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Actualidad

Mié 4 Oct 2023

La Iglesia colombiana en la Asamblea General del Sínodo: primeros momentos, imágenes y voces

En la mañana de este miércoles 4 de octubre, con una Santa Misa a la que asistieron miles de feligreses, presidida en la Plaza de San Pedro por el papa Francisco en compañía de los miembros del Colegio Cardenalicio, entre ellos, el señor cardenal Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, se dio apertura a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Este encuentro marca el inicio de la etapa universal del camino de comunión, participación y misión en el que, desde la convocatoria del papa Francisco en 2021, la Iglesia ha venido trabajando a nivel local y continental.Esta asamblea acoge en la Ciudad del Vaticano a 365 miembros de la Iglesia, provenientes de los cinco continentes, que estarán orando, discerniendo y trabajando hasta el 29 de octubre en esta primera etapa. El segundo momento se desarrollará en octubre de 2024, fecha en la que se tendrá una síntesis final con orientaciones producto de todo el proceso, que serán recogidas por el pontífice.Entre estos participantes, hay cinco colombianos. Además del señor Cardenal, están presentes monseñor Ricardo Tobón (arzobispo de Medellín), monseñor José Miguel Gómez, (arzobispo de Manizales), monseñor Juan Usma (miembro del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) y la hermana Gloria Liliana Franco (presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos).Tanto en la Eucaristía, como en la instalación del encuentro, el Santo Padre recordó de diversas maneras a participantes y, en general, a todos los fieles, que el sínodo no es un parlamento sino un proceso que se da a partir del caminar bajo la presencia del Espíritu Santo, origen de la armonía. En él, reafirmó el Santo Padre, la escucha es fundamental. Además, pidió humildad, caridad y oración.Conozca los demás detalles en el informe especial presentado a continuación desde Roma:

Mar 3 Oct 2023

El Cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal tomó posesión de su parroquia en Roma: Santa Dorotea

En la tarde de este martes 3 de octubre, en Roma (Italia), en un sector tan colorido y popular como el emblemático centro histórico de Cartagena de Indias, en Colombia, conocido como el barrio Trastévere, el señor Cardenal Jorge Enrique Jiménez, arzobispo emérito de Cartagena, tomó posesión de la Parroquia Santa Dorotea, Iglesia que le asignó el papa Francisco desde agosto de 2022, cuando lo creó Cardenal presbítero.A partir de este momento, oficialmente y con el título cardenalicio que le entregó el Santo Padre haciéndolo parte de la Diócesis de Roma, el purpurado colombiano se convierte en párroco titular de este hermoso templo administrado por la comunidad de los Hermanos Menores Conventuales fundada por San Francisco de Asís, quien murió justamente el 3 de octubre de 1226.Durante la celebración litúrgica, el párroco realizó la presentación oficial del señor Cardenal a todos los fieles presentes; destacó también que esta comunidad parroquial presenta una amplia diversidad étnica y cultural. Posteriormente, dieron lectura al decreto de titularidad de la parroquia y después de la Eucaristía presidida por el purpurado, en el altar, se firmó la toma de posesión entre Su Eminencia y el párroco con varios miembros de la comunidad como testigos.En su homilía, el purpurado, además de expresar su gratitud al Santo Padre y a todos los presentes, manifestó su alegría de ser parte de esta parroquia y poder, a través de esto, dar continuidad a su servicio pastoral estrechando aún más su unión con el Santo Padre. Además, destacó las virtudes y enseñanzas de Santa Dorotea, patrona del templo y de San Francisco de Asís, fundador de los frailes allí presentes.Aunque con este título el señor Cardenal no se involucra directamente la gestión cotidiana de la parroquia, sino que representa un rol más simbólico y de reconocimiento, este acto de posesión lo conecta de manera especial con la Iglesia romana.En la celebración estuvieron acompañándolo el cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de Caracas (Venezuela); y monseñor Francesco Vittorio Viola, Secretario del Dicasterio para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, ambos muy cercanos al Cardenal colombiano. Además, estuvieron presente monseñor HumbertoGonzález Franco, presbítero colombiano, miembro de laPontificia Comisión para América Latina, y dos sacerdotes de la Arquidiócesis de Cartagena.

