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Buen Pastor

Mar 16 Abr 2024

“Yo soy el Buen Pastor, conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí” (Jn 10, 14)

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - El próximo domingo contemplamos en la liturgia de la Iglesia a Jesucristo Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas, así lo expresa en el Evangelio: “Yo soy el Buen Pastor, el buen pastor da la vida por las ovejas” (Jn 10, 11), además, el Evangelio destaca las características de Jesús Buen Pastor y nos dice que va en busca de las ovejas para llevarlas hasta el Padre. Jesucristo como Buen Pastor está atento a cada uno de nosotros, nos conoce, nos busca y nos ama, dirigiéndonos su Palabra, conociendo la profundidad de nuestro corazón, nuestros deseos, nuestras esperanzas, como también nuestros pecados y nuestras dificultades diarias, “Conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí” (Jn 10, 14).La acción del Buen Pastor que da la vida por las ovejas, que no las abandona, son acciones que muestran cómo debemos corresponder a la actitud misericordiosa del Señor. Seguir al Buen Pastor y dejarse encontrar por Él, implica intimidad con el Señor que se consolida en la oración, en el encuentro personal con el Maestro y Pastor de nuestras almas, es la actitud del conocimiento y el amor que tenemos por el Señor, que nos lleva a profesar la fe en Él diciendo: “Tú eres el Cristo” (Mc 8, 29), reconociendo como el centurión, al mirar y contemplar el Crucificado que “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15, 39) y que desde la cruz ha conocido nuestros pecados y ha dado la vida por nosotros, en un acto de amor infinito del Padre celestial por toda la humanidad caída y rescatada desde la Cruz.Jesucristo Buen Pastor se ha quedado con nosotros en cada uno de los sacerdotes, que, participando del único sacerdocio de Jesucristo, hacen visible al Buen Pastor, siendo Pastores del pueblo de Dios, cuidando las ovejas, saliendo en busca de la oveja perdida y comportándose como pastor en medio del redil y no como asalariado que abandona las ovejas en el momento del peligro. “El Sacerdocio es el Amor del corazón de Jesús”, repetía el Santo Cura de Ars. Un Amor que desciende del cielo para entrar en el corazón de cada pecador, para romper sus cadenas, para sacarlo de las tinieblas y llevarlo a la vida de la gracia. Así es cada sacerdote Buen Pastor, es el Amor del Corazón de Jesús para la comunidad parroquial, para cada una de las familias, para todos los fieles de la comunidad, cercanos y alejados de Dios, todos caben en el corazón del Buen Pastor.Cada sacerdote en el mundo es sacramento de este Sumo Sacerdote de los bienes presentes y definitivos. El sacerdote actúa en representación del Señor, no actúa nunca en nombre de un ausente, sino en la persona misma de Cristo Resucitado, que se hace presente con su acción eficaz. El Espíritu Santo garantiza la unidad en el ser y en el actuar con el único sacerdote. Es Él quien hace de la multitud un solo rebaño y un solo Pastor y la misión del sacerdote es apacentar las ovejas que debe ser vivida en el amor íntimo con el Supremo Pastor (Cfr Benedicto XVI, Audiencia General, 14 de abril de 2010), dando la vida por las ovejas, conociéndolas por su nombre y dejándose conocer por el Supremo Pastor.El próximo domingo es un día especial para dar gracias a Dios por el Sumo Sacerdocio de Nuestro Señor Jesucristo, que como Buen Pastor nos rescata a cada uno de nosotros de las tinieblas del pecado y levantándonos nos lleva sobre sus hombros. Pero también es un día para agradecer al Señor por cada uno de nuestros sacerdotes, que dejándolo todo han sabido escuchar la voz del Pastor Supremo, para cumplir la misión en el mundo de pastorear al pueblo de Dios con los sentimientos de Jesucristo Buen Pastor, dando la vida por las ovejas que han sido puestas bajo su cuidado.Cada sacerdote como Pastor de una comunidad parroquial necesita de la oración y del acompañamiento de su pueblo. La santidad del pueblo de Dios está en las rodillas del sacerdote, que, como Buen Pastor, sabe acompañar desde la oración a cada uno de los fieles. Pero también la santidad de cada Sacerdote está en las rodillas de los fieles, que en actitud contemplativa frente al Señor ora por sus sacerdotes. Agradecemos hoy, el don de cada uno de los sacerdotes de nuestra Diócesis de Cúcuta y también de las vocaciones, para que el Señor siga enviando obreros a su mies, para rescatar tantas ovejas perdidas que necesitan volver al redil a beber el vino de la gracia de Dios y llegar un día a participar de la felicidad eterna. Oremos por los jóvenes que se encuentran en nuestro Seminario Mayor San José, para que sepan responder al llamado del Señor y se vayan configurando con Jesucristo Buen Pastor, hasta llegar a dar la vida por el rebaño que se les será confiado.Pidamos la gracia de la renovación sacerdotal para nuestro tiempo, que nos comprometa a todos en salida misionera, para ir en busca de la oveja perdida, de quien rechaza a Jesús o no lo conoce y poderlo retornar a tomar el alimento que ofrece Jesucristo Buen Pastor en la Eucaristía, en donde somos transformados en Cristo cuando comulgamos en gracia de Dios y aprendemos desde la Eucaristía a resolver nuestra vida desde Dios.Pongámonos en oración de rodillas frente al Santísimo Sacramento y en actitud contemplativa miremos y abracemos el Crucificado y tengamos muy presentes a todos los sacerdotes del mundo entero y de nuestra Diócesis, para que cada día el celo pastoral de los ministros conduzca al pueblo de Dios a hacer profesión de fe en Jesucristo Crucificado y bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María y del Glorioso Patriarca San José, todos los sacerdotes seamos fieles a Jesucristo y a la Iglesia.En unión de oraciones,reciban mi bendición.Mons. José Libardo Garcés MonsalveObispo de Cúcuta

Jue 4 Mayo 2023

El Buen Pastor da la vida por las ovejas (Jn 10, 11)

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve -El cuarto domingo de Pascua está destinado por la liturgia de la Iglesia a contemplar a Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, como el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, esto quiere decir que, le preocupa cada uno de los seres humanos que no están en el redil y Él como Buen Pastor, las busca para llevarlas hasta el Padre. Jesucristo como Buen Pastor está atento a cada uno de nosotros, nos busca y nos ama, dirigiéndonos su Palabra, conociendo la profundidad de nuestro corazón, nuestros deseos, nuestras esperanzas, como también nuestros pecados y nuestras dificultades diarias. Aun cuando estamos cansados y agobiados por el peso de la vida, Él como Buen Pastor nos invita a reposar en Él “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt 11, 28). Acoger a Jesucristo, convertirse en su discípulo, aprender a conocerle, amarle y servirle, es reposar en Él con la certeza que como Buen Pastor ya conoce nuestro cansancio, nuestros aciertos y desaciertos, porque “Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por las ovejas, no como el jornalero que ni es verdadero pastor ni propietario de las ovejas. El jornalero cuando ve venir al lobo, las abandona y huye” (Jn 10, 11-12). La acción del Buen Pastor que da la vida por las ovejas, que no las abandona, son acciones que muestran cómo debemos corresponder a la actitud misericordiosa del Señor. Seguir al Buen Pastor y dejarse encontrar por Él, implica intimidad con el Señor que se consolida en la oración, en el encuentro personal con el Maestro y Pastor de nuestras almas. De esta actitud amorosa del Pastor se tiene que desprender una actitud contemplativa de cada uno de nosotros, porque es la intimidad en la oración a solas con Él, lo que refuerza en nosotros el deseo de seguirlo, saliendo del laberinto de recorridos equivocados, abandonando comportamientos egoístas, para encaminarse sobre los caminos nuevos de fraternidad y de entrega de nosotros mismos, imitándolo a Él, incluso en la Cruz donde estamos llamados también a contemplarlo cada día de rodillas. Jesús es el único Pastor que nos habla, que nos conoce, que nos da la vida eterna y que nos custodia todos los días de nuestra vida. Todos nosotros somos su rebaño y solo debemos esforzarnos en escuchar su voz, mientras con amor Él escruta la sinceridad de nuestros corazones, para que le abramos nuestra vida de par en par y podamos decirle siempre: “quédate con nosotros Señor” (Lc 24, 29). Con esta intimidad permanente con nuestro Pastor, surge la alegría de seguirlo dejándose conducir a la plenitud de la vida eterna. Esta vida eterna está ya presente en nuestra existencia terrena, pero se manifestará plenamente cuando lleguemos a la plena comunión con Dios en la felicidad eterna. Jesucristo Buen Pastor se ha quedado con nosotros en cada uno de los sacerdotes, que, participando del único sacerdocio de Jesucristo, hacen visible al Buen Pastor, siendo pastores del pueblo de Dios, cuidando las ovejas, saliendo en busca de la oveja perdida y comportándose como pastor en medio del redil y no como asalariado que abandona las ovejas en el momento del peligro. Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, como Buen Pastor, sale al encuentro de todos. Él está Crucificado y mantiene el combate de las fuerzas del amor contra las fuerzas del mal. Con los brazos clavados en la Cruz, Él pronuncia sobre la Iglesia y el mundo la gran noticia del perdón para todos. Con los brazos extendidos entre el cielo y la tierra, recoge todas las miserias e intenciones del mundo. Transforma en ofrenda agradable toda pena, todo rechazo y toda esperanza del mundo. Cada sacerdote en el mundo es sacramento de este Sumo Sacerdote de los bienes presentes y definitivos. El sacerdote actúa en representación del Señor, no actúa nunca en nombre de un ausente, sino en la Persona misma de Cristo Resucitado, que se hace presente con su acción eficaz. El Espíritu Santo garantiza la unidad en el ser y en el actuar, con el único sacerdote. Es Él quien hace de la multitud un solo rebaño y un solo Pastor y la misión del sacerdote es apacentar las ovejas, que debe ser vivida en el amor íntimo con el Supremo Pastor (cfr. Benedicto XVI, Audiencia General, 14 de abril de 2010). Hoy es un día especial para dar gracias a Dios por el Sumo Sacerdocio de Nuestro Señor Jesucristo, que, como Buen Pastor, nos rescata a cada uno de nosotros de las tinieblas del pecado y levantándonos nos lleva sobre sus hombros. Pero también es un día para agradecer al Señor por cada uno de nuestros sacerdotes, que dejándolo todo han sabido escuchar la voz del Pastor, para cumplir la misión en el mundo de pastorear al pueblo de Dios con los sentimientos de Jesucristo Buen Pastor. Cada sacerdote como pastor de una comunidad parroquial necesita de la oración y del acompañamiento de su pueblo. La santidad del pueblo de Dios está en las rodillas del sacerdote, que, como buen pastor, sabe acompañar desde la oración a cada uno de los fieles. Pero también la santidad del Sacerdote está en las rodillas de los fieles, que, en actitud contemplativa frente al Señor, ora por sus sacerdotes. Agradecemos hoy el don de cada uno de los sacerdotes de nuestra Diócesis de Cúcuta y también de las vocaciones, oremos para que el Señor siga enviando obreros a su mies, para rescatar tantas ovejas perdidas que necesitan volver al redil a beber el vino de la gracia de Dios y llegar un día a participar de la felicidad eterna. Los invito a que caminemos juntos en oración de rodillas frente al Santísimo Sacramento y en actitud contemplativa miremos y abracemos al Crucificado, teniendo muy presentes a todos los sacerdotes del mundo entero y de nuestra Diócesis, para que cada día el celo pastoral de los ministros, conduzca al pueblo de Dios por los caminos de la fe, la esperanza y la caridad, y bajo la protección y amparo de la Santísima Virgen María y del glorioso Patriarca san José, todos los sacerdotes seamos fieles a Jesucristo y a la Iglesia. En unión de oraciones, caminemos juntos, rezando el Santo Rosario. +​​​​​Monseñor José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Mié 4 Mayo 2022

Yo doy la vida eterna a mis ovejas

CUARTO DOMINGO DE PASCUA Mayo 08 de 2022 • Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52 • Salmo: 100(99), 1-2.3.5 (R. 3c) • Segunda lectura: Apocalipsis 7, 9.14b-17 • Evangelio: Juan 10, 27-30 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Los primeros domingos de Pascua la Iglesia presenta en la liturgia las apariciones del Resucitado a sus discípulos, pero el cuarto domingo de Pascua ofrece una figura especial, la de Cristo Pastor de las ovejas; es claro para nosotros que Él es el único Buen Pastor para sus fieles, pero el pueblo ha reconocido a través de los siglos en el papa, los obispos y los presbíteros un ministerio a favor de aquel del Único Pastor que reúne bajo su cuidado a gentes muy diversas, como sucedía ya desde las primeras comunidades cristianas compuestas de fieles provenientes de los judíos y de los gentiles (cf. Directorio Homilético, apéndice I, ciclo c, Cuarto domingo de Pascua). 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La lectura de los Hechos de los Apóstoles se inserta en un apartado sobre la evangelización de Chipre y Asia menor, pero más específicamente nos presenta a Pablo y a Bernabé en Antioquia de Pisidia mientras ofrecen a los gentiles el mensaje de salvación ya que muchos judíos, sus primeros destinatarios, lo habían rechazado; así, quienes aceptaban el mensaje se alegraban y daban alabanza a la Palabra proclamada y quienes lo rechazaban experimentaban envidia e ira contra los discípulos al ver que muchos acudían a la escucha de la Palabra. El Salmo noventa y nueve es un llamado a la alabanza por el gozo del reconocimiento de la misericordia fiel del Señor con su pueblo, es también por esto acción de gracias, pero además confesión de la fe en Dios creador y guía del pueblo –expresado como las «ovejas de su rebano»–, es evidente así, que el Salmo pone también en tono de oración el contenido de la lectura de los Hechos. Además, como segunda lectura se continua el libro del Apocalipsis que la Iglesia hace terminar en los versículos que declaran que el Cordero (Cristo) será el pastor que conducirá hacia fuentes de aguas vivas a los que han sido atribulados y pasados por la sangre del Cordero para secar sus lágrimas: una consoladora imagen profética y apocalíptica de la comunión de los mártires de todos los tiempos. La dirección de toda esta riqueza de la Escritura la señala el Evangelio, que propone un breve, pero muy diciente pasaje del evangelista Juan en que Jesús, después de que un grupo de judíos le pidiera que les dijera expresamente si era o no el Mesías –porque la incertidumbre les turbaba el alma–, les responde que se los ha dicho, pero no se lo creen porque no son ovejas suyas, en cambio sus ovejas, las que el Padre le dio, escuchan su voz y lo siguen. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Quienes acuden a la escucha de la Palabra de Dios, son reunidos de los más diversos pueblos y reciben hoy, como en muchas épocas, la alegría que brota de ella y la alaban, como sucedía con los gentiles que acogían la Buena Noticia por parte de los Apóstoles, en el mensaje de la primera lectura. En efecto, el mensaje del Señor llega como la luz a todos los extremos de la tierra para iluminar a los que viven en las tinieblas y para congregarlos como su pueblo y ovejas de su rebano; esta es la respuesta que se ofrece para que la comunidad ratifique cada una de las estrofas del salmo de alabanza que acompaña la lectura. La segunda lectura continúa motivándonos a una alegre fe y a una firme esperanza, esta vez recordando que el Cordero de Dios será quien como un pastor conduzca los mártires, a quienes han pasado por la sangre del Cordero, hacia la vida, hacia las aguas vivas y quien dé recompensa a los sufrimientos que asumieron por seguir fielmente a su pastor. El verso preparatorio al Evangelio recuerda el conocimiento mutuo que caracteriza al Pastor y a las ovejas, esa conexión supera por mucho el oficio del pastor de este mundo de Cristo Pastor, porque él nos da vida, no es aquel que usufructúa la vida de las ovejas. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la oración colecta, que da el tono de la celebración de la Misa, pedimos al Señor que, a pesar de las debilidades del rebano del Señor, este pueda llegar a la gloria que nos alcanzó la fortaleza de Cristo, nuestro único pastor, es decir que por el ejemplo de Jesucristo, logremos perseverar en Él para alcanzar los gozos celestiales; reflejamos el encuentro con esta Palabra en nuestra vida cotidiana de diversas formas, entre las cuales se encuentra el recordar que ante las dificultades por subsistir en este mundo, contamos con la providencia del Señor, que no solo nos prodiga lo necesario para subsistir sino también el alimento de la Palabra que nos llena de alegría en el Espíritu Santo y de la Eucaristía, que es fuente inagotable de alegría y precio de nuestra salvación (cf. Misal Romano, III Domingo de Pascua, oración sobre las ofrendas y después de la comunión) ____________ Recomendaciones prácticas: • Día del Buen Pastor. • Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales. • Día de la Madre. • Orar por la santificación de los sacerdotes. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Somos congregados por el amor de Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación, por su amor que nos ha limpiado de la turbidez del pecado; escucharemos la Palabra del Señor y comulgaremos su pan y bebida de salvación y de esta forma somos participes de la vida eterna que solo Él puede otorgar. ¡Qué alegría, en este domingo hemos sido congregados por el Señor, nuestro único Pastor, como ovejas de su rebano! Monición a la Liturgia de la Palabra La voz del Pastor conduce a sus ovejas hacia él; nosotros, que acudimos a escuchar la Palabra de Dios, somos conducidos por ella hacia la fuente de nuestro consuelo, al Señor, que nos da la vida eterna y nos llena de la alegría y del Espíritu Santo, el mismo que inspiró cuanto ahora se nos proclamará. ¡Escuchemos! Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, confiados en Dios, nuestro Padre, que por amor nos ha enviado a su Hijo, Buen Pastor, dirijámosle nuestras súplicas por las necesidades propias y las del mundo entero. Oremos diciendo: R. Escúchanos, Señor. 1. Por la Iglesia, extendida por toda la tierra, para que el testimonio de muchos sirva de ejemplo a otros, y así ellos te sigan y te alaben llenos del Espíritu Santo. Oremos. 2. Por la santificación de los sacerdotes para que tú, Pastor y Guardián de las almas, concedas fruto abundante a su ministerio y a su grey docilidad. Oremos. 3. Por las madres de familia, para que su ejemplo de fe, de amor y de servicio sea un testimonio de vida cristiana para los hijos. Oremos. 4. Por los que sufren, para que conducidos por Ti hacía a las buenas aguas del consuelo, sean fortalecidos en su cuerpo y espíritu. Oremos. 5. Por nosotros, para que nuestros corazones y mentes estén abiertos a escuchar a los demás sin prejuicios. Oremos. Oración conclusiva Padre bueno,escucha estás súplicas que te hemos dirigido con fe y esperanza, con la confianza de que serán escuchadas. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

Mié 5 Mayo 2021

En Cartagena: Encuentro provincial de seguimiento vocacional

Como parte de las celebraciones del Día del Buen Pastor que viene animando la Provincia Eclesiástica de Cartagena, se realizó el pasado 1 de mayo un encuentro vocacional con 30 jóvenes que están en proceso de discernimiento vocacional en el Seminario Provincial de Cartagena. La reflexión, que se realizó de manera virtual a través de la plataforma Zoom, fue iluminada con la cita bíblica: ‘‘Llamó a los que él quiso’’ (Cf. Mc 3,13). Dentro de este espacio, monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Cartagena, hizo su intervención recordándoles a los jóvenes que Jesús es el mejor maestro y les advirtió lo necesario que son los sacerdotes en el mundo actual. Igualmente, se adelantó el conversatorio vocacional: ¿Por qué no tú?, que permitió discernir y despejar dudas sobre la vocación sacerdotal en esto tiempos; además de visibilizar cómo los distintos llamados que Dios hace al sacerdocio juegan hoy día un papel importante. Aportaron a este conversatorio: La Familia Bello Quintana, de la Arquidiócesis de Cartagena; la hermana Flor Enid Cerón, de la Congregación de Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora; el sacerdote delegado de pastoral vocacional de la Diócesis de Magangué, Luis Hernández; y el seminarista Nelson Correa, de la Diócesis de Montería. La jornada finalizó con un momento de adoración al Santísimo a cargo del padre Víctor Bustamante, de la Arquidiócesis de Cartagena y formador del seminario, recogiendo así todo lo vivido y colocando en manos de Jesús Sacramentado la vida de todos los vocacionados de la Provincia Eclesiástica de Cartagena, para que escuchen la voz de Dios en este mundo tan ruidoso. En este encuentro, que estuvo organizado y dirigido por la Pastoral Vocacional de la Arquidiócesis de Cartagena y la Diócesis de Magangué, participaron aspirantes al sacerdocio del Vicariato Apostólico de San Andrés y Providencia, de las Diócesis de Sincelejo, Montería, Montelíbano, Magangué y, por su puesto, de Cartagena.

Mar 4 Mayo 2021

Para ser buen pastor, se necesita amar

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Desde el Antiguo Testamento ante la presencia de tantos malos pastores que condujeron al pueblo a la desgracia, al exilio, a la dispersión, surge el deseo tanto en el pueblo como en los profetas, de tener a Dios como Pastor, que Dios mismo venga a guiar a su rebaño. Anhelo que Dios recibe como una súplica a la cual responde: “les daré pastores según mi corazón que los apacienten con conocimiento e inteligencia” (Jr 3, 15). Dentro de los signos que presenta el evangelista san Juan, está el de Jesús como el Buen Pastor, que anuncia públicamente el sentido de su misión: “he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Jesús Buen Pastor conoce, escucha, cuida y da la vida por las ovejas. No es un asalariado que vive de las ovejas, sino que vive con y para las ovejas. No las engaña prometiéndoles lo que nunca va a darles. Más bien, las consuela y si se pierden sale en su búsqueda, y al encontrarlas, las trae sobre sus hombros nuevamente al redil. El único camino para ser un buen pastor al estilo de Jesús, es amar. El que ama, escucha, conoce, cuida y llega a dar la vida por lo que ama. Así, se lo hizo conocer Jesús a su amigo Pedro a quien iba a poner de pastor al frente de su rebaño: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Él le respondió: “Sí, Señor, Tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos” (Jn 21, 15-25). Cuando el sacerdote ama a Dios y se deja amar por Él, se gasta y se desgasta por el rebaño que el Señor le ha encomendado. La prioridad es la comunidad, sufre y se alegra con ellos, los anima, acompaña y defiende de cuanto pueda hacerle daño. El buen Pastor no calla ante las injusticias que se cometen en contra de los más pobres e indefensos de su rebaño, denuncia públicamente todo lo que atente contra la vida y la dignidad de quienes claman misericordia. En la Diócesis de Cúcuta hay buenos pastores que acompañan a los migrantes, asisten a los enfermos, visitan a los internos de la cárcel, dan de comer a los hambrientos, cuidan a los niños y mujeres, y capacitan técnicamente a quienes necesitan de un arte para contar con mejores oportunidades de trabajo, celebran la Eucaristía donde parten y comparten el Cuerpo de Jesús como alimento de vida eterna. La pregunta de Jesús sigue siendo la misma: “¿Me amas más que éstos?” y esta pregunta es para los jóvenes de los colegios y universidades que en su pensamiento tienen como deseo cambiar el mundo a mejores condiciones de como lo han encontrado. Estos jóvenes han de ser buenos pastores, buenos ciudadanos, buenos profesionales, buenos padres de familia, buenos servidores públicos. El llamado es a ser buenos y eso implica aprender a amar la obra que nos han encomendado. Pues no hay nada más angustioso y deprimente que hacer las cosas porque toca y no porque nacen de un corazón lleno de amor. El que quiera ser buen pastor debe vivir la gratuidad. En palabras del Papa Francisco: “quien no vive la gratuidad fraterna, convierte su existencia en un comercio ansioso, está siempre midiendo lo que da y lo que recibe a cambio” (Fra-telli Tutti #140). El buen pastor se da sin medidas, sin reservas, su vida es como un cirio encendido que entre más luz ofrece más se desgasta. + José Libardo Garcés Monsalve Administrador Apostólico de la Diócesis de Cúcuta

Lun 26 Abr 2021

Obispo de Ocaña: “No confundir caridad pastoral con actividad pastoral”

El jueves 22 de abril, en la catedral de Santa Ana, tomó posesión de su sede episcopal el nuevo obispo de la Diócesis de Ocaña, monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz Su homilía estuvo centrada en el texto del evangelista san Juan (capítulo 21), que habla de la confesión de amor de Pedro y, además, de la petición que Jesús le hace a su apóstol de apacentar su rebaño. Recordó que Jesús siempre camina con el pueblo y lo acompaña, esperando de él esa confesión de amor, aún en medio de las circunstancias adversas que le toque vivir. “Elegí este texto porque en estas circunstancias que nos está tocando vivir, como la pandemia, cuando hay miedo, incertidumbre y pánico, esas palabras, como bálsamo suave vienen a ayudarnos a hacernos confiar en la presencia del Señor”. Indicó cómo Pedro, cuando le fue confiado el rebaño, su expresión no fue la de recibir una carga, la de volverse un mercenario o la de un pastor a sueldo; al contrario, mostró su rostro como el de un pastor que por amor da la vida por sus ovejas. “La expresión concreta de dar la vida por sus ovejas, es no regatear, porque Dios ama al que da con alegría y con entrega. Ahora Pedro habla por la inspiración del Espíritu Santo, en él pone su capacidad para saber discernir, de ser hombre y mujer que en medio del pecado se abre a la acción del Espíritu, porque Dios no niega su gracia a quien la pide con humildad”. Agregó: “Así es la vida apostólica de los pastores que toman la opción de seguir a Jesús, guiados por el Espíritu Santo… Esto supone reconocimiento de nuestra pobreza, tal como lo expresó el apóstol Pablo: ‘Me presenté ante ustedes, débil, humano, no reconociendo mi sabiduría humana sino el poder de Dios’”. Al dirigirse a sus sacerdotes, les recordó que cuando el Señor les confía el rebaño, esto quiere decir que se debe vivir la caridad pastoral en el ministerio. Advirtió que el quehacer pastoral no se debe convertir en una actividad mecánica, sino que debe estar llena del Espíritu de Jesús. “El secreto radica en no confundir caridad pastoral con actividad pastoral (…) El sacerdote posee verdadera caridad pastoral cuando en Cristo, desde Cristo y profundamente compenetrado con Cristo, presta sus múltiples servicios ministeriales a la comunidad. Y cae en el vacío del activismo pastoral en el momento que, aun trabajando apostólicamente, lo hace desconectado de Jesucristo”. Finalmente, afirmó que fue providencial que el Papa Francisco hubiera dedicado este año a San José, por lo que confió su ministerio pastoral a él y pidió poder escuchar la voz de la Virgen María que dice en lo profundo de su corazón:“hagan lo que mi Hijo les diga y también, seguramente, nos puede decir ‘Id a José’". Intervención del Nuncio Apostólico En su momento, el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, se dirigió a monseñor Luis Gabriel Ramírez, recordándole que asume la dirección y animación de la diócesis en un momento de incertidumbre frente al futuro, generado por la pandemia del Covid-19, por lo que le advirtió que ello “exige de la tarea evangelizadora de la Iglesia respuestas nuevas y creativas para poder responder con altura evangélica a los retos del momento”. Así también, se refirió a la difícil situación política, social y económica que se vive en esta región ubicada al nororiente colombiano, indicándole al nuevo obispo que frente a esta dura realidad se hace prioritario trabajar incansablemente en la recuperación del tejido social y la reconciliación de los habitantes. "En particular, el Santo Padre le pide que brinde una acogida fraterna y generosa a todos sin discriminación de personas, especialmente a los más pobres, a los campesinos, a las comunidades indígenas y a los inmigrantes". Finalmente, el prelado hizo votos para que la Diócesis de Ocaña experimente la cercanía espiritual de santa Ana, bajo cuya protección ha sido puesta esta comunidad diocesana. Así mismo, pidió la intercesión de la Virgen María para que “sea ella quien lo sostenga en la tarea de construir una Iglesia particular conforme a la voluntad del Señor”.

Jue 22 Abr 2021

El buen pastor da su vida por las ovejas

CUARTO DOMINGO DE PASCUA Abril 25 de 2021 Primera Lectura: Hch 4,8-12 Salmo: 118(117),1+8-9. 21-23.26+28+29 (R. 22) Segunda Lectura: 1Jn 3,1-2 Evangelio: Jn 10,11-18 I. Orientaciones para la Predicación Introducción El cuarto domingo de Pascua la Iglesia celebra el domingo del Buen Pastor, y en el contexto de esta celebración nos unimos a la jornada mundial de oración por las vocaciones, el Papa Francisco nos invita a orar por el aumento de las vocaciones al servicio de la Iglesia. Nos disponemos a profundizar en una de las páginas más bellas y entrañables de los Evangelios: Las que nos presentan a Jesús como el Buen Pastor y a nosotros como ovejas de su rebaño. Es un tema que ha alimentado la fe y la devoción de los cristianos a lo largo de los siglos. Los primeros cristianos no se atrevían a pintar a Jesús crucificado; sin embargo, en las pinturas de las catacumbas y en los sarcófagos paleocristianos es muy común encontrar representaciones de Jesucristo con una oveja sobre sus hombros. Igualmente, uno de los temas de este domingo es el de la filiación, Dios nos ha concedido ser hijos, Juan nos lo presenta como la mejor prueba del amor de Dios. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Cristo, el Buen Pastor, es el centro de nuestra vida de fe, él debe iluminar la vida de todos los que escuchan su voz y lo siguen. Signos visibles de Cristo, Príncipe de pastores (1 Pe 5,4), son nuestros pastores, puestos por Dios para regir nuestras almas en su Iglesia hasta que él vuelva. La primera lectura de los Hechos es la continuación de la curación de un enfermo realizado por Pedro. El paralitico fue curado en el nombre y por el poder de Jesús quien murió y resucito. Pedro, el Primer Pastor-Vicario de Cristo en su Iglesia, inicia su misión de proclamar ante el mundo que sólo en Cristo, Buen Pastor, es posible nuestra salvación. Cristo es la piedra angular. En Él nos apoyamos y nos sostenemos todos. Es el gran fundamento de nuestra fe, de toda nuestra vida cristiana. Decimos con el Salmo 117: «Dad gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; mejor es refugiarse en el Señor, que fiarse de los jefes» La segunda lectura es una alabanza a Dios Padre, por el amor que comparte con todo el género humano, este amor que nos hace pertenecer a Él por el bautismo, y cuando se cumpla el tiempo en cada uno de nosotros lo veremos cara a cara en su gloria, semejantes a Él. Toda la autoridad redentora de Cristo y de sus Vicarios o Pastores en la Iglesia, se cifra en hacer visible la amorosa paternidad de Dios sobre nosotros sus hijos. En el evangelio de Juan Jesús es el Buen Pastor, pastor único de un solo rebaño, pastor que da la vida por las ovejas. La garantía de nuestra salvación está en el Corazón de Cristo Jesús que, como Buen Pastor, dio su vida por sus ovejas. Nos amó y se entregó por nosotros. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La pascua es un tiempo que nos quiere hacer entender y celebrar mejor el Misterio de Cristo y comprender su resurrección. Las imágenes que nos hacen entender mejor a Cristo resucitado se multiplican. Hoy, por ejemplo, Pedro, valientemente, ante las autoridades compara a Cristo con la piedra que los arquitectos habían desechado y que se ha convertido en piedra angular. El salmo responsorial hace eco a la primera lectura cuando se entona uno de los canticos más pascuales, el Sal.117 "Dad gracias al Señor porque es bueno... Este es el día en que actuó el Señor...”, este salmo anuncia precisamente lo de la piedra desechada y que luego se convierte en principal. Cada año leemos el capítulo 10 de Juan, pero en pasajes distintos. Este año leemos la parte central, las características del buen pastor. Esta metáfora que todos entienden, sobre todo los que durante años vamos escuchándola en las lecturas, tanto del AT, como del NT., descubrimos cómo las cualidades del buen pastor, que el mismo Jesús describe, se cumplen perfectamente en Él: * Conoce a sus ovejas y es conocido por ellas; no es una sociedad anónima, la comunidad de Jesús: El ofrece a todos cercanía y comunión; * No sólo conduce a sus ovejas a buenos pastos, las alimenta o las defiende de los peligros, sino que hace algo mucho más radical e inesperado: en contraposición a los asalariados, el pastor bueno está dispuesto a dar su vida por las ovejas; * Y, además, tiene otras ovejas, y quiere reunirlas a todas, hasta que formen un solo rebaño. No está mal que, con ocasión de la Jornada Mundial de oración por las Vocaciones en el contexto de la celebración del Buen Pastor, el predicador hable de sí mismo, de cómo le alcanza a interpelar la Palabra. Siempre debería ser el primero en escucharla para luego actualizarla a los fieles. Es un examen que también convendría hacer a todos aquellos que, de algún modo tienen en la comunidad cargos, ministerios, encargos de animación. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En este ciclo B leemos la parte central del capítulo 10 del evangelio de Juan, este capítulo nos presenta a Jesucristo como el buen pastor y destaca sus principales características. Jesús se ha presentado como la puerta única de las ovejas, Él las puede llevar a pastos abundantes, ante esos pastores que opacan la vida eterna o la oscurecen, solo Jesús tiene Palabras de vida eterna, sus palabras revelan al Padre, sus hechos lo comunican; Jesús da la vida por sus ovejas, muere en favor de todos los hombres, su muerte nos acerca a Dios, nos une a Él, nos concede vida y vida eterna, de ahí que el auténtico Pastor, Jesús, le importen las ovejas, de ahí la Encarnación, Dios se hizo uno de nosotros para el perdón de nuestros pecados. El Padre conoce al Hijo, el Hijo al Padre, en esta comunión perfecta, ha surgido por amor la comunicación con el género humano – el Padre conoce al Hijo y en Jesús el Padre conoce a los hombres. El Padre se comunica en Jesús a los fieles, los fieles alcanzamos la comunicación en Jesús. Además, hoy el evangelio resalta: “Tengo además otras ovejas”, para expresar el universalismo de la salvación, Jesús muere por todos y todos están llamados a gozar de Dios. Todos los cristianos deberíamos sentirnos hoy como la oveja que ha sido rescatada del abismo. Deberíamos de experimentar aquello de san Pablo: me amó y se entregó a sí mismo por mí. El secreto de la vida cristiana está todo en experimentar el amor del Padre en Cristo Jesús por el Espíritu. Todo lo demás viene por añadidura. Experimentar que Dios me ha amado con un amor eterno y que, por eso, mi oficio en adelante es también el del amor. Tema siempre importante es el de la promoción de las vocaciones en la parroquia, en la diócesis, en los movimientos, en las congregaciones religiosas. En este día, dedicado a las vocaciones, debemos renovar nuestro compromiso por buscar vocaciones y de tener esta tarea como primaria y prioritaria. La falta de sacerdotes se agrava aquí y en muchos lugares del mundo, faltan pastores y se pierden las ovejas, por eso, se requiere que los laicos, diestros en las cosas del mundo, sean también diestros en la promoción de las vocaciones. Un promotor vocacional puede descubrir contactos importantes, puede remitirlos a la instancia apropiada, puede poner en pie vigilias de adoración ante el santísimo para pedir al Señor nos envíe pastores según su corazón. Esos promotores los conocemos y existen, pero debemos multiplicarlos. Quizá nada mejor para sembrar las vocaciones, que nuestro propio testimonio de vida. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Celebramos, en este cuarto domingo de Pascua, la fiesta del Buen Pastor. Jesús como el Buen Pastor que guía a sus ovejas y las lleva a buenos pastos, las reúne, las defiende y da la vida por ellas. Unámonos a toda la Iglesia orando por el aumento de las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada. Participemos activamente en esta celebración eucarística. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios, y concretamente el Evangelio que vamos a escuchar, nos hablan del amor que Dios, en Jesucristo Buen Pastor, siente por nosotros: nos toma de la mano, nos anima y nos conduce por la senda que lleva a su Reino. Escuchemos con atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, con el gozo que produce la pascua, oremos con insistencia a Dios Padre, para que Él, quien escuchó las oraciones y súplicas de su amado Hijo, se digne mirar propicio nuestras humildes peticiones. Digamos con fe: R. Padre Santo, escúchanos 1. Por los pastores y ministros de la Iglesia, para que tomen a Cristo como su modelo y guíen con valentía al pueblo de Dios al reino de la justicia y del amor. Oremos 2. Por todos los cristianos del mundo, para que lleguen a ser el pueblo santo de Dios; por los que han perdido la fe, para que nuestra vida cristiana sea tan creíble que les inspire volver a Cristo. Oremos 3. Por los líderes de las naciones, para que promuevan siempre la libertad y dignidad del hombre, y coloquen la justicia y la calidad de vida por encima de la ganancia económica y del poder. Oremos. 4. Por los enfermos y agonizantes, para que la compañía de Jesús resucitado, sea el bálsamo que alivia a todos los que sufren, para que descubran el sentido cristiano a la vida y siempre confíen en la misericordia del Padre. Oremos 5. Por nuestra comunidad, para que se estrechen los vínculos de comunión entre todos los que la formamos y nos convirtamos así en terreno propicio en el que puedan surgir vocaciones. Oremos Oración conclusiva Acoge, oh Dios, las oraciones que tu Iglesia te presenta en esta celebración que es renovación del misterio de salvación Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén

Jue 22 Abr 2021

Material guía para la “Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones”

Este domingo 25 abril, Día del Buen Pastor, se celebra la versión 58 de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones que en esta ocasión tiene como lema “San José: el sueño de la vocación”. En este contexto, el Departamento de Ministerios Ordenados y Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia presenta un material de apoyo, con el objetivo de facilitar el trabajo de los delegados de la pastoral vocacional y promover actividades en comunión con las jurisdicciones eclesiásticas del país. Además, ayudará a la oración y la reflexión de los animadores vocacionales y de quienes se sientan llamados al servicio de la Iglesia en el ministerio sacerdotal o la vida consagrada. En la presentación del subsidio se recuerda que el Papa Francisco tituló esta jornada con el nombre del padre adoptivo del Hijo de Dios, “San José: el sueño de la vocación”, invitando así a contemplar al patrono de la Iglesia universal por su testimonio y por ser capaz de orientar el camino de las vocaciones. Además, resalta que el mensaje se desarrolla a partir de tres palabras claves: sueño, servicio y fidelidad, “exaltando de modo singular la figura extraordinaria y cercana de san José a nuestra condición humana, que, con su ejemplo silencioso y su vida ordinaria, realizó algo extraordinario a los ojos de Dios; sus virtudes de padre, su capacidad de dar y generar vida en lo cotidiano, lo cualificaron para ser llamado por Dios al servicio de su Hijo como padre adoptivo”. Este subsidio ya se encuentra alojado en la sección “Iniciativas pastorales en tiempo de pandemia” del micro sitio https://iglesiaantecoronavirus.cec.org.co/ También puede descargarse directamente en la parte inferior de esta nota. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]