Pasar al contenido principal

nueva basílica nuestra señora de Chiquinquirá en Bogotá

Mar 9 Jul 2024

“Madre Bendita del Rosario de Chiquinquirá, ayúdanos a ser peregrinos de esperanza y constructores de una nación unida y en paz”: monseñor Francisco Múnera

Este martes, 9 de julio, la Iglesia colombiana celebró la fiesta de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, y con ella, 105 años de su coronación canónica como Reina y Patrona de la Nación. Para unirse a esta celebración y encomendar la misión asignada que les fue asignada por parte de sus hermanos obispos durante la reciente asamblea electiva, los integrantes de la nueva Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) visitaron el Santuario Mariano Nacional en Boyacá. Monseñor Francisco Javier Múnera, arzobispo de Cartagena y presidente de la CEC, presidió la Santa Misa a la que asistieron miles de chiquinquireños y peregrinos.En Chiquinquirá, monseñor Francisco, junto a monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos (arzobispo de Tunja y vicepresidente de la CEC) y a monseñor Germán Medina Acosta (obispo electo de Engativá y secretario general de la CEC), fueron acogidos por monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte (obispo de esa jurisdicción eclesiástica), por los frailes de la Orden de Predicadores (custodios de la imagen y administradores de la Basílica) y por la comunidad diocesana.Durante su homilía, el presidente del Episcopado Colombiano hizo eco del mensaje emitido recientemente por los obispos al cierre de su CXVII Asamblea Plenaria, en el que pidieron al pueblo colombiano no acostumbrarse a la violencia, al narcotráfico, a la corrupción, a la ilegalidad, a la polarización, ni al debilitamiento de la institución familiar y de la obra educativa. De manera especial, puso bajo el manto maternal de María a la Iglesia que peregrina en Colombia para que sea una Iglesia donde todos, desde los diferentes ministerios y servicios, puedan seguir siendo promotores y defensores de la vida en todas sus manifestaciones y etapas.“Venimos, junto a tantos peregrinos, provenientes de tantos lugares de la Patria, a agradecer al Señor y a engrandecerle por sus dones y bendiciones y a suplicar la intercesión de Ella, la Madre, Virgen María, para que nos ayude a ser discípulos misioneros de su hijo, venimos a poner junto a su manto maternal el servicio que el Señor nos ha confiado en bien de la Iglesia que peregrina en Colombia y a pedirle juntos por nuestra amada Colombia (…) “A ti Madre Bendita, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, te confiamos nuestras familias, comunidades parroquiales, cada una de nuestras diócesis. Ayúdanos a ser peregrinos de esperanza y constructores de una nación unida y en paz”, expresó monseñor Francisco.Casa de la fe, casa del servicio, bajo la advocación marianaDos días antes, en Bogotá, el 7 de julio, se llevó a cabo la ceremonia de elevación a Basílica Menor del templo de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá ubicado en la localidad de Chapinero, entre las calles 51 y 52, dedicado como santuario a la Patrona de Colombia desde 1919 y también administrado por los Frailes Dominicos (OP).“El hecho de que la iglesia donde apareció la Virgen y se dirigió a la plaza de Bolívar en julio de 1919 haya sido erigida en basílica es un reconocimiento especial por parte de la Santa Sede”, precisó fray Carlos Mario Alzate Montes, Prior Conventual y Rector del Santuario Mariano Nacional en Chiquinquirá.La Eucaristía, a la que asistieron también miles de fieles, fue presidida por monseñor Alejandro Díaz, obispo auxiliar de Bogotá, quien expresó que la nueva basílica representa un signo de unión con el Santo Padre, con los obispos y la Iglesia en Roma. Afirmó que la dignidad de Basílica concedida por el papa Francisco al templo hay que contemplarla según los criterios del Evangelio, como un espacio en función del Reino de Dios, en el que su comunidad parroquial, tan grande y diversa por el sector en el que se encuentra ubicado, está llamada a crecer en unión y servicio. Agregó que debe convertirse en un lugar de peregrinación en el que se motive aún más la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la reconciliación, especialmente en este Año de la Oración y en el camino hacia el Jubileo del 2025. Monseñor Alejandro también agradeció a los frailes dominicos por su labor pastoral y sacramental en el templo.