Jue 22 Feb 2018
El Papa llamó a los jóvenes a no temer y confiar en la Iglesia
Con motivo de la XXXIII Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en todo el mundo el próximo 25 de marzo, Domingo de Ramos, el papa Francisco dirigió un mensaje a los jóvenes, en preparación para el encuentro internacional de los jóvenes, que se llevará a cabo en Panamá en enero de 2019.
“Queridos jóvenes: el Señor, la Iglesia, el mundo, esperan también su respuesta a esa llamada única que cada uno recibe en esta vida. A medida que se aproxima la JMJ de Panamá, los invito a prepararse para nuestra cita con la alegría y el entusiasmo de quien quiere ser partícipe de una gran aventura”, animó el Pontífice.
En su mensaje, el Santo Padre les recuerda que esta Jornada Mundial 2018 es un paso más en el proceso de preparación de la Jornada Internacional en Panamá en enero 2019: “Esta nueva etapa de nuestra peregrinación cae en el mismo año en que se ha convocado la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre el tema: Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, señaló Francisco, y consideró que es una buena coincidencia, ya que la atención, la oración y la reflexión de la Iglesia “estarán puestas en ustedes, los jóvenes, con el deseo de comprender y, sobre todo, de «acoger» el don precioso que representan para Dios, para la Iglesia y para el mundo”.
El Santo Padre recordó además que el tema elegido para esta Jornada es la figura de María, “la joven de Nazaret, a quien Dios escogió como Madre de su Hijo, para que nos acompañe en este viaje con su ejemplo y su intercesión”.
“Ella camina con nosotros hacia el Sínodo y la JMJ de Panamá”, destacó el Pontífice, y advirtió que “si el año pasado nos sirvieron de guía las palabras de su canto de alabanza: ‘El Poderoso ha hecho obras grandes en mí’, enseñándonos a hacer memoria del pasado, este año tratamos de escuchar con ella la voz de Dios que infunde valor y da la gracia necesaria para responder a su llamada: ‘No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios’”.
Al igual que María, Francisco invitó a los jóvenes a no tener miedo: “María, como otros personajes de las Sagradas Escrituras, tiembla ante el misterio de la llamada de Dios, que en un instante la sitúa ante la inmensidad de su propio designio y le hace sentir toda su pequeñez, como una humilde criatura”, describió, y explicó que “es la ‘emoción’ que sentimos frente a las decisiones sobre nuestro futuro, señala el Pontífice, nuestro estado de vida, nuestra vocación. En esos momentos nos sentimos turbados y embargados por tantos miedos”.
Y ustedes jóvenes, preguntó el Papa: “¿Qué miedos tienen? ¿Qué es lo que más les preocupa en el fondo? En muchos de ustedes existe un miedo de ‘fondo’ que es el de no ser amados, queridos, de no ser aceptados por lo que son”.
“En los momentos en que las dudas y los miedos inundan nuestros corazones – consideró Francisco- resulta imprescindible el discernimiento. Nos permite poner orden en la confusión de nuestros pensamientos y sentimientos, para actuar de una manera justa y prudente. En este proceso, lo primero que hay que hacer para superar los miedos es identificarlos con claridad, para no perder tiempo y energías con fantasmas que no tienen rostro ni consistencia”.
El Papa sostuvo que “el discernimiento se vuelve indispensable cuando se trata de encontrar la propia vocación”, y para esto, se necesita “el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios que resuena en la conciencia”.
El primer motivo para no tener miedo, afirmó el Santo Padre, es precisamente el hecho de que Dios nos llama por nuestro nombre. “Cuando Dios llama por el nombre a una persona le revela al mismo tiempo su vocación, su proyecto de santidad y de bien, por el que esa persona llegará a ser alguien único y un don para los demás”, señaló.
“Jóvenes, la gracia de Dios toca el hoy de su vida, los ‘aferra’ así como son, con todos sus miedos y límites, pero también revela los maravillosos planes de Dios. Ustedes, jóvenes, tienen necesidad de sentir que alguien confía realmente en ustedes. Saben que el Papa confía en ustedes, que la Iglesia confía en ustedes. Y ustedes, ¡confíen en la Iglesia!”, llamó el Pontífice.
“Los invito a seguir contemplando el amor de María, un amor atento, dinámico, concreto. Un amor lleno de audacia y completamente proyectado hacia el don de sí misma. Una Iglesia repleta de estas cualidades marianas será siempre Iglesia en salida, que va más allá de sus límites y confines para hacer que se derrame la gracia recibida”, concluyó.
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Fuente: Agencia AICA
Foto: Tomo de internet