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Urbi et Orbi: ¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo! "¡La paz es posible!"
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Dirigiéndose al mundo entero en su tradicional Mensaje de Pascua, Francisco recordó la guerra en Ucrania, a los países atormentados por largos conflictos y violencia y afectados por tensiones sociales y dramáticas crisis humanitarias. "Que Cristo resucitado acompañe y asista a los pueblos de América Latina que han visto empeorar sus condiciones sociales".
“Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Pascua! Jesús, el Crucificado, ha resucitado”. Fue el saludo del Papa Francisco a los fieles del mundo entero y a los presentes congregados en una soleada plaza de San Pedro, que participaron hoy en la Misa de Resurrección.
Francisco presidió la celebración ante unos 100 mil fieles presentes, tras una pausa de dos años debido a la pandemia, en una coloreada plaza de San Pedro decorada con cientos de arreglos florales y adornos. Finalizada la Santa Misa, dirigió el Mensaje Urbi et Orbi (a la ciudad de Roma y al mundo entero) e impartió su Bendición Apostólica desde el Balcón central de la Basílica Vaticana.
«¡La paz esté con ustedes!»
El Obispo de Roma, remitiéndose al Evangelio de Juan, repitió las palabras pronunciadas por Jesús al presentarse ante “las miradas incrédulas” de los discípulos que lloraban por él y evidenció:
“También nuestras miradas son incrédulas en esta Pascua de guerra. Hemos visto demasiada sangre, demasiada violencia. También nuestros corazones se llenaron de miedo y angustia, mientras tantos de nuestros hermanos y hermanas tuvieron que esconderse para defenderse de las bombas”
También a nosotros, afirmó Francisco, “nos cuesta creer que Jesús verdaderamente haya resucitado, que verdaderamente haya vencido a la muerte. ¿Será tal vez una ilusión, un fruto de nuestra imaginación? No, no es una ilusión”. “¡Cristo ha resucitado!”, afirmó.
“Hoy más que nunca tenemos necesidad de Él, al final de una Cuaresma que parece no querer terminar. Parecía que había llegado el momento de salir juntos del túnel, tomados de la mano, reuniendo fuerzas y recursos. Y en cambio, estamos demostrando que tenemos todavía en nosotros el espíritu de Caín, que mira a Abel no como a un hermano, sino como a un rival, y piensa en cómo eliminarlo”
La paz se logra con las armas del amor de Jesús
Para creer en la victoria del amor y en la reconciliación, necesitamos a Jesús Resucitado, añadió el Papa. “Sólo Él puede hacerlo. Sólo Él tiene hoy el derecho de anunciarnos la paz. Sólo Jesús, porque lleva las heridas, nuestras heridas”. Y explicó:
“Las heridas en el Cuerpo de Jesús resucitado son el signo de la lucha que Él combatió y venció por nosotros con las armas del amor, para que nosotros pudiéramos tener paz, estar en paz, vivir en paz. Mirando sus llagas gloriosas, nuestros ojos incrédulos se abren, nuestros corazones endurecidos se liberan y dejan entrar el anuncio pascual: «¡La paz esté con ustedes!»”
Que se elija la paz de Cristo
“¡Dejemos entrar la paz de Cristo en nuestras vidas, en nuestras casas y en nuestros países!” exhortó el Santo Padre, dirigiendo, como de costumbre, su mirada a todas las realidades del mundo necesitadas de esta paz de Jesús. En primer lugar, Francisco recordó a la “martirizada Ucrania”, tan duramente probada por la violencia y la destrucción de la “guerra cruel e insensata”, dirigiendo un fuerte llamamiento a los responsables de las naciones para que escuchen el grito de paz de la gente:
“Que se elija la paz. Que se dejen de hacer demostraciones de fuerza mientras la gente sufre. Por favor, no nos acostumbremos a la guerra, comprometámonos todos a pedir la paz con voz potente, desde los balcones y en las calles. Que los responsables de las naciones escuchen el grito de paz de la gente, que escuchen esa inquietante pregunta que se hicieron los científicos hace casi sesenta años: «¿Vamos a poner fin a la raza humana; o deberá renunciar la humanidad a la guerra?»”
“Llevo en el corazón a las numerosas víctimas ucranianas” aseguró el Santo Padre, “los millones de refugiados y desplazados internos, a las familias divididas, a los ancianos que se han quedado solos, a las vidas destrozadas y a las ciudades arrasadas”. Y mencionando el sufrimiento de los niños ucranianos que “se quedaron huérfanos y huyen de la guerra” el Papa recordó también de manera especial a muchos otros que mueren de hambre o por falta de atención médica, son víctimas de abusos y violencia, “y aquellos a los que se les ha negado el derecho a nacer”.
Los signos esperanzadores no obstante la guerra
A pesar del dolor de la guerra, Francisco evidenció que no faltan “signos esperanzadores, como las puertas abiertas de tantas familias y comunidades que acogen a migrantes y refugiados en toda Europa”.
“Que estos numerosos actos de caridad sean una bendición para nuestras sociedades,
a menudo degradadas por tanto egoísmo e individualismo, y ayuden a hacerlas acogedoras para todos.”
No olvidar otras situaciones de sufrimiento
El Papa pidió que haya paz en Oriente Medio, “lacerado desde hace años por divisiones y conflictos”, en particular, entre israelíes y palestinos, en el Líbano, Siria e Irak. Pidió también paz para Libia y Yemen, Myanmar y Afganistán. Paz para todo el continente africano, especialmente en la zona del Sahel, en Etiopía y en la República Democrática del Congo. Y que no falten la oración y la solidaridad para los habitantes de la parte oriental de Sudáfrica afectados por graves inundaciones.
Dirigiendo su mirada al continente americano, el Pontífice pidió que “Cristo resucitado acompañe y asista a los pueblos de América Latina que, en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico”. También recordó a Canadá, pidiendo al Señor Resucitado que “acompañe el camino de reconciliación que está siguiendo la Iglesia Católica canadiense con los pueblos indígenas”.
Finalmente, recordó que “toda guerra trae consigo consecuencias que afectan a la humanidad entera: desde los lutos y el drama de los refugiados, a la crisis económica y alimentaria de la que ya se están viendo señales”. Sin embargo, subrayó el Papa, ante los signos persistentes de la guerra, Cristo, “vencedor del pecado, del miedo y de la muerte”, nos exhorta a no rendirnos frente al mal y a la violencia” y exhortó:
“¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”
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Fuente: Vatican News
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Cebitepal abre inscripciones para diplomados y cursos del año 2023
El centro de formación de la Iglesia Católica Cebitepal desea continuar ofreciendo propuestas académicas, atendiendo así, las necesidades de actualización en parroquias, obispados, Conferencias Episcopales, instituciones educativas y comunidades de América Latina y Caribe. Es por ello que, para estos primeros meses del año, abrió las inscripciones ofreciendo una gran variedad de temas que constituyen en sí misma una excelente oportunidad para agentes de pastoral social, jóvenes y líderes jóvenes, sacerdotes, laicos y laicas, religiosas y religiosos. Los 14 cursos y diplomados son: * Campamento virtual juvenil * Doctrina Social de la Iglesia. Por el camino del Tata Vasco de Quiroga * Derechos Humanos y las “3 T” * Evangelio de Marcos * Liderazgos juveniles. Para la transformación social. * Pastoral Juvenil Participativa. Con enfoque vocacional. * Construcción de Paz y Transformación Social de conflictos * La Palabra de Dios. Fuente de la Vida y la Misión de la Iglesia. * De la Tierra a la Mesa. Crecimiento para campesinos y comunidades. * Formación para Matrimonios orientadores familiares * ADICCIONES: Rumbo a una Pastoral Latinoamericana * Pastoral Juvenil para Líderes * La Ciudad, espacio para la iniciación Cristiana * El Evangelio Escondido Los itinerarios de formación que ofrecen están adaptados al contexto de las regiones de los participantes, abordando temáticas prioritarias en la formación de agentes de pastoral a nivel continental. En el Cebitepal las bases sobre las que se planea la oferta educativa son el Magisterio Latinoamericano, particularmente el del Papa Francisco, y los cuatro sueños de Querida Amazonia: social, cultural, ecológico y eclesial. Inscripciones Los interesados podrán inscribirse a través del correo electrónico cebitepalencontacto@celam.org o comunicarse a través de la línea telefónica (+57) 3226800541 El Cebitepal Es el centro de formación del Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM que realiza su misión desde un espíritu de comunión y participación, mediante la docencia, la investigación y diversos servicios, con los rasgos propios de la teología y la metodología latinoamericana. Acceda a la Programación 2023 completa del Centro de Formación Cebitepal cliqueando AQUÍ
Jue 19 Ene 2023
Quinto Rosario Mundial: por la inocencia de los niños del mundo
Mater Fátima, en unión con el movimiento mariano Theotokos y la diócesis de Yakima (Estados Unidos), convocan a unirse el próximo 20 de febrero al rezo del Santo Rosario en la memoria litúrgica de los santos Francisco y Jacinta Marto, con el lema: "Por la inocencia de los niños del mundo". La intención de este rezo es en defensa y preservación de la inocencia de los niños. El obispo de Yakima, monseñor Joseph J. Tyson, presidirá el Rosario desde la catedral de San Pablo, que será transmitido en vivo por televisión, radio y redes sociales. Los niños presentarán a Jesús, a través de la Santísima Virgen María, la intención de que en el mundo se cultive, defienda y preserve la inocencia de todos los niños. Además el Santo Rosario se ofrecerá por la conversión de los pecadores y el triunfo del Inmaculado Corazón de María; por las familias, núcleo de la sociedad y semillero de vocaciones; por el papa y su misión de guiar, como pastor universal a la Iglesia Católica; y por los misioneros, para que el fuego del Espíritu Santo los lleve a evangelizar en todos los rincones del mundo. El programa del 5° Rosario Mundial contempla la preparación de 33 días para niños y adultos, que consistirá en una serie de oraciones, charlas formativas y meditaciones en vivo impartidas por el padre Héctor Ramírez. La preparación se inicia hoy, 18 de enero. Al terminar este camino espiritual, el 20 de febrero se hará la consagración de sus vidas a los Corazones de Jesús y de María. Cualquier persona, desde cualquier parte del mundo, puede unirse a través de los canales de YouTube Mater Fátima Español y Consagraciones Mater Fátima y en Facebook Mater Fátima Español y Mater Fátima Consagraciones. Para unirse a un grupo de whatsapp / telegram se podrá ingresar a través de los siguientes enlaces: Grupo Whatsapp, Canal de Telegram, Misioneritos. Todo el material descargable (manuales, flyers editables y oraciones) está disponible en www.materfatima.org, para quien desee invitar a su parroquia, comunidad o santuario a vivir el 5° Rosario Mundial. ¿Qué es Mater Fátima? Surge en 2017 como una iniciativa de un grupo de católicos que quieren hacer, como decía la Virgen a sor Lucía, conocer y amar el Corazón Inmaculado de María y ya Dios se encargará de dar a todas esas personas, familias, países, diócesis, sacerdotes, obispos, etc., todas las gracias que Ella prometió en ese santo lugar.
Vie 13 Ene 2023
Mensaje del Papa Francisco para la XXXI Jornada Mundial del Enfermo
La Santa Sede hizo público el Mensaje del Papa Francisco con motivo de la XXXI Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo 11 de febrero, día de la memoria de la Virgen de Lourdes, con el lema 'Cuida de él. La compasión como ejercicio sinodal de sanación'. A través de la fragilidad En el mensaje, el Pontífice recuerda que la “enfermedad forma parte de nuestra experiencia humana”. Pero si esta se vive “en el aislamiento y en el abandono, puede llegar a ser inhumana”. Por eso, el Santo Padre invita a reflexionar “sobre el hecho de que, es precisamente a través de la experiencia de la fragilidad y de la enfermedad, como podemos aprender a caminar juntos según el estilo de Dios, que es cercanía, compasión y ternura”. “La experiencia de la enfermedad y de la debilidad – observa el Papa – forman parte de nuestro camino de un modo natural, no nos excluyen del pueblo de Dios; al contrario, nos llevan al centro de la atención del Señor, que es Padre y no quiere perder a ninguno de sus hijos por el camino”. Lo más decisivo para el Santo Padre es “reconocer la condición de soledad y de abandono. Se trata de una atrocidad que puede superarse antes que cualquier otra injusticia”. Miedo a la vulnerabilidad El obispo de Roma reconoce que “nunca estamos preparados para la enfermedad. Y, a menudo, ni siquiera para admitir el avance de la edad. Tenemos miedo a la vulnerabilidad y la cultura omnipresente del mercado nos empuja a negarla. No hay lugar para la fragilidad. Y, de este modo, el mal, cuando irrumpe y nos asalta, nos deja aturdidos”. Una llamada que interrumpe la indiferencia Por eso es tan importante que “toda la Iglesia, también en lo que se refiere a la enfermedad, se confronte con el ejemplo evangélico del buen samaritano, para llegar a convertirse en un auténtico hospital de campaña. Su misión, sobre todo en las circunstancias históricas que atravesamos, se expresa, de hecho, en el ejercicio del cuidado. Todos somos frágiles y vulnerables; todos necesitamos esa atención compasiva, que sabe detenerse, acercarse, curar y levantar. La situación de los enfermos es, por tanto, una llamada que interrumpe la indiferencia y frena el paso de quienes avanzan como si no tuvieran hermanas y hermanos”, señala el Papa Francisco. El Pontífice ha pedido que el próximo 11 de febrero “miremos también al Santuario de Lourdes como una profecía, una lección que se encomienda a la Iglesia en el corazón de la modernidad. No vale solamente lo que funciona, ni cuentan solamente los que producen. Las personas enfermas están en el centro del pueblo de Dios, que avanza con ellos como profecía de una humanidad en la que todos son valiosos y nadie debe ser descartado”. LEER MENSAJE DE LA JORNADA 2023
Jue 12 Ene 2023
Catequesis del Papa Francisco: La misión es el oxígeno de la vida cristiana
En la Audiencia General el Papa Francisco comenzó un nuevo ciclo de catequesis dedicado a la "pasión por la evangelización". Y afirmó que el anuncio gozoso del Evangelio hasta los confines de la tierra es una dimensión vital para la Iglesia, partiendo cada uno de su propio ambiente, sin proselitismos sino por atracción, como enseñaba Benedicto XVI. Irradiar la luz de Cristo hasta los confines de la tierra El Santo Padre introdujo su reflexión afirmando que es "un tema urgente y decisivo para la vida cristiana" y para la Iglesia, que nace misionera y está llamada a ser "testigo contagioso de Jesús”, que se extiende para “irradiar su luz hasta los confines de la tierra" (...) “Cuando esta dimensión se pierde, la comunidad se enferma, se cierra en sí misma y se atrofia”. Además, Francisco aclaró que ser misionero no significa hacer proselitismo, puesto que evangelización y proselitismo son cosas distintas. La misión, oxígeno de la vida cristiana El deseo de salir y llegar a los demás a los que hay que anunciar el Evangelio, observó a continuación el Pontífice, puede borrarse. Y destacó que a veces parece eclipsarse. Pero cuando la vida cristiana pierde de vista el horizonte del anuncio, enferma: se encierra en sí misma, se vuelve autorreferencial, se atrofia. Sin celo apostólico, la fe se marchita. “La misión, en cambio, es el oxígeno de la vida cristiana: la vigoriza y la purifica”. Además, el Santo Padre explicó que el objetivo de estas catequesis será el de "reavivar el fuego que el Espíritu Santo quiere hacer arder siempre en nosotros". De ahí que se halla referido a un episodio tomado del Evangelio: la llamada del apóstol Mateo. La conversión de Mateo “Hoy reflexionamos sobre la conversión de Mateo, en particular sobre tres elementos que podemos distinguir en este relato del Evangelio. Todo comenzó cuando Jesús vio a un hombre, Mateo, y no lo juzgó por lo que hacía – era un publicano – sino por su realidad íntima, con sus virtudes y sus defectos”. En efecto – prosiguió explicando el Pontífice – Jesús ve en aquel publicano despreciado por todos por considerarlo "un colaborador, un traidor del pueblo", a “un hombre”. “Al llamarlo, Mateo se levantó, dejó su puesto de autoridad y sus seguridades, y se puso a disposición de Jesús, en una actitud de servicio a los demás. Después de su conversión, Mateo no se fue a un lugar lejano e idílico, sino que regresó a su casa. Al volver, ya no era el mismo. El encuentro con Jesús lo había cambiado, convirtiéndolo en un auténtico testigo de la alegría del Evangelio”. ¿Cómo miramos a los demás? El Obispo de Roma sugirió preguntar: ¿cómo miramos a los demás? Y exclamó: “¡Cuántas veces vemos sus defectos y no sus necesidades; cuántas veces etiquetamos a las personas por lo que hacen o piensan! Incluso como cristianos nos decimos: ¿es de los nuestros o no es de los nuestros? Esta no es la mirada de Jesús”. “Él mira siempre a cada persona con misericordia y predilección. Y los cristianos están llamados a hacer como Cristo, mirando como Él especialmente a los llamados lejanos”. De manera que Mateo se puso en marcha, pero ¿para hacer qué?, se pregunta el Papa. Nos inclinaríamos a pensar en quién sabe qué nuevas experiencias, y en cambio el futuro discípulo regresa a su propia casa para preparar, como narra el Evangelio de Lucas, "un gran banquete", en el que "participa una gran multitud de publicanos, gente como él". Y el Francisco comentó: Mateo vuelve a su entorno, pero vuelve cambiado y con Jesús. Su celo apostólico no comienza en un lugar nuevo, puro e ideal, sino allí donde vive, con la gente que conoce. He aquí el mensaje para nosotros: no tenemos que esperar a ser perfectos y haber recorrido un largo camino detrás de Jesús para dar testimonio de Él; nuestro anuncio comienza hoy, allí donde vivimos. Y no comienza tratando de convencer a los demás, sino testimoniando cada día la belleza del Amor que nos ha mirado y nos ha levantado. Como decía Benedicto XVI El Santo Padre también recordó una expresión de su predecesor, Benedicto XVI, que decía al respecto: "La Iglesia no hace proselitismo. Se desarrolla más bien por atracción". Y es a "este testimonio atrayente y gozoso", concluyó Francisco, la meta a la que nos conduce el amor de Jesús. Fuente: Vatican News