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violencia en buenaventura

Mar 23 Sep 2025

Obispo de Buenaventura reclama acción estatal ante hechos violentos: "Un pueblo se está muriendo en baños de sangre"

En medio de la ola de violencia que ha encendido nuevamente las alarmas en el Distrito Especial, el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, envió un contundente mensaje en el que pide al Gobierno Nacional cumplir sus promesas de seguridad con los bonaverenses, para que no se sigan “muriendo en baños de sangre”.El pronunciamiento del prelado se da en un contexto crítico para la ciudad portuaria. De acuerdo con la Personería Distrital, en lo que va del 2025 se han registrado más de 100 homicidios, atribuidos principalmente a la acción de grupos armados, bandas criminales, disidencias de las Farc y carteles mexicanos. Este clima de terror se evidenció claramente con el asesinato de Alan Josué Valencia Cuero, un estudiante y líder social de 17 años de edad, abatido la tarde del 11 de septiembre en el barrio Los Pinos.La situación ha generado tal zozobra que instituciones públicas como la Universidad del Valle y la Universidad del Pacífico suspendieron las clases presenciales nocturnas durante la semana del 22 al 27 de septiembre, una medida que refleja el temor instaurado también por amenazas circulantes en redes sociales contra quienes transiten por las calles en la noche.Un mensaje de fe y una exigencia firmeFrente a este panorama, el pronunciamiento de monseñor Jaramillo Montoya recuerda que, aunque “construir la Iglesia es construir esperanza”, ante las circunstancias actuales, especialmente con la pérdida de tantos jóvenes, hay un reclamo social y político que no se puede dejar pasar:“Es el momento para unirnos y poner la esperanza en Dios, pero también la exigencia en un gobierno nacional que no cumple sus promesas y que no acude a salvar a un pueblo que se está muriendo en los baños de sangre de nuestros jóvenes”, afirmó el obispo con enfática gravedad, dando voz al sentir de una comunidad que clama por décadas contra la indiferencia y la impunidad.Un llamado a la paz en medio del temorEl prelado concluyó su mensaje pidiendo a Dios “fortaleza y luz en estos momentos difíciles”. En su mensaje, recurrió a las palabras del Salmo 23: “Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo”. Agregó una plegaria: “Para que el Señor pare los corazones violentos, cese tanta violencia y nos dé su paz”.Vea el pronunciamiento a continuación:

Mié 10 Feb 2021

Iglesia en Buenaventura invita a la “gran cadena humana por la paz”

La crítica realidad en violación de derechos humanos que se evidencia en estos momentos en la ciudad de Buenaventura han hecho que la Iglesia católica, una vez más, siente su voz para hacer un llamado de SOS. Razón de ello ha convocado para hoy 10 de febrero, a las 10:00 a.m., a la “Gran cadena humana por la paz de Buenaventura”. El obispo Rubén Darío Jaramillo Montoya ha informado que estará haciendo un recorrido por la ciudad en un carro de bomberos, desde donde bendecirá a todos los habitantes de esta ciudad portuaria. "Queremos unirnos con toda la comunidad, con todos los fieles y con todo Buenaventura, para juntarnos de la mano en una gran cadena y decirle no a los violentos, para decir sí a la paz (…) Queremos desde el carro de bomberos bendecir este puerto, pedir la bendición de Dios sobre todos nosotros. ¡Que Dios bendiga a Buenaventura!", asintió. Contexto de esta realidad El obispo, en una entrevista concedida a la oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal, explica como Buenaventura, por su ubicación estratégica, viene siendo muy atractiva para los comerciantes, industriales y exportadores; pero, también resalta, para los delincuentes. Denuncia que el origen de la mayoría de hurtos, homicidios, extorsiones, robos y desplazamientos que se registran en elmunicipio se deben a la disputa entre los grupos delincuenciales por el control del tráfico de estupefacientes. “Por aquí se sacan las economías ilegales como el oro, la madera, entre otros, pero también entran las armas, el comercio de dólares falsos y todos estos elementos que destruyen a la comunidad, estamos al margen del país, es una zona supremamente pobre, donde las bandas delincuenciales se han tomado la ciudad, ellos ponen la autoridad en los barrios, reclaman extorsión todos los días, todo el mundo nos encontramos secuestrados en estos barrios a lo que ellos decidan”, expone el prelado. Ha evidenciado una realidad en la que observa la falta de servicios públicos, ausencia de educación competitiva, oportunidades laborales, espacios deportivos, acceso a la tecnología, cámaras de seguridad, inteligencia militar, entre otros, frente a este panorama llama la atención del Gobierno nacional y local para que realicen una intervención integral y vean esta problemática en un contexto más amplio. Finalmente, el obispo invitó para que todos los colombianos volquen su mirada hacia estos territorios abandonados y se “pongan la camiseta de Buenaventura”.