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predicación orante domingo 28 de julio de 2024

Jue 25 Jul 2024

Jesús tomó los panes y los repartió

DÉCIMO SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOJulio 28 de 2024Primera lectura: 2R 4, 42-44Salmo: 145 (144),10-11.15-16.17-18 (R. cf. Mt 6,11)Segunda lectura: Ef 4, 1-6Evangelio: Jn 6, 1-15I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa liturgia de la Palabra, durante estos cinco domingos seguidos nos presentará el capítulo 6 del Evangelio de san Juan, donde se relata el discurso de Jesús sobre el pan de vida. Podríamos presentar así las ideas principales de estos domingos: la multiplicación de los panes (domingo 17: Jn 6, 1-15), que se encuentra en la liturgia de este día; Jesús es el verdadero alimento, el maná (domingo 18: Jn 6, 24-35); disputa acerca de la procedencia de Jesús (domingo 19: Jn 6, 41-51); el pan es la carne de Jesús (domingo 20: Jn 6, 51-58) y, finalmente, las reacciones de los oyentes y discípulos ante el discurso del pan de vida (domingo 21: Jn 6, 60-69). Tres ideas temáticas que presentan las lecturas:●Primera lectura: El texto elegido para este domingo pertenece a un conjunto de milagros realizados por Eliseo para reafirmar su misión profética: el aceite de la viuda, la sunamita y su hijo al que resucita, la olla envenenada, la multiplicación de los panes, la curación del sirio Naamán el leproso y la recuperación del hacha perdida. 2R 4, 42-44, nos presenta el relato donde Eliseo manda a su criado, que le trae veinte panes, a dárselos a la gente para que coman, pues estaban en tiempos de hambre y carestía. El criado le pregunta a Eliseo ¿Cómo voy a poner esto delante de cien hombres? Lo interesante de este relato, es que nos ofrece el modelo literario en que se inspirarán las multiplicaciones evangélicas (cf. Mc 6, 30-44; 8, 1-10 y par), así como sus distintos elementos: Orden de Eliseo, pregunta del criado, nueva orden, reparto satisfactorio.●Segunda lectura: En este pasaje, tenemos la parte moral de la carta. Comienza rogando a los fieles que vivan conforme a la grandeza de la vocación cristiana, para luego exhortar a la unidad dentro de la pluralidad de los dones. La verdadera unidad tiene sus exigencias: la humildad, que vence a la soberbia y al egoísmo; la amabilidad, que crea y favorece la unión, y la paciencia frente a las faltas de caridad. Como podemos ver en el texto mencionado, la unidad en la Iglesia tiene un conjunto de fundamentos: un bautismo, un solo Señor, un solo cuerpo místico, un solo Espíritu y una sola esperanza en la patria a la que hemos sido llamados. Es clara, la mención de las tres personas divinas, donde se muestra que la unidad de la Trinidad es la fuente última de la unidad, dentro de la pluralidad, que tiene que existir en la Iglesia, en la diócesis, en nuestras comunidades parroquiales. ●De modo paralelo con la primera lectura, Jesús da de comer. Centrémonos pues en el Evangelio:1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El milagro de la multiplicación de los panes nos introduce en el “discurso del pan de vida” de todo el capítulo 6 y se sitúa en el centro de la actividad pública de Jesús. Afirmamos, que se trata de un signo querido por el Maestro para revelarse así mismo. El Texto de san Juan, que nos presenta la liturgia de este domingo, es muy parecido al de la tradición común. En continuidad con el relato de los panes multiplicado por Eliseo, como hemos señalado más arriba, este episodio se cuenta seis veces en los evangelios (cf. Mt 14,13-21 = Mc 6, 30-44 = Lc 9,10-17; Mt 15, 32-39 = Mc 8,1-10; Jn 6, 1-15), sin duda en virtud de la interpretación eucarística que se encuentra en todos los comentarios. Juan presenta el signo como el nuevo milagro del Maná (cf. Ex 16), hecho por Jesús, nuevo Moisés, en un nuevo éxodo. El relato oculta, en suma, un significado cristológico y sacramental preciso, que no es tanto el de saciar el hambre de la muchedumbre como el de revelar la gloria de Dios en Jesús, Palabra hecha carne. El don del pan, también es paralelo al don del vino en Caná; el pan de la vida que anuncia el discurso evoca el don del agua viva prometido a la samaritana. El vino, el agua y el pan, símbolos propios de Juan, se complementan para significar, cada uno a su manera, la vida que Jesús comunica al creyente. El texto lo podemos dividir de la siguiente manera: Introducción histórica (vv. 1-4); diálogo entre Jesús y los discípulos (vv. 5-10); descripción del signo-milagro (vv. 11-13); incomprensión de la muchedumbre y la soledad de Jesús, que se retira a orar en el monte (vv. 14ss). Geográficamente todo sucede en el Lago y en torno a él. Jesús se marcha “a la otra parte del mar de Galilea”. Se trata de una región desértica, territorio de los gentiles. En términos de la actitud de Jesús, se aprecia el doble movimiento de retirarse a la soledad y volcarse hacia la multitud. Se retira porque el pueblo busca milagros y no fe; se vuelca por la necesidad física y espiritual del pueblo. A diferencia de los sinópticos, Juan dice que quien toma la iniciativa es Jesús, Él se adelanta a la necesidad; además menciona a Andrés y Felipe (cf. Jn 1, 40-46; 12, 20-22), signo tal vez de la importancia de estos dos apóstoles en el entorno joánico.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El evangelio precisa diversos elementos que son importantes para nuestra reflexión personal: ●El hecho ocurre con una indicación temporal: “estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos”. Aquí se hace referencia a Moisés (Moisés dando de comer al pueblo en el desierto). Encontramos en esta indicación un elemento importante para la comprensión del relato de los panes. El signo se ubica en relación con la liberación, con la salida de Egipto, con la pascua como paso de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida, del pecado a la gracia. Esto sucede así, porque el evangelista busca dejarnos clara la relación que hay entre la Pascua y el pan multiplicado, que es prefiguración de la Eucaristía. El pan de vida es la Pascua. La Eucaristía es la Pascua de Cristo.●La preparación del banquete maravilloso: la indicación de la cercanía de la pascua, que hemos mencionado anteriormente, podría pasar desapercibido en el desarrollo del relato, pero el evangelista la relaciona expresamente con la actuación de Jesús: “levantó los ojos y viendo…”. La expresión “levantar los ojos”, si no va seguida de “hacia el cielo”, no se introduce en una oración, sino en un determinado “ver”: Jesús sentado en la montaña fija su mirada en la gente que se acerca. El relato presenta ante todo a Jesús como donante generoso ante la multitud; su gesto, gratuito, depende de la mirada que ha dirigido sobre ella.Jesús, dice a Felipe: “¿Con qué compraremos pan para que coman estos?” se crea en esta pregunta de Jesús una expectación. Felipe parece reaccionar como Moisés, cuando se quejó a Yahvé: “¿De dónde voy a sacar carne para repartirla a todo el pueblo, que me viene llorando?” (Nm 11,13). En la pregunta de Jesús al Apóstol, se muestra la imposibilidad que tiene el hombre de procurarse el “verdadero” pan. Se comprende que Felipe se dejará confundir por los términos de la pregunta y permaneciera en el plano del dinero hablando de los denarios necesarios para la compra exigida, como si el don de la vida fuese de orden cuantitativo. Preguntémonos: ¿No debería haber interpretado las palabras de Jesús de manera metafórica, dada su familiaridad con la Escritura? El pueblo de Dios había utilizado los mismos términos: “¡Oh, todos los que están sedientos, vayan por agua, aunque no tengan dinero! Vengan, compren grano y coman, sin dinero y sin pagar, vino y leche” (Is 55,1). En el contexto de este texto de Isaías, bajo la imagen del alimento concedido gratuitamente, Yahvé invita a Israel a buscar lo que verdaderamente sacia, la Ley, su Palabra. En Jesús, todo esto tendrá plenitud. El don de Dios, se da gratuitamente y en abundancia; así lo expresaba un padre de la Iglesia: “[…] La obra del Señor todo lo consigue; en un instante, multiplicó un poco de pan. Aquello que los hombres hacen y trasforman en diez meses de trabajo, sus diez dedos lo hicieron en un instante… De la pequeña cantidad de pan resultó una multitud de panes. Como en el tiempo de la primera bendición: ‘Sean fecundos y multiplíquense’. Los pedazos de pan, antes estériles e insignificantes, gracias a la bendición de Jesús –como seno fecundo de mujer- dieron un fruto del cual hasta sobraron muchos pedazos” (SAN EFRÉN, Diatessaron, 12, 1.3). ●El Evangelio de san Juan nos ofrece pistas sobre la relación de este pasaje con la Eucaristía. Se dice en Jn 6,11: “Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado”. Tomar el pan, dar las gracias y repartirlo son gestos que tienen ya un acento eucarístico. Ahora se muestra a Jesús como el nuevo maná, pan que da la vida y sacia verdaderamente al hombre. ●También podemos tener en cuenta en el texto, las reacciones de la multitud ante Jesús y de Jesús ante las multitudes: “la gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: ‘Este es verdaderamente el profeta que va a venir al mundo’. Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo” (vv. 14-15). El profeta mencionado es el anunciado en Dt 18, 15.18, sucesor de Moisés para instruir al pueblo. En cambio, el “rey”, se refiere al Mesías descendiente de David. Esta última referencia adquiere un carácter político que Jesús quiere evitar a toda costa, Él busca la fe, no el entusiasmo eventual y mucho menos el fanatismo violento.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, te doy gracias porque me bendices y realizas prodigios en mi vida, quiero escucharte más, obedecerte y dejar que obres sobre mí vida, en mis necesidades, de la misma manera como has bendecido los panes que compartió aquel muchacho y los has multiplicado. Eres el único que siempre está listo para ayudarme y proveerme en mis necesidades. Perdóname por aquellas veces cuando mi fe no es tan fuerte como yo quisiera, sobre todo en los momentos más difíciles, y te pido que en esos momentos no me abandones, mi Señor. Amén. El Evangelio de este domingo contiene gestos realizados por Jesús que relacionamos con la Eucaristía, ya lo hemos dicho antes. En los relatos de la Última Cena, Jesús compartió con sus discípulos el “pan de vida”; en esta escena, instruye a sus discípulos para que ellos alimenten a la multitud. La Eucaristía es una fuente inagotable de alimento. En ella nos encontramos con el mismo Jesús, que se nos da como alimento. Por eso, también en esta celebración rogamos a Dios para que nos dé lo que necesitamos para poder seguir trabajando por el Reino. No olvidemos, después de esta celebración nuestro compromiso en la vida cristiana; somos enviados a alimentar a los que tienen hambre corporal y espiritual. Hagamos nuestro propósito personal, a la luz de estas preguntas: ¿Comparto el pan con los necesitados, con los que tienen hambre?, ¿cómo vivo en la comunidad, en la familia, en la sociedad, en la parroquia, en la pastoral, el desafío que Jesús le puso a Felipe?, ¿cómo colaboro para satisfacer la sed y hambre espiritual de tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo?, ¿qué buscamos de Jesús?, ¿de qué manera superamos el conflicto entre lo que la gente “busca” y lo que realmente “ofrece” Jesús?_______________________Recomendaciones prácticas:●Jornada Mundial de los abuelos y de los mayores.●Compartir con la comunidad el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de los abuelos y de los mayores.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaQueridos hermanos y hermanas, les damos la bienvenida a la celebración eucarística del décimo séptimo domingo del tiempo Ordinario. Durante cinco domingos, a partir de hoy, interrumpimos la lectura de san Marcos para leer casi íntegro el capítulo 6 de Juan, con la multiplicación de los panes y el discurso de Jesús sobre el pan de la vida, que es Él mismo. Él es la respuesta a todas las necesidades de los hombres, es la causa de nuestra alegría plena. Nos saca de nuestras miserias, nos da el perdón, nos pone en relación con Dios Padre y se hace alimento para nosotros. Iniciemos, pues, con gran alegría, nuestra Eucaristía de hoy. Monición a la liturgia de la Palabra Vamos a escuchar a Dios que nos habla por medio de su Palabra. En el Evangelio, meditaremos el relato de la multiplicación de los panes y los peces, cuando Jesús da de comer a una gran multitud, que está hambrienta. La primera lectura prepara lo que sucederá en el Evangelio, ya que se nos explica cómo con pocos alimentos comió toda la comunidad. Ese alimento, que Jesús nos da, contiene una fuerza divina y nos sacia plenamente. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la fuerza del Espíritu, oremos, hermanos, y pidamos a Dios nuestro Padre, que escuche bondadosamente nuestra oración: R/. Escucha a tu pueblo, Señor.1.Por el Papa, los obispos y los sacerdotes, para que ejerzan su ministerio siempre acompañado por la oración su rebaño. Oremos.2.Por cuantos tienen autoridad en el mundo, para que se alejen de los actos de corrupción y se preocupen por llevar una vida digna, al servicio de los más necesitados de nuestra sociedad. Oremos.3.Por toda la humanidad, para que Dios padre purifique al mundo de todo error, conceda salud a los enfermos, libertad a los oprimidos y paz a los que viven sin ella. Oremos.4.Por todos nosotros, que celebramos esta liturgia, que a menudo no sabemos reconocer la presencia de Dios en nuestra vida, para que la gracia nos ayude a abrirnos a la escucha de la Palabra, y así toda nuestra existencia sea renovada por la alegría de la Pascua. Oremos.5.Por todos los abuelos y mayores, para que el Señor les conceda la salud, el entusiasmo y la alegría, de tal manera que vivan en serenidad acompañados de sus seres queridos. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Dios de misericordia,las oraciones que te hemos presentadocon humildad y confianza,y haz que deseemos siemprecuanto te agrada.Por Jesucristo, nuestro Señor.R/. Amén.