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Monseñor Gonzalo Restrepo

Lun 6 Ene 2020

Papa Francisco acepta la renuncia del Arzobispo de Manizales

Tras haber sido presentada la renuncia por parte del Arzobispo de Manizales, monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo, por motivos de salud, hoy el Papa Francisco aceptó la dimisión a su cargo. A través de las redes sociales de esta Jurisdicción, por donde se dio a conocer la noticia, se presentó un sentido mensaje del Arzobispo, quien expresó sus sentimientos de gratitud hacia Dios, el clero, a los diferentes movimientos pastorales y a la comunidad, por el apoyo brindado durante los 10 años de servicio en esta Iglesia particular. "Doy gracias a Dios en primer lugar por haberme dado la oportunidad de haber prestado mis servicios pastorales como arzobispo de esta querida porción de la Iglesia, Luego, expreso mis sentimientos de gratitud a cada uno de ustedes que me han recibido con bondad, me han dado su cariño y con sus delicadezas me han hecho sentir siempre muy bien (...) Ustedes me han permitido compartir la fe, la esperanza y el amor que todos tenemos como ‘creyentes’ y como ‘hermanos’ y me han dado lugar para realizar mi ministerio episcopal teniendo en mi corazón el deseo de llegar a ser para todos ustedes un ‘padre y un pastor’ a la manera de Jesús, nuestro Maestro y nuestro único modelo", señala la misiva. Así mismo dirigió su saludo de gratitud a las autoridades civiles, militares y del ejército que, "con su esfuerzo y sus acciones, quieren protegernos, ayudarnos y colocar las mejores condiciones para que toda nuestra sociedad y sus diferentes grupos actores marchemos por los caminos del progreso, de la justicia y de la paz verdadera y estable". El Prelado recordó que Dios es el eje central de toda realidad, es el “motor y la causa primera de todo movimiento, de toda acción”, por lo que exhortó a los fieles a nunca dejar de lado a Dios, a pesar de las cosas que puedan pasar en el país o en las vidas personales de cada uno. “Sin Dios todo pierde sentido y las tinieblas se apoderan de nuestra vida. Con Dios, todo alcanza sentido y la luz y la esperanza se hacen siempre posibles”, indicó. Finalmente, pidió seguir unidos en la Oración. "Oremos ‘Unos por Otros’ y propiciemos siempre la ‘unidad’ para que cumplamos el deseo del Señor-Jesús: ‘Que todos sean Uno’". BIOGRAFÍA Monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo nació un Urrao (Antioquia) el 8 de agosto de 1947. Cursó los estudios de enseñanza secundaria en el Seminario Menor de Medellín y el ciclo filosófico-teológico en el Seminario Mayor de esa misma capital. Obtuvo la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Pontificia Bolivariana. En 1976 se doctoró en Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma con una tesis titulada: “El deseo fundamental del hombre, en torno al pensamiento de J. P. Sartre”. En esa misma Universidad romana alcanzó el grado de Licenciado en Teología Fundamental. Recibió la ordenación presbiteral el 1º de junio de 1974 y se incardinó en la Arquidiócesis de Medellín. El 21 de Noviembre de 1999 San Juan Pablo II le confirió el título de Capellán de Su Santidad. El 12 de Diciembre de 2003 San Juan Pablo II lo nombró Obispo titular de Munaziana y Auxiliar de Cali. Recibió la ordenación episcopal, de manos de Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo, Arzobispo de Medellín, el 11 de Febrero de 2004 en la Catedral Metropolitana de Medellín. Su Santidad Benedicto XVI, el 11 de Julio de 2006, lo nombró Obispo de la Diócesis de Girardota. El 16 de Julio de 2009 el Papa Benedicto XVI lo nombró Arzobispo Coadjutor de la Arquidiócesis de Manizales. El siete (7) de Octubre de 2010 tomó posesión como Arzobispo de Manizales. El Arzobispo de Manizales, Mons. Gonzalo Restrepo Restrepo, ha presentado su renuncia al Santo Padre Francisco por motivos de salud, hoy el Papa ha aceptado su renuncia. Es el momento de agradecer a Dios la bondad de habernos regalado un Pastor según su corazón. @episcopadocol pic.twitter.com/VUsBahKnBU — Arquidiócesis Mzles (@arquimanizales1) 6 de enero de 2020

Mié 4 Sep 2019

Arquidiócesis de Manizales lamenta fallecimiento del Cardenal Pimiento

Tras el fallecimiento del Cardenal colombiano, José de Jesús Pimiento Rodríguez, la arquidiócesis de Manizales, a través de su arzobispo monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo, manifestó su dolor por el deceso de tan ilustre prelado, quien hubiera pastoreado durante 21 años esta Iglesia Particular. "Misión que realizó ejemplarmente, gracias a su brillante inteligencia, su piedad y vida de oración ejemplares, su disciplina férrea, su inmenso amor al Papa, a la Iglesia, a sus sacerdotes y fieles", aceveró. En un comunicado, el actual arzobispo de Manizales resaltó la entrega y dedicación realizada en los diferentes ambientes de Iglesia a los que sirvió, destacando su participación en varios Sínodos de Obispos y los períodos en los que presidió la Conferencia Episcopal de Colombia. "Su vida debe presentarse como modelo de compromiso, responsabilidad y de afán por la Evangelización", señala la misiva. En todas las parroquias de la Arquidiócesis de Manizales se realizarán eucaristías para pedir por el eterno descanso del alma del Cardenal Pimiento. Así mismo, el próximo 28 de septiembre en la Catedral Basílica Metropolitana de esta ciudad, se celebrará una eucaristía presidida por el Arzobispo, en acción de gracias a Dios por la vida del Cardenal.

Dom 18 Mar 2018

Fallece hermano del arzobispo de manizales

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) expresa sus más sentidas condolencias a monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo, Arzobispo de Manizales, por el sensible fallecimiento de su hermano Guillermo León Restrepo Restrepo. Los Obispos al elevar sus plegarias por el eterno descanso del señor Guillermo León, manifiesta su compañía y solidaridad con la familia de monseñor Gonzalo Restrepo Restrepo.

Vie 20 Nov 2015

Estampas del Pasado

Por: Mons. Gonzalo Restrepo - Somos frutos del pasado. Llevamos la estela del pasado donde quiera que vamos. Desde el día de nuestro nacimiento, más aún, desde nuestra gestación en el seno materno, iniciamos una historia, un tejido de acontecimientos y de anécdotas que se fueron sucediendo en el tiempo y que hoy pertenecen al pasado. No debemos vivir apegados al pasado. Eso sería dañoso y sin mucha utilidad. Pero, lo que sí podemos hacer es “recordar” para “vivir”. Recordando el pasado podemos alegrarnos o entristecernos, llenar nuestro corazón de buenas razones para seguir o desanimarnos y no querer adelantar. Lo que nunca podemos hacer es negar nuestro pasado. Ese ya fue así y no lo podemos cambiar. Algunas estampas del pasado podrían servirnos de aliciente y de entusiasmo en este momento de nuestra historia: Recordemos cuando éramos niños. Tal vez podemos recordar cuando comenzamos a dar los primeros pasos, las primeras caídas. O tal vez recordemos la cuna donde dormíamos. Y más adelante cuando jugábamos y cuando con mamá y papá salíamos a dar una vuelta. Recuerdo muy bien la plaza del pueblo, la tienda, la botica, los correos, la escuela, el liceo. Y también recuerdo al bobo y al loco del pueblo, personas que todos conocimos y quisimos. Algunas veces fuimos al matadero a ver cómo inmolaban los animales. Del cementerio tenemos un recuerdo triste y melancólico. En aquellos tiempos todos nos conocíamos y sabíamos donde vivíamos. Recuerdo la casa de mis abuelos, inmensa y solariega, acogedora y pacífica. No olvido el animero cuando en el mes de las ánimas (en noviembre), todas las mañanas elevaba una plegaria por los difuntos yendo de esquina en esquina del pueblo. Las semanas santas, las navidades y los Corpus son fiestas inolvidables. Allí se daba cita todo el pueblo. Salía la banda del pueblo y desfilaban los colegios y las escuelas con sus estandartes y sus bandas de guerra. Recorríamos todo el pueblo y sabíamos perder el tiempo. Cuando empezaron los timbres, disfrutábamos tocando timbres y corriendo a escondernos. Todos los días salíamos para la escuela, nuestro segundo hogar. Recordemos nuestros primeros profesores y nuestra maestra, aquélla que nos enseñó las primeras letras. En la escuela aprendimos a ser amigos, hacíamos travesuras y disfrutábamos con poca cosa. Siempre fuimos muy felices a pesar de que no olvidamos los regaños y los castigos que nos ponían. Unas veces nos ponían a escribir páginas enteras con una sola frase. Otras veces nos colocaban frente a la pared dando la espalda a todos los compañeros. En varias ocasiones nos hicieron colocar las palmas de las manos y allí nos estamparon varios reglazos. Comprábamos minisigüi y recortes, tomábamos agua de las llaves, nos mojábamos y corríamos por todas partes. Nos burlábamos de todo el mundo. Hicimos trampas y algunas veces nos propusimos ser los mejores del grupo para tener el honor de izar la bandera y ser aplaudidos. Eran los tiempos de antes. Había paz y tranquilidad. La gente se sentaba largas horas a charlar y a departir. No teníamos los afanes de ahora. Las señoras cosían y se dedicaban a sus hogares; en cambio los señores trabajaban fuertemente y en el hogar no faltaba nada. La familia podía reunirse toda entera todos los días. Almorzábamos y comíamos juntos. Unidos rezábamos el rosario y, en ocasiones, teníamos veladas de cuentos, historias, risas y hasta espantos. Pero, esos tiempos han pasado, y ahora sólo nos queda el recuerdo grato de ellos. Nuestro presente tendría que ser mejor. No lo desperdiciemos para que en el futuro tengamos ganas de recordarlo y evocarlo como lo hacemos hoy con los tiempos pasados. + Gonzalo Restrepo Restrepo Arzobispo de Manizales