Pasar al contenido principal

reconciliación

Lun 23 Sep 2024

Obispos colombianos piden al Gobierno y al ELN reactivar la mesa de diálogos

A través de un comunicado, los obispos colombianos piden al Gobierno Nacional y al ELN descongelar la mesa de diálogos para responder al clamor de tantas comunidades del país que están en medio de la confrontación “y no aguantan más derramamiento de sangre”. En este contexto, llaman también a reactivar el cese al fuego.En su mensaje, los prelados hacen tres peticiones concretas:“Primero, mantener un canal de diálogo en este momento de dificultad; segundo, a encontrarse de nuevo para reconocerse y valorarse; tercero, a avanzar para dar alivio a las comunidades que se encuentran en medio de la confrontación y no aguantan más derramamiento de sangre”.Con este llamado a la unidad, los pastores animan a los colombianos en la búsqueda del bien común y la reconciliación, valorando el camino del diálogo.

Mar 2 Mayo 2023

Tres signos concretos para vivir la jornada por la reconciliación 2023

En el contexto del Día Nacional por la Reconciliación que se llevará a cabo en Colombia mañana miércoles 3 de mayo, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), propone a todo el pueblo de Dios tres maneras concretas para vivir esta jornada animada por los obispos del país desde el año 2018, tras la visita apostólica del Papa Francisco: “Primero, que ponga la cruz en un sitio visible de su casa, como para decir que su casa, su hogar, es un lugar y una escuela de reconciliación verdadera en Cristo Jesús. Segundo, que usted haga signos de reconciliación expresos con personas que están a su lado, con personas con las cuales trabaja o estudia. Y tercero, que oremos el 3 de mayo para que Colombia encuentre caminos de reconciliación, y para que toda la humanidad encuentre a Cristo Jesús que nos reconcilia con el Padre y que nos convierte en instrumentos de reconciliación, de paz y de vida nueva”. Conozca el mensaje: Para saber más detalles de esta jornada, ingrese AQUÍ.

Jue 9 Mar 2023

Cambios urgentes y necesarios

Por: P. Rafael Castillo Torres - Una vez más, como cada año, hemos dado inicio al tiempo fuerte de la Cuaresma en el que la Palabra del Señor y el llamado de la Iglesia nos están gritando, a la manera de Juan Bautista en el desierto, la necesidad de una profunda conversión que nos permita volver a Dios con más verdad y amor. Por lo general no nos gusta hablar de conversión. Casi instintivamente pensamos en algo triste, penoso, muy unido a la penitencia, la mortificación y el ascetismo. Sin embargo, cuando conocemos en el Evangelio la invitación de Jesús, nos damos cuenta de que su invitación a convertirnos es una llamada alentadora para cambiar nuestro corazón y aprender a vivir de una manera más humana. Cuando Dios se acerca a nosotros es porque quiere sanar nuestra vida. Para Jesús la conversión no es forzada. Es un cambio que crece en nosotros a medida que caemos en la cuenta de que Dios quiere hacer nuestra vida más humana y feliz, como sucedió con Zaqueo, quien después de su encuentro con Él, en su casa, pudo resarcir a sus víctimas cumpliendo con deberes de justicia que eran de estricto cumplimiento y los exigía la ley; pero también se va volcar en favor de los pobres de Jericó, cumpliendo con deberes de solidaridad, que los exige la conciencia y son de amplia obligación. Jesús, restaurador de vidas, en las victimas y en Zaqueo es también el restaurador de las relaciones comunitarias que hacen posible la reconciliación. Qué bueno que en el itinerario cuaresmal y a la luz del momento que vivimos como nación nos hiciéramos unas preguntas que puedan orientarnos en el cambio que todos necesitamos, pero del cual, particularmente está urgida nuestra nación: ¿Cuándo tiene futuro un pueblo? Cuando es capaz de reconocer sus errores; cuando sabe confesar su pecado y cuando abre caminos nuevos a una convivencia más humana como lo han propuesto recientemente nuestros pastores en el documento Líneas Orientadoras para una Pastoral para la Reconciliación y la Paz. ¿Cuál es nuestra mayor equivocación como Nación? Haber impedido que Dios reine aquí y ahora, entre nosotros, como verdadero Padre de todos. Cerrarnos con plena conciencia y plena advertencia al llamado que hay en el fondo de todo ser humano al respeto a la vida como nos lo recordó recientemente monseñor FadI Bou Chebl Abi Nassif, Exarca católico oriental del rito Maronita en Colombia perteneciente al Patriarcado Antioqueno: “¿Antes de hacer un aborto, por qué no le preguntamos a ese niño en gestación si quiere vivir o no? Dios es el dueño de la vida y nadie la puede tocar sino Dios. Respetamos la vida humana desde el inicio hasta el último momento. Jesús vino al mundo para humanizar nuestra humanidad. Un ser humano…si es verdaderamente humano… es incapaz de parar una vida humana”. Otra de nuestras grandes equivocaciones es cerrarnos al dialogo civilizado; a no acoger el llamado del Papa Francisco en Fratelli Tutti a dar los signos creíbles de la solidaridad y la fraternidad que hacen posible una amistad social; a seguir manteniendo la violencia, con obstinación, a pesar de los esfuerzos por hablar con todos y la búsqueda de caminos nuevos. Nos cuesta entender que la violencia ha traído siempre males mayores que aquellos que intenta resolver y nos impide avanzar hacia una convivencia más libre y justa. Será un gran día cuando reconozcamos como nación que este enfrentamiento sólo originará vencedores y vencidos, pero no hombres y mujeres libres que sepan dialogar. ¿Cuál es la tarea que sigue y en la cual, la Iglesia quiere ayudar? La Iglesia colombiana, desde sus tres instancias, la Relación Iglesia / Estado; la Comisión de Conciliación Nacional y el Secretariado Nacional de Pastoral Social/ Cáritas colombiana, es consciente de que debemos contribuir a que se abran nuevos caminos. No podemos seguir por el camino viejo de siempre porque esa ha sido nuestra mayor tragedia. En Colombia es notoria la fatiga de la guerra que sólo ha traído violencia, sangre y luto en tantas familias. Es una violencia que ha sido el resultado de viejas violencias e injusticias, cometidas durante largos años. Ello nos lleva a preguntarnos: ¿no es una grave equivocación responder con los mismos métodos? En toda su larga experiencia de acompañar comunidades y procesos, tanto en la conflictividad de las ciudades como en los confinamientos y atropellos que históricamente se han dado y se siguen dando en la Colombia olvidada, la Iglesia ha aprendido que la violencia sólo busca una solución rápida y eficaz a los graves problemas de nuestro pueblo. Pero lo hace sembrando nuevas violencias y enfrentamientos. No transforma las conciencias. No nos educa para construir una sociedad diferente, más respetuosa con los derechos de las personas y de los grupos. Ella siempre coje el atajo, y ya sabemos que coger atajos, es correr el riesgo de no llegar nunca a la verdadera meta. ¿Qué alternativas justas y humanas nos puede ofrecer la violencia? ¿Puede prepararnos para ser una sociedad donde la última palabra nazca del pueblo en ejercicio y rescate de una democracia deliberativa y profunda, antes que nacer de quienes ostentan el poder y el monopolio de las armas? No es posible una alternativa de paz y justicia para nuestro pueblo, si no reaccionamos todos frente a acciones, represiones y manipulaciones de diverso signo, que, sin respetar el valor absoluto de cada persona, la convierten en instrumento al servicio de unos intereses políticos cuestionables. No hay planteamientos políticos intocables. Ni la unidad actual del Estado Colombiano, ni la independencia que hoy puedan pensar y sentir que tienen los grupos alzados en armas y las estructuras criminales que hoy confinan y someten comunidades enteras. Nada justifica la destrucción de la vida que se está dando entre nosotros. Nuestra postura cristiana evangélica debe ser firme, aunque se tenga que enfrentar a organizaciones, partidos o grupos cuyas siglas o pensamientos sintamos que son muy cercanas al Evangelio y a la doctrina social de la Iglesia. Colombia necesita reconocer un camino cuaresmal lleno de gozo y esperanza. Avanzar es limpiar nuestra mente de egoísmos e intereses que empequeñecen nuestro vivir cotidiano. Es la hora de liberar el corazón de esas angustias y complicaciones creadas por nuestro afán de poder y posesión. Tengamos presente que nunca es tarde para convertirnos, porque nunca es tarde para amar. Nunca es tarde para ser más feliz y nunca es tarde para dejarnos perdonar y renovar por Dios. P. Rafael Castillo Torres Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social

Dom 1 Ene 2023

El Papa: Responsabilidad y compasión ante la tragedia de la guerra

En el Ángelus del primer día del nuevo año, Francisco renovó la invocación a la intercesión de María por la paz, y "por el Papa emérito Benedicto XVI", fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia. Vuelve a dirigirse a Benedicto XVI, que llegó ayer a la casa del Padre, el Papa Francisco en su primer Ángelus de 2023 y pide a los fieles que recen por él, implorando a la Virgen María. También lo hace dejando unos momentos de silencio orante. Luego recuerda también la cobertura mediática de la figura del Papa emérito. “El comienzo de un nuevo año se confía a María Santísima, a quien hoy celebramos como Madre de Dios. En estas horas invocamos su intercesión en particular por el Papa emérito Benedicto XVI, que dejó este mundo ayer por la mañana. Todos nos unimos, con un solo corazón y una sola alma, para dar gracias a Dios por el don de este fiel servidor del Evangelio y de la Iglesia.” El lenguaje de María La reflexión de Francisco se centra, en María que "en la gruta donde nació Jesús", permanece en silencio, "acoge con asombro el misterio que vive, lo guarda todo en su corazón y, sobre todo, cuida del Niño", a quien el Evangelio describe "acostado en el pesebre", por tanto, acostado con cuidado. El Papa explica que estas palabras dan la idea "de que el lenguaje propio de María es el de la maternidad: cuidar al Niño con ternura". “Ésta es la grandeza de María: mientras los ángeles celebran, los pastores acuden y todos alaban a Dios en voz alta por el acontecimiento que ha sucedido, María no habla, no entretiene a los invitados explicándoles lo que le ha sucedido, no se roba el espectáculo; al contrario, pone al Niño en el centro, cuidándolo con amor”. Francisco cita a la poetisa Alda Merini para comprender mejor la actitud de María: "Ella también sabía callar solemnemente, [...] porque no quería perder de vista a su Dios". Reitera que "el lenguaje típico de la maternidad es la ternura de los cuidados", esto es lo que expresan las madres tras el parto poniendo "a sus bebés en el centro de toda su atención", alimentándolos, estrechándolos en sus brazos, acostándolos "suavemente en la cuna". Aprender a cuidar de la creación y de los necesitados Y el cuidado es también el lenguaje de la Madre de Dios, continúa el Papa, que, "como todas las madres", llevando la vida en su seno, "nos habla de nuestro futuro", exhortándonos, "si de verdad queremos que el nuevo año sea bueno, si queremos reconstruir la esperanza", a que "dejemos los lenguajes, los gestos y las opciones inspiradas en el egoísmo y aprendamos el lenguaje del amor, que es el cuidado. Es decir, el cuidado es un nuevo lenguaje, que va en contra de estos lenguajes del egoísmo". “Este es el compromiso: cuidar de nuestra vida, cada uno de nosotros debe cuidar de su vida; cuidar de su tiempo, de su alma; cuidar de la creación y del medio ambiente en el que vivimos; y, aún más, cuidar de nuestro prójimo, de aquellos que el Señor ha puesto a nuestro lado, así como de nuestros hermanos y hermanas que están necesitados y reclaman nuestra atención y compasión. Mirando a la Virgen con el Niño allí, cuidando al Niño, aprendemos a cuidar a los demás, incluso a nosotros mismos, cuidando nuestra salud interior, nuestra vida espiritual, nuestra caridad”. Ante la tragedia de la guerra, responsabilidad y compasión Por último, Francisco, recordando que hoy es la Jornada Mundial de la Paz, recomienda recuperar "la conciencia de la responsabilidad que se nos ha confiado para construir el futuro". “Ante las crisis personales y sociales que vivimos, ante la tragedia de la guerra, 'estamos llamados a afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión. Y podemos hacerlo si cuidamos los unos de los otros y, todos juntos, cuidamos nuestra casa común”. Y concluyendo su meditación mariana, el Papa nos exhorta de nuevo a rezar a la Virgen y pedirle ayuda para saber mirar con amor al prójimo. “Imploramos a María Santísima, Madre de Dios, que en esta época contaminada por la desconfianza y la indiferencia, nos haga capaces de compasión y de cuidado, capaces de conmovernos y detenernos ante el otro, cuantas veces sea necesario"” Fuente: Vatican News DESCARGAR MENSAJE 56ª Jornada Mundial de la Paz

Vie 30 Dic 2022

En este nuevo año tres regalos para las familias colombianas

A pocas horas de concluir un nuevo año, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, Luis José Rueda Aparicio, extendió su saludo y bendición a todas las familias de este territorio nacional, deseándoles un año 2023 lleno de esperanza, reconciliación y paz. En su mensaje el también arzobispo de Bogotá, mencionó que es importante en este nuevo año pedir a Dios tres regalos para las familias y para Colombia: Fraternidad, reconciliación y diálogo. La fraternidad: Al respecto dijo que hombres y mujeres sin importar la raza, religión, clase social o partido político, deben sentirse hijos del mismo Padre y de una misma familia, observando que es más lo que nos une, que lo que nos divide. La Reconciliación: Invitó a pasar del odio y la venganza a la concordia y al encuentro. Señaló que una forma de avanzar en la historia, en un desarrollo humano integral es perdonando y dejándose guiar por el Espíritu Santo. El diálogo: Resaltó que es a través del diálogo como se podrá sortear las dificultades y los conflictos en la familia y en la sociedad. “Escuchándonos atentamente, valorando lo que el otro piensa y poniendo con sinceridad las palabras necesarias para que encontremos las soluciones a nuestros conflictos”. Concluyó su mensaje impartiendo la bendición en nombre de todos los obispos, pidiendo por todas las familias y por la paz de Colombia.

Vie 23 Dic 2022

Nacimiento del Niño Jesús: “Un momento para superar las divisiones familiares”

Cada 25 de diciembre la Iglesia católica celebra la fiesta solemne del nacimiento de Jesucristo. Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para las relaciones Iglesia-Estado, señala que la Navidad es una época de las más especiales del año litúrgico, pues en ella se recuerda que “el Señor plantó su tienda entre nosotros, que asumió nuestra condición humana en un pesebre humilde”, desde allí, dice el directivo, se lanza un mensaje para la humanidad “paz en la tierra a todos los seres humanos de buena voluntad”. Indica que esta época insta a renovar el compromiso por la reconciliación y la paz, en cada espacio donde se conviva, pero de manera especial resalta la importancia de acercarse a la familia, “que una tarea de la familia católica en esta Navidad sea reconciliarse, sea reconstruir las relaciones, sea vivir el ambiente de paz en cada una de las relaciones que se hacen en la vida cotidiana de la familia”. Observa que sería importante que en esta Navidad se supere “algunos elementos que se le han agregado” y se convierta más en un momento especial de encuentro familiar, donde se superen las adversidades y las divisiones, “que sea un momento para renovar y cultivar la esperanza en nuestros corazones, en nuestros hogares, en las comunidades, en el país en general que tanto lo necesita”. Finalmente, dijo que este tiempo debe ser visto como un momento de esperanza, “la esperanza es algo que supera el sentimiento, es una dinámica que nos empuja hacia adelante a mirar el futuro con unos ojos renovados, con compromiso, con la voluntad firme, que sea un futuro en el cual el Señor venga a decirnos Paz en Colombia”.

Lun 5 Dic 2022

Buenaventura vivirá jornadas por la paz y la reconciliación

El obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo Montoya, informó que dando continuidad a los procesos de diálogo de la fase exploratoria, que iniciara hace ya algunos meses en esta ciudad portuaria, se desarrollará del 5 al 7 de diciembre una serie de eventos encaminados a blindar estos pasos. “De forma mancomunada con las comunidades locales, el gobierno local, regional y nacional y las organizaciones sociales, estaremos realizado unas jornadas de reflexión, de diálogo, deporte y arte para escuchar el clamor de paz y justicia social de nuestro pueblo y establecer compromisos a fin de hacer de Buenaventura un faro de cultura y paz”, señaló el prelado en un comunicado. Se trata de una serie de eventos que llevarán a proteger este proceso con las bandas delincuenciales. Se espera la llegada de unas dos mil personas desde distintos rincones de Colombia quienes compartirán sus experiencias exitosas de cultura de paz con los habitantes de los barrios. El prelado observó que una de las tareas de la Iglesia ha sido la de tender puentes “como lo hizo Jesús en la cruz con sus brazos extendidos”, por lo que dijo que espera que estas jornadas permitan llegar a acuerdos “orientados a la convivencia pacífica, como fruto de las transformaciones sociales que requieren las comunidades urbanas y rurales de este Distrito”. Monseñor Jaramillo, agregó que gracias a estos acercamientos entre los líderes de las bandas los Espartanos y los Shotas, el número de homicidios en el último mes y medio está en ceros, cuando antes solían registrarse entre 20 y 25 homicidios mensuales. Esta jornada terminará con un gran concierto por la paz total. “Aquí se va a lanzar un modelo para todo el país, que el laboratorio de paz sea Buenaventura, por toda la experiencia de este tiempo que llevamos de diálogo”, aseveró

Jue 1 Dic 2022

VIVENCIA: IX Congreso Nacional de Reconciliación

En su novena versión, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) y de la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), realizó del 22 al 24 de noviembre el Congreso de Reconciliación, bajo el lema: “Abriendo Caminos de Diálogo y Esperanza”. Un espacio que ayudó a la reflexión acerca de los aportes que realiza la Iglesia Católica, los retos y desafíos en términos de reconciliación y construcción de paz, a la luz del evangelio y la doctrina social de la Iglesia. Conozca algunas de las conclusiones que directivas de la CEC y participantes reflejaron a través de su participación en en estos espacios.