapacidades físicas y de las progresivas limitaciones impuestas por la enfermedad degenerativa que padece, sigue escribiendo y sus investigaciones son objetos de congresos. Ludwig van Beethoven compuso la famosa novena sinfonía cuando ya estaba sordo. La famosa cantante francesa, hija de una prostituta y casi abandonada en la calle, Edith Piaf, llegó al podio de los aplausos, especialmente con la canción NON, JE NE REGRETTE RIEN = No, yo no me arrepiento de nada. El derrotado y postrado Japón, después de Hiroshima y Nagasaki, ha llegado a ser una de las economías más pujantes del mundo. Sé positivo, toma la decisión ya, de buenos deseos está lleno el infierno. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva