Jue 27 Dic 2018
Dios está presente en la familia
Igual que Jesús quiso hacer parte de la familia humana, unámonos con la Sagrada Familia de Jesús, María y José, para agradecer y alabar a Dios, que nos hizo parte de su familia divina. Por eso esta fiesta tiene dimensión universal, en la Iglesia, y se celebra, generalmente, el Domingo después de Navidad.
Es la fiesta que nos recuerda que Dios está presente en la familia, donde se hace vida por excelencia: vida divina y vida humana. JESÚS, el Hijo de Dios, nace de María, la Madre que lo acoge y acompaña con su ternura; es cuidado por José, en la familia humilde, pobre y sencilla de Nazaret; y es asistido por su Padre Dios, quien en su Hijo nos da la Luz que nos ilumina, nos diviniza y nos salva como personas, familias, pueblos y naciones. Celebremos con gratitud y alegría.
En esta fiesta las lecturas del Eclesiástico, salmo 128, Hebreos y del Evangelio de San Juan, nos propone reconocer la presencia y la acción de Dios en:
Las formas de vida y las realidades históricas de nuestras familias, para potenciar las virtudes y las cualidades de obediencia, respeto y honra a nuestros padres y, en ellos, a Dios y, así, alcanzar sus bendiciones.
La familia de Nazareth, desde donde el Señor Jesús se une a nuestra historia, espera que lo reconozcamos para hacernos Hijos de Dios y salvarnos.
En nuestra disponibilidad de amar, para superar la ley que nos hace correr el riesgo de perder el amor, el sentido y la razón de ser de nuestra vida cristiana.
Primera lectura: Eclesiástico 3,2-6.12-14
Salmo: 128(127),1-2.3.4-5 (R. cf. 84[83],5a)
Segunda lectura: Colosenses 3,12-21
Evangelio: Lucas 2,41-52