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maristas

Lun 10 Nov 2025

Comunidad Marista renueva su compromiso con una educación que transforma vidas desde la espiritualidad

Con un llamado a encarnar la fuerza transformadora del Espíritu Santo en las aulas y en la sociedad, concluyó el IV Encuentro Nacional de Educación Religiosa Escolar (ERE) Marista, un evento que reunió entre el 27 y el 28 de octubre a cerca de 60 estudiantes y 15 docentes en el Colegio Bicentenario de la Independencia de Bogotá.Una de las conferencias centrales, a cargo de monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, marcó el tono del evento. Bajo el título “La necesidad del Espíritu en el contexto colombiano actual”, el prelado inspiró a los presentes a ser agentes de cambio y a pensar el papel de la espiritualidad como luz para los desafíos del país.Bajo el lema “Espiritualidad, clase y vida”, este encuentro, liderado por el hermano Marista Francisco Ruiz, FMS, y el equipo nacional de ERE, buscó generar una experiencia profunda de diálogo y comunión. El principal fruto fue la reafirmación del compromiso de integrar la vivencia espiritual en el proyecto educativo como un pilar para la formación de jóvenes conscientes, compasivos y constructores de paz.La riqueza del evento se desarrolló en diversos espacios. Tras la ponencia de monseñor Barreto, se realizaron mesas de trabajo para reflexionar sobre la espiritualidad en el ámbito académico.En el segundo día, el conversatorio “La identidad personal en la vida en sociedad”, con panelistas de distintas comunidades religiosas, y los grupos focales permitieron profundizar en tres líneas de acción: la espiritualidad para la reconciliación, la pastoral juvenil y la gestión personal e institucional.Dos décadas sembrando semillas de fe y pedagogíaEste IV Encuentro se inscribe en una trayectoria de dos décadas de la Educación Religiosa Escolar Marista en Colombia, que desde 2005 ha fortalecido su trabajo colegiado. A lo largo de estos años, y mediante encuentros nacionales como el impulsado en 2019 en Manizales, se ha consolidado como un espacio fundamental de reflexión, acompañamiento y formación espiritual, promoviendo el diálogo entre la fe, la cultura y la educación.La Comunidad de los Hermanos Maristas de la Enseñanza (Provincia Norandina) ratifica así su misión evangelizadora en las 13 instituciones que dirige en el país, donde Hermanos y laicos trabajan conjuntamente para formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos, inspirados en el legado de San Marcelino Champagnat.

Mar 7 Oct 2025

Maristas lideraron construcción de pozo de agua potable en el asentamiento más grande de Latinoamérica ubicado en La Guajira

En el corazón de "La Pista", el asentamiento informal más grande de América Latina ubicado en Maicado (La Guajira), donde más de 10.000 personas, en su mayoría migrantes venezolanos, retornados colombianos e indígenas Wayuu, enfrentan profundas necesidades económicas y sociales, la comunidad de Hermanos Maristas inauguró el pasado mes de septiembre un pozo de agua potable que ayudará a saciar la sed de cerca de 1.000 personas, muchas de ellas, menores de edad.Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto "Corazón Sin Fronteras", una obra social de la Provincia Marista Norandina que, desde 2019, busca garantizar los derechos a la alimentación, salud y educación de la infancia más vulnerable. La obra es un faro de solidaridad en una región donde la escasez de agua, agravada por las altas temperaturas y la falta de infraestructura, obliga a las familias a destinar sus escasos recursos para comprar este recurso vital.Una obra de ingeniería y de solidaridadEl pozo es una obra de ingeniería de alta tecnología, pero también, de profundo significado humano. Con 140 metros de profundidad, tiene una capacidad de extracción de hasta 40 metros cúbicos de agua diarios (equivalente a 40.000 litros). Su sistema de tratamiento, que incluye una planta de ósmosis inversa, garantiza que el agua sea 100% potable, segura para el consumo de los niños y niñas.Fabricio Gómez, líder de la obra social ‘Corazón Sin Fronteras’ en Maicao, destacó el impacto inmediato del proyecto:“Con la puesta en marcha del pozo y de la planta de ósmosis inversa para tener agua potable beneficiamos a 220 niños que hacen parte del proyecto Corazón Sin Fronteras. También esta ayuda se extiende hasta 830 personas que nos visitan y hacen parte de las actividades comunitarias. Damos gracias a todos y cada una de las personas que hicieron parte hicieron realidad para hacer este proyecto”.Un sueño que da vidaLa construcción, que tomó cerca de nueve meses de trabajo continuo, fue el parto de un sueño mucho más antiguo. El hermano José María Ondarreta, Consejero Provincial de los Hermanos Maristas, compartió la emotiva analogía:“Se está haciendo realidad un sueño, un sueño que comenzó hace seis años. Y la construcción del pozo ha durado 9 meses.. Como un parto de un bebé. Sí. Qué curioso”.El religioso añadió una poderosa reflexión sobre el simbolismo del agua: “Y ojalá que nos convirtamos como este sueño en agua que calma la sed, que nos ayuda a refrescarnos, que de vez en cuando también nos ayuda a limpiarnos, a asearnos, a regar las plantas para que crezcan y den fruto y podamos disfrutarlas”.La contribución de la cooperación internacionalEste proyecto fue posible gracias al respaldo de la Fundación Marista para la Solidaridad Internacional (FMSI) y al apoyo económico de la Conferencia Episcopal Italiana, demostrando cómo la colaboración internacional y la comunión eclesial puede materializar la caridad.Andrea Rossi, director de FMSI, enfatizó en el derecho que se está garantizando: “Este pozo de agua va a responder a al derecho al agua, que es un derecho fundamental para, para, para todos, pero sobre todo para niños y niñas que viven aquí en el asentamiento”.Rossi también evocó el legado del fundador: “Siguiendo el sueño de [Champagnat], concretizando el sueño... Estuviera aquí, estaba, probablemente, picando con nosotroscel terreno con su pica y e intentando de encontrar el agua para dar a todos los niños de las niñas de este asentamiento”.Un agradecimiento que brota de la comunidadLa gratitud de la comunidad beneficiada es palpable. Yuleima Borja, madre beneficiaria y lideresa social, expresó con emoción: “Al primero que tenemos que darle gracias es a Dios, porque es el primer motor que hizo que todo esto fuera posible...”En representación de los habitantes de "La Pista", Yuleima concluyó: “El asentamiento ‘La Pista’ en mi representación está muy pero muy agradecido con la labor que acá se ha hecho siempre. Hemos sido hermanos... Nosotros hemos tenido precariedades en el asentamiento y siempre hemos contado con ‘Corazón Sin Fronteras’ y los Hermanos Maristas. De verdad, desde lo más profundo de mi corazón y en representación de las 9101 personas que viven en el asentamiento: Gracias, gracias por esta obra”.Más que una solución de infraestructura, este pozo es un símbolo de la misión evangelizadora y social de la Iglesia Católica, un testimonio concreto de la fe que se hace acción para transformar realidades complejas y recordar que, para Dios, nadie es invisible.Vea el informe audiovisual a continuación: