Mar 13 Dic 2022
8 diciembre | Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1,26-38
¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!
CUANDO ya Isabel se encontraba en el sexto mes de su embarazo, envió Dios al ángel Gabriel a una población de Galilea llamada Nazaret, a donde una joven virgen que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente de David. La joven se llamaba María.
El ángel llegó a donde ella y le dijo:
«¡Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo!»
Ella se sorprendió al oír estas palabras y se puso a pensar qué
significaría ese saludo.
El ángel le dijo:
«No temas, María,
que Dios ha tenido predilección por ti.
Mira, vas a concebir y dar a luz un hijo varón
y le pondrás por nombre de Jesús.
Será grande, más aún, se le conocerá como Hijo del Altísimo.
El Señor Dios le dará el trono de su padre David,
y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre,
pues su reinado no tendrá fin».
María le preguntó al ángel: «¿Cómo puede ser esto, siendo yo virgen?»
El ángel le respondió:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti
y quedarás a la sombra poderosa del Altísimo.
Por eso, a tu hijo lo llamarán Santo e Hijo de Dios.
Además, debes saber que tu parienta Isabel
también ha concebido un hijo, a pesar de su vejez.
Y ella, que decían que era estéril,
ya está de seis meses,
porque para Dios no hay nada imposible».
María contestó:
«Yo soy la esclava del Señor.
¡Que se cumplan en mí tus palabras!»
Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor.