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predicación orante domingo 24 de agosto de 2025

Vie 29 Ago 2025

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos

VIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOAGOSTO 31 DE 2025Primera lectura: Sir 3,17-19.28-29Salmo: 68(67),4 y 5ac. 6-7ab.10-11 (R. cf. 11b)Segunda lectura: Hb 12,18-19. 22-24a Evangelio: Lc 14,1.7-14.I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLos textos bíblicos de este domingo nos presentan tres ideas temáticas: La primera lectura es una exhortación al hombre intelectual sumido en la arrogancia de quien cree tener gran dominio de la ciencia y del conocimiento, a vivir en la humildad que le permitirá temer a Dios siguiendo sus mandatos y vivir bien; la segunda lectura expresa la bondad y la belleza de la nueva alianza como respuesta a los judíos que se habían convertido al cristianismo y añoraban la religión en la que se habían formado sintiendo nostalgia por sus tradiciones antiguas y es así como el autor de la carta, quiere abrirle los ojos comparando la primera alianza que se llevó a cabo en el Sinaí con la segunda alianza realizada por Cristo y que tiene como símbolo la nueva Jerusalén y en el Evangelio, el reino de Dios está insinuado en un banquete al que asiste Cristo en persona y que tiene unas normas para participar en él y dos actitudes para poder acceder: la humildad y el amor desinteresado al prójimo especialmente al marginado y al más vulnerable.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La humildad es una cualidad que implica el desapego a lo material y la ayuda al prójimo, y es por esta razón que se convierte en una de las virtudes más valiosas que puede tener una persona a la hora de vivir en sociedad; la palabra humildad proviene del vocablo latino humillitas, que a su vez tiene la raíz humus, que significa tierra; de ahí que la palabra está relacionada con la aceptación de nuestras propias limitaciones y bajezas; además, el humus es aquello de lo cual la naturaleza se desprende pero que a su vez la enriquece, la fertiliza y la hace crecer; la humildad entonces nos habla de liberarnos de lo accesorio para poder desarrollar lo esencial.El Evangelio nos recuerda que Jesús participaba con frecuencia de banquetes en los que se reunía con publicanos, pecadores, escribas y fariseos porque para él no hay separación entre seres humanos puros e impuros ya que todos son hijos de un único Dios; cabe señalar que Jesús tomó la decisión de vivir humildemente y de aceptar lo que las personas le ofrecían en sus casas, que además eran un lugar privilegiado para enseñar, sobre todo cuanto estaba en la mesa, a sus discípulos y a los demás comensales.En la comunidad cristiana en el tiempo de Lucas, había algunos miembros con el afán de ocupar los primeros puestos, de sentir el deseo o la codicia de ser grandes y de hacerse servir de los otros; es el mismo Jesús, quien no quiere que aparezca este comportamiento competitivo entre los miembros de la comunidad cristiana y por eso expresa que “todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será enaltecido”.Finalmente, en la parábola, la enseñanza de Jesús sobre los puestos que ocupan los comensales en la mesa no es solo una norma de urbanidad y educación sino, sobre todo, una enseñanza sobre la actitud religiosa que tiene que ver con el puesto en el banquete del reino de Dios, es decir, en la comunidad cristiana: el primero es el último, es el que sirve, es el humilde de la primera lectura; “Cuánto más grande seas, más humilde debes ser y así obtendrás el favor del señor” (Eclesiástico 3, 18)2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La comunidad de discípulos de Jesús vive sus relaciones con unas reglas de juego diferentes a las estipuladas por la sociedad, es decir, el que quiere sobresalir es ubicado en el último lugar y a la persona que es humilde y no busca ningún protagonismo ni reconocimiento es promovido a los primeros lugares.El señor Jesús nos motiva para que cambiemos los sentimientos y motivaciones que impulsan nuestras acciones, para que desterremos los cálculos interesados y las componendas egoístas y para que nos donemos y sirvamos al prójimo sin esperar recompensa ni premios.El que es humilde de corazón no se considera poseedor de la verdad y es capaz de abrirse y disponerse a trabajar para sacar adelante las iniciativas de los demás miembros de la comunidad, rechazando las actitudes discriminatorias y acogiendo la diversidad como una herramienta para el crecimiento de la comunidad.Vivir en la humildad es reconocer nuestras posibilidades y limitaciones, aceptando como acto de generosidad la ayuda de otros hermanos, abriéndose a la acción de Dios y evitando el orgullo y la autosuficiencia que conduce al creyente a cerrase a los demás y a la gracia de Dios.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Hemos reflexionado en la enseñanza de Jesús sobre la humildad y la inclusión en el Reino de Dios, en un contexto donde las jerarquías sociales y las apariencias a menudo dominan y donde el Señor nos llama a un camino diferente, uno que se basa en el amor y la generosidad hacia los demás, especialmente hacia los más necesitados, por eso te decimos: Señor, permite que en nuestros banquetes cristianos no invitemos sólo a nuestros amigos y familiares que pueden devolver el favor, sino que abramos nuestras puertas a los pobres y a todos aquellos que necesiten de nuestra ayuda y servicio; permítenos también, Señor, entender que el verdadero valor de nuestras acciones radica en el amor desinteresado que mostramos hacia los demás desde la humildad y la generosidad como virtudes que nos acercan más a Dios y a nuestros hermanos.La invitación es para que nos acerquemos a la contemplación con base en las siguientes preguntas: ¿Cómo podemos ser más inclusivos en nuestros círculos sociales? ¿De qué manera podemos servir a los que están en necesidad? ¿De que manera podemos aplicar a nivel personal y comunitario el querer de Jesús en el Evangelio: “Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”? Interioricemos también la Palabra de este Domingo a partir de la práctica personal de estas máximas: “Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios”, “Dios revela sus secretos a los humildes” y “No te sientes nunca en el puesto principal”.Recomendaciones prácticas-Pensemos en iniciativas comunitarias que buscan ayudar a los más vulnerables, como los comedores sociales que alimentan a los que no tienen hogar o los programas de orientación para jóvenes en riesgo.-Jornada DONA NOBIS: Plan de sostenimiento de la Obra Evangelizadora de Colombia.II. MONICIÓN INTRODUCTORIA DE LA MISA Y ORACION DE LOS FIELESIntroductoria de la MisaQueridos hermanos, una vez más el Señor nos reúne en torno al altar, congregados como hermanos y peregrinos de la esperanza en busca de construir una sociedad cada vez mejor, al estilo de Cristo, el príncipe de la paz; con gozo acogemos el mandato del amor fraterno que Jesús nos regala y que se evidencia en la humildad y sencillez de vida que llevemos, junto con la caridad que manifestemos a los hermanos; oremos para que, con la ayuda divina, podamos vencer la soberbia y orgullo que el mundo nos ofrece y vivamos la humildad que Cristo nos enseña.A la liturgia de la PalabraAhora vamos a alimentarnos del banquete de la Palabra: guiados por el libro del Eclesiástico, aprendamos a hacernos pequeños en las grandezas humanas para alcanzar el favor de Dios que, como dirá el salmo, es padre y protector de los desvalidos y prepara casa para los pobres; junto con la carta a los hebreos, entendamos que estos nuevos mandatos son parte de la Nueva Alianza que en Jesús se ha establecido y que, como dice el Evangelio de Lucas, consiste en no buscar la primacía ni la retribución, sino en ser humildes y desinteresados, y así la paga será en la resurrección y no en lo pasajero de la humanidad.Oración de los fielesHermanos, oremos a Dios, Padre misericordioso, que quiere que nos configuremos a imagen de Jesucristo en el servicio y la humillación y, confiados en su bondad, oremos diciendo:R. Escúchanos, Padre de amor.1.Te pedimos, Padre, por la Iglesia y sus ministros para que, fieles a Cristo, se esfuercen por anunciar el Evangelio a todos los hombres, especialmente a los pobres y necesitados, que son los preferidos de Jesús.2.Te pedimos, Padre, por los gobernantes de las naciones, para que sirvan a los territorios que tienen bajo su cuidado con sencillez y humildad, y sin discriminar a ninguna persona.3.Te pedimos, Padre, por los pobres, enfermos, tristes y excluidos de la sociedad, para que encuentren en los cristianos un apoyo en sus necesidades.4.Te pedimos, Padre, por todas las personas que ayudan a la obra evangelizadora de la Iglesia Colombia por medio de la DONA NOBIS, para que les concedas abundantes bendiciones.5.Te pedimos, Padre, que nos ayudes a todos los que celebramos esta eucaristía, a vivir sin buscar reconocimientos humanos, sino a servir con humildad y sin esperar nada a cambio.Oración conclusivaPadre de bondad, acoge con amor nuestra oración en favor de toda la humanidad para que juntos, asistidos por tu Espíritu, seamos capaces de caminar en la esperanza de ser tus testigos y conseguir la paz que deseamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 22 Ago 2025

La puerta estrecha, puerta hacia la vida

VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOAGOSTO 24 DE 2025Primera lectura: Is 66,18-21Salmo: 117(116),1.2 (R. cf. Rm 15,16)Segunda lectura: Hb 12,5-7.11-13Evangelio: Lc 13,22-30.I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción1.La liturgia de la Palabra insiste hoy en la salvación universal, una llamada de Dios a todos los hombres de todas las naciones y de todas las razas a participar del Reino de Dios.2.La escena del Evangelio de hoy nos ofrece una intervención de Jesús en la que nos señala el camino de la salvación, con la exigencia de entrar por la puerta estrecha.3.Hacer la voluntad del Padre del cielo tiene una cuota de sacrificio, el buen manejo de la libertad que Dios nos otorga; cuando abusamos de esa libertad Dios nos corrige y reprende como un Padre amoroso que nos invita a fortalecer nuestras manos en la caridad y nuestras rodillas vacilantes para caminar con otros hacia la vida eterna.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El profeta Isaías en el capítulo 66 expresa con claridad como Dios quiere la salvación de todos, es decir, como Dios ofrece una salvación universal. La división entre los hombres en lenguas, naciones y razas fue consecuencia del pecado, ahora un signo del poder de Dios y de la salvación que actúa en el mundo es la reunión de todos los hombres. Isaías anuncia que Dios se hará presente “para reunir a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mi Gloria” de todos los países traerán ofrendas al “monte santo de Jerusalén” traerán ofrendas “al templo del Señor”. De entre todos los presentes Dios escogerá “sacerdotes y levitas” ningún hombre se quedará excluido y Dios será el punto de convergencia de todos los pueblos y naciones, garantizando que no haya ninguna división. El libro de Isaías concluye con la llamada universal de Dios a todas las naciones, es así como el salmista hace resonar su plegaria en una invitación universal a alabar a Dios y a predicar su Evangelio. Este canto de alabanza que reúne a todos los pueblos de la tierra en uno solo es el “pueblo de Dios” escogido y enviado como lo repetimos hoy en la aclamación inspirada en el mandato del Señor Jesús “Id al mundo entero y predicad el Evangelio”.La carta a los Hebreos 12, 4-7.11-13 tiene como intención animar a los cristianos que han encontrado dificultades en su camino de fe, Dios actúa como un padre que corrige a su hijo, no por capricho, sino por su bien, para conducirlo por el buen camino, el camino de la santidad. Dios permite que sus hijos actúen con libertad, que en ocasiones es mal utilizada, es en estas circunstancias que Dios actúa como un padre de familia reprendiendo y castigando a los hijos que ama y prefiere. El autor de la carta a los Hebreos nos ofrece la imagen de un Dios que corrige a quien ama, esta corrección luego produce justicia, salud, paz. Comprender la acción de Dios que actúa como un Padre amoroso, exige del cristiano un esfuerzo particular en la carrera hacia la vida eterna “fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes”.San Lucas en el capítulo 13, 22-30 presenta al Señor Jesús ante la pregunta casual de un oyente ¿serán pocos los que se salven? A lo que el Señor va a decir que muchos que no son judíos, procedentes de los cuatro puntos cardinales, vendrán a la mesa del Reino. Sin embargo, la salvación requiere un esfuerzo especial “entrar por la puerta estrecha” y añade que “muchos intentarán entrar y no podrán”. El entrar en la presencia de Dios, sentarse en la mesa del Reino, ganar la salvación no es privilegio solo del pueblo escogido; Jesús hace un giro en el modo de pensar de los judíos, para salvarse hay que vivir coherentemente como pueblo de Dios, con un estilo de vida acorde a la voluntad de Dios, quien no viva de esta manera se expone a una angustiosa sentencia “No sé quiénes sois”.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?La Palabra de Dios de este Domingo tiene una especial insistencia en la voluntad de Dios de querer salvar a todos. La pregunta casual que le hacen a Jesús en el Evangelio sigue siendo actual, ¿son pocos los que se salvan? Esta pregunta nos abre a muchas reflexiones que hoy nos hacemos sobre la vida eterna, el más allá, la propia salvación y la salvación de todos los hombres. Seguramente el que hizo la pregunta tenía en su entendimiento que sólo se iban a salvar los judíos. Ahora bien, también nosotros podemos pensar del mismo modo, que solo se salvan los que creen en Cristo, o simplemente porque vamos a misa o rezamos el rosario. Por una parte, la respuesta de Jesús es consoladora al descubrirnos que la salvación es para todos los hombres que creen en el único y verdadero Dios, como lo expresa el profeta Isaías y nos lo recuerda hoy san Lucas en el Evangelio, toda la humanidad está destinada a sentarse en la mesa del Reino de Dios, a entrar en su presencia. Este privilegio tiene también una obligación hacer que todas las naciones de la tierra conozcan y sigan a Dios.La puerta estrecha se convierte en la condición que ha de asumir el creyente para participar del banquete de la eternidad, Dios quiere salvarnos y esa salvación tiene un precio, que el cristiano tenga una fe viva, madura, clara, fuerte, capaz de acoger la verdad del Evangelio y encontrar en ella el camino estrecho de una vida austera, humilde y sencilla, de bondad y misericordia, de servicio y entrega generosa a los demás. El creyente sabe que lo que vale la pena cuesta, que el camino a la vida eterna tiene cruz y que el primero que recorrió ese camino fue el Señor Jesús. Evitar encontrar la puerta cerrada y oír el angustioso mensaje de no los conozco, implica estar siempre abiertos al Evangelio, anunciarlo con la vida, sentirnos siempre necesitados de la ayuda de Dios, abajarnos y servir a la causa de Jesús, estas actitudes evangélicas no nos deben hacer sentir seguros de la salvación, ni son fórmulas para tener vida eterna, son simplemente algunas pistas evangélicas que el cristiano debe asumir con radicalidad, sabemos que esto exige una fuerte cuota de humildad y sacrificio que en ocasiones no es fácil asumir, cuando estamos en un mundo que quiere la vía fácil, para deshacerse de los problemas y conflictos humanos en los que nos sumergimos hoy. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?El Señor Jesús nos ha sorprendido hoy al decirle al pueblo de la Alianza que no basta con pertenecer a ese pueblo para ganar la vida eterna, para salvarse, hay otros que, viniendo de otras latitudes del mundo, si tienen fe y viven conforme a la Buena Noticia predicada en el Evangelio, son llamados al banquete del Reino.A nosotros los que creemos en Cristo, también se nos puede aplicar el mismo mensaje, no basta con decir que pertenecemos a la Iglesia; la salvación además de implicar esa pertenencia nos exige vivir y asumir con radicalidad, los valores del Evangelio. El seguimiento de Cristo, hacer la voluntad del Padre, servir a los hermanos, es exigente, es decir que este camino tiene cruz, es el camino estrecho del que nos habla el Evangelio por el que debe pasar todo creyente. El camino que el mundo no ofrece pareciera fácil, ligero, deshacernos de una vida, engañar, ser deshonesto, la guerra, etc., este es el camino ancho, la puerta amplia por la que pasan muchas personas, pero detrás de esas facilidades hay dolor, angustia, temor, vergüenza, humillación y pecado. Con este modo de ser se oscurece la mente, el corazón, la vida de las personas y de la sociedad. Este camino hace que perdamos identidad delante de Dios hasta el punto de escuchar “no los conozco” este no es el camino del Evangelio.La carta a los Hebreos nos ofrece una opción clara frente a las pruebas de la vida, esos momentos que nos confrontan y nos hacen cambiar la manera de pensar, que debemos entender como correcciones de Dios, pruebas del amor que Él nos tiene, así como un padre corrige a sus hijos. Ante las dificultades el Señor nos exhorta a “fortalecer las manos débiles” en la práctica de la caridad y el servicio a los hermanos, especialmente los más necesitados y también, “robusteced las rodillas vacilantes” para caminar con los otros, para ir con otros al encuentro de Dios, para transitar por el camino estrecho, llevando la Buena Noticia al corazón y la vida de muchos, a las distintas latitudes del mundo.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaNos hemos reunido este domingo, veintiuno del tiempo ordinario para escuchar la Palabra de Dios y participar de la fracción del pan. En esta Eucaristía estamos llamados a reconocer como la Iglesia nos acoge a todos por igual, nos convoca a celebrar un banquete universal en el que Cristo se ofrece como alimento que da vida eterna. Con alegría y dispuestos a orar por las necesidades de todos los hombres de toda raza y cultura, participemos con fe y esperanza en esta celebración.Monición a la Liturgia de la PalabraEl profeta Isaías, el salmista y san Lucas en el Evangelio, insisten en que la salvación es una oferta universal, desde luego esta salvación tiene sus exigencias, el esfuerzo por vivir según la voluntad de Dios. Atentos, escuchemos este mensaje e integremos a nuestra vida los valores de esta Buena Noticia.Oración Universal o de los FielesPresidente: Pidamos al Señor que venga en nuestro auxilio y con su gracia encontremos el modo de llegar a Él. A cada intención nos unimos diciendo:R. Señor, ayúdanos a conocerte.1.Por la Iglesia, para que continúe su misión de llevar la “Buena Nueva” de la salvación a todos los rincones de la tierra. Oremos.2.Por el Papa Francisco, nuestro Obispo Monseñor N.N. presbíteros, diáconos y consagrados, para que anuncien con valentía la Palabra de Dios a todos los pueblos de la tierra. Oremos.3.Por nuestros gobernantes, para que siembren esperanza en nuestros pueblos e impulsen proyectos que ayuden a superar la pobreza y la injusticia. Oremos.4.Por los más necesitados, para que se encuentren con nuestras manos generosas y les ayudemos a transitar por el camino estrecho de la salvación. Oremos.5.Por nosotros aquí reunidos, para que la semilla sembrada hoy en nuestros corazones nos lleve a la verdadera conversión y al servicio de todos los hermanos, sin importar raza y condición social. Oremos. Oración conclusivaSeñor, tú que nos invitas a entrar por la puerta estrecha al gozo del banquete de tu Reino, escucha nuestras oraciones y concédenos la fuerza de tu Espíritu en el seguimiento del camino que nos señalas. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.