Mié 21 Jul 2021
El valor de ser auténticamente pueblo
Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro - Reflexiones desde el pensamiento del Papa Francisco - Hoy, tomo del libro Soñemos juntos del Papa Francisco, apartes de su reflexión sobre la categoría “pueblo”.
El Papa aborda la necesidad de «recuperar nuestro sentido de pertenencia, de sabernos parte de un pueblo. Como primera medida, su punto de partida, en cuanto creyente, es que los discípulos de Jesús, la Iglesia, no somos una institución: fundamentalmente somos pueblo de Dios, lo que nos llama a estar unidos».
Qué significa ser “un pueblo”
Esta pregunta implica para el contexto actual, una oportunidad de ir a lo que debe ser el fondo de todas las inquietudes y aspiraciones de determinada comunidad humana.
Advirtiendo los riesgos que conlleva hablar de pueblo desde perspectivas populistas, el Santo Padre aclara que pueblo no es lo mismo que país, nación o Estado. Nos dice: «El pueblo es siempre el fruto de una síntesis, de un encuentro, de una fusión de elementos dispares que genera un todo superior a sus partes. Aun si tiene profundos desacuerdos y diferencias, un pueblo puede caminar inspirado por metas compartidas, y así crear futuro» (págs. 104-105).
Un pueblo «es más que la suma de los individuos […] es una realidad viva, fruto de un principio integrador compartido». Al pueblo no se le puede mirar solo desde la ciencia, sociología o análisis; sólo es posible, según el Sumo Pontífice, «aproximarnos a él desde la intuición, entrando en su espíritu, su corazón, su historia y su tradición».
Tentaciones que hieren la identidad de pueblo
Una tentación que señala el Papa es el elitismo, que «reduce y restringe las riquezas que el Señor puso en la tierra, convirtiéndolas en posesiones para ser explotadas por algunos en vez de dones para ser compartidos». Puede haber élites intelectuales, morales, religiosas, políticas, económicas o culturales. Esta tentación se supera apelando a la unidad en la diversidad. La lógica de élite genera exclusiones (y no pensemos en la “lucha de clases”); quien reivindica derechos de algún colectivo, puede terminar siendo excluyente con los demás.
Otra es la del individualismo. Según el Papa, es “autodestructiva”, pues genera asilamientos. Por ello invita como superación «a salir de mi “lagunita personal” y volcarme al ancho cauce del río de la realidad y del destino del que soy parte, pero que también va más allá de mí».
Dios y la dignidad de un pueblo
No hay que equivocarse, Dios no obstruye o anula al ser humano. El Papa recuerda la historia de la salvación: «Jesús le restaura la dignidad al pueblo con hechos y palabras que manifiestan la cercanía de Dios». Una fe auténtica convoca a la solidaridad y a la fraternidad: a la acogida.
+ Juan Carlos Cárdenas Toro
Obispo Diócesis de Pasto