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trabajo

Lun 5 Dic 2022

Se estrena en Colombia la comedia navideña “Tengamos la fiesta en paz”

Este primero de diciembre fue el estrene en las salas de cine colombianas de la película del cineasta católico Juan Manuel Cotelo, una comedia navideña titulada “Tengamos la fiesta en paz”. Se trata de la historia de un hogar en el que los tres hijos deciden castigar a sus padres, porque ambos han dañado la relación familiar al dedicarle más tiempo a sus trabajos. “Queridos Reyes Magos y querido Papá Noel: este año nos hemos portado muy mal, pero nuestros padres se han portado peor. Y por su propio bien, hemos tenido que castigarles”, escriben los tres niños en una carta. En el sitio web de la película, producida por Infinito +1, se recuerda que “el cine influye poderosamente en la construcción de valores individuales, familiares y sociales”. En ese sentido, “nosotros, conscientes de esa preciosa responsabilidad, deseamos contribuir de modo alegre en la defensa y promoción de la unidad familiar, para ofrecer esperanza a todas las familias. Amarse es posible... no es una utopía de épocas pasadas... es un reto en equipo, que merece la pena conquistar”. “Por eso, ‘Tengamos la fiesta en paz’ es una película divertida y optimista. Porque el buen humor ayuda a afrontar cualquier conflicto”, afirman sus realizadores. Asimismo, es musical “porque la música amansa a las fieras”, navideña porque “es la mayor fiesta familiar del año”. “Metamos a la Sagrada Familia en este lío”, concluyen. Salas de cine disponibles La comedia navideña “Tengamos la fiesta en paz” puede verse en Bogotá, Medellín, Cali, Chía, Soledad, Bucaramanga, Barrancabermeja, Manizales, Cartagena y Villavicencio, en las salas de Cinemas Procinal, Cinecolombia, Procinal y Cinépolis. Fuente: ACIPRENSA

Jue 30 Dic 2021

Presidente del episcopado propone escenarios para la construcción de paz

“Comenzamos el año 2022 y queremos vivirlo en paz. Hombres y mujeres que trabajamos por la paz”, estos son los deseos de monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, quien expresa al pueblo colombiano sus buenos deseos por un nuevo año lleno de felicidad. Monseñor Rueda Aparicio, al evocar el mensaje que el Papa Francisco presentó para la Jornada Mundial de la Paz 2022, recuerda tres escenarios que considera son los propicios en la construcción de un ambiente de paz duradera. Son ellos: la educación, el trabajo y el diálogo entre generaciones. La educación: Una educación para la paz, para el servicio y la fraternidad. El trabajo: Ojalá que todos los hombres y mujeres tengan un trabajo digno y que el lugar del trabajo sea realización de fraternidad y de solidaridad. El diálogoentre generaciones, niños jóvenes y adultos. Que vivimos la cultura de la escucha, del encuentro y del diálogo para que haya una paz verdadera en Cristo Jesús, el Señor. Finalmente, el prelado invita a todos los colombianos a esforzarse para tomar estas herramientas y asumirlas como propias en la construcción de un ambiente de paz.

Mar 21 Dic 2021

El Papa propone tres caminos hacia la paz: dialogo, educación y trabajo

Este 21 de diciembre fue dado a conocer el Mensaje del Santo Padre para la celebración de la 55 Jornada Mundial de la Paz, el próximo 1 de enero de 2022, en el que propone tres caminos para construir una paz duradera: el diálogo entre las generaciones; la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo; y el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. El clamor de los pobres y de la tierra imploran justicia y paz En su Mensaje, el Santo Padre comentando las palabras del profeta Isaías señala que, «todavía hoy el camino de la paz, que san Pablo VI denominó con el nuevo nombre de desarrollo integral, permanece desafortunadamente alejado de la vida real de muchos hombres y mujeres y, por tanto, de la familia humana, que está totalmente interconectada». A pesar de los numerosos esfuerzos encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones, señala el Papa, el ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos se amplifica, mientras se propagan enfermedades de proporciones pandémicas, se agravan los efectos del cambio climático y de la degradación del medioambiente, empeora la tragedia del hambre y la sed, y sigue dominando un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario. Tres caminos para construir una paz duradera En este sentido, el Papa Francisco indica que, en cada época, la paz es tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido. Existe, en efecto, una “arquitectura” de la paz, en la que intervienen las distintas instituciones de la sociedad, y existe un “artesanado” de la paz que nos involucra a cada uno de nosotros personalmente. Por ello, el Papa propone tres caminos para construir una paz duradera. En primer lugar, el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana. Estos tres elementos son esenciales para «la gestación de un pacto social», sin el cual todo proyecto de paz es insustancial. Diálogo entre generaciones para construir la paz Explicando el primer camino para conseguir la paz, el Santo Padre afirma que, en un mundo todavía atenazado por las garras de la pandemia, siempre hay una opción posible: el diálogo. El diálogo entre las generaciones. Y recuerda que, todo diálogo sincero, aunque no esté exento de una dialéctica justa y positiva, requiere siempre una confianza básica entre los interlocutores. Por eso, debemos recuperar esta confianza mutua. Además, el Pontífice recuerda que, dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos. Fomentar todo esto entre las generaciones significa labrar la dura y estéril tierra del conflicto y la exclusión para cultivar allí las semillas de una paz duradera y compartida. Los grandes retos sociales y los procesos de construcción de la paz no pueden prescindir del diálogo entre los depositarios de la memoria ―los mayores― y los continuadores de la historia ―los jóvenes―; tampoco pueden prescindir de la voluntad de cada uno de nosotros de dar cabida al otro, de no pretender ocupar todo el escenario persiguiendo los propios intereses inmediatos como si no hubiera pasado ni futuro. Si sabemos practicar este diálogo intergeneracional en medio de las dificultades, «podremos estar bien arraigados en el presente, y desde aquí frecuentar el pasado y el futuro: frecuentar el pasado, para aprender de la historia y para sanar las heridas que a veces nos condicionan; frecuentar el futuro, para alimentar el entusiasmo, hacer germinar sueños, suscitar profecías, hacer florecer esperanzas». La instrucción y la educación como motores de la paz Asimismo, el Santo Padre señala que, el segundo camino hacia la paz es la instrucción y la educación. «Estas constituyen los principales vectores de un desarrollo humano integral: hacen a la persona más libre y responsable, y son indispensables para la defensa y la promoción de la paz. En otras palabras, la instrucción y la educación son las bases de una sociedad cohesionada, civil, capaz de generar esperanza, riqueza y progreso». Por tanto, es oportuno y urgente que cuantos tienen responsabilidades de gobierno elaboren políticas económicas que prevean un cambio en la relación entre las inversiones públicas destinadas a la educación y los fondos reservados a los armamentos. Por otra parte, afirma el Papa Francisco la búsqueda de un proceso real de desarme internacional no puede sino causar grandes beneficios al desarrollo de pueblos y naciones, liberando recursos financieros que se empleen de manera más apropiada para la salud, la escuela, las infraestructuras y el cuidado del territorio, entre otros. Invertir en la instrucción y en la educación de las jóvenes generaciones es el camino principal que las conduce, por medio de una preparación específica, a ocupar de manera provechosa un lugar adecuado en el mundo del trabajo. Promover y asegurar el trabajo construye la paz El tercer camino indicado por el Santo Padre es promover y asegurar el trabajo. Ya que el trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien. En esta perspectiva marcadamente social, el trabajo es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más habitable y hermoso. Pero, la situación del mundo del trabajo, que ya estaba afrontando múltiples desafíos, se ha visto agravada por la pandemia de Covid-19. Millones de actividades económicas y productivas han quebrado; los trabajadores precarios son cada vez más vulnerables; muchos de aquellos que desarrollan servicios esenciales permanecen aún más ocultos a la conciencia pública y política; la instrucción a distancia ha provocado en muchos casos una regresión en el aprendizaje y en los programas educativos. El trabajo, en efecto, es la base sobre la cual se construyen en toda comunidad la justicia y la solidaridad. Por eso, «no debe buscarse que el progreso tecnológico reemplace cada vez más el trabajo humano, con lo cual la humanidad se dañaría a sí misma. El trabajo es una necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino de maduración, de desarrollo humano y de realización personal». Es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector. Avancemos con valentía y creatividad por estos tres caminos Finalmente, el Papa Francisco invita a unir los esfuerzos para salir de la pandemia, y renueva su gratitud a cuantos se han comprometido y continúan dedicándose con generosidad y responsabilidad a garantizar la instrucción, la seguridad y la tutela de los derechos, para ofrecer la atención médica, para facilitar el encuentro entre familiares y enfermos, para brindar ayuda económica a las personas indigentes o que han perdido el trabajo. «A los gobernantes y a cuantos tienen responsabilidades políticas y sociales, a los pastores y a los animadores de las comunidades eclesiales, como también a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, hago un llamamiento para que sigamos avanzando juntos con valentía y creatividad por estos tres caminos: el diálogo entre las generaciones, la educación y el trabajo». MENSAJE PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 2022[icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar AQUÍ[/icon] Fuente: Vatican News

Jue 18 Jun 2020

[Convocatoria] CEC requiere coordinador del área de contabilidad

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del Centro de Desarrollo Corporativo y Organizacional, convoca a los interesados en una vacante para el puesto de coordinador del área de contabilidad. FUNCIONES DEL CARGO - Coordinar preparación y elaboración de informes financieros. - Ejercer como contador público. - Acompañamiento al proceso de control interno. - Dar respuesta oportuna a los requerimientos realizados por los entes de control, revisoría fiscal y organismos directivos. - Elaborar presupuestos o traslados presupuestales, para la aprobación del Comité Económico. - Revisar y aprobar todos los asientos contables y velar por la autenticidad de los documentos contables como recibos de caja, comprobantes de egreso, consignaciones, facturas de crédito y contado, notas de contabilidad, notas de traslado, entradas de almacén, conciliaciones bancarias. - Proyectar los flujos de caja para programar ingresos y egresos. - Controlar los activos fijos de la CEC en lo referido al manejo contable. - Controlar la liquidación y registro mensual de la nómina. - Coordinar y supervisar la elaboración y presentación de las declaraciones de impuestos (IVA, Rete Fuente, Ica, Rete Ica, Ingresos y Patrimonio, Información Exógena e impuesto predial). - Apoyar el proceso de contratación referente a afiliaciones a la seguridad social y al sistema bancario, cuando se requiera. PERFIL Profesional en Contaduría pública con tarjeta profesional vigente. Preferiblemente con especialización en tema tributario. Con mínimo 5 años demostrable en: Registros contables y tributarios, estados financieros, respuesta ante entes de control, procedimientos financieros, conciliaciones bancarias, liquidaciones y prestaciones sociales. CONDICIONES CONTRACTUALES - Ubicación del puesto: en Bogotá - Horario de lunes a viernes de 8:00 a.m. A 5:00 pm. - El titular del cargo será empleado por la Conferencia Episcopal de Colombia bajo un contrato regido por la legislación laboral Colombiana Laboral a término fijo inferior a un año, contrato que tiene vigencia de tres (3) meses. - Reportará al Director Financiero y Ecónomo de la Conferencia Episcopal de Colombia. - Salario básico mensual a convenir de acuerdo con el cumplimiento del perfil solicitado: experiencia y formación académica. CRONOGRAMA DEL PROCESO DE SELECCIÓN Los candidatos deberán enviar su hoja de vida, y diligenciar el formato anexo “HVCEC”, y su portafolio en el mismo correo, especificando el cargo: CONVOCATORIA No. 021 – Coordinador del Área de Contabilidad, al correo convocatoriascec@cec.org.co Fecha de Envío de hojas de vida: del 23 al 26 de junio de 2020 Fecha de proceso y pruebas: del 01 al 03 de julio de 2020 [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar convocatoria I Formato Hoja de vida CEC[/icon]

Lun 18 Jul 2016

Plegaria de un Mensajero

Por: Mons. Gonzalo Restrepo - En mi vida me has elegido Señor para ser mensajero. Todos los días tengo que recorrer, casi siempre, el mismo camino, porque tengo unas rutas muy bien definidas. Cuando inicié mi trabajo me parecía difícil y muchas veces me equivocaba, pero ahora, después del tiempo de experiencia que tengo, ya me conozco el recorrido como la palma de mis manos y lo hago con mucha agilidad y rapidez. Gracias Señor por el trabajo que me proporcionas. Para muchos podrá ser un trabajo insignificante y sin importancia; pero, para mí, es un trabajo muy importante y de gran responsabilidad. En la bolsa de manila que llevo y traigo, allí transporto sobres y carpetas, cartas y comunicados, mensajes y encomiendas que tienen un gran interés para quien los envía y para quien los espera y los recibe. Ellos han puesto su confianza en mí y yo quiero responderles con mi trabajo, con mi seriedad y con el cumplimiento de mi deber. Puedo percibir la alegría o la expectativa de las personas que reciben la correspondencia que les llevo. En ocasiones me encuentro con rostros tristes y desesperanzados, no llegó lo que esperaban o llegó una noticia inesperada, sorpresiva y nada agradable. Tengo momentos de cansancio y de pereza por la rutina de hacer todos los días el mismo papel. Algunas veces me ofusco por las carreras que llevo y la poca respuesta que encuentro en quienes tienen que recibir el correo. Tengo días que no quiero saludar a nadie, ni siquiera a mis compañeros, pero Tú me colocas en el camino rostros y personas tan llenas de ti, tan alegres y desprevenidas, tan sinceras y serviciales, tan decentes y buscadoras del bien y de lo mejor, que no tengo más que cambiar. Gracias Señor por todas las personas que me envías y que encuentro en mi camino; en su mirada encuentro tu mirada, su sonrisa es un llamado para vencer mi malhumorada cara, su decencia me invita ser decente con todos, su respeto me inclina a tratar a todos con respeto. Señor, dame la fuerza para realizar de la mejor manera mi trabajo. Hacer mis recorridos con alegría y con sentido de servicio y entrega. Saludar siempre con amabilidad, superar mi tristeza y desánimo, respetar a todos, ser eficiente y prudente, que no indisponga a nadie con mis palabras ni con mis actitudes. Señor, ayúdame a ser mensajero de paz, de bondad, de justicia, de unidad y solidaridad, para que todos los hombres lleguemos a ser lo que tenemos que ser: hermanos. Que yo ponga un buen ambiente en mi trabajo, que evite comentarios en contra de mis compañeros, que sea capaz de comprender la incapacidad de los demás, que no me sienta el más importante y el que mejor hago todo, rebajando o minusvalorando a los demás; Señor, que yo te refleje a ti y pueda descubrir tu rostro y tu presencia en todos los demás. Este día te lo entrego para que hagas de mí lo que quieras. Te pido que siempre me acompañes y que en mis recorridos tú vayas de mi mano para que me protejas de todo mal y me señales el camino de la luz, de la esperanza y del verdadero amor. Y cuando termine la jornada, pueda decirte reconfortado y satisfecho: he terminado mi labor este día, me has hecho crecer y ganar como persona, he sentido tu presencia y compañía. Ahora, Señor, regreso a mi hogar para encontrarme con los míos, los que tú me regalaste, y en la paz hogareña y en el silencio de la noche, dedicarme al descanso para mañana regresar nuevamente a mi trabajo. + Gonzalo Restrepo Restrepo Arzobispo de Manizales