Mar 3 Oct 2023

Iglesia en Cartagena dio un paso adelante en la prevención de abusos

La Arquidiócesis de Cartagena dio un paso adelante en su compromiso con la protección y el bienestar de los niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables en la Iglesia Católica.“Cuidar es Amar”: este el lema que inspira la importante misión que desarrollará dicha jurisdicción eclesiástica desde esta nueva área. Más que un espacio físico, se convierte en un eje prioritario de su trabajo, desde el cual se buscará fomentar entre todos sus miembros una Iglesia que cuida, custodia, protege, acompaña a su comunidad y que trabaja por formar apóstoles del cuidado.Implementar estrategias para prevenir los abusos y brindar apoyo psicosocial a niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables en cualquier entorno relacionado con la Iglesia en Cartagena: estos serán dos de las principales dimensiones de este trabajo. Para ello, según han expresado, buscarán implementar políticas, protocolos y procedimientos alineados con las directrices de la Conferencia Episcopal de Colombia en el marco de un Sistema para la Cultura del Cuidado.De manera concreta, Mirma Cerra De La Cruz, la psicóloga que estará directamente encargada de la oficina para la Cultura del Cuidado, destaca que el trabajo desde allí se proyectará en cuatro dimensiones: prevención a través de formación en las instituciones educativas y eclesiásticas, detección de los casos que pueden ser reportados por la comunidad a través de diversos canales, atención terapéutica y reparación integral.La Arquidiócesis de Cartagena, como provincia eclesiástica, buscará también trabajar en articulación con otras diócesis de la región para garantizar la seguridad y el bienestar de todas las comunidades. Esto, inspirado en la iniciativa de la Conferencia Episcopal de Colombia denominada “Iglesias Particulares Seguras y Protectoras” entre los meses de mayo y junio, que permitió realizar varias jornadas de formación en algunas de las jurisdicciones que la confirman.El Vicario General de la Arquidiócesis de Cartagena, padre Richard Nieto, dio a conocer que el próximo mes “se llevarán a cabo encuentros formativos en diferentes ambientes eclesiales de la Arquidiócesis de Cartagena y asesorías a unidades de servicio, contextualizando a toda la comunidad arquidiocesana y trazando rutas para identificar y trabajar en estrategias de cuidado y el autocuidado”.El padre Nieto subraya también la importancia de esta Cultura del Cuidado para proteger a todas las personas que trabajan en la Arquidiócesis de Cartagena “cuidarnos los unos a los otros y caminar en esperanza”.La Oficina para la cultura del cuidado ofrece atención telefónica, presencial, virtual y anónima.Vía telefónica o WhatsApp: 315-3380 337Vía electrónica: culturadelcuidado@arquicartagena.orgRadicación de quejas o denuncias escritas: en información de la curia arzobispal de Cartagena de lunes a viernes de 8-1pm y de 2 a 4 pm.La atención presencial se realiza de lunes a viernes desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p. m en la oficina ubicada en el segundo piso de la Curia Arquidiocesana, Centro Histórico (carrera 5#34-55).

Lun 2 Oct 2023

Santuarios de Colombia: protagonistas en la preparación del Jubileo de la Esperanza 2025

Entre el 26 y el 28 de septiembre, 46 sacerdotes que lideran diversos santuarios en el país, se reunieron en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia para participar en un encuentro que permitió identificar el rol crucial que cumplen estos importantes centros de culto en la tarea evangelizadora de la Iglesia.El Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) fue el encargado de convocar y liderar la realización del espacio. De acuerdo con su director, el P. Jairo Ramírez, este espacio fue clave en el contexto de la preparación desde la oración para el Jubileo de la Esperanza que se llevará a cabo en 2025.Cada uno de los tres días de reunión acogió una ponencia central. La primera de ellas estuvo a cargo del padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina del SPEC, quien la tituló: “Los Santuarios como promotores de evangelización permanente”.La segunda ponencia abordó los aspectos fundamentales del peregrinar religioso en los santuarios y estuvo a cargo de monseñor Mauricio Rueda Beltz, Nuncio Apostólico en Costa de Marfil, quien estuvo presente en el evento antes de su viaje al país africano el próximo 15 de octubre.Sobre su intervención, el señor Nuncio remarcó tres elementos: “El primero es la oración personal y el silencio interior, también a través de la oración litúrgica de la Iglesia que cada santuario le proporciona; en el segundo, el peregrino, mediante la caridad en el santuario, cuya mayor expresión es el sacramento de la misericordia y el perdón con los que logra también ese encuentro transformador; y en tercer lugar, a través de la piedad popular, el “tacto de Dios” se logra igualmente esa transformación de su corazón”.Para cerrar el espacio, se llevó a cabo la tercera exposición titulada “la administración de los recursos económicos de los santuarios”. Esta conferencia fue dirigida por el padre Oscar Martínez, Sacerdote redentorista y por el padre Ramiro Bustamante, rector del Santuario del Señor de los Milagros de Buga.Este encuentro fue tan formativo, como vivencial, pues los rectores también compartieron espacios de oración y de peregrinación hacia el Santuario del Divino Niño y de la Basílica Nuestra Señora de Lourdes de la ciudad de Bogotá.Por su parte, Luis Carlos Gavilán, rector del Santuario de Nuestra Señora del Rosario de las Lajas en Ipiales (Nariño), comentó que “este encuentro fortalece los lazos entre los responsables de los santuarios, y esto permite reflexionar sobre el papel fundamental que se desempeña en la tarea de la nueva evangelización”.

Lun 2 Oct 2023

“Nuestra vida no es una idea...Nuestra vida es un camino”: Sr. Cardenal Luis José Rueda en su primera Eucaristía

Este domingo, 1 de octubre, en la Capilla del Santísimo de la emblemática Basílica de San Pedro, el señor Cardenal Luis José Rueda Aparicio presidió su primera Eucaristía bajo este nuevo rol de servicio y liderazgo en la Iglesia Universal. El purpurado ofreció la celebración por el inicio del mes de las misiones.Durante esta Santa Misa monseñor Rueda estuvo acompañado por sus familiares, algunos miembros del clero de la Arquidiócesis de Bogotá que asistieron al consistorio, así como por sacerdotes y religiosas de otras jurisdicciones eclesiásticas que se encuentran estudiando en Roma.Además, seis de sus hermanos en el episcopado también estuvieron allí, celebrando junto a él y manifestándole, una vez más, su fraternidad y cercanía en este momento especial. Se trata específicamente de monseñor Ismael Rueda, arzobispo de Bucaramanga, monseñor Germán Medina, obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Pedro Salamanca, obispo de Facatativá, monseñor Luis Augusto Campos, obispo de Socorro y San Gil y monseñor Ramón Alberto Rolón, obispo de Montería.Durante su homilía, el purpurado puntualizó tres aspectos fundamentales:1. Para tener nosotros una relación viva con el padre celestial como hijos e hijas, debemos parecernos a Cristo, tener los sentimientos de él y vivir todos los días en una búsqueda permanente para obrar y pensar cómo él.2. Debemos pedirle a Dios que nos enseñe sus caminos. Sobre esto expresó: “Nuestra vida no es una idea, nuestra vida no es una definición teórica, nuestra vida es un camino…No permitas Señor que yo me equivoque de camino”.3. Recordó los mensajes que les dio a conocer el Santo Padre el pasado sábado 30 de septiembre durante el consistorio en horas de la mañana y, posteriormente, en la Vigilia Ecuménica "Together" celebrada también en la Plaza de San Pedro.El papa Francisco pidió a los cardenales y, a través de ellos a todo el Pueblo Fiel de Dios, ser como una orquesta sinfónica que interpreta una melodía única a pesar de las diferencias de instrumentos y músicos. Para lograrlo, dijo el Cardenal, es necesario no comparar, sino articular.En la tarde, durante la vigilia, el pontífice habló sobre la importancia del silencio para recibir las mociones del espíritu. "Debemos cultivar el silencio, escuchar al otro requiere silencio, escuchar la voz de Dios y escucharnos a nosotros también. En un mundo de ruidos, de frenesí, de quejas, de reclamos, es necesario estar en silencio para poder pasar a la gratitud de la vida", puntualizó el purpurado.Además, agradeció los signos de fraternidad espiritual quienes lo han acompañado. Dijo que estos han sido una expresión de la fraternidad de toda la Iglesia colombiana.Posteriormente, al terminar la celebración, el presidente del episcopado colombiano estuvo compartiendo en la Basílica con algunos de los fieles y turistas presentes allí que, de manera especial, al verlo, quisieron saludarlo y pedir su bendición.

