Mar 28 Sep 2021
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
VIGESIMOSÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Octubre 3 de 2021
Primera lectura: Gn 2,18-24
Salmo: Sal 126(127),1-2.3.4-5a.5b-6 (R. cf. 5)
Segunda lectura: Hb 2,9-11
Evangelio: Mc 10,2-16 (forma larga) o Mc 10, 2-12 (forma breve)
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
El ser humano es la obra más excelsa de Dios, desde su creación ha tenido una misión en el orden de la salvación. El Creador ha dotado al ser humano de inteligencia y razón, y ello se representa bíblicamente con la imagen y semejanza con Dios, de esta forma tres ideas acompañan la reflexión de la Palabra para este domingo:
• El ser humano está llamado a cuidar, proteger y custodiar la obra de la creación; por ello, el destino de los seres humanos tiene un fundamento en la construcción de una familia; y en la realización del Reino de Dios;
• un testimonio de su edificación, está centrado en los sentimientos y corazón de los niños como ejemplo de docilidad al mensaje de salvación del evangelio.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
El texto de la primera lectura del libro del Génesis hace parte de los relatos que narran la creación del mundo. El fragmento que se proclama en este domingo hace parte del segundo relato de la creación, en este se pueden extraer dos ideas fundamentales; la primera un mandato explícito de Dios para que el hombre organice dándole nombre a las creaturas creadas por sus manos. La segunda idea que presenta el relato bíblico es cómo Dios crea, para cumplir con el destino del hombre, una pareja que lo complementa, y de allí, surge la figura de la mujer como coprotagonista de la historia de salvación del ser humano.
El texto del salmo 127 es un pasaje muy particular en el conjunto de los salmos, puesto que resalta y exalta la figura de la mujer en medio de un contexto religioso patriarcal. En los tres apartados recitados se destaca la importancia social que reside en la mujer israelita en su contexto social referido a la casa y a los hijos. Las estrofas del salmo ponen las tres bendiciones de un judío en primer plano, descendencia, prosperidad y tierra, de esta forma en esta triada la mujer será, como se lee en el texto del Génesis, la gran aliada del hombre para conseguir esas tres bendiciones divinas.
El texto a los Hebreos contiene el fundamento de la fraternidad, este reside en la bondad que Jesús ha tenido de compartir la gracia proveniente de Dios. Así pues, todo el género humano queda recogido en la filiación divina y, por tanto, en esto consistirá que los seres humanos sean llamados a vivir en fraternidad, al estilo de Jesucristo en quien reside todo poder y honor. El texto invita a la comunidad a reconocer en todos, el valor de ser hijos de un mismo padre, Dios, y por ello, ser herederos de la hermandad de los unos con los otros.
Los relatos en los evangelios de grupos, personas o situaciones que ponen a prueba a Jesús son muchos, en todos hay una constante, buscar que la situación sea favorable al que interroga.
Sin embargo, se puede decir que, en la mayoría de los casos, la respuesta de Jesús desacomoda, replantea e insta a buscar una nueva forma de relacionarse con Dios. La experiencia de la Ley ya marcó un derrotero en la historia, con Jesús se renueva el pacto de la revelación, más allá del cumplimiento de los mandatos se instaura el Reino del amor, el cual sostiene la vida de la pareja y fomenta la construcción de familias como escuelas de caridad. Jesús le propone a la sociedad de su tiempo nuevas relaciones y en ellas formas renovadas de vincularse con Dios. La discusión por el divorcio en el contexto neotestamentario, se dirime con la formación de relaciones sólidas de amor, no con el rompimiento del vínculo.
Es así como, el evangelista Marcos propone unas nuevas relaciones con Dios mediadas por el corazón y los sentimientos que albergan los niños en su inocencia. La relación de Jesús con los niños fue una manera de incluir en la comunidad a aquellos que eran excluidos y marginados por una incapacidad en la toma de decisiones, esto generado por su inocencia. De modo que el gesto de Jesús para con los niños, le dice a la comunidad que los valores del Reino no se miden por la madurez sino por lo propio del ser, puesto que los niños tienen la misma dignidad intrínseca que los adultos y que cualquier ser humano.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
En el contexto de la celebración del Año de la Familia Amoris Laetitia. La reflexión de la Palabra en este domingo se presenta como una oportunidad propicia para discernir las alternativas que como comunidad se pueden tomar para enfrentar la crisis vocacional que vive el matrimonio. En palabras del papa Francisco en Amoris laetitia 59: “Nuestra enseñanza sobre el matrimonio y la familia no puede dejar de inspirarse y de transfigurarse a la luz de este anuncio de amor y de ternura, para no convertirse en una mera defensa de una doctrina fría y sin vida. Porque tampoco el misterio de la familia cristiana puede entenderse plenamente si no es a la luz del infinito amor del Padre, que se manifestó en Cristo, que se entregó hasta el fin y vive entre nosotros. Por eso, quiero contemplar a Cristo vivo presente en tantas historias de amor, e invocar el fuego del Espíritu sobre todas las familias del mundo”.
La vocación al matrimonio es, por tanto, una manera excelsa de reconocer el amor de Dios por la humanidad. Por ello, toda la comunidad de fe debe procurar los medios para hacer de la familia el lugar en el cual Dios se manifiesta en un amor oblativo y misericordioso, que reconoce en la unión matrimonial el gesto de entrega noble y sincera en la construcción del mandato del amor. “«Benedicto XVI, en la encíclica Deus caritas est, retomó el tema de la verdad del amor entre hombre y mujer, que se ilumina plenamente sólo a la luz del amor de Cristo crucificado. Él recalca que «el matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se convierte en el icono de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de amar de Dios se convierte en la medida del amor humano»” Amoris laetitia, 70.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
Supliquemos en esta celebración dominical para que el Señor siga regalándole a hombres y mujeres el don de la vocación al matrimonio, que él sea quien llame, elija, de los medios y haga felices a quienes optan por el matrimonio como un estilo de vida en la caridad. Que la comunidad se una a una voz por las familias para que perseveren, en medio de la crisis del matrimonio, en el amor oblativo y misericordioso de la pareja. Así mismo, Jesucristo que es cabeza de la Iglesia, sea quien siga intercediendo para que el vínculo del matrimonio se consolide en el amor de la pareja y así se mantenga en fraternal unión a la familia.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
En esta celebración dominical, el Señor nos regala en su Palabra un mensaje pertinente para este año dedicado al amor en la familia. Dispongamos nuestros corazones a escuchar y compartir en la mesa de la eucaristía el don de la vocación al matrimonio como fuente de nuevas vocaciones en la Iglesia. Bienvenidos a este encuentro comunitario como signo de la acción de Dios en el amor que mostramos por nuestros seres amados.
Monición a la Liturgia de la Palabra
La elección de una pareja para que el hombre no estuviera solo es un signo del amor de Dios por su creatura más amada: el ser humano. Hagamos que este mensaje de la Palabra, cale en nuestros corazones, para que sigamos atentos el precepto de cuidar, proteger y acompañar a las familias como un signo del amor que se comparte y se da entre todos. Escuchemos con atención este mensaje de salvación.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: En el referente de la familia de Nazareth está el ejemplo de un hogar que supo sobre ponerse a las dificultades, pidámosle en esta celebración al Señor que nos colme con su amor, para que podamos asumir las situaciones de crisis, con entereza y unión familiar, y supliquémosle diciendo:
R. Escucha, Señor nuestra oración
1. Oremos por la Iglesia, para que promueva vocaciones al matrimonio que sean ejemplo del amor de Dios en la familia, oremos.
2. Oremos por el Papa y todos los llamados a vivir en el amor, para que su respuesta vocacional sea un testimonio de la construcción de la civilización del amor, oremos.
3. Oremos por quienes tienen la responsabilidad de promover el bien común desde sus respectivos campos de gobierno, para que sean dóciles a promover valores que animen la formación de familias estables en el amor, oremos.
4. Oremos por nuestra comunidad reunida en este domingo día del Señor para que la promoción de vocaciones sea el fermento de nuevas familias que se aman, respetan y valoran la vida en comunidad, oremos.
5. Oremos por los enfermos, para que el Señor les conceda el alivio en sus dolencias físicas y espirituales, oremos.
6. Oremos por todos los que se encuentran atravesando una crisis en su vocación matrimonial, para que recuerden que la alianza que sellaron es un signo del amor permanente de Dios por la humanidad, oremos.
Se pueden añadir otras intenciones personales...
Oración conclusiva
Escucha, Señor, estas súplicas
que desde nuestro corazón te presentamos,
confiando en que serán escuchadas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.