Jue 11 Ago 2016
¿Pedir perdón a quiénes?
Por Raúl Ortiz Toro - Soy incrédulo con los medios de comunicación tendenciosos que, a veces, resultan ser la gran mayoría, pues de acuerdo a sus intereses particulares acomodan las noticias según su parecer y desdibujan la verdad al punto de presentar como banal un tema trascendente. El Papa Francisco, hace pocos días, en su viaje de regreso de Armenia - Cáucaso a Roma concedió, como es su costumbre, una entrevista a los medios de comunicación que lo acompañaron en el viaje. Una de las preguntas fue sobre qué pensaba el Papa de las declaraciones del cardenal alemán Reinhard Marx, quien acababa de dar unas declaraciones en una conferencia en Dublín en las que instaba a que la Iglesia pidiera perdón a la comunidad homosexual “por haberla marginado” según la pregunta de Cindy Wooden de CNS.
El Papa, muy lúcido, afirmó lo siguiente para no dar aires de exclusividad a una sola comunidad, pero las noticias solo registraron lo sensacionalista: “La Iglesia no solo debe pedir perdón a las personas homosexuales que ha ofendido, sino que debe pedir perdón también a los pobres, a las mujeres explotadas, a los niños explotados en el trabajo, debe pedir perdón por haber bendecido muchas armas. La Iglesia debe pedir perdón por no haberse comportado muchas veces. Los cristianos, la Iglesia, es santa, los pecadores somos nosotros”. Y de allí, ya sabemos lo que titularon al otro día: que la Iglesia estaba ahora comprometida en el lobby gay. No. La Iglesia está comprometida con la persona humana y su dignidad y en ese sentido el Papa dice que debe pedir perdón a todos aquellos que han buscado en la Iglesia a una madre que acoge y han encontrado las puertas cerradas o las bocas silentes.
No falta quien piense que pedir perdón es una muestra de debilidad que la Iglesia no debe ofrecer; pero estas también son resistencias históricas como los pecados de los bautizados; recordemos, por ejemplo, las reacciones a la hazaña de San Juan Pablo II en el Jubileo del año 2000 cuando el primer domingo de Cuaresma pidió perdón a la Humanidad “por los pecados de los hijos de la Iglesia” y concluía diciendo: “Nunca más contradicciones con la caridad en el servicio de la verdad; nunca más gestos contra la comunión de la Iglesia; nunca más ofensas contra cualquier pueblo; nunca más recursos a la lógica de la violencia; nunca más discriminaciones, exclusiones, opresiones, desprecio de los pobres y de los últimos”.
Esta reflexión del Papa nos cae muy bien para el contexto en el que se encuentra Colombia: Perdón, Reconciliación, Justicia, Paz, Progreso… Los Señores Obispos en la Asamblea Plenaria del Episcopado, realizada la primera semana de julio, buscaron traducir estos sentimientos del Papa y con humildad pedirán perdón en nombre de la Iglesia por las veces en las que los bautizados esperaron una mano amiga, una defensa oportuna, y no la encontraron. Pero también es la ocasión de ofrecer el perdón a todos aquellos que han visto a la Iglesia como una enemiga cuando se ha comprometido en la igualdad y la justicia, cuando ha acompañado a los ciudadanos en los procesos de reivindicación de sus derechos y de defensa de la vida. Esas dos facetas: dar y pedir perdón son tan cristianas como plausibles en la actual realidad del país. Sería realmente histórico.
P. Raúl Ortiz Toro
Docente del Seminario Mayor San José de Popayán
rotoro30@gmail.com