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Hogar

Vie 23 Dic 2022

¡Dios, hogar y dignidad humana!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Llega la Navidad de cada año, nueve meses después de unas anunciaciones misteriosas a una pareja nazaretana, hebrea, de estrato uno o dos, sometidos a la sociedad esclavista y al imperio romano, al judaísmo y al nomadismo que dictan los poderosos del establecimiento. Se trata de María, una joven que ya está desposada con José, pero aún no se ha completado el tiempo para celebrar como esposos sus bodas. Los dos se ven en apuros ante la elección divina para “semejante ministerio”, de maternidad sin concurso de varón y de esponsalidad con una mujer en gestación de otra autoría. Pero traducen su apuro en un SÍ desde la fe y asumen como esposos la misión de brindarle un hogar a Dios en las genealogías humanas. Nace un niño en improvisada pensión de ganados, entre el rumiar de un buey y el rebuzne de una mula. Un excluido, un descartado, un destechado, pero de descendencia davídica y de origen misterioso, como invasor de tierras, como huésped no buscado, que pidió lugar y aunque “existía desde el principio, y todo fue hecho por Él”, “se hizo carne y acampó entre nosotros”. El universo, especialmente el Occidente de la tierra, concentra su mirada en este pesebre, que contabiliza los calendarios en un antes y después de Cristo, así vivamos sin que Cristo sea el centro, el eje, el núcleo y la potencia que mueva vidas e historias, pueblos y culturas. Aunque Navidad parezca sólo un mero pretexto para poner luces que esconden defraudaciones presupuestales, o músicas y tiernas letras que esconden villanías y llantos, la bondad del trigo que Dios sembró al encarnarse en toda naturaleza humana, y la armonía impresa al universo todo, puede brillar en cada Noche de Navidad. En este contexto de la Noche Buena y del Nacimiento del Dios hecho hombre, de la Palabra hecha vida y de la vida hecha luz de los hombres, surgen tres verdades que la humanidad no debería separar, porque se auto destruye si no las mantiene en sana armonía: DIOS, HOGAR Y DIGNIDAD HUMANA. Dios es Amor. La Navidad, la Cruz, la Resurrección y Pentecostés con sus lenguas de fuego, nos hacen sabernos amados, desposados, habitados y habitantes de una casa común, con el mismo idioma del amor que vence diversidades y distancias. Jesús es el milagro de la intimidad solidaria de Dios con cada ser humano. Es la dicha de una Presencia que transforma en divina compañía el vacío de lo humano. Dios se hace hombre en el hogar de los esposos, formando una familia, un hogar de fe, de amor y de vida. Este hogar de Jesús lo forman esposos que se saben amados de Dios y que se aman entre ellos, para cumplir juntos una misión, un ministerio confiado por Dios. Son esposos abiertos a la estabilidad de su relación, a la exclusividad de su intimidad y a la fecundidad que comunica y protege la vida. Forman un hogar típico e ideal, que es el pesebre eterno de Dios, el hogar de Belén y Nazaret. Quizás los caminos no sean siempre los mismos de la pareja humana, pero toda persona, toda vida humana, necesita nacer, crecer y estar en un hogar de amor, de respeto y de generoso compartir. Todos ellos son los “hogares de Dios”. Desde ellos se construye la gran familia humana, la de los que “no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios”, como dice hoy el prólogo de San Juan. ¡Y la dignidad humana! Proclama la Navidad que Dios incluye en su Amor a todos. Y se hace hombre, pobre y solidario en el dolor y con la causa de la justicia en cada área de la vida, para elevar a todo ser humano a la excelsa dignidad de hijo de Dios, de heredero victorioso, a un nivel superior al de los mismos ángeles, como declara la lectura de Hebreos. ¡Ningún ser humano sin dignidad reconocida, sin derechos cumplidos, sin deberes y oportunidades abiertas al crecimiento del alma y al ensanchamiento del corazón, a la construcción de una humanidad igualitaria y unida desde sus identidades y diversidades. Solo esta trilogía inseparable garantizará la armonía entre Dios y la Humanidad, este compartir humano divino, y este compartir fraterno y ambiental, que profetiza bellamente la Noche y el Día de las Navidad! + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo emérito de Cali

Mié 20 Jul 2022

Un “Catecumenado” para el matrimonio

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo – El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida ha elaborado un documento que ofrece a los sacerdotes, a los esposos y a todos los que trabajan en la pastoral familiar, una visión y una metodología renovadas acerca de la preparación al sacramento del Matrimonio y a toda la vida matrimonial. Se trata de unos itinerarios y unas orientaciones a las Iglesias particulares para acompañar las diversas etapas del camino sacramental: los tiempos de preparación, el momento de la celebración, los años sucesivos y las situaciones de crisis. La novedad del documento, según señala una nota de dicho Dicasterio, es que da una mirada al futuro de la familia, con una preparación remota a la vocación matrimonial. Se trata, en efecto, de preparar el terreno iniciando el trabajo con los niños, los adolescentes y los jóvenes, plantando semillas cuyos frutos se verán más adelante. La propuesta no es simplemente renovar la preparación inmediata al matrimonio, sino de plantear una pastoral vocacional que anuncie a los niños y a los adolescentes la vocación matrimonial. Una preparación rápida de los novios, poco antes de la celebración del rito, no es suficiente hoy para que la Iglesia pueda hacerse cargo de los que el Señor llama a casarse y a construir una familia cristiana. El documento también subraya la importancia de que, al lado de los sacerdotes, estén parejas de esposos que acompañen la formación de quienes piden el sacramento del Matrimonio. Su experiencia les permitirá ofrecer comprensión, acogida y gradualidad en este recorrido dirigido aun a parejas que ya conviven. Con una preparación superficial, las parejas corren el riesgo de celebrar matrimonios nulos o con cimientos tan frágiles que no resisten el paso del tiempo. Siguiendo la sugerencia de San Juan Pablo II, que, así como para el Bautismo de los adultos el catecumenado es parte del proceso sacramental, también una sólida preparación debe ser parte integrante de la celebración del Matrimonio (cf FC,66), se propone un completo replanteamiento del acompañamiento pastoral de novios y esposos. Es necesario prevenir los fracasos y evitar los traumas de la separación, que traen un gran sufrimiento y producen profundas heridas en las personas; después de una ruptura, los esposos se amargan y dejan incluso de creer en la vocación al amor, inscrita por Dios mismo en el corazón del ser humano. Este documento ofrece, entonces, indicaciones para “un itinerario catecumenal para la vida conyugal” diseñado para ayudar a los jóvenes a comprender y celebrar el sacramento y para animar a los esposos en su vida matrimonial. El “catecumenado matrimonial”, en su primera fase, debería durar alrededor de un año y comenzar con un “rito de compromiso”. La segunda fase debe incluir unos meses de preparación más inmediata y un retiro previo antes de la boda. La tercera fase de asistencia a los recién casados debería durar dos o tres años. Es un camino que debe poner en el centro la fe y el encuentro personal con Cristo y debe incluir varias etapas: reflexión, diálogo, oración, comunidad, vida litúrgica, celebraciones. Tal vez, en la Arquidiócesis, no podamos poner en marcha de un modo inmediato este itinerario completo, pero sí debemos comenzar a dar los pasos que nos permitan hacerlo en un futuro no lejano. Concretamente, debemos comenzar por hacernos conscientes del grave reto que tenemos con tantos jóvenes que no quieren casarse, con otros que se casan sin saber qué hacen, con la corta duración de muchos matrimonios y con los problemas de validez de no pocas celebraciones matrimoniales. Todo por falta de evangelización. Debemos también fortalecer los programas de los 17 Centros de Pastoral Familiar de nuestra Arquidiócesis e, igualmente, multiplicar los grupos de Agentes de Pastoral Familiar en nuestras parroquias, para el acompañamiento de los novios y de los recién casados. Comprendamos que podemos estar ante una nueva etapa que nos permita tener esposos que vivan de verdad el sacramento y familias que sean en serio iglesias domésticas. Pero, esta esperanza nos exige fe y responsabilidad para hacer un profundo replanteamiento de la pastoral familiar. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Jue 10 Jun 2021

"Escuchar a las familias para que comprendan su compromiso eclesial"

Este fue el llamado que hizo el papa Francisco, este 09 de junio, al inicio delForo “¿En qué punto estamos con Amoris Laetitia? Estrategias para la aplicación pastoral de la Exhortación del papa Francisco”, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida,en el marco del Año “Familia Amoris Laetitia”. El papa Francisco se hizo presente através de un video mensaje, para saludar y agragradecer a sus organizadores y a quienes aceptaron con generosidad, a pesar de las circunstancias de la pandemia, la invitación de participar en este espacio de reflexión que se está adelantando de manera virtual. El Pontífice aseguró que esta actividad enmarcada en el Año "Familia Amoris laetitia", representa un momento esencial de diálogo entre la Santa Sede, las conferencias episcopales, los movimientos y las asociaciones familiares."¡Que el Espíritu Santo lo convierta en un evento fecundo para la Iglesia, pastores y laicos juntos, para escuchar las necesidades concretas de las familias y ayudarnos mutuamente a emprender los procesos necesarios para renovar el anuncio de la Iglesia!", aseveró. Observó que la exhortación Amoris laetitia es el fruto de una profunda reflexión sinodal sobre el matrimonio y la familia, que requiere de un trabajo serio para su aplicación y conversión misionera. Por tanto, dijo, este espacio del foro ha de ser continuidad de esa sinodalidad que debe concretarse en las Iglesias locales. El Papa también aclaró que hoy más que nunca “la familia es un signo de los tiempos” y la Iglesia está invitada “a escuchar activamente a las familias”, así también “a involucrarlas como sujetos de la pastoral”. De hecho – consideró que – “es necesario dejar de lado cualquier idea de que la evangelización está reservada a una élite pastoral” pues añadió, “cada uno de los bautizados es agente evangelizador". En este contexto, el obispo de Roma aseguró que para llevar el amor de Dios a las familias y a los jóvenes se necesita de la ayuda de las propias familias, de su experiencia concreta de vida y de comunión: “Necesitamos cónyuges junto a los pastores, para caminar con otras familias, para ayudar a los más débiles, para anunciar que, también en las dificultades, Cristo se hace presente en el sacramento del matrimonio para dar ternura, paciencia y esperanza a todos, en cualquier situación de la vida”. El papa Francisco exhortó a los pastores para que llamen a los matrimonios “que muchas veces están ahí, están listos, pero no son llamados. Si los llamamos a trabajar con nosotros, si les damos espacio, pueden brindar su aporte a la construcción del tejido eclesial”. Finalmene, el Papa recordó a los participantes del Foro que es importante “hacer un esfuerzo especial para formar a los laicos, especialmente a los cónyuges y a las familias, para que comprendan mejor la importancia de su compromiso eclesial”. Este foro que se extenderá hasta el proximo 12 de junio, ha tenido la modalidad de seminario web, permitiendo así la participación de muchas más personas conectadas desde todo el mundo. Sus organizadores informaron que se inscribieron 350 delegados en representación de 70 Conferencias Episcopales y más de 30 asociaciones y movimientos internacionales. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar programación[/icon]

Mar 17 Jul 2018

Diócesis de Yopal presenta testimonios de la Campaña “Abraza la Vida”

Avanzan las actividades de la Campaña “Abraza la vida”, que arrancó el pasado 8 de julio en Yopal – Casanare, con el tema de reflexión:“Valor por la familia”,esta es una iniciativa de la Alcaldía Municipal, con el apoyo de la diócesis y de organizaciones sin ánimo de lucro de esta ciudad. A continuación presentamos las experiencias de vida de tres parejas, que con su testimonio en los años de matrimonio, manifiestan ser felices y sentirse bendecidos por Dios. Testimonio de Paola Ramírez y Fabio Giraldo Paola sostiene que en el matrimonio se comparten momentos alegres y tristes, pero si se camina de la mano de Dios el matrimonio cada día podrá ser felicidad y amor. Además resalta que a pesar de las diferencias, se deben afrontar las dificultades y seguir adelante. “En la relación de pareja podemos compartir los mismos ideales, pero debemos reconocer que somos tan diferentes y que debemos afrontar todas las situaciones para poder continuar”. Por su parte su esposo Fabio, dice que “Dios siempre tiene una respuesta para todo” y que se debe reconocer con humildad cuando hay problemas “Hay que buscar ayuda idónea”, señala. Por último subraya que cuando se saca a Dios del hogar una relación se puede deteriorar. Testimonio de Yamile Vargas Parra y Álvaro Neira Para esta pareja que lleva 32 años de casados, la vida espiritual, el amor y entrega a sus hijos han sido el referente para mantener unido el hogar. Su sueño según Yamile es llegar juntos a la vejez. Alvaro asegura que sigue siendo feliz después de tantos años de matrimonio, “aunque no ha sido fácil, pero vale la pena porque cada día se aprende algo nuevo y los tiempos van cambiando (…) me siento bendecido por Dios al haberme regalado a mis hijos” Testimonio de Sunny Cárdenas y Adrián Sunny sostiene que una relación matrimonial se debe fortalecer mucho con la oración. Reitera además que el hecho de ser padres es grande y cambia la vida de toda pareja. Debe existir la confianza, la comprensión y apoyo en la labor de ser padres. Así mismo, Adrián expresa que su hogar se ha fortalecido gracias a que siempre ha cuidado cada detalle, desde cuando se conocieron en el noviazgo y ahora en el matrimonio con su esposa Sunny. “Cuando hay crisis adversas entre la pareja es importante tomarse el tiempo para recordar por qué fue que me enamoré de ella, qué fue lo que me atrajo y qué me gusta de ella (…)Es clave recordar por qué quisimos conformar este hogar”, afirma Adrián. Cabe recordar que esta campaña “Abraza la Vida”, según lo han dicho sus organizadores, busca implementar mecanismos de ayuda dirigidos a la comunidad, para la reducción de la violencia auto-infligida o comúnmente llamadas conductas suicidas. La misma se extenderá hasta el próximo 29 de julio.

Vie 2 Jun 2017

Todos por la familia

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - El mes de junio es una fecha especial, porque está dedicado a la familia, queremos poner en las manos de cada uno de ustedes un instrumento para hacer crecer y fortalecer la familia que es el centro de nuestra comunidad, un espacio creado por Dios para transmitir la vida, fortalecer y hacer crecer la vida humana, educar y hacer vigorosos a los hijos y, especialmente transmitir el don de la fe. En la realidad que vivimos, en nuestra sociedad, se siente la fuerza de una batalla sin cuartel contra una de las instituciones más bellas de la humanidad: La Familia. De muchas maneras y por muchas personas se ha querido disminuir y menospreciar el valor de la familia humana. Incluso, algunos, desean y pretenden desnaturalizar lo que la familia es, una comunidad formada por un hombre y una mujer, que en el sacramento del matrimonio, se convierte en el espacio de transmisión de la vida y espacio de comunión intima entre la pareja para amarse y vivir este espacio de “amor y responsabilidad” con la bella expresión de San Juan Pablo II. La familia es una institución querida y bendecida por Dios, ella es una síntesis de realidades admirables: Hogar, Escuela, Iglesia doméstica. En primer lugar, es en la familia donde se transmite la vida, ese don maravilloso de Dios, que entrega al hombre y a la mujer el don precioso de transmitir la vida. De procrear, con el amor, con la ternura y con la comunión de la sexualidad, “formando un solo cuerpo”, la vida humana. Es también en la familia donde se aprenden de modo definitivo los valores y las virtudes, es allí donde se graban de modo indeleble los principios y los fundamentos de toda cultura. Somos herederos de una profunda cultura de la familia, que por ideologías, pensamientos y doctrinas foráneas hemos derrumbado en nuestra sociedad. El Papa Emérito Benedicto XVI decía una vez a las familias en Valencia, España: “Junto con la transmisión de la fe y del amor del Señor, una de las tareas más grandes de la familia es la de formar personas libres y responsables. …Si estos ven que sus padres —y en general los adultos que les rodean— viven la vida con alegría y entusiasmo, incluso a pesar de las dificultades, crecerá en ellos más fácilmente ese gozo profundo de vivir que les ayudará a superar con acierto los posibles obstáculos y contrariedades que conlleva la vida humana. Además, cuando la familia no se cierra en sí misma, los hijos van aprendiendo que toda persona es digna de ser amada, y que hay una fraternidad fundamental universal entre todos los seres humanos” Es la hora de hacer opciones definitivas y estables por lo que nos dará fuerza y aliento para la vida. La Familia es, definitivamente, el campo en el que hay mayor urgencia de acciones, pues desde allí se va construyendo el futuro de toda la sociedad. La Constitución de la República de Colombia, dice que ella es “el núcleo fundamental de la sociedad” y además dice que “El Estado y la sociedad garantizan la protección integral de la familia” (Constitución, artículo 42). A veces parecería que quienes interpretan estos textos no respetan su profundo sentido y normatividad. Meditemos en lo que decíamos antes, tres elementos que nos ayudan a comprender y potenciar el valor de nuestras familias. Familia Hogar: En la antigua Roma, se conservaba en el ingreso de cada casa (Domus) el fuego sagrado, se llamaba “hogar” y representaba el lugar y las personas que allí vivían. El hogar es pues fuego, calor, comunión, espacio para compartir. Es en este espacio en el que la vida misma nace y se desarrolla de manera natural. En este espacio deben aparecer de modo visible, los sentimientos más puros, la humanidad más viva, la comunión de corazones y de experiencias que permita que cada hogar sea un núcleo indestructible en el que se sienten las verdaderas manifestaciones del afecto, las más sinceras relaciones entre las personas, los vínculos indestructibles que hacen posible un tejido social íntegro, firme y fiel. Por ello es urgente que nos formemos todos en la alegría de ser familia, de ser hijos agradecidos, hermanos fieles y. según el estado propio de cada uno saber ser padre y madre, hijo y hermano a la luz del mandato divino del amor. Familia Escuela: Si allí, humanamente, el hombre y la mujer, los hijos, aprenden a caminar, con mayor razón hemos de formar padres que sean maestros, así como es lícito esperar maestros que sean padres en cada hogar, en cada espacio familiar. Se enseña con el ejemplo, ya lo decía el Papa Emérito, haciendo que las lecciones de la vida sean testimonios de responsabilidad, de generosidad, de actitudes y aptitudes que se desarrollan en espacios libres de violencia y de confusión. Cuánto necesitamos que los hogares formen y eduquen a los niños y jóvenes, de ello depende nuestro futuro. Familia Iglesia Doméstica: Es una verdad innegable: a Dios le conocimos en la familia. La revelación de Dios ocurre en el espacio en el que se le aprende a amar y respetar, en donde surgen las primeras plegarias confiadas, donde se aprende a reconocer en la creación la obra maravillosa del Dios siempre fiel, donde unas manos maternales nos enseñaron a juntar las nuestras para confiar a Dios la vida entera. La familia es escuela de oración, es catequesis viva que sólo será posible, si hacemos del hogar, como decía bellamente la canción “un templo sagrado donde se comulga con hostias de amor” y donde el creyente se siente en pequeña comunidad que aprende a alabar, a agradecer, a suplicar y a ofrecer la vida. Centremos toda nuestra atención en la familia, como la joya más preciosa de nuestra comunidad y de nuestra realidad social, con la esperanza de fortalecerla y así fortalecer los valores materiales y espirituales de nuestra comunidad. Empeñémonos todos en construir la familia, en fortalecerla, en abrir espacios para su crecimiento y su desarrollo. El Estado, como lo hacen ya muchos países del primer mundo tiene que fortalecer la familia, ayudarla, potenciarla. ¡Alabado sea Jesucristo! + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Lun 7 Mar 2016

Cartilla ofrece catequesis para ambientar la Semana por la Familia 2016

El Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia pone a disposición de los fieles la cartilla: “Semana por la Familia 2016. Familia, hogar de misericordia” que se celebrará del 8 al 15 de mayo. Con este material se busca ambientar y promover la Semana por la Familia, que se encuentra enmarcada en el tiempo denominado: “Tiempo de Familia” que abarca todo el mes de mayo hasta el día del padre. Este año, en sintonía con el Año de la Misericordia, la cartilla quiere profundizar en el tema del perdón. "Pretendemos que la experiencia de la Misericordia, del perdón recíproco, de la reconciliación y paz, se vivan en familia; que todos, en el seno familiar avancemos hacia Jesús en actitud interior de peregrinaje", explicó monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, obispo de Armenia y presidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia, en la introducción de la cartilla. “Sin duda, todas las iniciativas realizadas en este Tiempo, ayudarán sensiblemente a generar, no sólo una preocupación mayor por la pastoral del matrimonio y la familia, sino también, a propiciar el interés por una renovada y auténtica cultura de la familia”, añadió el obispo. Esta cartilla puede ser adquirida en la Librería de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).

Lun 7 Mar 2016

Adquiere la Cartilla: "Semana por la Familia 2016"

El Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone a disposición de los fieles la Cartilla: "Semana por la Familia 2016. Familia, hogar de misericordia". [tabs class="horizontal"][tab title="PRESENTACIÓN" icon="Icon name 1"] El Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), pone a disposición unas catequesis que buscan que la experiencia de la Misericordia, del perdón recíproco, de la reconciliación y paz, se vivan en familia; que todos, en el seno familiar avancemos hacía Jesús en actitud interior de peregrinaje. Por ello queremos invitar a todas las jurisdicciones eclesiásticas, a los agentes de pastoral familiar, diversos movimientos, y demás experiencias de familia, a promover la Semana por la Familia y se enmarque en el entorno más amplio, que llamamos Tiempo de Familia, que fundamentalmente abarca todo el mes de mayo hasta la fiesta del padre. [/tab][tab title="DETALLE" icon="icon name 2"] Autor(a):Departamento de Matrimonio y Familia Catálogo: Cartilla Idioma: Español Número de Páginas: 84 Editora: Conferencia Episcopal de Colombia Año de publicación:2016 Dimensiones: 16.5 x 23 [/tab][/tabs] Mayores informes: PBX: 437 55 40 Ext. 264 Celular: 3138808447 Correo electrónico: libreria@cec.org.co