Mié 11 Oct 2023
“El sínodo sitúa su reflexión en contexto, con los pies en la tierra, abrazando los distintos territorios": Hna. Gloria Liliana Franco Echeverri
Durante estos primeros días de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo que se adelanta en el Vaticano, el acompañamiento de la Iglesia a los que más sufren en el contexto actual, como es el caso de los migrantes, la población desplazada y las víctimas de trata de personas, realidades lamentables pero presentes en Colombia, ha sido uno de los temas protagonistas del discernimiento y diálogo en el grupo de trabajo o “círculo menor” del que ha hecho parte en esta primera fase Gloria Liliana Franco Echeverri, la religiosa colombiana que preside la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas (CLAR). Así lo dio a conocer esta madre sinodal durante la rueda de prensa oficial ofrecida este martes 10 de octubre, en la que estuvo como vocera.“El sínodo sitúa su reflexión en contexto, con los pies en la tierra, abrazando los distintos territorios y por eso está resonando con mucha fuerza la realidad de nuestro mundo, un mundo donde está presente la xenofobia, los nacionalismos excluyentes, líderes que se empeñan en construir fronteras y en un mundo así, la opción de la Iglesia, es la opción por la fraternidad, es la opción por la sinodalidad”.En su pronunciamiento la hermana Gloria Liliana inició destacando, de manera especial, la humanidad, fraternidad, así como los espacios de inclusión, escucha activa y construcción colectiva desde la guía del Espíritu que se han dado en el aula Pablo VI, lugar exacto donde se desarrolla el encuentro.“La experiencia ha sido enriquecedora, realmente el protagonista del Sínodo está haciendo el Espíritu, el centro está la persona de Jesús y el deseo que todos tenemos de que se hagan explícitos los valores del Evangelio (…) Está siendo muy significativa la experiencia de un método distinto, desde la conversación en el Espíritu, en mesas redondas, en las que nos reconocemos en esa común dignidad que todos nos tenemos, en un ambiente de respeto, de comunión, de valoración mutua".La religiosa, quien estuvo presente también durante el Sínodo de la Amazonía, hizo énfasis en la amplia posibilidad de participación que tienen los miembros de esta asamblea. Destacó, por ejemplo, la posibilidad que tienen los miembros de enviar aportes personales a la Secretaría General sobre diversos temas, lo que “permite que las voces individuales sean escuchadas y que se movilice desde la identidad cristiana para abordar estas cuestiones concretas y urgentes”.La hermana Gloria Liliana también manifestó que cada una de las madres y padres sinodales allí presentes representan las voces y realidades de sus territorios que son compartidas y abrazadas. “Es la experiencia de la construcción colectiva, de sentir que todos tenemos algo para para decir, pero sobre todo venimos habitados por los territorios de los que llegamos”, precisó.La religiosa de la Compañía de María, subrayó que, además de la necesidad de seguir acompañando las necesidades de los más vulnerables como se ha venido haciendo desde la misión a través de diversas redes en la Iglesia Católica, incluso en articulación con “no creyentes”, estas realidades de dolor, marginación y exclusión interpelan a la Iglesia a tener una voz cada vez más profética, que defienda los derechos humanos y visibilice tanto sufrimiento, bajo el compromiso con el desarrollo humano integral.“Ante ellos sentimos la responsabilidad de seguir uniendo fuerzas para hacer posible la acogida, la hospitalidad, el alimento, la educación, las condiciones que generen vida digna para ellos (…) Como Iglesia debemos ser defensores de los derechos humanos y ser esa voz profética que genere el necesario cuestionamiento, que nos haga más conscientes a todos de esa necesidad de trabajar por un mundo mejor”.La religiosa colombiana, de origen antioqueño, destacó además la importancia de enfrentar problemas como la xenofobia y los nacionalismos excluyentes que afectan al mundo y lo fragmentan cada vez más.“En las mesas redondas y círculos menores, llega el proceso de escucha de cada continente y se coincide en que muchos de los continentes llevamos la voz de las víctimas de trata de personas. En nuestro continente (América), estamos trabajando en red, estamos unidos, vida religiosa, laicos, instituciones. Respondiendo al fenómeno de la trata de personas, la petición fundamentalmente es seguir acrecentando ese trabajo en red, que posibilite la denuncia, la identificación de todas esas redes y tejidos de corrupción, que son las que sustentan la trata de personas, pero luego el apoyo también para lo que significa reconstruir la vida".En el espacio, la hermana Gloria Liliana Franco agradeció también a “tantos hombres y mujeres que en las distintas orillas del mundo caminan en condición de misioneros ayudando a que tantas personas puedan vivir con dignidad”.