Vie 31 Dic 2021
Epifanía del Señor
EPIFANÍA DEL SEÑOR
Enero 02 de 2022
Primera lectura: Isaías 60,1-6
Salmo: 72(71), 1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11)
Segunda lectura: Efesios 3,2-3a.5-6
Evangelio: Mateo 2,1-12
II. Orientaciones para la Predicación
Introducción
* Celebramos en la Epifanía la manifestación o revelación de la “buena noticia” de la salvación en Cristo, no sólo para el pueblo del Antiguo testamento sino para todos los pueblos de la tierra.
* Como los Magos, estamos llamados a reconocer en el humilde Niño nacido en el pesebre al Mesías y Salvador, al Hijo de Dios hecho hombre para salvarnos.
* Esta fiesta nos pide a todos los bautizados renovar nuestra acción de gracias por la fe recibida y el compromiso evangelizador.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
La primera lectura del profeta Isaías se refiere a una celebración gozosa centrada en la ciudad santa de Jerusalén por tres motivos: porque sobre ella brilla la gloria del Señor que la ilumina, aunque sobre los demás pueblos haya oscuridad, porque sus hijos retornan y los pueblos caminan hacia ella, y porque vienen a ella los tesoros de los pueblos. Se trata de una figura mesiánica y escatológica que anuncia la llegada de Cristo y el gozo que trae a las naciones. En este mismo sentido, aunque citando otros pasajes de Isaías, el evangelio de San Mateo celebra el inicio del ministerio público de Jesús: “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande” (4, 15-16).
El salmo 71 hace parte de los llamados “reales”, pues celebra la figura y misión del rey. Destacan dos aspectos: la dimensión universal y la perdurabilidad de este reinado, así como la justicia que imparte para los más pobres y débiles.
El pasaje de la carta a los Efesios nos propone el centro teológico de la fiesta de la Epifanía: “que los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa cumplida en Cristo Jesús” (3,6). Esta convicción representa el propósito esencial de la predicación de Pablo: dar a conocer a todas las naciones la buena nueva de la salvación.
El texto evangélico nos relata la adoración de los Magos o Sabios de Oriente, subrayando estas manifestaciones:
* La llegada desde tierras lejanas, en las que no se conocía la fe de Israel y no se esperaba al Mesías, para destacar que la salvación en Cristo se ofrece a todos los pueblos de la tierra.
* El cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, que se realizan en el Niño nacido en el pesebre y al cual reconocen los Magos como Dios y como Hombre.
* El rechazo de Herodes hacia el Niño y el engaño al que quiere someter a los Magos, pues considera el reinado del Mesías como atentado a su poder. Esta oposición es también cumplimiento de lo anunciado por los profetas y prefigura la pasión y muerte del Señor.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
En la fiesta de la Epifanía, guiados por la Palabra, el Señor nos invita a:
* La acción de gracias por el don de la fe, que ha llegado hasta nosotros como una realización de esta “manifestación” de la salvación no sólo para Israel sino para todos los pueblos. Por la fe, reconocemos a Cristo como la luz del mundo y sabemos que, con él, no caminamos en tinieblas; por él hemos sido hechos hijos e hijas de Dios; él nos convoca y nos reúne en la Iglesia, sacramento de salvación para todas las gentes.
* La consagración a Cristo de nuestra vida personal y comunitaria. En efecto, la ofrenda de los Magos, profetizada en Isaías con la figura de los “tesoros que se vuelcan sobre Jerusalén” o “las riquezas de las naciones que le traen”, representa el reconocimiento del Salvador y, al mismo tiempo, la llegada de los pueblos gentiles a la fe en el Mesías, con toda su vida, su historia y su cultura. Estamos llamados a empeñarnos de tal manera en la tarea evangelizadora que de verdad se instaure el reinado de Dios entre nosotros.
* La renovación de nuestra conciencia misionera y del correspondiente compromiso en el anuncio del Evangelio, pensando especialmente en los hermanos y hermanas que todavía no conocen a Cristo. Es ésta una misión que nos involucra a todos los bautizados y que podemos realizar con la oración, el apostolado y el testimonio de comunión y participación en la vida eclesial. Somos discípulos y misioneros, y todos estamos llamados a Evangelizar.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
La celebración de este día nos mueve a pedir al Señor que nos dé la claridad y la fortaleza para ser auténticos discípulos y misioneros, que vivamos coherentemente la gracia bautismal. Para ello, es necesario renovar nuestro compromiso de unidad y participación en la vida de la Iglesia. Es justamente este propósito el que el Papa Francisco nos invita con la celebración de la próxima Asamblea Sinodal, para la cual ya venimos preparándonos en cada Iglesia particular.
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Recomendaciones prácticas:
• Conviene incluir en las oraciones de los fieles algunas peticiones de los formularios para la misa por la Evangelización de los Pueblos
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Queridos hermanos, ¡sean todos bienvenidos a esta celebración! Como pueblo de Dios celebramos la Solemnidad de la Epifanía del Señor, en la cual Cristo se manifiesta como luz de las naciones. Descubramos como los Reyes Magos adoran al Hijo de Dios que abre las puertas del Reino a todos los hombres y también digamos: “… venimos a adorarlo”.
Comencemos nuestra celebración de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, con la disposición para acoger el amor de Dios en nuestro corazón.
Monición a la Liturgia de la Palabra
La gloria de Dios se manifiesta a todos los pueblos a través de su Palabra, que es viva y eficaz, e ilumina nuestro caminar, vence la oscuridad del pecado y nos acerca al Señor para ofrecerle nuestra vida y nuestros actos como ofrenda agradable ante su presencia. Que esta Palabra de esperanza prolongue en nuestros hogares la luz de la Navidad y llegue a todos los hombres de buena voluntad que quieren recibir al Mesías, luz que nace de lo alto.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: En actitud de adoración, presentemos al Padre, nuestras súplicas y digámosle suplicantes:
R. Señor, ilumina nuestra vida.
1. Por la Iglesia de Dios, para que, con su predicación y testimonio, siga siendo sacramento de salvación para todos los pueblos y los siga atrayendo hacia Cristo, luz de las gentes.
2. Por los gobernantes de las naciones, para que iluminados por el Salvador, promuevan el verdadero orden social y una paz estable y duradera.
3. Por los pobres, marginados, enfermos y desamparados que no tienen pan y techo, para que compartamos con ellos lo que tenemos, no lo que nos sobra.
4. Por todos los que no reconocen a Cristo como Mesías para, a través de la tarea misionera de la Iglesia, dispongan caminos de encuentro con el Señor y puedan acercarse a la fe cristiana para adorar al Señor y ofrecerle sus vidas.
5. Por nosotros reunidos en esta asamblea Eucarística para que, en actitud de adoración y movidos por la luz de Dios, caminemos hacia Cristo, plenitud de la verdad, y renovemos nuestro compromiso misionero.
Oración conclusiva
Señor y Padre bueno,
acoge bondadoso las plegarias
que tus hijos te han presentado con fe y esperanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.