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colombia

Mié 5 Mar 2025

Vida, paz, reconciliación, educación y libertad religiosa: temas del encuentro entre la Conferencia Episcopal y el presidente Gustavo Petro

Cerca de hora y media duró la reunión de este martes 4 de marzo en la Casa de Nariño entre los integrantes de la Comunidad de Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y el presidente de la República, Gustavo Petro. Este fue el primer encuentro entre el mandatario y monseñor Francisco Javier Múnera Correa, monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos y monseñor Germán Medina Acosta, luego de que en julio de 2024 fueran elegidos presidente, vicepresidente y secretario adjunto, respectivamente. El diálogo abordó temas cruciales para el país, como la paz, la reconciliación, la crisis humanitaria en varias regiones y el papel de la Iglesia en la construcción de un marco ético para los procesos de diálogo.Monseñor Francisco Múnera expresó que el encuentro se desarrolló bajo un clima muy cordial y receptivo. En el espacio también estuvieron presentes la Canciller Laura Sarabia y la Directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Angie Lizeth Rodríguez.Agendas del encuentroDe acuerdo con el presidente del Episcopado Colombiano y arzobispo de Cartagena, la reunión se desarrolló bajo dos agendas o dimensiones temáticas centrales: 1. Los compromisos y preocupaciones de la Iglesia alrededor de los temas asociados a la reconciliación y a la paz del país. 2. Otros temas de clave para la Iglesia, como los asociados a la vida, la familia, la educación religiosa escolar y la libertad religiosa.Presentación de la nueva Presidencia de la CEC y compromiso con la paz“Le manifestamos al señor Presidente nuestra disponibilidad para apoyar toda la tarea y el servicio que él y su Gobierno realizan, así como nuestras preocupaciones e inquietudes, que recogemos especialmente de nuestros hermanos obispos y del trabajo que realizamos en todo el país”, señaló monseñor Múnera.Monseñor Francisco destacó que la Iglesia ha sido un actor clave en los procesos de paz que se han adelantado en el país y que, en este caso, desde el inicio del Gobierno del presidente Gustavo Petro, cuando se le pidió a la anterior Presidencia de la CEC, encabezada por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, acompañar los esfuerzos de diálogo y reconciliación actuales, así se ha seguido haciendo.Preocupaciones por las comunidades y crisis humanitariasUno de los puntos centrales de la reunión fue la situación de las comunidades en regiones como el Catatumbo, el Chocó, el Cauca y otras zonas afectadas por el conflicto armado y la violencia. De acuerdo con el presidente del Episcopado, le expresaron al presidente Petro la urgencia de acciones concretas para aliviar el sufrimiento de estas poblaciones.“Le pusimos de relieve la importancia de tener en el centro a las comunidades y su sufrimiento, sus expectativas y sus esperanzas. Nuestro aporte a la paz y la reconciliación del país está en nombre de las comunidades a quienes servimos y a quienes nos debemos, y desde el Evangelio”, afirmó el presidente de la CEC.Además, los obispos plantearon la necesidad de un “marco ético de la paz” que guíe los diálogos con los actores armados ilegales.“Para nosotros como Iglesia, hay principios no negociables, como el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Si esto no se respeta mínimamente, ¿qué sentido tiene hacer parte de una mesa de acompañamiento?”, cuestionó monseñor Múnera.Diálogo social y acciones concretasEl presidente de la CEC destacó que, además de los diálogos con los actores armados, es fundamental priorizar el diálogo social con las comunidades.“Encontramos que hay escenarios muy interesantes donde podemos aportar, no solo en las dinámicas de acción humanitaria, sino también en abrir perspectivas de esperanza”, dijo.En particular, se refirió a la crisis en el Catatumbo, donde se debe garantizar el retorno de las personas desplazadas por los enfrentamientos y amenazas y en la reconstrucción del tejido social.Vida, educación y libertad religiosaAdemás de los temas relacionados con la paz, los obispos plantearon al presidente Petro otras preocupaciones de la Iglesia, como la libertad religiosa y el derecho de los padres a escoger la educación religiosa para sus hijos.“Manifestamos la necesidad de generar interlocución en otros ámbitos, como la libertad religiosa de cultos, donde la Iglesia católica pueda tener un asiento más significativo, no para reclamar privilegios, sino para hacer valer los derechos que nos asisten como confesión”, explicó monseñor Múnera.También se abordaron temas relacionados con el cuidado del medio ambiente, en línea con los compromisos adquiridos durante la COP16 en Cali y, por supuesto, con el interés de la Iglesia por el cuidado de la casa común desde la ecología integral.“Nos duele ver que territorios como la Amazonía, la Orinoquía, el Chocó y el Pacífico están siendo destruidos por la minería ilegal, la siembra de coca y la explotación irracional”, expresó el arzobispo de Cartagena.Otros temas claveMonseñor Francisco Múnera afirmó que también le reconocieron al presidente Petro sus esfuerzos del Gobierno por avanzar en la equidad y la justicia, pero también haciendo un llamado a la serenidad y al diálogo.“Pedimos que las reformas necesarias se hagan en un mayor clima de serenidad. Esto requiere un gran esfuerzo de todos”, afirmó el Arzobispo de Cartagena.Además, reiteró la preocupación de la Iglesia por el reclutamiento de menores, los asesinatos de líderes sociales y los firmantes de la paz, así como por la destrucción de los recursos naturales.“A las puertas del tiempo cuaresmal, hacemos un llamado a la reconciliación con Dios, con nosotros mismos, con los hermanos y con la casa común”, concluyó monseñor Múnera, subrayando el compromiso de la Iglesia con la construcción de un país más justo y en paz.Vea la declaración del Presidente del Episcopado Colombiano sobre el desarrollo de la reunión:

Mar 4 Mar 2025

Cuaresma de solidaridad en Colombia: campaña de la Iglesia busca ayudar a miles afectados por el conflicto y las emergencias

Este miércoles, 5 de marzo, Miércoles de Ceniza, la Iglesia colombiana dará inicio a la Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes 2025. Se trata de una iniciativa que tiene como propósito central recaudar fondos para apoyar las obras sociales que desarrollan diversas instituciones eclesiales en beneficio de los más necesitados en el país. Entre ellos, personas afectadas por el conflicto armado y por emergencias ambientales; personas de escasos recursos económicos; y personas migrantes.Un llamado con eco a la solidaridad: 44 años apoyando a los más vulnerablesAnualmente, desde hace 44 años, la campaña de Comunicación Cristiana de Bienes es convocada por la Iglesia durante la Cuaresma, tiempo en el que se exhorta a los fieles a practicar con mayor profundidad la caridad. Hoy el llamado es más fuerte, pues son millones de familias las que enfrentan situaciones de vulnerabilidad, incertidumbre y necesidad en los territorios. De ahí que la convicción principal que plantea la iniciativa en este 2025 sea: “Somos la fuerza solidaria que impulsa a Colombia”.La campaña es liderada por el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana (SNPS-CC), pero se lleva a cabo en todas las jurisdicciones eclesiásticas del país. El 20% del dinero recaudado es enviado al SNPS para ayuda humanitaria, el 80% restante se queda en las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos para apoyar necesidades locales.Catatumbo, Chocó, Cauca y Arauca: las regiones que más se verán beneficiadas en 2025Con las donaciones recolectadas este año a través de la campaña, el Secretariado Nacional de Pastoral Social priorizará el apoyo a comunidades de aquellas regiones donde las crisis humanitarias se han agravado: Catatumbo, Chocó, Cauca y Arauca.El impacto tangible de la solidaridad en 2024Gracias a los aportes recolectados durante la campaña del 2024, en lo corrido de ese año, desde el Fondo Nacional de Emergencias, el Secretariado Nacional de Pastoral Social logró apoyar a 12.964 personas en 27 municipios del país. Se dio respuesta a 17 emergencias por conflicto armado y a 8 emergencias naturales. Esto se tradujo en cerca de $485 millones de pesos en ayudas. Entre ellas: kits alimentarios, kits de emergencia, kits de cocina, kits de primeros auxilios, filtros de agua y capacitaciones sobre temas como primeros auxilios psicológicos.Durante los primeros dos meses del 2025, los recursos restantes en ese mismo Fondo Nacional de Emergencias fueron destinados para atender la crisis en el Catatumbo.La Arquidiócesis de Bogotá y su despliegue solidario con el CatatumboEn un gesto de profunda solidaridad, laArquidiócesis de Bogotá, bajo el pastoreo del Cardenal Luis José Rueda Aparicio,decidió destinar los fondos recaudados durante esta campaña a la ayuda humanitaria para elCatatumbo, especialmente, apoyando la acción pastoral que realizan lasDiócesis de Tibú y Ocaña con las comunidades campesinas desplazadas y confinadas.¿Cómo se pueden unir los colombianos a esta iniciativa?Los aportes serán recolectados a través de las diversas parroquias del país, o también se pueden realizar donaciones de manera digital a través de la página web del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana: https://caritascolombiana.org/donar/

Vie 7 Feb 2025

Siete llamados urgentes de los obispos colombianos, al cierre de su CXVIII Asamblea: “No podemos seguir aplazando la búsqueda de la unidad”

Al concluir su CXVIII Asamblea Plenaria, celebrada del 3 al 7 de febrero en Bogotá bajo el lema "En esperanza, por una Iglesia sinodal, misionera y misericordiosa", los obispos colombianos convocan a todos los actores de la sociedad a trabajar juntos en una misión que -afirman- no se puede aplazar más: la construcción de un país cimentado en los valores, la verdad y el bien común, “por encima de intereses egoístas o partidistas”. Unidad y reconciliación: imperativos para ColombiaEn su mensaje, los obispos subrayan que es imperativo apostar por la reconciliación y promover un proyecto de país que priorice la paz con justicia social, la participación y el compromiso de todos."Cada acción de bien se debe convertir en una pedagogía cotidiana de paz que detenga la fuerza del mal y sume al propósito de la unidad y la paz", afirman, recordando que esta es la lógica del amor, basada en hechos y no en palabras.El coraje de la sociedad civil y el llamado a no dejar a nadie atrásEl mensaje también resalta el papel fundamental de la sociedad civil en la transformación del país. "Colombia tiene el deber de avanzar, y será fundamental el coraje y la determinación de la sociedad civil", señalan los obispos. Hacen un llamado a superar el individualismo y a priorizar el bien común, recordando que "Dios sigue manifestándose a través de los pobres y de los acontecimientos de la historia humana". Los prelados no pasan por alto las graves crisis humanitarias que afectan al país, como la situación en el Catatumbo, el drama de los migrantes, los desplazados y las víctimas de la violencia."Los marginados y las víctimas muestran permanentemente las heridas de nuestras relaciones fallidas", recordaron que "la mejor política es la que garantiza la dignidad de todos, la paz y el bien común".Una Iglesia en conversión: caminar juntos hacia un horizonte comúnInspirados por la sinodalidad, tema que transversalizó su CXVIII Asamblea Plenaria, los obispos reconocen que la Iglesia también está llamada a convertirse y a alimentar las relaciones en todos los ámbitos. Citando el Documento Final del Sínodo, afirman que todos sus miembros deben "alimentar las relaciones: con el Señor, entre los hombres y las mujeres, en las familias, en las comunidades, entre los cristianos, entre los grupos sociales, entre las religiones y con la creación".Este camino de conversión -afirman- implica revisar qué se está haciendo mal como Iglesia, como país y de manera personal. En este sentido, invitaron a "caminar juntos", sin discriminaciones, recordando que "todos estamos en la misma barca en dirección hacia un horizonte común", como lo ha señalado el Papa Francisco.La esperanza activa como motor de cambioEn el contexto del Año Jubilar 2025 que celebra la Iglesia y que tiene como horizonte la esperanza, los obispos colombianos resaltaron que la esperanza no es una actitud pasiva, sino la suma de acciones positivas en el presente, especialmente frente a una crisis nacional agravada por el narcotráfico, la minería ilegal y la corrupción."Actuamos como sembradores de esperanza si estamos movidos por la búsqueda de la justicia y hacemos solo y siempre el bien", afirmaron.Llamado a la responsabilidad ciudadana y a una nueva generación de líderesLos obispos hicieron un llamado a la "valentía de la responsabilidad ciudadana", instando a los colombianos a poner el bien del país por encima de intereses egoístas o partidistas, y para encontrar nuevas maneras en este propósito, resaltaron el protagonismo de los jóvenes."Necesitamos formar una nueva generación de líderes que, con capacidad de escucha, se pongan al servicio del proyecto común de país", señalaron, citando la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco.El papel esencial de las mujeres en la construcción de la pazEl mensaje también destaca el papel crucial de las mujeres en la contención de la guerra y las violencias. "Ellas constituyen la mayor fuerza en la contención de la guerra y de las violencias; su sensibilidad por la vida y lo humano crea un marco de posibilidad para Colombia", afirmaron los obispos. En este sentido, las alentaron de manera especial, a liderar la defensa y promoción de la vida, así como iniciativas que conduzcan al perdón, la reconciliación y la paz.Unidos en oración por la renovación de ColombiaFinalmente, los obispos invitan a todos los creyentes a unirse en oración por la renovación del país. "Queremos juntos 'dar razón de la esperanza'", concluyen, recordando que la Santísima Virgen María, como escuela de esperanza, debe inspirar la renovación de la Iglesia y el propósito de una nación reconciliada y en paz.Con este mensaje, los obispos colombianos reafirman su compromiso con la construcción de un país más justo, solidario y en paz, e instan a todos los colombianos a sumarse a este propósito desde la esperanza y la acción concreta. Vea el mensaje leído por el Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta:

Mié 5 Feb 2025

Obispos colombianos piden a las instituciones enfocarse en brindar respuestas efectivas a las comunidades que padecen la crisis humanitaria

Reunidos en su CXVIII Asamblea Plenaria, los obispos colombianos se pronunciaron a propósito de la compleja situación política y social que vive el país; hicieron un llamado a las autoridades, las instituciones y la sociedad civil a "no dejarnos distraer por coyunturas" y atender de manera articulada los problemas más profundos y urgentes de la nación, especialmente la crisis humanitaria que afecta a tantas comunidades, entre ellas, las presentes en la región del Catatumbo.“Nos interpela el clamor y el sufrimiento de las personas y las comunidades, que están siendo gravemente afectadas”.En el pronunciamiento los obispos también pidieron atención urgente para los migrantes, desplazados, confinados y retornados, víctimas de la creciente violencia en las zonas rurales del país.Llamado al Gobierno NacionalLa Conferencia Episcopal de Colombia exhortó al Gobierno Nacional y a todas las instituciones del Estado a trabajar de manera conjunta para lograr soluciones efectivas, focalizándose en el bien de la nación para alcanzar el país unido y en paz que tanto se anhela.Esperanza en las comunidadesPese a la gravedad del panorama, los obispos hiciern un llamado a mantener la esperanza y fortalecer las iniciativas que están surgiendo desde las comunidades para enfrentar la crisis.Lectura del pronunciamiento por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Francisco Múnera Correa:

Mar 4 Feb 2025

Obispos colombianos abordan retos sociales del país e inician la definición de compromisos para implementar la sinodalidad

Este martes, 4 de febrero, los obispos colombianos centraron su Asamblea en dos dimensiones: el análisis de la realidad nacional y el inicio del trabajo sobre implementación de la sinodalidad, a partir de la conversión de las relaciones con y entre los diferentes miembros de la Iglesia.Espiritualidad: el punto de partidaEl punto de partida fue la celebración de la Eucaristía, en esta ocasión, presidida por monseñor Oscar Vélez Isaza y concelebrada por los obispos de Montería, monseñor Ramón Alberto Rolón Güepsa, y Magangué, monseñor Ariel Lascarro Tapia. Durante su homilía, el prelado de Valledupar recordó a sus hermanos que la cercanía hecha de escucha atenta y mirada solícita a la fragilidad del ser humano, es la huella de la presencia de Cristo en su ministerio episcopal. Además, los instó a siempre “cuidar, defender y restaurar la vida de forma integral”.Análisis de la realidad nacional: signos de los tiempos y signos de esperanzaSin duda, los múltiples desafíos que vive hoy Colombia en materia social, política y económica son de gran interés para los obispos; esto explica que la misión de la Iglesia no puede ser ajena a la realidad de las comunidades que pastorean. Por esta razón, orientaron la primera parte de su jornada a identificar caminos para responder y acompañar las diversas realidades, como Iglesia sinodal.A partir de la exposición hecha por el experto temático invitado que, en esta oportunidad, fue el exministro de Hacienda y Crédito Público Mauricio Cárdenas Santamaría, desarrollaron espacios de profundización a nivel grupal. Para ello, se distribuyeron en siete regiones, cada una integrada por dos provincias eclesiásticas. Allí, identificaron realidades territoriales comunes en calidad de signos de los tiempos y oportunidades para el trabajo de la Iglesia, como signos de esperanza. Además, formularon algunos acuerdos para asumir de manera colectiva. En la emisión de ‘Así va la Asamblea’, el Obispo de Ipiales, monseñor José Saúl Grisales, el Obispo Auxiliar de Medellín, monseñor Mauricio Vélez y el Obispo de Ocaña, monseñor Orlando Olave, dan a conocer algunos de esos análisis.Sinodalidad: la Conversión de las RelacionesEl espacio de la tarde en este segundo día estuvo dedicado a la Sinodalidad, específicamente, sobre la dimensión denominada “Conversión de las relaciones”. La encargada de guiar a los obispos en esta profundización fue la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidente de la Confederación Latinoamericana de Reliogiosos y Reliosas, madre sinodal. Lo hizo a partir de lo planteado en la segunda parte del Documento Final de Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.Posteriormente, por grupos, definieron modos concretos para avanzar en la conversión de las relaciones, teniendo en cuenta, especialmente, cinco grandes grupos desde la realidad de sus jurisdicciones eclesiásticas: fieles laicos, ministros ordenados, vida consagrada, los frágiles y los excluidos.La mujer en la misión de la Iglesia colombiana desde la sinodalidadSobre este tema, en ‘Así va la Asamblea’, el obispo de la Diócesis de Sonsón-Rionegro, monseñor Fidel León Cadavid, compartió dos importantes categorías relacionales que cobraron un importante protagonismo en medio del análisis del grupo en el que participó: las mujeres y los funcionarios públicos. Sobre esto detalló:“Curiosamente no estaba ahí incluido pero podíamos añadir subgrupos y todos coincidimos en la relación con las mujeres, porque es un tema que toma el Documento Final del Sínodo con amplitud; la necesidad de convertirnos a esa apertura a la misión y a la presencia de la mujer dentro de la Iglesia, para poder vencer resistencias. Necesitamos que no hayan muros y prejuicios que le impidan algún grupo dentro de la comunidad eclesial hacer presencia, actuar y ser copartícipe de la misma misión. También hablamos del contacto y la relación con los funcionarios públicos, que es fundamental mantener esa puerta abierta de relación para lograr tener una mejor en acción que favorezca a toda la comunidad eclesial y civil”.Impacto del cese de ayuda de Estados Unidos en la acción pastoral y social de la IglesiaLa suspensión de todos los proyectos de ayuda internacional ordenada recientemente por el presidente estadounidense Donald Trump, también ha impactado la acción social de la Iglesia colombiana. Por ejemplo, en aquellas iniciativas del Secretariado Nacional de Pastoral Social y las pastorales diocesanas enfocadas en apoyar a migrantes, refugiados y colombianos retornados.En el contexto de esta Asamblea, monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, explicó que, al no contar con los recursos provenientes de este apoyo que ha venido brindando el Gobierno de Estados Unidos, la Iglesia Católica dejará de atender a 15.000 personas en nueve jurisdicciones eclesiásticas del país.“No se podrá hacer la atención socio-jurídica que se hacía, la atención psicosocial, la ayuda para emprendimientos, para seguridad alimentaria, para formación; el apoyo para que pudieran descansar, por ejemplo, mientras iban de viaje o mientras accedían a algunos apoyos en el campo de la medicina”.Monseñor Barreto recordó que instituciones de la Iglesia Católica colombiana como la Pastoral Social siempre han sido de mucha confianza para entidades como USAID, todas las del Sistema de Naciones Unidas, la Unión Europea y para muchas otras organizaciones del mundo, “porque confían en que realmente nosotros manejamos bien los recursos y llevamos a cabo la tarea que se pretende hacer a nivel humanitario”, enfatizó.Vea todos los detalles y pronunciamientos en el informativo del Episcopado Colombiano:

Lun 3 Feb 2025

Obispos colombianos inician su CXVIII Asamblea Plenaria “anclados en la esperanza” frente a los desafíos que vive el país

Este lunes, 3 de febrero, con una Eucaristía presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, los obispos colombianos dieron inicio a su CXVIII Asamblea Plenaria. Durante la celebración, el Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia convocó a sus hermanos a tener una fe combativa y resistente; y a renovarse en la fraternidad misionera con Jesús para ir a evangelizar a la “otra orilla” de ambientes desconocidos, distintos a los eclesiales, acudiendo siempre a la humanidad.“Señor, danos valentía de corazón porque los obispos esperamos en ti”, expresó el purpurado al finalizar su homilía.Posteriormente, en su discurso inaugural monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, destacó la importancia de vivir la sinodalidad, fortalecer la esperanza y asumir con audacia la misión evangelizadora en medio de los múltiples desafíos sociales y eclesiales que vive Colombia.Al referirse a la situación actual del país y al trabajo que realizarán al respecto durante esta Asamblea, el Presidente del Episcopado ratificó que, como pastores, renuevan su compromiso de continuar en el servicio a la reconciliación y a la paz de Colombia, favoreciendo todos los esfuerzos que den alivio y esperanza a las comunidades. Además, hizo un importante llamado al Gobierno Nacional, a los diferentes actores institucionales y a los grupos armados:“Proponemos, tanto al Gobierno Nacional como a los distintos actores convocados en las Mesas de Diálogo y a los países acompañantes y garantes, la construcción de un marco ético que garantice el respeto a la vida, a los derechos humanos, al derecho internacional humanitario y dé claridad y seguridad sobre el propósito de la paz que se quiere alcanzar”.En este sentido, monseñor Múnera evocó también el llamado que ha hecho el papa Francisco en diversas ocasiones al país: “nos ha insistido en no ahorrar esfuerzos en esta tarea y recientemente, en su discurso al cuerpo diplomático, en el Vaticano, el 9 de enero de este año, nos reiteró este llamado: “Duele también constatar que permanecen, especialmente en el continente americano, varios contextos políticos de enfrentamiento político y social […]. Pienso en Colombia, donde confío que con la ayuda de todos se pueda superar la multiplicidad de los conflictos que lastiman al país desde hace demasiado tiempo””.Sinodalidad: un estilo de vida eclesialEl presidente del Episcopado inició su mensaje recordó los dos grandes acontecimientos que marcaron el horizonte de la Iglesia en 2024: la conclusión del Sínodo sobre la Sinodalidad y la apertura del Jubileo Ordinario de la Esperanza. Citando al Santo Padre, subrayó: “la Iglesia sinodal para la misión necesita que las palabras compartidas vayan acompañadas por hechos. Este es el camino”.El presidente del Episcopado Colombiano enfatizó en el sentido profundo de la sinodalidad. Se refirió a ella como un estilo de vida eclesial que debe suscitar nuevas experiencias de comunión, participación y misión. “La sinodalidad actualiza la misión y nos invita a definir modos concretos para vivirla en nuestras Iglesias locales y en las provincias eclesiásticas”, afirmó.La esperanza como brújula en tiempos difícilesEn segundo lugar, monseñor Múnera se refirió al Jubileo de la Esperanza convocado por el papa Francisco; recordó la urgencia de ser “peregrinos de esperanza” en un mundo marcado por la guerra, la pobreza y la exclusión. Destacó que el primer signo de esperanza debe ser la paz, especialmente en un país como Colombia, sumergido en conflictos históricos.“El Papa nos pide ofrecer signos tangibles de esperanza a los más vulnerables: los privados de libertad, los enfermos, los jóvenes, los migrantes, los ancianos y los pobres”, señaló, recordando que las obras de misericordia son también obras de esperanza.Una Iglesia en salida misioneraInspirado en el XIII Congreso Nacional Misionero celebrado en julio de 2024, el Centenario Misionero de la Iglesia Colombiana, monseñor Francisco Múnera también hizo un llamado a redescubrir la pasión por la misión. “Seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra”, citó, subrayando la urgencia de ser “misioneros aquí, allí, allá y más allá de nuestras fronteras”.El Arzobispo pidió fortalecer la misión ad gentes en las Iglesias particulares, especialmente en las periferias geográficas, culturales y existenciales. “La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción”, recordó, citando las palabras del papa Benedicto XVI en Aparecida, las mismas que el papa Francisco evocó en Evangelii Gaudium. Además, destacó la importancia de los movimientos apostólicos y la cooperación entre las provincias eclesiásticas para enviar equipos misioneros integrados por laicos, consagrados y ministros ordenados.Reconciliación, paz y cuidado de la casa común: signos concretos de esperanzaJunto al llamado por la reconciliación y la paz, monseñor Múnera destacó el papel de la Iglesia en la promoción de la conversión ecológica, inspirada en la encíclica Laudato si’. “Podemos ser promotores de participación ciudadana, educación para el cuidado, diálogo y alianzas en el ámbito del cuidado de la casa común”, señaló.“Anclados en la esperanza”Al finalizar su mensaje de instalación, monseñor Múnera invitó a los obispos a mantenerse anclados en la esperanza, mirando a Cristo como centro de su ministerio.“La esperanza cristiana nos asegura que, ante la muerte, la vida no termina, sino que se transforma”, afirmó, citando la Bula Spes Non Confundit con la que el papa Francisco convocó el Jubileo 2025.El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia concluyó su alocució encomendando el trabajo de la Asamblea a la Virgen María, “testigo más alto de la esperanza”. Recordó que, desde santuarios como el de Chiquinquirá, Ella ofrece fortaleza y consolación a la Iglesia en Colombia.Con este llamado a la sinodalidad, la esperanza y la misión, y con la esperanza de Cristo en el horizonte, esta CXVIII Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano será un espacio clave para definir el rumbo de la Iglesia en el país en los próximos años.Vea a continuación la transmisión de la Eucaristía inaugural presidida por el Cardenal Luis José Rueda Aparicio:

Vie 31 Ene 2025

CXVIII Asamblea: Obispos definirán orientaciones para implementar el Sínodo de la Sinodalidad en la Iglesia colombiana

Del 3 al 7 de febrero, los obispos y administradores de las 78 jurisdicciones eclesiásticas de Colombia, es decir, de las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos, se encontrarán en Bogotá para celebrar su Asamblea Plenaria 118. En esta oportunidad, buscarán definir, de manera conjunta, acciones efectivas para aportar a los desafíos que afronta actualmente el país a nivel social, político y económico. Además, concretar orientaciones que permitan hacer vida el Sínodo sobre Sinodalidad en la Iglesia Católica colombiana, a partir de lo estipulado en el Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, finalizada en Roma en octubre de 2024.La metodología que usarán los prelados durante esta Asamblea priorizará el trabajo grupal. Desde el análisis de la realidad, enfatizando en las necesidades de los territorios y acudiendo a la escucha de diversos expertos; hasta la identificación de caminos que permitan implementar el Sínodo sobre Sinodalidad en las diversas Iglesias locales. Para esto, se centrarán en cuatro dimensiones o bloques temáticos: la conversión de las relaciones, la conversión de los procesos, la conversión de los vínculos y la formación de un pueblo de discípulos misioneros.En esta ocasión, la madre y los padres sinodales desempeñarán un rol fundamental. Partiendo de su experiencia en la XVI Asamblea General Ordinaria, la presidente de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos y Religiosas, la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, OND; el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá; y los arzobispos de Medellín y de Manizales, monseñor Ricardo Tobón Restrepo y monseñor José Miguel Gómez Rodríguez, respectivamente, serán los principales dinamizadores de los espacios de análisis sobre el Sínodo.Como en cada encuentro, los obispos también llevarán a cabo reuniones por comisiones episcopales para evaluar el trabajo de la Iglesia a partir de líneas pastorales específicas, y por provincias, para establecer oportunidades de articulación regional.Vea a continuación la primera entrega del informativo del Episcopado Colombiano; el Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia comparte los detalles:

Mar 30 Jul 2024

“Se requieren demostraciones de paz de parte de quienes están en las mesas de diálogo”: Obispos colombianos

A través de un nuevo mensaje, los obispos colombianos instan a que se le dé continuidad a aquellos procesos de diálogo desde los cuales puedan generarse acuerdos sólidos para la construcción de paz. Al tiempo, advierten que, para que estos esfuerzos den frutos, deben darse demostraciones concretas de paz que prioricen la protección y el respeto de la población, entre ellas, el cese al fuego.Los prelados hacen este llamado desde su preocupación por la grave situación humanitaria que continúan viviendo múltiples comunidades del país en medio de las confrontaciones y amenazas de grupos armados, como lo han evidenciado algunos desde sus diferentes diócesis. El desplazamiento forzado, confinamiento, la desaparición, el reclutamiento y el uso de menores de edad para la guerra, profundizan el clamor que recibe permanentemente la Iglesia desde diversas comunidades y territorios.“La situación humanitaria seguirá estando en el primer lugar de nuestras preocupaciones; este es el motivo por el cual nuestro servicio a las comunidades, el compromiso por caminar junto a ellas y compartir sus esperanzas y sufrimientos nos lleva a insistir con fuerza, una vez más, que la vida humana debe ser protegida y que se requieren demostraciones de paz de parte de quienes están en las mesas de diálogo y de quienes aspiran llegar a ellas”, precisan los obispos en su mensaje.Evocando las enseñanzas del papa Francisco, en el comunicado, los pastores recuerdan que “la paz requiere más valentía que la guerra”. Por lo que afirman que los esfuerzos por alcanzarla “no se pueden detener por ningún motivo”.El episcopado colombiano termina su mensaje pidiendo la intercesión de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, para que Jesús guíe a la nación y crezcan en ella brotes de esperanza.