Sáb 30 Sep 2023

Los detalles, testimonios y mejores momentos de la creación de monseñor Luis José Rueda como Cardenal: informe especial desde el Vaticano

Durante el noveno Consistorio Ordinario Público celebrado por el papa Francisco en la mañana romana de este sábado 30 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, y con cientos de obispos, presbíteros, religiosas, religiosos, fieles laicos, turistas y periodistas como testigos, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia fue creado cardenal de la Iglesia Católica Universal, el número once en la historia de nuestro país.El primado de Colombia, al igual que sus otros 20 hermanos en la fe quienes también vivieron en Rito del Consistorio hoy (18 electores y 3 no electores por edad), estará aún más unido con el Sucesor de Pedro y ha sido llamado a cooperar directamente con él. Entró a ser parte del clero romano y con su título recibió la asignación de la Parroquia San Lucas, donde más adelante deberá tomar posesión.Durante su alocución en la ceremonia, el Santo Padre le pidió al Colegio Cardenalicio con sus nuevos inrtegrantes parecerse a una orquesta sinfónica, una Iglesia que debe representar la sinfonía y sinodalidad, en medio de la diversidad. Esto, de acuerdo con el pontífice, exige tener cada mes más una actitud y disposición a la escucha y la creatividad.En su mensaje el Papa también les pidió ser evangelizadores evangelizados y no funcionarios. "Somos evangelizadores en la medida que conservamos en el corazón el asombro y la gratitud de haber sido evangelizados; más aún, de ser evangelizados, porque en realidad se trata de un don siempre actual, que requiere ser renovado continuamente en la memoria y en la fe", anotó.Para el nuevo Cardenal colombiano, este momento ha sido muy especial, aún más porque le ha permitido recordar diversos momentos y personas especiales que han pasado por su vida durante sus 34 años de presbiterio.La alegría de la Iglesia colombiana por este momento ha sido tan evidente dentro de Colombia como fuera de ella, una dicha compartida desde la fe, y así lo ha sentido el purpurado con cada mensaje y expresión de fraternidad. Desde que se enteró de su designación el pasado 9 de julio tras el rezo del Ángelus en el mismo lugar que hoy fue escenario de este momento memorable, ha insistido en que este título no se trata de él sino de todo el país, que no es Cardenal por sí solo y que esto debe representar esperanza para seguir trabajando juntos, como hermanos, en la búsqueda de la paz y la reconciliación en el país.En la Ciudad del Vaticano, se sintió esta misma emoción, cientos de colombianos se hicieron notar durante la ceremonia y, posteriormente, cuando pudieron saludar personalmente al Cardenal y pedir su bendición, lo manifestaron.Desde la Conferencia Episcopal de Colombia, presentamos un informe audiovisual especial de esta jornada. Vea lo que dice el Cardenal sobre cómo la vivió y lo que sigue en su misión:Sínodo de los Obispos

Jue 28 Sep 2023

“Uno sigue siendo el ser humano pequeño, frágil, que sufre, que se equivoca”: Mons. Rueda Aparicio

Antes de viajar a Roma para ser creado cardenal de la Iglesia Católica Universal por el papa Francisco el próximo sábado 30 de septiembre, en una conversación tan sencilla como su esencia misma, monseñor Luis José Rueda Aparicio, compartió detalles de su historia de vida con el equipo de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, organismo que preside desde el año 2021.“La cuestión es que cuando lo eligen a uno cardenal, generalmente la figura es muy superficial. Miran desde afuera, se les olvida que los miembros de la Iglesia somos seres humanos de carne y hueso, que nacimos en una familia”, inicia afirmando el prelado.Durante la conversación, el arzobispo santandereano narró detalles que hasta hoy han sido poco conocidos públicamente. Algunos muy íntimos, otros, familiares y los demás, asociados a su camino pastoral. Todos dan cuenta de cómo ha influido su origen humilde, el ejemplo y amor de su familia, lo que ha aprendido de sus hermanos en la fe, las realidades de las tres jurisdicciones eclesiásticas que ha pastoreado y sus convicciones éticas y sociales, en quien es hoy.“A la Iglesia le debo todo”Con convicción y gratitud profunda monseñor Luis José, bautizado a los 15 días de nacido, como sus otros 11 hermanos, afirma que a la Iglesia le debe todo. Sin embargo, hace una precisión: “A la Iglesia pueblo de Dios, no a la Iglesia solamente “jerarquía”. Porque cuando se habla de la Iglesia unos piensan en los obispos, en el Papa, en los sacerdotes, y se les olvida que papá y mamá, que los hermanos laicos, que los casados, que los sobrinos, las sobrinas, son Iglesia”.El primado de Colombia cuenta, por ejemplo, que gracias a Dios, a través de uno de los sacerdotes de su tierra natal, para quien su padre trabajó en la construcción de un templo, él y su familia, lograron tener casa propia.“¿Cuál es la historia? En San Gil, hasta 1950, solamente había una parroquia. Pero en esa década ya empezó San Gil a crecer un poquito más, entonces el obispo de ese tiempo dice: “Nos toca crear otra parroquia” y un donante dice “yo”, y donó un terreno y otro donante donó otro terreno. Entonces el párroco de ese tiempo se ve en el dilema de no rechazar a los dos donantes y los dos lotes buenos para ser parroquia”, cuenta el pastor.“Optó por uno y se la jugó por otra medida”-continúa explicando-, “dijo entonces al otro donante: “Allá en el lote que nos donó, no vamos a construir el templo, pero vamos a construir siete casas. En el templo duraron más de cinco años construyendo el templo y mi papá, que trabajaba en construcción, Luis Emilio, trabajó todos los años””.Cuenta después que sorpresivamente y con una especie de “responsabilidad social eclesial”, el sacerdote terminó asignándoles con escritura cada una de esas casas a siete de los trabajadores que permanecieron siempre en la obra. “Por eso tenemos casa propia”, puntualiza monseñor. Casa que aún conservan como patrimonio familiar, que visita y en la que comparte con los suyos cada vez que su ministerio se lo permite.Sobre su infancia, hay detalles muy especiales en el relato. “Los vecinos del barrio, los que me conocen en San Gil saben que no era un ángel, que era normal, tampoco era un vago porque trabajábamos mucho, pero pero éramos normales, sin pretender santidades que no existen. Pero algo sí era muy importante: todo los domingos, misa y comunión”, comenta monseñor.Uno de los 21 nuevos cardenales que tendrá próximamente la Iglesia, el hijo de Luis Emilio y Socorro, junto a sus hermanos y como seguramente muchos otros de su época, llegaba a acuerdos con su padre para participar de la Eucaristía dominical: “Llegó la adolescencia y nosotros le negociábamos a mi papá: no vamos a la misa de diez porque nos corta la mañana, no vamos en la noche porque en la noche es mejor ir con las amigas. Entonces más bien, madrugamos a Misa y salimos de eso. Era la forma de decirle a mi papá y él decía “listo entonces, pero van a misa y comulgan. Y esa era nuestra tarea”.Ese adolescente también experimentó su vida afectiva. Vivió desde el inicio del bachillerato y durante seis años, una relación muy especial con Nancy, una joven a la que quiso mucho y con quien compartía, entre otros, su gusto por jugar ping pong durante largas horas. Además, es seguidor del fútbol (hincha del Atlético Bucaramanga, por cierto), aprendió de construcción gracias a su padre y de metalistería gracias a su colegio, derramó lágrimas durante su servicio militar obligatorio del que fue “rescatado” por su madre en La Guajira y más adelante, se vinculó al laboratorio de una cementera.“Yo pasaba de la empresa la casa por un templo donde está el cementerio de San Gil y yo entraba a rezar un ratico con mi uniforme, con mi overol y yo veía al Cristo, era un Cristo crucificado, pero con los ojos abiertos. Hasta ahora entiendo que era un Cristo agonizante, no estaba muerto, no es un Cristo con los ojos abiertos. Yo decía: pero, ¿Él está muerto o está vivo? Porque tiene los ojos abiertos. Y me impresionaba mucho y eso se me fue metiendo, hasta que un día le dije a ella: yo quiero ser sacerdote”.A monseñor Rueda le costó entender su vocación por esa “extraña” manera en que sintió el llamado a los 19 años de edad. En aquella época hasta llegó a pensar que ingresar al seminario podía ser una especie de traición a Nancy, con quien seguía compartiendo; también a su familia, pues él aportaba para el sostenimiento de su casa, ya su padre estaba enfermo, irse limitaba por completo sus posibilidades de seguirlo haciendo.Tomar la decisión de iniciar su vida sacerdotal fue una reto, pero lograr que le creyeran y poder ingresar al Seminario Conciliar San Carlos de San Gil, significó uno mayor. Aunque su padre lo había animado a dar el primer paso para empezar ese camino, advirtiéndole que debía hacerlo bien, varias pruebas se le cruzaron en él, entre ellas, lograr que algún sacerdote le diera una especie de “carta de recomendación”.“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo?”“Yo quiero ser sacerdote. ¿Pero eso cómo es, señor obispo? ¿Entonces él se rió, me atendió, era una persona muy seria, muy respetuoso y me dijo Usted tiene novia? Yo dije Sí, le digo que sí. Me dice váyase, no sé cómo será eso. ¿Y yo le dije no, así como tal, no? Y entonces él me dijo: Es bueno que consiga una amiga, que usted experimente su afectividad, que interactúe con ella. Salí aburrido de ese diálogo, debí haberle dicho la verdad a monseñor Víctor”, cuenta, con cierta emotividad, el hoy presidente del episcopado colombiano, al referirse a su primera conversación con monseñor Victor López Forero, el arzobispo emérito de Bucaramanga, en ese tiempo…,quien precisamente el pasado 23 de septiembre partió a la casa del Señor.Aunque finalmente consiguió esa carta con el capellán del Colegio Nacional San José de Guanentá Integrado de San Gil, uno de los cinco por los que pasó porque, coincidencialmente, los cerraban o se trasladaba. Él mismo cuenta que no fue realmente activo a nivel de vida parroquial. Aunque la Misa de los domingos y el rezo del Santo Rosario en su hogar, eran sagrados, no fue de participar activamente en comunidades ni grupos. De hecho, recuerda que en esa exploración, una de las primeras cosas que hizo fue ir a una convivencia vocacional y no le gustó.“Uno aprende a ser cura con la gente”Finalmente monseñor Luis José ingresó al seminario, disfrutó de su proceso y tras terminarlo, a los 27 años de edad, fue enviado por monseñor Leonardo Gómez Serna, a una parroquia rural en una localidad llamada Albania que en ese tiempo pertenecía a la Diócesis de Socorro y San Gil y estaba ubicada a siete horas de San Gil.“Quiero advertirle que de allí se han retirado cuatro sacerdotes por distintos motivos. Uno por el alcoholismo, otro porque se enredó con una dama, pero yo confío en usted y está listo”, le dijo monseñor Gómez Serna al Luis José Rueda de aquella época, aún inexperto, que jamás llegó si quiera a sospechar la misión que el Santo Padre le encomendaría hoy. “Y me di cuenta de una cosa que uno en el seminario aprende la teoría, pero que uno aprende a ser cura con la gente”, agregó con firmeza el cardenal electo.Hoy, 33 años después de ordenado, recuerda con cariño pero también con cierta sorpresa su camino episcopal. Tres jurisdicciones pastoreadas en regiones muy distintas, un periodo en la presidencia del episcopado que terminará en julio del 2024 junto a sus hermanos monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos y Luis Manuel Alí Herrera, vicepresidente y secretario general de la Conferencia, respectivamente. Ademas, una gran cantidad y diversidad de lugares y personas que ha podido conocer, desde los más humildes y necesitados, hasta las personalidades más destacadas de la vida social y política del país.“Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”Aunque significó una alegría muy grande para sus coterráneos, la noticia de que el papa Benedicto XVI lo había nombrado obispo de la Diócesis de Montelíbanofue toda una sorpresa, no solo para él sino también para su familia.“El día que avisaron que iba a ser obispo yo ya sabía, pero toca guardarlo en secreto. Y uno está ahí, como con “el entre pecho y espalda”, con ese secreto. Cuando ya se supo, hubo mucha alegría en la familia y en San Gil. Solo en la tarde pude ir a comer con mi madre y le dije, Y ella dijo: “Yo pensé que los obispos eran de familias ricas”. Fue la expresión que nunca se me olvida”, narró monseñor.El prelado partió hacia esta Iglesia particular en Córdoba, región que no conocía, en la que tuvo que acompañar durante seis años a las comunidades en medio de complejos retos del contexto social por cuenta de situaciones asociadas al conflicto armado, pero a la que quiso mucho.“Yo aprendí a ser obispo con los sacerdotes”“Estando allá, cambia la ruta porque renuncia Benedicto y nombran a Francisco, y Francisco me pasó a Popayán y yo llegué a ser Arzobispo de Popayán. Eso es una cosa muy grande, pero uno sigue siendo el ser humano pequeño, el ser humano frágil, el ser humano que sufre, que se equivoca”, afirma monseñor.Al conocer y celebrar la Eucaristía en todas sus parroquias, monseñor Luis José se enamoró del Cauca, de su gente, su cultura y su geografía. Sin embargo, no había cumplido los dos años aún y es notificado en mayo de 2018, a través de monseñor Luis Mariano Montemayor, nuncio apostólico en Colombia durante esta época, que el Santo Padre lo había nombrado arzobispo de Bogotá.“¡No puede ser! ¿Suceder a monseñor Rubén Salazar Gómez? ¡Esas son palabras con mayúscula sostenida!”La capital, tan grande y diversa, recibió en junio de 2020 a monseñor Luis José, en plena época de confinamiento obligatorio por la pandemia del COVID-19. Los retos de esa época y la responsabilidad tan enorme que sentía en ese nuevo encargo eran inmensos.Su misión en Bogotá y, al tiempo, la tarea de presidir el episcopado colombiano, le han permitido al arzobispo hacer llegar un mensaje más directo a diferentes actores y sectores frente a sus preocupaciones por las realidades que vive hoy el país. Su insistencia en la defensa de la vida y en la necesidad de construir la reconciliación y la paz, desde la justicia, el amor y el respeto por los derechos humanos, han sido permanentes.“Y aprendí a conocer Bogotá y a amarla, y a darme cuenta de que Bogotá no es lo que otros piensan desde fuera. Algunos dicen Bogotá tiene dos partes el sur y el norte, falso, Bogotá tiene una multiplicidad. En el norte hay periferias existenciales, en el sur hay belleza, riquezas, hay de todo”, afirma monseñor Rueda, al tiempo que recuerda su gusto por haberse podido acercar e involucrar con la realidad de los habitantes de calle.“Como dice el Papa, yo he cometido muchos pecados, pero yo he sido misericordiado por el Señor”.Enterarse de la noticia de su designación como Cardenal el pasado 9 de julio, fue más inesperada aún. La semana previa había finalizado la asamblea plenaria del episcopado y justamente, un día antes, la Iglesia colombiana iniciaba su luto por la partida de monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos.Esa noticia, que llegó para el país como un bálsamo de esperanza, pareciera aún increíble para monseñor Rueda Aparicio. “El Papa me mandó una carta muy bonita, una carta privada personal donde me anima, donde me dice: “Ahora entra al Colegio Cardenalicio” y lo que eso significa en clave de servicio, en clave de unidad con el Papa, con el sucesor de Pedro y de martirio. Y por eso debe estar dispuesto”, expresa con actitud de obediencia el arzobispo de Bogotá.Luis José Rueda Aparicio, no solo el del nuevo título que recibirá en la Santa Sede, sino el ser humano, el hijo, el hermano, el tío, el primo, el amigo, narra que mirar hacia atrás, le da la oportunidad de darse cuenta cómo su vida se la ha ido transformando el Señor. Termina su relato afirmando que más allá de las pruebas, ama a Dios, a la Iglesia y al país y está dispuesto a entregar su vida.Vea la entrevista completa aquí:

Mié 27 Sep 2023

De Roma a Costa de Marfil para crear puentes de unión, amor y perdón como representante del papa Francisco: Monseñor Rueda Beltz

Monseñor Mauricio Rueda Beltz, quien en junio de este año fue nombrado Nuncio Apostólico en Costa de Marfil por el papa Francisco, dio a conocer su sentir sobre la nueva misión que le encomendó el Santo Padre, en este caso, en el país africano.El representante Vaticano visitó la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia en Bogotá este miércoles 27 de septiembre, con motivo de la presentación de su ponencia denominada “Peregrinar religioso en los Santuarios”, en el marco del Encuentro Nacional de Rectores de Santuarios de Colombia, que desarrolla esta semana el Departamento de Liturgia del Secretariado Permanente del Episcopado.En su mensaje recordó las palabras de su director espiritual durante la época del seminario a propósito del servicio, la entrega y obediencia que asumen como actitudes de vida desde su vocación: “En el momento de la ordenación uno está firmando un cheque en blanco al Señor y es el Señor que lo va llenando a lo largo de nuestro ministerio sacerdotal, y así ha sido mi vida sacerdotal. Yo he dejado que el Señor llene ese cheque en blanco que firmé hace 27 años".Sobre este nuevo encargo, ahora en el episcopado y al servicio de la Iglesia Universal y el Santo Padre afirmó: “Son las diferentes fichas del rompecabezas de nuestra historia personal que el Señor a lo largo de nuestra vida va colocando con total generosidad, con total entrega a la Iglesia”.La ordenación episcopal del Nuncio colombiano se llevó a cabo en Roma el pasado 9 de septiembre, en la Basílica de San Pedro. La Eucaristía fue presidida por el Secretario de Estado en la Santa Sede, el Cardenal Pietro Parolin y concelebrada por el Cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo emérito de Bogotá.“Parto de Roma a una de las periferias del mundo a llevar el mensaje del Evangelio…Hoy en Costa de Marfil, y después, cuando él lo decida en otro lugar, creando puentes de unión, puentes de amor y puentes de perdón entre los fieles, el episcopado y las autoridades.”, expresó monseñor Rueda, quien ha estado desempeñando labores diplomáticas en el Vaticano desde el 2004 y durante cuatro años fue director de los viajes papales. Ahora será una especie de embajador del Estado Vaticano y jefe de misión de la Santa Sede en dicho país.