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monseñor francisco múnera

Jue 19 Sep 2024

La Arquidiócesis de Cartagena celebra el primer año de su Oficina para la Cultura del Cuidado con una proyección hacia la Espiritualidad del Cuidado

En este mes de septiembre, la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Arquidiócesis de Cartagena cumple un año de servicio y misión por la construcción de entornos seguros y protectores en esa Iglesia particular, especialmente para los niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables. La celebración del primer aniversario se llevó a cabo el 4 de septiembre en la Parroquia Santo Toribio de la ciudad de Cartagena de Indias. Fue presidida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.En el acto conmemorativo participaron cerca de 100 personas, entre servidores parroquiales, sacerdotes, religiosas; representantes de movimientos y asociaciones laicales, de instituciones educativas, y de organizaciones sociales y distritales. Allí, monseñor Múnera reconoció el compromiso especial y aporte de los sacerdotes, religiosos, seminaristas y laicos de la Arquidiócesis de Cartagena para la consecución de avances significativos en materia del cuidado.Durante el evento, también se llevó a cabo un espacio pedagógico denominado 'La Espiritualidad del Cuidado', que busca formar ‘Discípulos del Cuidado’ dispuestos, siempre, a proteger a los más vulnerables, a imagen y semejanza de Jesús. El trabajo fue guiado por el padre Richard Nieto González, director de esta oficina arquidiocesana.La capital del departamento de Bolívar es la primera en la región, en contar con una Oficina Para la Cultura del Cuidado; esta es coordinada por una psicóloga, la doctora Mirna Cerna Cruz. Su misión no solo abarca la atención y prevención de abusos y violencias en ambientes eclesiales, sino también sociales, por lo que, en articulación con instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil, promueve estrategias integrales, comunicando y haciendo vida un mensaje contundente que tiene como fuente misma a Jesucristo: “Cuidar es amar”.La Oficina, que tiene sus instalaciones físicas en la Curia Arquidiocesana, dispone de espacios y programas de escucha que favorecen la prevención de violencias y abusos, desde la detección de riesgos, atención y reparación integral de las víctimas, especialmente, a través de actividades de sensibilización y formación en diversos ámbitos eclesiales. Además, la Arquidiócesis de Cartagena, trabaja en articulación con otras jurisdicciones de la región para fortalecer la misión de la Iglesia en esta importante dimensión.Entre las acciones adelantadas desde la Oficina durante el primer año, se destacan:1. Generación de espacios de escucha para el reconocimiento de situaciones violentas y de riesgo que atentan contra los derechos y la dignidad de los niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables de la Iglesia.2. Espacios de sensibilización frente a la necesidad de construir cultura del cuidado de manera sinodal, desde una conciencia colectiva, con más de 500 personas de la arquidiócesis. Espacios que fueron desarrollaros durante la Asamblea Presbiteral, así como en el Seminario Provincial San Carlos Borromeo, las diferentes parroquias; entre los delegados de movimientos y asociaciones de laicos, la Pastoral Juvenil y el Servicio Educativo Arquidiocesano. En estos espacios resaltaron el rol protagónico de cada servidor, como un actor central en el proceso de construir entornos seguros y protectores, así como los objetivos, las funciones y los ejes estratégicos para la construcción de cultura del cuidado.3. Articulación interinstitucional con organizaciones sin ánimo de lucro que buscan fomentar espacios seguros y protectores para los más vulnerables en la ciudad de Cartagena. Entre ellos, la Fundación Renacer, que junto a su aliado Kerk In Actie ha trabajado por varios años en la generación de espacios libres de violencia sexual en la ciudad.4. Formación en prevención de la violencia sexual en el Seminario Provincial San Carlos Borromeo, junto a la Fundación Renacer y su aliado kerk in actie. Se llevaron a cabo actividades pedagógicas para crear consciencia en los seminaristas de su rol central como agentes protectores de la niñez. Adquirieron herramientas para la identificación de violencias, factores de riesgo, factores de protección y desarrollo de estrategias para la generación de entornos seguros y protectores desde la Iglesia. Durante el primer semestre formaron a 39 seminaristas. En el segundo semestre continuaron el proceso de formación, en esta oportunidad con 33 seminaristas de año propedéutico y la etapa discipular).5. La formulación del primer proyecto de cultura del cuidado en la Arquidiócesis de Cartagena titulado “Discípulos del Cuidado, servidores de la protección”, a través del cual se pretende, en la primera fase, formar a 72 servidores (entre sacerdotes, religiosas, servidores parroquiales y padres de familia) como discípulos del cuidado, sensibles frente a la necesidad de cuidar a los más vulnerables y con las herramientas para desarrollar estrategias de protección desde acciones propias de la Iglesia.Entre las acciones previstas a desarrollar próximamente por la Oficina, se destacan:1. Desarrollar línea de acción la estrategia de Espiritualidad del Cuidado que permita la formación de discípulos del cuidado, quienes, a ejemplo de Jesús misericordioso, construyen entornos seguros y protectores para los más vulnerables.2. Desarrollar línea de acción de la estrategia de Valores del Cuidado, como una apuesta por la formación y la vivencia de los valores humanos y del Evangelio, viéndose reflejada en una convivencia basada en el respeto y la protección de los más vulnerables, llevada a cabo por los discípulos del cuidado.3. Desarrollar línea de acción de la Psicología del cuidado, desarrollando procesos de acompañamiento preventivo y terapéutico para quienes hacen parte de la Iglesia y necesitan atención especializada para cuidar su salud mental.4. Iniciar el proceso de formación y ejecución del proyecto “Discípulos del Cuidado en la Arquidiócesis de Cartagena” que favorezcan el desarrollo de entornos seguros y protectores desde nuestra iglesia para los más vulnerables.5. Fomentar la cooperación interinstitucional, especialmente con organizaciones de Iglesia, no gubernamentales y la Secretaría de Participación y Desarrollo Social de la ciudad de Cartagena, quienes también están desarrollando una línea de cultura del cuidado. Este proceso fortalecerá la generación de entornos seguros y protectores como estrategia, no solo de Iglesia sino también de ciudad y promoverá esta cultura como una herramienta social en Cartagena.Vea a continuación el informe audiovisual de la Oficina de Comunicaciones de la Arquidiócesis de Cartagena:

Vie 16 Feb 2024

Semana Santa 2024 en Cartagena: el plan piloto que lanzará la Iglesia, en articulación con entidades del Distrito

Este año, la Arquidiócesis de Cartagena, en articulación con la Fundación Centro Histórico, la Corporación de Turismo de Cartagena y otras entidades del Distrito, buscará ofrecer a los visitantes de ‘La Heroica’ una experiencia turística única en Colombia, que combine la riqueza cultural e histórica de la ciudad, con el valor de la fe y la espiritualidad. Esta iniciativa arrancará con un plan piloto que será implementado durante la Semana Santa que se aproxima.Monseñor Francisco Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, ha estado liderando esta importante apuesta por hacer de la ciudad un escenario de consagración, pero también de experiencias de encuentro. Iniciar con la Semana Mayor ayudará a reafirmar el verdadero sentido que debe tener para los fieles católicos una época tan importante del Año Litúrgico, epicentro de la vida cristiana en que se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, e invita a la oración y a la conversión. .“La Cartagena que conocemos y debemos reconocer va más allá de la playa (…) Que se muestre como es: sin excluir a nadie, amable y acogedora. Que nos sintamos anfitriones de nuestra casa, una casa preciosa que Dios nos ha regalado a todos para cuidarla y protegerla, pero también para recibir a otros”, expresó al respecto monseñor Múnera.Según lo ha informado la Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones, el pasado 12 de febrero se llevó a cabo un espacio de cocreación de este proyecto, que concluyó con la firma de un memorando de entendimiento por parte de las entidades participantes. En los próximos días se llevarán a cabo nuevas mesas de trabajo con cada entidad para el desarrollo de las actividades concretas que permitirán ofrecer una experiencia única de Semana Santa en Cartagena.Se espera que se trata de un proyecto duradero en el tiempo, pues “busca que Cartagena sea una ciudad acogedora, solidaria y que en ese ejercicio también incremente el sentido de pertenencia por la ciudad, por la gran riqueza que ofrece. Que intensifique la relación con Dios, con los demás y con los más vulnerables”, así lo indicó esta oficina.

Lun 10 Mayo 2021

"Les pido que me acompañen con la oración para que yo pueda servir a la paz"

Esta fue una de las frases expresadas por monseñor Francisco Múnera Correa, obispo saliente de la Diócesis de San Vicente del Caguán, durante la eucaristía que en acción de gracias la Provincia Eclesiástica de Florencia ofreció al prelado por sus 22 años de servicio pastoral en los extensos y hermosos territorios del Caquetá y Putumayo. A partir del 25 de mayo, por designación del Papa Francisco, el obispo asumirá su misión episcopal en la Arquidiócesis de Cartagena. Monseñor Múnera en su homilía tomó algunos apartes del evangelista Juan donde se entrelaza un diálogo de comunión entre Jesús y sus discípulos. Se proclama la bienaventuranza de la alegría:“Allí Juan resalta la alegría que debe sentir un discípulo de Jesús cuando sirve, cuando se abaja como el maestro a lavar los pies a sus hermanos y la alegría y la felicidad que experimenta el discípulo cuando cree sin haber visto”. Al respecto mencionó cómo entre los ministros, servidores de la iglesia, fieles cristianos laicos y el pueblo de Dios, no hay ascensos ni descensos y explicó de una manera bella como el Papa Francisco está ayudando a invertir al interior de la Iglesia lapirámide “que nosotros teníamos muy bien construida con el Papa arriba”.El Papa, asegura el prelado, se puso abajo para indicar que todo ministerio o servicio dentro de la Iglesia es, sencillamente, un llamado para que“el discípulo de Jesús se parezca en lo que más pueda a su Maestro y Señor”. “Yo siento que esta es la óptica con la que tenemos que mirar la vida de la Iglesia que, entre comillas, los ascensos son descensos en realidad, porque para nosotros los cristianos, solo existe una posibilidad: Abrazar la cruz del Señor”,afirmó. En este contexto, indicó que todos en la vida de la Iglesia están llamados al servicio. Por lo que observó que el envío que hoy recibe para atender otra jurisdicción, lo asume como un envío misionero. Resalta que todo cristiano debe poner al servicio de los demás sus capacidades, es decir, donarse con gratuidad y generosidad hacia los demás. “Entonces, es desde este punto de vista que acojo de verdad, de corazón, esta celebración de fe a la cual nos ha convocado monseñor Omar Mejía, como un envío misionero que ustedes comunidad de fe de esta Iglesia arquidiocesana y de la provincia, de ustedes queridísimas autoridades civiles, militares y de policía, de ustedes queridos fieles, quieren hoy acompañarme y se los agradezco de todo corazón”. Se mostró agradecido con Dios por haberle concedido el privilegio, a lo largo de 22 años, de prestar su servicio evangelizador como misionero de la Consolata en esas tierras caqueteñas y putumayenses. Rememoró los 70 años de historia eclesial en estos territorios y el aporte que desde la Iglesia se ha alcanzado en materia eclesial, de paz, educativa, social, salud y cultural, ayudando de esta manera a alcanzar el desarrollo y el crecimiento de la Iglesia y sus comunidades. Resaltó cómo a través de esta cultura caqueteña y su gente, creció como persona, como sacerdote, como obispo:“Espero con lo aprendido con ustedes en este caminar, en este trasegar, en ese navegar de los hermosos ríos de esta amazonia caqueteña que me harán mucha falta en las zonas del caribe, acompañar al pueblo de Dios que me ha sido confiado (…) Yo les pido que me acompañen con la oración para que yo también pueda servir a la paz y la reconciliación en esa ciudad, en esa arquidiócesis, en esa costa caribe, con toda esa iglesia hermosa, alegre, querendona que me espera”. Finalmente, compartió que, a través de una carta dirigida al Papa Francisco, se comprometió a trabajar en estos territorios bolivarenses, para que“esta Iglesia siga siendo una iglesia en salida misionera, entendiendo todos los desafíos que allí puedan existir (…) Quiero contribuir para que esa Iglesia, como intentamos también con los obispos de la Amazonía y con todos ustedes, trabajar por el cuidado de los pobres y de la casa común, y en Cartagena sí que hay contrastes tremendos”. Cumpliendo con los protocolos de bioseguridad, en la celebración eucarística le acompañaron el arzobispo de Florencia, monseñor Omar Mejía Giraldo, el clero de la diócesis de San Vicente del Caguán y de la arquidiócesis de Florencia. Además asistieron a la ceremonia el Gobernador del Caquetá,Arnulfo Gasca Trujillo, las principales autoridades militares y de policía de la zona, así como un gran número de fieles laicos.

Vie 26 Mar 2021

“Aquí estoy, dispuesto a empezar esa tarea con todos ustedes”

Así lo expresó el arzobispo electo de Cartagena, monseñor Francisco Múnera Correa, quien se mostró agradecido con Dios por este nuevo llamado misionero que la Iglesia le ha hecho para evangelizar en estas tierras amuralladas. Al dirigirse a la comunidad cartagenera, les manifestó su alegría y disponibilidad para acompañarlos y caminar juntos en esta nueva etapa eclesial de la vida arquidiocesana. Resaltó de manera especial las manifestaciones de aprecio expresadas por el obispo saliente, monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal. Aseguró estar presto a iniciar esta tarea con todos los que habitan estos territorios, atendiendo las recomendaciones del Papa Francisco, “caminar de manera sinodal y en una actitud de Iglesia en salida”. Así también, dijo estar dispuesto a aportar desde su experiencia como pastor, misionero y obispo a la tarea de esta Iglesia particular. “Pido al Señor la fuerza y la bendición de todos los grandes misioneros, de todos los santos que nos han precedido, de todos esos hombres y mujeres laicos y laicas que han sostenido la tarea en todas y cada una de las comunidades, en los distintos ambientes barriales, campesinos y citadinos, de esta Iglesia cartagenera”. El prelado, en un video mensaje enviado desde las bellas tierras de San Vicente del Caguán, se dirigió a los sacerdotes, religiosas, seminaristas, laicos y laicas, ministros instituidos, animadores de las comunidades eclesiales y a los animadores de los distintos movimientos eclesiales, a quienes les expresó su gratitud por las manifestaciones de cercanía ante su nombramiento. Igualmente, extendió un saludo a cada uno de los obispos que conforman la provincia eclesiástica de Cartagena, representadas en las Jurisdicciones de Magangué, Sincelejo, Montería, Montelíbano y Vicariato Apostólico de San Andrés y Providencia. Así también, saludo a la ciudadanía del distrito de Cartagena, a toda la comunidad bolivarense, a las autoridades civiles, militares y de policía y a las instituciones presentes en esa ciudad heroica de Cartagena de Indias. Finalmente, al mencionar a san Pedro Claver, santa María Bernarda Bütler y al obispo, monseñor Eugenio Biffi, en camino de canonización, quienes fueron ejemplo de vida en esta Iglesia arquidiocesana, pidió la intercesión de ellos para este nuevo caminar de evangelización.

Jue 25 Mar 2021

Papa Francisco nombra nuevo Arzobispo de Cartagena

El Papa Francisco ha nombrado como nuevo arzobispo de Cartagena a monseñor Francisco Múnera Correa, hasta el momento obispo de la Diócesis de San Vicente del Caguán. Monseñor Múnera Correa sucederá a monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, luego que el Papa le aceptara su renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Cartagena, donde sirvió durante 16 años. Biografía: Monseñor Francisco Javier Minera Correa nació en Copacabana (Medellín), el 21 de octubre de 1956. Después de ingresar en el Seminario Mayor de los Misioneros de la Consolata, cursó el ciclo filosófico en el Seminario Arquidiocesano y los estudios teológicos en la Universidad Pontificia Javeriana de Bogotá. Siendo ya sacerdote, obtuvo la Licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de agosto de 1982 en La Ceja (Antioquia), incardinándose en el Instituto para las Misiones de La Consolata, en el que había hecho su profesión perpetua el 25 de diciembre de 1981. Los principales cargos que ha desempeñado durante su ministerio han sido los siguientes: Vicerrector en el Seminario Internacional Instituto Misiones Consolata de Bravetta, Roma (1983-1986); Vicario Parroquial y luego párroco en Loyangallani, diócesis de Marsabit, Kenya (1988-1992); Rector del Seminario Internacional Instituto Misiones Consolata en Bogotá, desde 1993 y, simultáneamente, desde junio de 1996 hasta 1998, cumplió el oficio de Vice-Superior Regional del IMC en Colombia. El 7 de diciembre de 1998 el Santo Padre Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Acque Nouve di Numidia y Vicario Apostólico de San Vicente de Puerto Leguízamo, recibió su ordenación episcopal el 11 de febrero de 1999. El 30 de mayo de 2019, al ser elevado el Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán a diócesis, fue nombrado monseñor Múnera como su primer obispo de esta Iglesia particular.

Dom 7 Feb 2021

Continúa secuestrada la hermana Gloria Narváez

Al cumplirse ya cuatro años del secuestro de la religiosa colombiana, Gloria Cecilia Narváez Argoty, “la Iglesia sigue orando por su salud y pronta liberación”, así lo expresó monseñor Francisco Javier Múnera Correa, obispo de la Diócesis de San Vicente del Caguán y presidente de la Comisión Episcopal de Animación Misionera. El prelado reiteró el llamado a la libertad, al respeto de su dignidad humana y de su condición de religiosa, entregada completamente al servicio de los más necesitados en tierras de misión. Además, monseñor Múnera ofreció un saludo de estímulo y cercanía a las religiosas de la Congregación Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, a la cual pertenece la hermana Gloria Cecilia, recordándoles que los obispos no se olvidan de la hermana Gloria Cecilia y piden por su pronto regreso. Así mismo, recordó y extendió una oración especial por el eterno descanso de la señora Rosita Argoty de Narváez, madre de la religiosa, quien falleció el año pasado sin haber podido cumplir su deseo de ver a su hija en libertad. Finalmente, agradeció todas las gestiones que la Sección para las Relaciones con los Estados, oficina que cobija todas las relaciones diplomáticas del Vaticano con los Estados del Mundo, sigue adelantando en procura de la liberación de la religiosa. Cabe recordar que la retención de la hermana Gloria Cecilia se produjo el 7 de febrero de 2017, estando ella en desarrollo de su servicio pastoral en la aldea de Karangasso, cerca de Koutiala, unos 400 kilómetros al este de Bamako (República de Malí – África Occidental). Hermana Gloria Cecilia Narváez Argoty Se ha caracterizado por trabajar con los más pobres; ha sido una gran defensora de la vida, brindando un especial cuidado a los niños poco valorados en su cultura. En favor de la niñez promovió un orfanato, donde procuró siempre proporcionar a los pequeños una buena calidad de vida, ayudándolos en sus necesidades básicas, por supuesto, además del amor y ternura con que los trataba, como una verdadera madre.

Lun 30 Sep 2019

Avanza preparativos para el Congreso Nacional Misionero 2020

El 27 de septiembre se reunieron en Bogotá los directores del Centro de Evangelización y Fe, presidido monseñor Francisco Múnera Correa, así como el director de Obras Misionales Pontificias, Padre Javier Alexis Gil Henao, para continuar con la construcción de la arquitectura del Congreso Nacional Misionero, que se realizará el próximo año del 25 al 28 de junio de 2020 en la ciudad de Pereira. Según manifestó monseñor Múnera Correa, este será un momento para recoger las síntesis de los anteriores Congresos, de manera especial el que se realizó en Bucaramanga en el 2016. “Así vamos preparándonos para celebrar en el 2024 el centenario del primer Congreso Misionero vivido en Colombia (…) Estos espacios han despertado el espíritu misionero en nuestro país, inspirados por dos grandes figuras, como han sido Santa Laura Montoya y el venerable Miguel Ángel Builes”. El también obispo de la diócesis de San Vicente del Caguán, destacó que la Misión Ad gentes ha ido creciendo ad intra con un trabajo propio en las jurisdicciones eclesiásticas y comunidades religiosas y ad extra, sensibilizando cada vez más frente a la responsabilidad misionera que se tiene con la Iglesia Universal. El prelado afirmó que el mes misionero, que celebrará la Iglesia en octubre, ha de servir como ayuda para tomar conciencia de que somos bautizados y por tanto enviados a evangelizar. Recordando las palabras del papa Francisco, “no podemos sentirnos misioneros de primera o de segunda”, el jerarca dijo que hoy no se debería hablar ya de laicos comprometidos, pues todo cristiano debe estar inmerso con la acción evangelizadora y misionera de la Iglesia. “La vocación de todo cristiano es misionera y ese Ad gentes también lo encontramos en nuestras realidades familiares, hay muchas personas que han dejado su fe, abandonado su adhesión a Jesucristo, se han vuelto apáticos e indiferentes, entonces nos corresponde a todos reavivar esa dimensión misionera ad intra y ad extra”, enfatizó. Subrayó, además, que la misión Ad gentes, por los desafíos geográficos o culturales que tiene, requiere de una preparación muy específica, “es entonces donde vienen los misioneros con esta especial vocación, idoneidad y preparación, se hace necesario una formación que los haga capaces de entrar en diálogo con otras culturas, experiencias religiosas y con otros pueblos”. Temáticas del Congreso Bajo el lema: "Con María Misionera, más allá de las fronteras", inspirado en el evangelio de Lucas 1, 39: "En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá", el obispo explicó que el Congreso girará en torno a tres grandes momentos. “El primer día vamos a escuchar los clamores que nos llegan de los ámbitos de la Misión Ad Gentes universal y local del país; el segundo día se trabajará sobre el eje de los testigos de ayer y de hoy que nos puedan inspirar para fortalecernos con nuestro compromiso como misioneros; y el tercer día tendremos los compromisos que cada iglesia particular debe formular para concretizar su empeño con la misión Ad gentes”. Expuso, además, que este Congreso debe ayudar a mostrar aquellas realidades que están invisibilizadas, descuidadas y abandonadas, “debemos dar respuestas a los pueblos indígenas, a las comunidades afro, a los jóvenes o a ciertas realidades marginadas, que la Iglesia pudo haber descuidado, esto tiene que ser un compromiso de parte nuestra”. Finalmente, afirmó que el Congreso terminará con un envío misionero, donde se invitarán a las distintas vocaciones, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, diáconos y laicos, a disponer de un tiempo para dedicar a la misión Ad gentes. La comisión responsable de dar viabilidad a este Congreso está integrada por: Los obispos que conforman la Comisión Episcopal de Misiones, representantes religiosos de comunidades misioneras, sacerdotes del Centro para la Evangelización y la Fe del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (Departamentos de: Animación Misionera, Minorías Étnicas, Catequesis, Animación Bíblica, Promoción y Unidad del Diálogo y Liturgia), integrantes de Obras Misionales Pontificias, sacerdotes representantes de los Seminarios Mayores de Colombia, representantes de la pastoral con comunidades afro e indígenas, y algunos laicos misioneros. Para esta ocasión se contó con la presencia de algunos sacerdotes de la diócesis de Pereira quienes vienen participando en la preparación del evento.

Vie 9 Ago 2019

Ceremonia de elevación del vicariato de San Vicente del Caguán a diócesis

En una ceremonia eucarística presidida por monseñor, Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, el sábado 10 de agosto, el vicariato apostólico de San Vicente del Caguán será elevado a diócesis, según designio de la Santa Sede. Monseñor Francisco Múnera Correa, quien hasta el momento se ha desempeñado como vicario, tomará posesión canónica como obispo diocesano. Durante la ceremonia el Nuncio Apostólico proclamará el Mandato Pontificio, conocido como la Bula, en el que se eleva el vicariato a diócesis. La eucaristía se realizará en la catedral Nuestra Señora de Las Mercedes, de esta ciudad, con la participación de los obispos de la región amazónica y de otras zonas del país, sacerdotes, religiosos, religiosas y la comunidad de fieles. Los actos previos a la ceremonia inician el viernes 9 de agosto, en horas de la noche, con un acto mariano de consagración a la Virgen de Las Mercedes como patrona y titular de esta Iglesia Particular. Por disposición del papa Francisco, el 30 de mayo de 2019, el vicariato apostólico de San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá, fue elevado a diócesis y nombrado a monseñor Francisco Múnera Correa como obispo de esta nueva jurisdicción eclesiástica. El vicariato está conformado por 14 parroquias, distribuidas en tres zonas pastorales, comprendiendo un territorio de aproximadamente 37.000 Km2. Abarca las áreas de los municipios de San Vicente del Caguán, Cartagena del Chairá y un área rural de Puerto Rico (Caquetá). La población estimada es de alrededor de 110 mil personas, en su inmensa mayoría colonos ya arraigados en la región, aunque no deja de fluir el movimiento permanente de personas entre las áreas rurales y urbanas. Los dos centros urbanos (San Vicente y Cartagena) crecen aceleradamente, dada la dinámica económica pujante que ambos tienen y también gracias al mejoramiento de vías terciarias y al avance de la interconexión eléctrica en varios caseríos del área rural. También hacen presencia en el territorio algunas comunidades indígenas (de los pueblos Nasa, Embera- Chamí, entre otros), unas ubicadas en las áreas rurales y otras que se integran en las zonas urbanas. Grupos pequeños de población afro también están presentes y organizados.