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pastores

Vie 11 Nov 2022

Con su perseverancia salvarán sus almas

TRIGÉSIMO TERCER DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIO Noviembre 13 de 2022 Primera Lectura: Ml 3, 19-20a Salmo: Sal 98(97),5-6.7-8.9 (R. cf. 9) Segunda Lectura: 2Ts 3,7-12 Evangelio: Lc 21, 5-19 I. Orientaciones para la Predicación Introducción • La liturgia del trigésimo tercer domingo del Tiempo Ordinario evoca la última venida del Señor. • La Biblia habla frecuentemente de este tema que está en el centro de la profesión de fe de todos los cristianos. • A ello se orienta toda la celebración sacramental y especialmente la Eucaristía que es el memorial del Señor “hasta que Él vuelva”. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 5: “Como dijeran algunos acerca del templo”. Se refiere al templo espléndido construido por Herodes en diez años, empleando 100.000 obreros y 1.000 sacerdotes entrenados como albañiles para los trabajos en las partes más sagradas. La construcción comenzada en el año 20 a.C, continuó por largo tiempo para las decoraciones. Terminará solamente en el año 64 d.C, seis años antes de su destrucción. Desde el comienzo del Nuevo Testamento el templo nuevo fue identificado tanto con Jesús muerto y resucitado (Mc 14, 58; Jn 2, 21), en quien habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Col 2, 9), como con la Iglesia (cf. 1Co 3, 9.16ss). v. 7: “Cuál será la señal”. Ante el anuncio de Jesús de que no quedará de ese templo “piedra sobre piedra” los oyentes tratan de leer, en lo que acontece, el presagio de lo que les interesa: ¿cuándo será el final? Es la misma pregunta que angustia a muchos creyentes también hoy, atreviéndose incluso a formular o repetir ciertas teorías. Esto se puede prestar para engaños pues quien aterroriza con el miedo a la muerte y le ofrece la salvación puede engañarlo como quiere. Por eso Jesús, así como nos libera del miedo de la muerte (12, 4ss), así también aparta de nosotros todo miedo al fin del mundo, para hacernos vivir en la libertad de los hijos del Padre. También lo dice San Pablo: “no se dejen alterar tan fácilmente en sus ánimos, ni se alarmen por alguna manifestación del Espíritu (revelaciones privadas), que haga suponer que es inminente el día del Señor” (2Ts 2, 1s). v. 9: “Pero el fin no es inmediato”. Ante las guerras y revoluciones el evangelista Lucas que ya puede escribir su libro desde el cumplimiento de lo que Jesús había anunciado previamente, sabe que el final no es inmediato. Tanto la muerte de Jesús como la destrucción del templo son ciertamente el fin del mundo, pero no como lo pensamos nosotros: es el fin de un mundo antiguo que, ahora redimido por Cristo en la Cruz, permite el inicio de un mundo nuevo. Lucas, entonces, vio cumplida esa profecía de cómo Dios ofrece la salvación a todos y permite que se viva el presente como el tiempo de la paciencia, en vista de nuestra conversión. La continuación de la historia hasta nuestros días es este intervalo que se concede “por un año todavía” (cf. 13, 6ss) después del juicio de Dios que ya se ha realizado y ha sido revelado, para que todos los hijos encuentren la casa del Padre. Así la historia es realmente historia de salvación. Entonces las guerras, los terremotos, la carestía, las pandemias es lo que sucede en el tiempo de Lucas y en todo tiempo. No es la señal de algo nuevo, es más bien el viejo mundo que con monotonía insiste en vivir en un mundo antiguo, es decir, sin la redención de Cristo. v. 13: “Esto sucederá para que den testimonio”. Los discípulos de Cristo continúan viviendo en la historia la salvación que viene de la cruz y predicando que la entrega de Cristo en la Cruz es el final del mundo viejo, en donde se rompió el muro del odio y del pecado para dar paso al mundo nuevo. v. 19: “Con su perseverancia salvarán almas”. La paciencia es la característica del Hijo del hombre, el samaritano que se hace cargo del mal. Ella asocia al discípulo al misterio de la muerte y resurrección: al perder la vida, la salva (9, 24). En el testimonio, en un mundo a veces hostil, se gana la propia identidad con Jesús, el Hijo muerto y resucitado, signo de un mundo nuevo y reconciliado con Dios. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús dice a sus discípulos: “Con su perseverancia salvarán sus almas” y es el llamado también para nosotros hoy: continuar teniendo fe en un mundo que apuesta a oponerse al Evangelio de Cristo, por eso el llamado de Jesús a resistir en la lucha, para salvar nuestras almas; es necesario permanecer fieles al Señor, a pesar de las dificultades. En este discurso en el que Jesús anuncia el final, se está refiriendo sobre todo a su propia final, es decir, la pasión, muerte y sepultura, pero a partir de allí nacerá un mundo nuevo. Es importante que todos conservemos esta “tensión” hacia lo que está por cumplirse, porque el riesgo es detenernos en el presente y no mirar al futuro sin esperar aquello que mañana puede venir, es decir, la vida eterna. Es ser conscientes que las opciones que hoy hagamos tendrán consecuencia mañana, aquello que hacemos “ahora” tendrá sus efectos en el futuro. Esta responsabilidad hacia el futuro es la sugerencia que los últimos domingos del ciclo litúrgico nos recuerdan. De hecho, en la primera lectura del profeta Malaquías, uno de los últimos textos del Antiguo testamento, anuncia la llegada de un día ardiente como un horno. Los soberbios serán como paja, en cambio aquellos que viven el “temor” de Dios, no que tienen miedo de Dios, sino que toman en serio el seguimiento del Señor, aquel día recibirán la salvación que vendrá como en los rayos del sol. No podemos quedarnos sin hacer nada esperando que venga el fin del mundo, es lo que dice Pablo a los Tesalonicenses, porque el ocio es el origen de otros vicios. Por eso la exhortación a continuar con nuestro trabajo, manteniendo una “tensión” hacia el futuro. Esperar al Señor no significa dejar de vivir en el mundo y trabajar por él hasta el último momento de nuestra vida. Se trata de vivir intensamente todas las dimensiones del mundo: empeñarse en el trabajo, en la familia, en dejar un mundo mejor de como lo encontramos, eso es lo que quiere el Señor. Pero sepan que no termina todo aquí, la tensión positiva hacia lo que vendrá da sentido a todo aquello que hacemos. Por eso dice Jesús que con la perseverancia en el empeño cotidiano salvaremos nuestras almas. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? • Entro en oración invocando la presencia del Espíritu Santo. • Me recojo imaginándome que estoy delante del templo en su esplendor, y ese templo será destruido. • Me pregunto: ¿Qué significa para mí el fin de los tiempos? Pienso en que un mundo antiguo ha terminado con la muerte de Cristo y con su resurrección ha inaugurado un mundo nuevo. • Medito en la frase de Jesús: “quien persevera hasta el final salvará su alma”. • Pido lo que quiero: comprender que este mundo termina y que mis acciones de hoy tienen una repercusión en el futuro, en la vida eterna. _______________________ Recomendaciones prácticas: • Recomendar la vivencia de la Eucaristía que en la Palabra y en el Cuerpo de Cristo recibido en la comunión, es el gran sacramento que sostiene nuestra peregrinación hasta que “Él vuelva”. • Motivar al Ministerio musical para que entone cantos litúrgicos que hablen de la peregrinación del Pueblo de Dios hacia la patria celestial sin cesar en el empeño y compromiso que como cristianos tenemos cada día. • Motivar el momento de la Sagrada Comunión con esta monición: “Estar con Cristo en la vida eterna es nuestra meta. Hoy podemos tener ya un anticipo de esa gloria celestial comulgando el cuerpo y la sangre de Cristo. Acerquémonos a recibirle”. • Jornada Mundial de los Pobres. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Hermanos: es larga la lista de los acontecimientos devastadores y aterradores que hay en el mundo como las guerras y la pandemia, que parecen anunciar el fin de los tiempos. Pero la historia ha conocido otros momentos que también parecían anunciar el fin. Estos terribles acontecimientos no tienen nada que ver con el fin del mundo y, aunque son muy duros y dolorosos de vivir, no deben asustar a los creyentes ni desanimarlos en su empeño por contribuir a un mundo mejor con esperanza y perseverancia. Esa es la mejor manera de dar testimonio de nuestra fe en Cristo y de caminar siempre a su lado. Monición a la Liturgia de la Palabra En la primera lectura el profeta Malaquías evoca el juicio definitivo de Dios, que puede ser condenatorio o salvador. El salmista nos dice que Dios llega a nosotros trayendo en sus manos la salvación y la victoria. La espera de la venida del Señor, nos dice San Pablo en los Tesalonicenses, no exime a nadie de las obligaciones y compromisos de la vida diaria. Y, según el Evangelio, los discípulos de Jesús no se pueden sorprender por tener que sufrir persecuciones ni dejarse seducir por charlatanes. Deben mantenerse firmes. Nada debe debilitar su esperanza. Al final de la prueba alcanzarán la salvación. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos: dirijamos nuestra mirada hacia el Señor y, como ya recibimos en herencia la fe en el mundo que ha de venir, orémosle confiadamente: R. Concédenos, Señor, tu gracia y tu bendición. 1. Por los pastores y fieles de la santa Iglesia, perseguidos a causa del nombre de Jesús, para que el Espíritu Santo les dé palabras de sabiduría, oremos. 2. Por los que sufren la injusticia que les provocan otras personas y por las víctimas de los flagelos naturales, para que Dios los ampare en la prueba, oremos. 3. Por los que trabajan día y noche con esfuerzo y por todos los que están desempleados, para que a ninguno le falte el pan de cada día, oremos. 4. Por las personas que viven angustiadas por el futuro o son tentados por los muchos mesianismos en la sociedad, para que Jesús se les revelé en las Sagradas Escrituras y les dé paz, oremos. 5. Por todos los cristianos de esta parroquia y por los que se reúnen cada domingo en asamblea, para que el Espíritu renueve sus corazones, oremos. Oración conclusiva Señor, Padre santo, concede a todos los hombres y mujeres la gracia de saber que son tus hijos y de construir sobre esta alegría sus vidas, en la esperanza de la plena manifestación de los hijos de Dios. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén. R. Amén.

Vie 22 Jul 2022

CEBITEPAL:Curso introductorio de acompañamiento a la Pastoral Presbiteral

El Centro Bíblico Teológico Pastoral para América Latina (CEBITEPAL), hace una oferta académica que podrá ser del interés de los obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas, religiosos y laicos, se trata del curso introductorio de acompañamiento a la Pastoral Presbiteral Según sus organizadores, será un espacio virtual asincrónico que busca “ofrecer una formación inicial de pastoral presbiteral para que pastores, religiosos, religiosas y laicos se motiven a servir a sus hermanos pastores y se animen a participar en actividades formativas, de nivel básico y superior, de pastoral presbiteral”. Temas propuestos: ¿Nuestros pastores necesitan ayuda? La pastoral presbiteral ¿Por qué servir a los pastores? ¿Qué servicios prestar a nuestros pastores? ¿Cómo servir a nuestros pastores? Para ayudar el discipulado y la formación permanente de nuestros pastores Para apoyar la comunión y ayuda fraternas entre los pastores Para apoyar el bienestar integral de los pastores Mi camino de formación y de servicio al clero Inicio: Del 16 de agosto al 9 de septiembre Martes 9:00 a 10:30 am. hora de Colombia Profesor Mons. Julio Botía – Colombia Inversión USD 25 Informes: cebitepalencontacto@celam.org; Whatsapp +57 3226800541 Link para inscripciones INSCRIPCIONES AL CURSO AQUÍ El CEBITEPAL es el centro de formación del CELAM que realiza su misión desde un espíritu de comunión y participación, mediante la docencia, la investigación y diversos servicios, con los rasgos propios de la teología y la metodología latinoamericana.

