Vie 30 Sep 2016
Dios nunca se olvida de nosotros y nos da lo que nos conviene
En este domingo, 27 del tiempo ordinario, la liturgia nos habla de la fe, de que el justo ha de vivir por la fe, y la fe es capaz de mover montañas. Algunos cristianos, sin embargo, nos desanimamos, cuando nuestras peticiones no son atendidas inmediatamente por Dios. Una verdadera actitud cristiana ha de llevarnos a fiarnos siempre de nuestro Padre Dios, que nunca se olvida de nosotros, y que siempre nos da lo que más nos conviene, aunque nos cueste entenderlo. Celebremos en la alegría y esperanza.
Lecturas
[icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Habacuc 1,2-3; 2,2-4[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 95(94),1-2.6-7ab.7c-9[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 2Timoteo 1,6-8.13-14[/icon]
[icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 17,5-10[/icon]
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon]
El contexto bíblico de las lecturas de este día está orientado a evaluar, purificar y cultivar nuestra fe. En efecto, Habacuc nos invita a perseverar en la fe, el salmo nos exhorta a escuchar la Palabra de Dios, como elemento clave del hombre de fe, Pablo, por su parte, nos invita luchar desde la fe y Lucas nos invita a cultivar la fe y a expresarla con obras concretas.
También se nos invita a mirar la realidad que nos rodea, Habacuc ve una sociedad llena de corrupción y habla a Dios, el salmo previene contra un culto vacío, simples acciones superficiales y nada de espiritualidad, Pablo motiva a Timoteo a mirar su espiritualidad para que así pueda iluminar la realidad que lo rodea.
Por último se nos exhorta a mirar en qué tenemos puesta nuestra esperanza, nuestra confianza, a fin de no endurecer el corazón a Dios, lo que significaría ser sordos o no querer escuchar a su voz.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon]
En este domingo estamos llamados a mirar de qué calidad es nuestra fe, estamos llamados a evaluar las obras que reflejan la sinceridad de nuestra fe, pues la fe es inseparable de dos virtudes importantes, el amor y la esperanza, por eso estas tres virtudes son llamadas teologales; así, por tanto, la fe tiene dos miradas que, en su vivencia, fortalecen la vida espiritual:
La primera es una mirada vertical: está puesta en Dios, como salvador, como Señor, una mirada llena de confianza y esperanza, pues la acción de Dios no defrauda, pero requiere perseverancia.
La segunda mirada es horizontal: está puesta en el prójimo, es una mirada fraterna, de solidaridad, de compromiso, es una mirada llena de amor, una mirada que no es indiferente sino que se compromete.
Por eso para ser hombres y mujeres de fe, debemos ser capaces de amar, de perdonar y de servir.
[icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon]
Hoy la Palabra nos invita, a celebrar la alegría de la fe, a poner nuestra mirada no en lo malo, ni en lo negativo de la vida y de nuestro pasado, sino a mirar al futuro con amor, con esperanza; infortunadamente las acciones negativas del pasado no las podemos cambiar pero lo que si podemos hacer es luchar para no cometer los mismos errores.
La Palabra de Dios en esta celebración nos invita a cultivar la fe, a poner sinceramente nuestra confianza en Dios y a demostrar nuestra fe con acciones llenas de amor; igualmente la recepción del Cuerpo y Sangra de Cristo nos fortalecen en estas virtudes que dinamizan nuestra vida y nos dan la clave de salvación.
[icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon]
Se pueden resaltar las palabras: Fe, Confianza, Escucha, Obediencia, Misión.
En la Misa, en lugar del acto penitencial, se puede hacer la bendición y aspersión del agua en memoria del Bautismo (formulario I), como aparece en el Apéndice I del Misal, pp. 1053-1055.
Podría seguirse el Prefacio Dominical X: «El Día del Señor», p. 392 del Misal.
Tener presente que:
El viernes 7, la Memoria Obligatoria de Nuestra Señor, la Virgen del Rosario. Motivar y realizar el Santo Rosario con intención misionera.
El sábado 8 y domingo 9: Jubileo Mariano.
Octubre es el mes del santo rosario. Orientar una decoración en el templo, en los demás lugares de culto y en los hogares, por medio de la cual se incentive a los fieles a la oración del Santo Rosario.
Mes de las misiones: comenzar a motivar a los fieles en la importancia de orar y colaborar con el trabajo misionero de las diferentes comunidades religiosas que tienen este carisma y de muchos sacerdotes que se dedican a la evangelización en territorios difíciles.
Foto CC0 Public Domain