Mar 29 Ago 2017
¡Bienvenido Santo Padre Francisco!
Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Consideramos una verdadera gracia la presencia del Papa Francisco en Colombia. Todos nos alegramos y le damos la bienvenida al Sucesor de Pedro, en “salida misionera”, como suele Él decirlo. Visitará nuestra propia realidad eclesial, cultural y social, para iluminarla proféticamente desde el Evangelio y señalar caminos de esperanza, reconciliación y paz.
Pero ante estos acontecimientos, conviene resaltar lo que significa para nosotros, especialmente los creyentes, la persona del Papa, como sucesor de Pedro y Vicario de Cristo en la tierra, por cuanto él viene en primer lugar, a confirmarnos en la fe recibida del Señor, en el contexto de la historia concreta que estamos viviendo.
El pasado domingo XXI del tiempo litúrgico, proclamamos y meditamos un privilegiado texto del evangelista Mateo (Mt 16,33-20) que nos permite conocer de primera mano, por parte del mismo Señor, la altísima misión confiada a Pedro y a sus sucesores, una vez el Apóstol, ante la pregunta del Señor “vosotros quien decís que soy yo”, afirmó sin titubeos, por inspiración del Padre: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Una auténtica y precisa confesión de fe. En efecto, la Iglesia en su discernimiento, desarrolla a partir del hecho narrado y compartido como experiencia vital de fe por la comunidad apostólica de los doce y sus sucesores, con Pedro a la cabeza, con la vivencia del Pueblo de Dios peregrino en la historia, un Magisterio que profundiza, explica y busca aplicar en la práctica personal y comunitaria lo que viene desde entonces. El catecismo de la Iglesia Católica, resume esto diciendo “Así como, por disposición del Señor, San Pedro y los demás apóstoles forman un único colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los obispos, sucesores de los apóstoles” (cf. # 880).
Pedro es la roca sobre la que el Señor quiere construir la Iglesia, en la que Cristo es la piedra angular, confiándole también una misión específica y una potestad, significada en la entrega de las llaves del reino de los cielos y la función de atar y desatar, es decir, de decidir en su nombre lo que atañe al bien supremo en la conducción y pastoreo del Pueblo de Dios que le ha confiado, como Pastor de toda la Iglesia y Vicario de Cristo. Él no lo hace sólo, sino presidiendo a todos los obispos o Colegio episcopal, en comunión con Él, expresando así también, la unidad en la diversidad del Pueblo de Dios presente y peregrino en las diversas partes de la tierra.
Por todas estas razones y explicaciones de nuestra fe en relación con el Santo Padre y su ministerio apostólico, tenemos la oportunidad de vivir con mayor intensidad y sentido, esta visita del Papa Francisco, con la experiencia de su cercanía como es tan característico en Él, sus gestos y palabras incidentes que especialmente nos hacen mirar hacia los pobres y excluidos, en apertura fraterna, con conocimiento bien informado de nuestra realidad y en actitud misionera. Su mensaje sobre la vida, la reconciliación y la paz, el valor singular de las vocaciones de consagración de la vida en la Iglesia y la responsabilidad frente a los derechos humanos, como ejes centrales de sus intervenciones proféticas, esperamos todos, caigan en buena tierra, como la semilla del Evangelio, en espera de los mejores frutos. ¡Bienvenido Santo Padre! Con mi fraterno saludo para todos.
+ Ismael Rueda Sierra
Arzobispo de Bucaramanga