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La iglesia en Colombia

Lun 20 Abr 2020

La caridad de la Iglesia Católica en tiempos de pandemia

La Iglesia Católica en Cúcuta, durante este tiempo de prueba, ocasionado por la pandemia del virus COVID-19 (SARCS-CO-2), ha querido permanecer en oración y cuidado de los pobres y necesitados con sus estructuras de caridad. Gracias a la Divina Providencia y a muchos benefactores, entre ellos el Santo Padre Francisco, hemos podido permanecer cerca de los fieles, en este confinamiento, para alentar al pueblo de Dios en la fe y la esperanza. Siempre hemos querido estar cerca de los más pobres y necesitados para asistirlos en la caridad de Cristo. La Diócesis de Cúcuta, con la ayuda de benefactores y de sus propios recursos, ha entregado más de 20.800 mercados completos (14.000 del BDA, 6.500 COSPAS, 300 Fundación Asilo Andresen) y 5.000 provisiones con elementos de aseo. Así mismo, con la tarea del Banco Diocesano de Alimentos y con la ayuda de la Orden de Malta, se ha logrado entregar 30 toneladas de arroz vitaminizado en zonas muy pobres de la ciudad; y con la ayuda de empresas de Norte de Santander, otras 30 toneladas de arroz y alimentos perecederos como papa, verduras y pollo. Los alimentos entregados superan las 250 toneladas. Esto ha comportado un ingente trabajo de laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Estos alimentos han sido entregados en las parroquias de Cúcuta y su Área Metropolitana y en la zona rural de la misma. Se ha buscado atender también a los colombianos retornados, como a los emigrantes de Venezuela presentes en la zona. Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, expresa su gratitud con quienes han hecho posible mitigar las necesidades de cientos de familias: “Gracias a quienes desde la Corporación de Pastoral Social, el Banco Diocesano de Alimentos, la Fundación Asilo Andresen, las capellanías de los hospitales y clínicas, y desde las distintas parroquias e iniciativas, viven la caridad con los necesitados. Dios les pague a todas las instituciones, comerciantes, personas que nos han donado elementos y bienes para atender esta emergencia”. Es importante dar a conocer que la entrega de alimentos cuenta con las medidas preventivas establecidas por el Instituto Nacional de Salud. Por tal motivo, en todas las estructuras de caridad de la Diócesis de Cúcuta se han tomado las medidas de seguridad sanitaria para el personal y voluntarios. Se ha recibido una valiosa ayuda de la Policía Nacional y del Ejército de Colombia y de otras instituciones. En esta línea de acciones de caridad, La Fundación Pía Autónoma Asilo Andresen, institución bajo la responsabilidad del obispo de la Diócesis, que debió suspender la asistencia de los niños a sus instalaciones desde el 16 de marzo, continúa contribuyendo con su alimentación, otorgando cada 15 días a las familias de 300 menores, mercados y confecciones con elementos de aseo, para que permanezcan seguros en el aislamiento preventivo y de igual forma, nos les falte la comida. Por su parte, la Corporación de Servicio Pastoral Social (COSPAS), como institución con una larga historia de caridad, ha continuado liderando los programas Multipropósito y de Integración Local, dentro de ellos se activaron planes de contingencia en alianza con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ACNUR y GIZ de Alemania, para beneficiar a población necesitada en Cúcuta, El Zulia, Sardinata y Bucarasica. Entre marzo y abril se han otorgado 6.500 provisiones de alimentos, beneficiando aproximadamente a 15.000 personas. Las entregas se realizaron después de una identificación de la población más necesitada, con el apoyo de los presbíteros y de los agentes pastorales de las distintas parroquias de la Diócesis. Además de los beneficios alimenticios, también se han entregado elementos de aseo y de bioseguridad en los sectores de mayor necesidad. Durante este tiempo ha continuado con su tarea el Centro de Migraciones de la Diócesis de Cúcuta bajo el cuidado de los padres Scalabrinianos, atendiendo unas 140 personas entre niños y enfermos. Con ingenio y creatividad los sacerdotes de la Diócesis de Cúcuta, la Emisora VOX DEI (1.120 AM), el Periódico LA VERDAD y la presencia en las distintas redes sociales, gracias a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación se ha mantenido el contacto con los fieles de un modo virtual y constante, celebrando con ellos la Semana Santa; ofreciendo diariamente la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario fortaleciendo la oración y entregando profundas reflexiones espirituales. La Iglesia de Cúcuta fiel al mandamiento del amor, busca acompañar esta difícil situación, sembrando esperanza y tratando de no abandonar a sus hermanos y fortaleciendo en la fe, anunciando siempre que “Cristo es nuestra esperanza” (Col 1, 27).

Sáb 18 Abr 2020

Participa del Congreso de la Divina Misericordia

En el marco de la fiesta de la Divina Misericordia, la parroquia de Santa Laura Montoya en la ciudad de Bogotá, invita este próximo domingo 19 de abril a participar del Congreso Virtual de la Misericordia, que se realizará de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. Según lo ha indicado su párroco el padre Arnoby Álvarez este será un espacio para “Cultivar la fe, la esperanza en Dios, pues tenemos la certeza, como lo indica Sor Faustina que «La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia» (Diario, 300). “Invitamos a todos los feligreses de la Parroquia y los amigos de las diversas Redes Sociales a vivir esta fiesta con el fin de cultivar la esperanza en Dios Misericordioso, en estos tiempos que deseamos que su presencia cubra con poder la tierra entera”, expuso el sacerdote. El evento podrá ser seguido de manera gratuita a través de las redes sociales: Facebook: parroquiasantalauramontoya.org o por Youtube: Padre Arnoby. Para tener el ID de ingreso a la Sala de ZOOM del evento, los interesados podrán acceder en el formulario de registro que encontrarán en el siguiente enlace. https://forms.gle/M2vLQ5MzaD4txucu9

Jue 16 Abr 2020

Diócesis de Armenia, siguiendo las enseñanzas de Jesús en tiempos de crisis

La Iglesia Católica sigue trabajando por brindar asistencia humanitaria a las poblaciones y familias más vulnerables de las diferentes regiones del país. Por medio de Arquidiócesis, Diócesis y Vicariatos, se sigue trabajando por atender a las personas que más lo necesitan en este momento de dificultad por el que atraviesa el mundo. “La Diócesis, mediante la Pastoral Social, siempre está preocupada y presente en todas las acciones sociales que le competen, entre esas está el Banco de Alimentos que todo lo que recibe en alimentos o productos de consumo humano los entrega a las comunidades vulnerables, fundaciones y hogares que albergan adultos mayores”, asegura el Diácono Permanente Carlos Ariel Rojas, director de la Pastoral Social Diocesana de Armenia. En este momento se ha incrementado la búsqueda de ayudas para suplir necesidades básicas de los más necesitados. En cabeza de Monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, obispo de la Diócesis de Armenia, en la primera semana de cuarentena se repartieron 400 mercados entre las diferentes parroquias, de acuerdo a sus necesidades y, por otro lado, se han entregado mercados puerta a puerta a grupos de venezolanos distribuidos en la ciudad. El Diácono Carlos Ariel ha dicho que “el principal objetivo es cumplir el principio del Evangelio, siguiendo las enseñanzas de Jesús: darle de comer al pobre y necesitado y siguiendo el principio bíblico, ‘si hay junto a ti algún pobre de entre tus hermanos, en alguna de las ciudades de tu tierra que Yahveh tu Dios te da, da, no endurecerás tu corazón ni cerraras tu mano a tu hermano pobre’ (Dt. 15,7-8) DSI”. De estas actividades participan los colaboradores de la Pastoral Social, quienes realizan la labor de acopio, selección y entrega de productos, asimismo, fundaciones, personas y entidades que hacen sus donaciones, entre ellas, diversas cadenas de supermercados. En momentos de crisis como la que se vive actualmente por cuenta del coronavirus, la esperanza y la solidaridad deben mantenerse en pie para así trabajar unidos por superar la situación, pero también, abrir el corazón a Dios. “No perdamos la confianza en Dios, siempre adheridos a su misericordia y Providencia Divina” es el mensaje que el Diácono Permanente Carlos Ariel Rojas, director de la Pastoral Social en esta ciudad deja a los colombianos. Fuente: Of. de comunicaciones SNPS

Dom 12 Abr 2020

Obispos del Valle animan a despertar una conciencia ciudadana y planetaria

Obispos del Valle animan a despertar una conciencia ciudadana y planetaria En un mensaje de Pascua los obispos del Valle expresan la esperanza de salir pronto de esta crisis que aqueja el mundo, por cuenta del coronavirus y animan para que esta experiencia dolorosa sirva para el despertar de una nueva conciencia ciudadana y planetaria. “La espiritualidad y la convivencia, el servicio y la disciplina, el esfuerzo y los sacrificios de todos, la generosidad de muchos, arriesgando, incluso, su propia salud y tranquilidad, nos hacen sentir que hay arraigo en Dios, en su Palabra y Presencia, en su Amor y Providencia, en los vínculos de comunidad y de cuerpo místico, que nos inspiran fraternidad, paz, paciencia, perdón, comprensión y entrega de unos por otros”. El mensaje recuerda como la humanidad está viviendo un Viacrucis que deja en los rostros de muchas personas la tristeza por la pérdida de vidas, pero también irradia un camino abierto a la esperanza de la Resurrección “con nuevos modos de vida y valores mejor afincados en la consciencia individual y colectiva”. Así mismo, afirman que esta pandemia permitirá descubrir el “rostro de Dios” en quienes la están padeciendo de cerca, sirviendo a ellos con generosidad. “Cristo resucitado es nuestra esperanza y así como venció la muerte, vencerá toda nuestra angustia y dolor”. Ante esta zozobra, los obispos nos recuerdan como los discípulos también por miedo a los judíos estuvieron encerrados “también nosotros podremos salir del encierro por miedo al contagio, e ir ahora como CUIDADORES unos de otros y de la “casa común” que es el planeta en cada territorio, rural y urbano, que habitamos”. Por último, animan a continuar con la disciplina de las medidas de prevención vigentes que procuren el cuidado de la vida humana, en este difícil momento. Se comprometen a mantener una conexión virtual de oración y acompañamiento a las comunidades cercanas y con la sociedad en general. Suscriben el comunicado: Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali; José Alejandro Castaño Arbeláez, Obispo de Cartago; Edgar de Jesús García Gil, Obispo de Palmira; José Roberto Ospina Leongómez, Obispo de Buga; Rubén Darío Jaramillo, Obispo de Buenaventura; Luis Fernando Rodríguez Velásquez, Obispo auxiliar de Cali; Juan Carlos Cárdenas Toro, Obispo Auxiliar de Cali. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 9 Abr 2020

Obispo de Quibdó pide a grupos armados un cese multilateral al fuego

En medio de la cuarentena decretada por el Gobierno Nacional, a causa de la pandemia por coronavirus, el obispo de Quibdó, monseñor Juan Carlos Barreto, a través de un video mensaje, pidió a los grupos armados que hagan un cese multilateral al fuego. Lo anterior, atendiendo al llamado que hizo recientemente el Papa Francisco “para que se detengan todas las guerras del mundo, y en nombre de los indígenas, afrodescendientes y campesinos pobres de Colombia”. “Los armados deben parar la guerra. Ya no sabemos cómo decirlo, pero no nos cansaremos de decirlo. Los invitamos a cuidarse, a reflexionar y a convertirse”, señaló. Al resaltar algunas de las regiones que se están viendo mayormente afectadas por la violencia, como son: Chocó, Cauca, Nariño, Putumayo y Catatumbo, hizo un llamado al Estado colombiano para que actúe de manera adecuada y eficaz ante esta realidad que afecta a gran parte de las comunidades. Por último, pidió orar al Dios de la paz “para que ilumine la mente y ablande el corazón de piedra de los violentos”.

Jue 2 Abr 2020

La costa pacífica colombiana: Entre la precariedad y la esperanza

Con el fin de mitigar el impacto de la pandemia del Covid 19 en la región de la costa pacífica colombiana, los obispos de esta zona del país hacen un llamado urgente al Estado y a los diferentes organismos locales y departamentales para que se tomen las medidas preventivas y atención en la población para evitar así una catástrofe humanitaria. Solicitan al Gobierno Nacional, “priorice un enfoque diferencial étnico y territorial con esta región del país que ha sufrido históricamente el abandono estatal y que presenta las mayores carencias a nivel de satisfacción de necesidades básicas, infraestructura hospitalaria y personal de salud”. En un comunicado conjunto, los obispos piden también a las autoridades departamentales y municipales se continúen con los esfuerzos que se vienen haciendo para combatir este mal. “No es el momento de las divisiones sino de la unidad. No es la hora de los protagonismos sino de las alianzas”. Así mismo, piden a la comunidad tomar en serio las medidas que se están implementando, para contener y mitigar las afectaciones de la pandemia. "Constatamos que una gran parte de niños, jóvenes y adultos del territorio no han comprendido la gravedad de la situación y la importancia de las medidas proclamadas por las autoridades. De continuar así, el riesgo será mayor y dejará lamentables pérdidas". Frente a los niveles de pobreza que vive gran parte de la población y con el fin de dar cumplimiento a la cuarentena, los obispos piden la solidaridad de personas, instituciones y empresas en todo el país, para que apoyen a las comunidades y los centros de salud, solventando así, las principales necesidades que se requieran para enfrentar esta pandemia. “Se necesitan alimentos para cumplir la cuarentena de un amplio sector de la población, dotación pertinente para hospitales y centros de salud, elementos de bioseguridad, medios de transporte y combustible para trasladar víveres por mar, ríos, carreteras y vía aérea, al igual que al personal médico y a los eventuales pacientes de esta pandemia”, señala la misiva. Por otra parte, exigen a los distintos grupos armados presentes en esta región, que hagan un cese al fuego y terminen toda acción violenta contra la población. Al implorar la protección de María Santísima, los prelados reiteran su permanente oración y compromiso de acompañar como pastores a todas las comunidades en este difícil momento. El mensaje es firmado por: Monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, Vicario Apostólico de Guapi; Monseñor Orlando Olave Villanova, obispo de Tumaco; Monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de Buenaventura; Monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de Istmina - Tadó; y Monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 2 Abr 2020

“Hacer misión sin oración y sin sonreír de nada nos podrá servir”

Este es el legado que deja la hermana Johana Rivera Ramos, primera religiosa fallecida en el país el pasado viernes 27 de marzo en Cartagena, por cuenta del coronavirus. Así lo describe la hermana María José Alamar, superiora de la Comunidad Franciscana de la Inmaculada a la que pertenecía la religiosa. Con una sonrisa nerviosa, pero de gozo, la hermana María José recuerda como “el hacer oración permanente era una de las características de Johana, esto la hermana lo tenía muy clavado en ella, muchas veces nos lo recordaba a nosotras las más mayores, hay que orar más y así lo hacíamos”. En diálogo con el departamento de comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, compartió como el 14 de marzo las hermanas Consuelo Vilaplana, Johana Rivera y ella acatando las indicaciones de cuarentena preventiva decretadas por cuenta del coronavirus, se aislaron en su casa ubicada en el barrio Santa Lucía de Cartagena, sin que pasara nunca por sus mentes el desenlace del fallecimiento de la hermana Johana. “Aún estamos intentando asimilar lo que pasó, nunca sospechamos que lo de su enfermedad fuera coronavirus. El 15 de marzo la hermana Johana dio muestras de una leve amigdalitis, esto lo vimos normal, pero su afectación se fue complicando con una neumonía, luego pasó a convertirse en un edema pulmonar. Realmente esto es muy complejo y difícil de entender”, aseveró la religiosa. Quién era la religiosa Johana Rivera Esta misionera nació en San Martín de Loba, un municipio al sur del departamento de Bolívar, el pasado 10 de enero acababa de cumplir 33 años de edad. Hacía parte de una familia humilde y muy católica que la integran su mamá y tres hermanas, después de que su padre y un hermano fallecieran. La hermana María José, cuenta como Johana antes de ingresar a la vida religiosa estudió Derecho en la Universidad Popular del Cesar y Teología en el Seminario Provincial San Carlos Borromeo; desde el 2010 se acerca a la Comunidad de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada; en el 2012 se vincula definitivamente; en el 2015 hizo sus primeros votos en la parroquia de San Nicolás de la Roca Siendo ya parte de la comunidad es enviada a Perú en donde estuvo por dos años. En Cusco trabajó con una comunidad de niños sordos, más tarde se fue a Lima y posteriormente en 2019 regresó a Cartagena para reencontrarse con sus dos compañeras y su familia. Desde entonces la hermana Johana se trasladó al municipio de Arjona, lugar donde se dedicó a trabajar en la catequesis con niños y ancianos, así lo relata la religiosa María José, quien dijo “que la misión pastoral que estaba por emprender próximamente era poner en funcionamiento un aula de apoyo y refuerzo pedagógico de los niños, ya teníamos todas las instalaciones para que ella iniciara el proyecto”. La religiosa estuvo también vinculada a la Arquidiócesis de Cartagena, donde colaboró con las Pastorales Juvenil y Familiar de esta Iglesia particular. La hermana María José cuenta con gran tristeza que la semana pasada, el 25 de marzo, la religiosa Johana debía realizar la profesión perpetua “esto desafortunadamente no se dio, pero estamos seguras que desde el cielo ella hizo sus votos definitivos ante el Señor”. “Siempre será recordada como una persona muy sonriente, luchadora, entregada con alma, vida y corazón. La extrañaremos nosotras, pero también los niños, los jóvenes y las familias que vieron en ella un gran testimonio de vida”, puntualizó la religiosa. Su partida nos enseña que debemos entregarlo todo por la misión Aunque la muerte de la religiosa sorprendió a sus compañeras, más cuando se enteraron que había sido por contagio del coronavirus, ellas creen que “independientemente de dónde haya cogido el virus, lo adquirió haciendo el bien y entregando su vida a la misión”. Para María José, el llamado a la Vida Religiosa, que hoy deja la partida de la hermana Johana, es no alejarse de la misión encomendada, ni de la oración. “Yo pienso que la misión, pero fundada en la oración, esto nos tiene que hacer ver esta realidad, aunque no la entendamos”. Gracias Johana: ¡te queremos, Johana, te queremos! Con estas sentidas palabras el arzobispo de Cartagena, monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, brindó un homenaje a la religiosa fallecida y dijo “hoy en día que sentimos tanta fragilidad en nuestras vidas y estamos asustados; el testimonio de la Hermana Johana, nos estimula. Ella siempre fue sí a todo lo que Dios nuestro Padre le pidió”.

Mar 31 Mar 2020

Banco de Alimentos de Bogotá anima a una #CuarentenaSinHambre

Promovidos con el hashtag #CuarentenaSinHambre, el Banco Arquidiocesano de Alimentos de Bogotá, viene animando a los colombianos de buen corazón para que, durante esta cuarentena decretada como medida preventiva por el coronavirus, ofrezcan su ayuda en favor de aquellas familias que no tienen por esos días un alimento sobre su mesa. El sacerdote Daniel Saldarriaga, director ejecutivo de esta institución dijo que es importante solidarizarse para llegar con alimentos a familias “de los sectores más pobres, a los que no pueden trabajar en estos días, a los adultos mayores y niños”. Explicó como a través de las diferentes plataformas tecnológicas, quienes así lo consideren, podrán unirse a esta campaña, atendiendo así al llamado que la Iglesia católica hace para ser solidarios con los más vulnerables. “Creemos que mucha gente puede unirse en este tiempo de la emergencia con el que cumplimos con el compromiso de quedarnos en casa, pensando en ayudar a los que no tienen alimentos en su hogar”, expresó. Así mismo puso en evidencia la fragilidad de los adultos mayores que no pueden salir de sus casas y no hay quién les brinde un plato de comida, por lo que dijo que “desde el Banco de Alimentos de Bogotá queremos ayudar a recuperar el valor de sentarse a la mesa”. Finalmente el sacerdote explicó que los aportes se pueden ofrecer comprando mercados, realizando donaciones por medio de su página web www.bancodealimentos.org.co o con cualquier banco de alimentos del país.