Sáb 1 Feb 2020
A la vida consagrada, nuestra gratitud por su servicio y testimonio: P. Vega
En la fiesta de la Presentación del Señor, que se celebra este próximo domingo dos de febrero, la Iglesia católica anima la Jornada Mundial de la Vida Consagrada y reconoce en ella la valiosa misión y testimonio de tantos consagrados que prestan su servicio en favor de los más necesitados.
En este contexto el Padre Manuel Hernando Vega León, director del departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal colombiana, expresó en nombre de la Institución su gratitud y admiración a tantos hombres y mujeres comprometidos y arriesgados con la causa del Evangelio que están presentes por todo el territorio nacional.
“Cuando hablamos de la vida religiosa yo siento alegría de saber que en los lugares más escondidos de Colombia siempre hay presencia de Iglesia representada en muchos consagrados: sacerdotes, religiosos, religiosas y misioneros (…) Nuestra gratitud y admiración por ese bello trabajo que realizan y ese testimonio de seguimiento a Jesús casto, pobre y obediente. Esto es ejemplar para todos nosotros por eso pedimos en esta jornada que aumenten las vocaciones y el Señor les bendiga en su misión y trabajo”.
Llamado a la vocación
Frente al tema vocacional el sacerdote señaló que en la actualidad se adolece de una formación inicial en la vida cristiana, hecho que se ve reflejado luego en los jóvenes que toman la decisión de seguir el camino de la vida consagrada.
“A los Seminarios y Casas de Formación de la Vida Consagrada llegan jóvenes hombres y mujeres con muy buena voluntad y con el deseo de servir, pero con una experiencia muy débil y pobre de encuentro con la persona de Jesús, son muchos los que empiezan estos procesos formativos, pero en el camino desisten por la frágil formación cristiana”, aseveró el sacerdote.
Ante este hecho, continúa el sacerdote “las diócesis y comunidades religiosas tienen un desafío, que consiste en buscar estrategias pastorales, que ayuden para que los niños y jóvenes se inicien en la vida cristiana. Quienes decidan consagrar la vida en el seguimiento de Cristo, serán capaces de integrar en su existencia los valores del evangelio y se harán testigos alegres y creíbles de Jesús”.
El padre Vega León subrayó que hoy más que nunca, la Iglesia requiere de jóvenes arriesgados y valientes que deseen cambiar el mundo, y una forma de hacerlo, es optando por un proyecto libre y decidido de hacerse discípulo y misionero de Jesús, consagrando su vida al servicio del Pueblo de Dios.
Una mirada a la realidad de los consagrados
Al respecto manifestó que en Colombia han surgido nuevas formas de vida consagrada, sin embargo, se constata una significativa disminución de vocaciones, situación que va en detrimento de la renovación de las comunidades religiosas y la disminución de consagrados al servicio del carisma fundacional.
“Con la poca respuesta vocacional es muy difícil que una comunidad avance y crezca, cuando son tan pocos en números, van pasando los años, van envejeciendo y no hay forma de responder a las obras y al carisma fundacional, con el paso de los años las comunidades desaparecen”.
Desafíos de la Vida Consagrada
El Padre Manuel destacó: Se requiere que los consagrados en el país, den prioridad a la tarea vocacional, la forma más auténtica de promoción vocacional es el testimonio de vida.
Otro de los desafíos es la formación cristiana y el acompañamiento de los niños y jóvenes a quienes se dirigen las acciones pastorales de los consagrados. De este trabajo depende la conformación de familias cristianas, el nacimiento de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.
Uno de los desafíos del Departamento de Vida Consagrada, es la búsqueda del diálogo y la comunión entre la jerarquía de la Iglesia y los consagrados presentes en las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia. Recordó que el carisma propio de la jerarquía de la Iglesia, no se opone a los carismas que el Espíritu Santo da a los consagrados, al contrario, estos se complementan y ayudan.
Jornada Mundial de la Vida Consagrada
Esta Jornada que fue instituida por San Juan Pablo II, el 02 de febrero de 1997, “quiere ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor”.
Propósitos de la Jornada de la Vida Consagrada
1.Responde a la íntima necesidad de alabar más solemnemente al Señor y darle gracias por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas y con los edificantes frutos de tantas vidas consagradas totalmente a la causa del Reino.
2.Promover en todo el pueblo de Dios el conocimiento y la estima de la Vida Consagrada.
3.Celebrar solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en las personas de los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, para descubrir con más límpida mirada de fe los rayos de la divina belleza derramados por el Espíritu en su género de vida y para hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo.