Mié 25 Mayo 2016
¡…Llegó la hora misionera…!
Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - El momento esperado para la realización del XII Congreso Nacional Misionero, del 26 al 29 de mayo ha llegado. Por eso la Iglesia de Bucaramanga se llena de alegría para recibir a todos los Delegados que se reúnen para tan importante discernimiento misionero. Este singular acontecimiento forma parte ya de un largo camino de la Iglesia en Colombia, que busca fijar en el corazón de todo el Pueblo de Dios, el compromiso afirmado y recordado por el Concilio Vaticano II y el posterior Magisterio eclesial, de la imperiosa necesidad de llevar la Buena Nueva de Jesús más allá de las propias fronteras.
En esta línea, se ha acordado el tema central del Congreso, tanto más esperanzador y ajustado a los desafíos de una Iglesia que busca “descentrarse”: “La misión ad intra y ad extra en los planes pastorales de las Iglesias Particulares”. Por ello, resulta providencial para nuestra Arquidiócesis, y una gracia especial del Señor, poder discernir sobre la Iglesia que Dios quiere, como esencialmente misionera y avivar la conciencia de trabajar todos los miembros del Pueblo de Dios, las estructuras, los programas y las actividades, en “clave misionera” con la disposición de ir también a otras latitudes y realidades a llevar el Evangelio del Señor. Conjuntamente para las diversas Diócesis y Vicariatos apostólicos del país que estaremos representados en el Congreso misionero, será una gran oportunidad de orar y profundizar sobre una renovada conciencia de esta urgencia misionera.
Pasados ya 50 años del Concilio Vaticano II y en el ambiente social y cultural, que hoy es cada vez más globalizado, se hace también más patente la naturaleza misma de la Iglesia como “sacramento universal de salvación” (L.G.) con una tarea, en consecuencia, de ser signo y además, instrumento de unidad en medio de todos los pueblos de la tierra, según la voluntad del mismo Jesús. Este empeño incluye nuevos y variados escenarios, como lo recordara, en su momento, el papa Benedicto XVI, en discurso a Obras Misionales Pontificias: “El campo de la misión ad gentes se ha ampliado notablemente y no se puede definir sólo basándose en consideraciones geográficas o jurídicas. En efecto, los verdaderos destinatarios de la actividad misionera del pueblo de Dios no son sólo los pueblos no cristianos y las tierras lejanas sino también los ámbitos socioculturales y, sobre todo, los corazones” (5 de mayo de 2007).
Por otra parte, se está convirtiendo en un modo de hablar, la expresión de “estar en salida”, propuesta por el papa Francisco para invitarnos a tener un alma misionera, con disponibilidad y mucha alegría unida al necesario sacrificio para partir desde nuestras propias comodidades y apegos, egoísmos y conveniencias que, transformados por el impulso del Espíritu nos lleven a proclamar a Jesucristo donde quiera que estemos y vayamos. El término “callejear” el evangelio es otra expresión empleada por el sucesor de Pedro, dirigiéndose a los jóvenes en Río de Janeiro e invitándolos a comprometerse a ser discípulos misioneros para los demás jóvenes, en la Iglesia y en el mundo nuevo que hay que construir.
De tal manera que nuestra Arquidiócesis, con el corazón y los brazos abiertos, se dispone a recibir a tantos misioneros y misioneras, para compartir la urgencia de llevar las semillas del Reino, como siembra de esperanza y renovación del pueblo de Dios, al servicio de toda la familia humana. Con mi fraterno saludo.
+ Ismael Rueda Sierra
Arzobispo de Bucaramanga