Mar 17 Abr 2018
El Buen Pastor da su vida por su rebaño
Primera lectura: Hch 4,8-12
Salmo Sal 118(117),1+8-9. 21-23.26+28+29 (R. 22)
Segunda lectura: 1Jn 3,1-2
Evangelio: Jn 10,11-18
Introducción
El cuarto domingo de Pascua la Iglesia celebra el domingo del Buen Pastor, en el contexto de esta celebración nos unimos a la 54ª jornada mundial de oración por las vocaciones, el Papa Francisco nos invita a orar por el aumento de las vocaciones al servicio de la Iglesia.
Nos disponemos a profundizar en una de las páginas más bellas y entrañables de los Evangelios: Las que nos presentan a Jesús como el Buen Pastor y a nosotros como ovejas de su rebaño. Es un tema que ha alimentado la fe y la devoción de los cristianos a lo largo de los siglos. Los primeros cristianos no se atrevían a pintar a Jesús crucificado; sin embargo, en las pinturas de las catacumbas y en los sarcófagos paleocristianos es muy común encontrar representaciones de Jesucristo con una oveja sobre sus hombros.
También uno de los temas de este domingo es el de la filiación, Dios nos ha concedido ser hijos, Juan nos lo presenta como la mejor prueba del amor de Dios.
¿Qué dice la Sagrada Escritura?
Cristo, el Buen Pastor, es el centro de nuestra vida de fe, él debe iluminar la vida de todos los que escuchan su voz y lo siguen. Signos visibles de Cristo, Príncipe de pastores (1 Pe 5,4) son nuestros pastores, puestos por Dios para regir nuestras almas en su Iglesia hasta que él vuelva.
La primera lectura de los Hechos es la continuación de la curación de un enfermo realizado por Pedro. El paralitico fue curado en el nombre y por el poder de Jesús quien murió y resucito. Pedro, el Primer Pastor-Vicario de Cristo en su Iglesia, inicia su misión de proclamar ante el mundo que sólo en Cristo, Buen Pastor, es posible nuestra salvación. Cristo es la piedra angular. En Él nos apoyamos y nos sostenemos todos. Es el gran fundamento de nuestra fe, de toda nuestra vida cristiana.
Decimos con el Salmo 117:«Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; mejor es refugiarse en el Señor, que fiarse de los jefes»
La segunda lectura es una alabanza a Dios Padre, por el amor que comparte con todo el género humano, este amor que nos hace pertenecer a Él por el bautismo, y cuando se cumpla el tiempo en cada uno de nosotros lo veremos cara a cara en su gloria, semejantes a Él. Toda la autoridad redentora de Cristo y de sus Vicarios o Pastores en la Iglesia, se cifra en hacer visible la amorosa paternidad de Dios sobre nosotros sus hijos.
En el evangelio de Juan Jesús es el Buen Pastor, pastor único de un solo rebaño, pastor que da la vida por las ovejas. La garantía de nuestra salvación está en el Corazón de Cristo Jesús que, como Buen Pastor, dio su vida por sus ovejas. Nos amó y se entregó por nosotros.
¿Qué me dice la Sagrada Escritura?
La pascua es un tiempo que nos quiere hacer entender y celebrar mejor el Misterio de Cristo y comprender su resurrección.
Las imágenes que nos hacen entender mejor a Cristo resucitado se multiplican. Hoy, por ejemplo, Pedro, valientemente, ante las autoridades compara a Cristo con la piedra que los arquitectos habían desechado y que se ha convertido en piedra angular. El salmo responsorial hace eco a la primera lectura cuando se entona uno de los canticos más pascuales, el Sal.117 "Dad gracias al Señor porque es bueno... Este es el día en que actuó el Señor...”, este salmo anuncia precisamente lo de la piedra desechada y que luego se convierte en principal.
Cada año leemos el capítulo 10 de Juan, pero en pasajes distintos. Este año leemos la parte central, las características del buen pastor. Esta metáfora que todos entienden, sobre todo los que durante años vamos escuchándola en las lecturas, tanto del AT, como del NT., descubrimos cómo las cualidades del buen pastor, que el mismo Jesús describe, se cumplen perfectamente en Él:
Conoce a sus ovejas y es conocido por ellas; no es una sociedad anónima, la comunidad de Jesús: El ofrece a todos cercanía y comunión;
No sólo conduce a sus ovejas a buenos pastos, las alimenta o las defiende de los peligros, sino que hace algo mucho más radical e inesperado: en contraposición a los asalariados, el pastor bueno está dispuesto a dar su vida por las ovejas;
Y, además, tiene otras ovejas, y quiere reunirlas a todas, hasta que formen un solo rebaño.
No está mal que, con ocasión de la Jornada Mundial de oración por las Vocaciones en el contexto de la celebración del Buen Pastor, el predicador hable de sí mismo, de cómo le alcanza a interpelar la Palabra. Siempre debería ser el primero en escucharla para luego actualizarla a los fieles. Es un examen que también convendría hacer a todos aquellos que de algún modo tienen en la comunidad cargos, ministerios, encargos de animación.
DESCARGA LA PREDICACIÓN ORANTE
¿Qué me sugiera la Palabra que debo decirle a la comunidad?
En este ciclo B leemos la parte central del capítulo 10 del evangelio de Juan, este capítulo que nos presenta a Jesucristo como el buen pastor y destaca sus principales características.
El ciego de nacimiento en el capítulo 9 es una buena introducción a este discurso, el ciego ha recobrado la luz en Cristo, el ciego despreciado por su ceguera es acogido por Jesús. Hoy muchos siguen despreciando, arruinando a los seguidores de Jesús, todos ellos son falsos pastores, no conducen el rebaño a la vida eterna ni dan la vida por ellos.
Jesús se ha presentado como la puerta única de las ovejas, Él las puede llevar a pastos abundantes, ante esos pastores que opacan la vida eterna o la oscurecen, solo Jesús tiene Palabras de vida eterna, sus palabras revelan al Padre sus hechos lo comunican; Jesús da la vida por sus ovejas, muere en favor de todos los hombres, su muerte nos acerca a Dios, nos une a Él, nos concede vida y vida eterna, de ahí que el auténtico Pastor, Jesús, le importen las ovejas, de ahí la Encarnación, Dios se hizo uno de nosotros para el perdón de nuestros pecados.
El Padre conoce al Hijo, el Hijo al Padre, en esta comunión perfecta, ha surgido por amor la comunicación con el género humano – el Padre conoce al Hijo y en Jesús el Padre conoce a los hombres. El Padre se comunica en Jesús a los fieles, los fieles alcanzamos la comunicación en Jesús.
Además, hoy el evangelio resalta “Tengo además otras ovejas”, para expresar el universalismo de la salvación, Jesús muere por todos y todos están llamados a gozar de Dios.
¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión?
Todos los cristianos deberíamos sentirnos hoy como la oveja que ha sido rescatada del abismo. Deberíamos de experimentar aquello de san Pablo: me amó y se entregó a sí mismo por mí. El secreto de la vida cristiana está todo en experimentar el amor del Padre en Cristo Jesús por el Espíritu. Todo lo demás viene por añadidura. Experimentar que Dios me ha amado con un amor eterno y que, por eso, mi oficio en adelante es también el del amor.
Tema siempre importante es el de la promoción de las vocaciones en la parroquia, en la diócesis, en los movimientos, en las congregaciones religiosas. En este día, dedicado a las vocaciones, debemos renovar nuestro compromiso por buscar vocaciones y de tener esta tarea como primaria y prioritaria.
La falta de sacerdotes se agrava aquí y en muchos lugares del mundo, faltan pastores y se pierden las ovejas, por eso, se requiere que los laicos, diestros en las cosas del mundo, sean también diestros en la promoción de las vocaciones. Un promotor vocacional puede descubrir contactos importantes, puede remitirlos a la instancia apropiada, puede poner en pie vigilias de adoración ante el santísimo para pedir al Señor nos envíe pastores según su corazón. Esos promotores los conocemos y existen, pero debemos multiplicarlos.
Quizá nada mejor para sembrar las vocaciones, que nuestro propio testimonio de vida.