Mié 15 Ene 2020

Iglesia: Escuela de Servidores

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - “El verdadero poder es el servicio”, nos dice el Papa Francisco. “Quien quiera ser el primero entre ustedes, que SE HAGA el último y el servidor de todos”, proclama Jesús (Marcos 10,35). Y se auto entendía con estas palabras: “Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lucas 22,27). Desde este horizonte evangélico, centrado en el “Lavatorio de los pies” como rito de identidad cristiana, inseparable del sacrificio eucarístico en la última cena de Jesús, todo el ser de Cristo se comprende, principalmente, como SIERVO Y SERVIDOR, como MAESTRO y Esclavo, como ESPOSO y Cabeza de la Iglesia, como PASTOR que da la vida por las ovejas, como ENVIADO que está en medio de todos y nos ENVÍA a servir también en su viña, como CORDERO INMOLADO que se convierte en Pan y cáliz de vida eterna. Estas imágenes son claves para comprender la persona de Jesucristo, y son también trazos indispensables para delinear el rostro de una Iglesia Servidora, discípula de Jesús, Iglesia misionera con rostro samaritano, que va al encuentro de todos, de quien es VÍCTIMA de otro (Lucas 10, 25-37), de la MUJER discriminada (Juan 4, 1-42), de los EXCLUIDOS y descartados (Lucas 17,11-19). Es la IGLESIA “PAN, CASA Y PALABRA”, como la describe Xavier Pikasa, en su libro sobre la Iglesia en Marcos (editorial “Sígueme”, Salamanca 1998). Nuestro Plan Pastoral Arquidiocesano traduce esas mismas claves en una “narrativa eclesial” que parte de lo existente hoy, para restaurarlo en Cristo Jesús, enriquecida esta narrativa con los aportes del Sínodo de la Amazonia: *Una IGLESIA EN CONVERSIÓN INTEGRAL, de pastores, religiosos, esposos y laicado, seducidos por el Amor Esponsalicio entre Cristo e Iglesia; encontrándonos en la “espiritualidad de Amor Esponsal”, común a todo el Pueblo de Dios; a la escucha amorosa, no sólo de la Sagrada Escritura, sino también del grito de los pueblos y del clamor de la tierra, del llanto de los oprimidos. *Una IGLESIA EN CONVERSION PASTORAL, en salida misionera, que sirve y acompaña a los pueblos, que hace discípulos y, como Jesús, los forma e instituye como ESCUELA DE SERVIDORES e Iglesia Diaconal, ejemplo lúcido de servicio y de sagrado respeto por el débil y pequeño, de la que sean sus pastores modelo respetable y creíble. *Una IGLESIA EN CONVERSIÓN CULTURAL, presente yaliada de las poblaciones en los territorios, con rostro intercultural, interétnico, generacional, en diálogo y construcción de pazcon todos. *Una IGLESIA EN CONVERSIÓN ECOLÓGICA, casa común de esposos y familias, decomunidades y grupos apostólicos, de migrantes y habitantes de calle, que encarna el cuidado socio-ambiental de la dignidad humana y del equilibrio ecológico, el cuidado del territorio y de la naturaleza como “casa común”. *Una Iglesia en CONVERSIÓN SINODAL que, hacia dentro de ella y en el marco de la parroquia y del territorio diocesano, genera participación, comunión y ministerio de esposos, de laicos y mujeres, de vida consagrada y Diaconado permanente, caminando juntos, con presbíteros y Obispo, bajo la guía del Espíritu Santo. En este año 2020 retomemos la tarea y, bajo la “E” de Evangelización, avancemos con las cuatro “E” que debemos consolidar en cada parroquia e institución: *ENCUENTRO con Cristo (KERIGMA y cultura del encuentro, hacia los “encuentros pre-sinodales). *EUCARISTÍA (KOINONÍA dominicalycomunidades). *ESCUELA (DIAKONÍA) de discípulos SERVIDORES: las EPS parroquiales). *ESPONSALIDAD (EKLESÍA, alianza esponsalicia, ministerio de la conyugalidad, imaginada en la CASA familiar, la casa católica y la casa común, ecológica y territorial). El Papa Francisco ha declarado el tercer domingo del Tiempo Ordinario en “Domingo de la Palabra de Dios”, mediante la carta apostólica “Aperuit illis”: (“les abrió el entendimiento” para comprender las Escrituras: Lucas 24,45). Se pretende que este día “haga crecer en el Pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”. Nuestra divisa pastoral del 2020, “HÁGANSE SERVIDORES DE TODOS”, significa el énfasis en la formación, en este “hacerse” con Jesús y como Él. Que, dando especialrealce a la procesión de entrada con el sagrado libro eltercer domingo, vivamos todo el año como AÑO DE LA PALABRAque nos forma interiormente, haciendo arder nuestro corazón. A todos, hermanos y hermanas, religiosos y religiosas, sacerdotes y diáconos, los bendigo con especial afecto y les auguro un Año Nuevo de muchos y buenos frutos de fe, amor, unidad y paz. +Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Mar 10 Jul 2018

“Designios de paz y no de aflicción”

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Con esta cita del profeta Jeremías, los obispos, reunidos en Asamblea Plenaria, enviamos un mensaje de paz, unidad y reconciliación al pueblo colombiano, en un momento sin duda, de tantas expectativas en relación con la inauguración del nuevo gobierno elegido, la ansiedad por el acierto en relación con la unidad, la paz, el desarraigo de las causas y mecanismos de la corrupción, la preocupación que generan los nuevos escenarios de violencia y la participación consciente, frente a la indiferencia y radicalismos polarizantes y, hacernos cargo todos los ciudadanos de la solución ponderada tanto de los problemas estructurales como de coyuntura de nuestro país. Lo hacemos como pastores, con la mirada puesta en Jesucristo, en los valores del Reino de justicia amor y paz que nos legó el Maestro, pero situados en una historia concreta que reconocemos en su pasado de luces y sombras, en un presente de retos y desafíos que obligan a un discernimiento serio y responsable y con la siempre confiada esperanza de poder contribuir en la construcción de una mejor sociedad para las nuevas generaciones. De este modo, estamos invitados a leer los signos de los tiempos manifestados en el acontecer diario, que vistos a la luz de la fe, se transforman en el lenguaje de Dios para sembrar caminos de salvación integral para todos. Con esta mirada, se afirma que la división no hace bien a ninguno. La unidad, en la diferencia de pareceres, pero con la voluntad de servir al bien común, será siempre un criterio válido de aplicación a cualquier forma de gobierno para el logro del bien integral de los ciudadanos. Es compromiso de todos. Pero el mensaje hace énfasis, por la preocupación primaria que significa, el fenómeno de la corrupción, enlazada en tantos otros males como lo son la inequidad, estadísticamente tan señalada en Colombia entre los demás países del mundo, el narco y micro tráfico, la pobreza y formas de violencia e ilegalidad. Esta toma de conciencia se convierte en la invitación a recordar y asumir las intervenciones proféticas y de llamado del Papa Francisco en su visita a Colombia, en particular la de no participar en “ninguna negociación que malvenda sus esperanzas”. Esto significa para los creyentes especialmente, conversión personal y comunitaria como la forma de construir la ética y moral bien cimentada en el Evangelio y que no desconoce las prácticas correctas que en su justa autonomía y fuero civil, en cuanto valores deseables y aplicables, inspiran las propuestas de gobierno y conducción de la sociedad. Por otra parte, en este punto del mensaje sobre la lucha contra la corrupción es importante destacar el criterio de “conocer y acoger las iniciativas que se juzguen válidas en el país para conbatir este flagelo, rechazar este tipo de prácticas corruptas y cultivar una cultura de la honestidad y la transparencia“(Cf. 2). Como es natural hay un llamado convencido a no desmayar en la búsqueda de caminos de paz, compromiso de todos y al que nadie se puede negar. Consternación por los nuevos registros de violencia y solidaridad con las victimas y sus familias. Y finalmente, entre otros relevantes aspectos, como la situación de los inmigrantes venezolanos; recordando las palabras de Jesús, “Ustedes son la luz del mundo y la sal de la tierra”, la invitación a trabajar como obreros decididos en la reconstrucción del país: “Inspirados en el Evangelio, trabajemos sin descanso por sanar las heridas, tender puentes, encontrar la reconciliación y cultivar la cultura del encuentro fraterno“(cf. 4). Importante convocación de esperanza. Con mi fraterno saludo y bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga