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evangelio

Mar 21 Feb 2023

22 de febrero | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 6, 1-6. 16-18

Tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuiden de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. En verdad les digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará. Cuando ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad les digo que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará». Palabra del Señor.

Lun 20 Feb 2023

21 de febrero | Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9,30-37

El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos. EN aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutían por el camino?». Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Se sentó, llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado». Palabra del Señor.

Dom 19 Feb 2023

20 de febrero | Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9,14-29

Creo, Señor, pero ayuda mi falta de fe EN aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos. Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. Él les preguntó: «¿De qué discuten?» Uno de la gente le contestó: «Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no le deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces». Él, tomando la palabra, les dice: «¡Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? Tráiganmelo». Se lo llevaron. El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; éste cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?». Contestó él: «Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos». Jesús replicó: «¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».Entonces el padre del muchacho se puso a gritar: «Creo, pero ayuda mi falta de fe». Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él». Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió. El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto. Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie. Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas: «¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?». Él les respondió: «Esta especie solo puede salir con oración». Palabra del Señor.

Sáb 18 Feb 2023

19 de febrero | Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5,38-48

Amen a sus enemigos EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Han oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Pero yo les digo: no hagan frente al que los agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas. Han oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo". Pero yo les digo: amen a sus enemigos y recen por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si aman a los que los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludan solo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen los mismo también los gentiles? Por tanto, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto». Palabra del Señor

Vie 17 Feb 2023

18 de febrero | Lectura del santo Evangelio según san Marcos Mc 9,2-13

Se transfiguró delante de ellos Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún lavandero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías». No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo, el amado; escúchenlo". De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos. Le preguntaron: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?». Les contestó él: «Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Les digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él». Palabra del Señor.

Vie 17 Feb 2023

Voz del Pastor | 19 de febrero de 2023

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Mateo 5,38-48

Vie 17 Feb 2023

Amen a sus enemigos

SÉPTIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Febrero 19 de 2023 Primera Lectura: Levítico 19,1-2.17-18 Salmo: 103(102),1-2.3-4.8 y10.12-13 (R. 8a) Segunda Lectura: 1Corintios 3, 16-23 / Evangelio: Mateo 5,38-48 I. Orientaciones para la Predicación Introducción Después de proclamar el “Sermón de la Montaña”, San Mateo agrupa una serie de enseñanzas de Jesús que permiten ver cómo los discípulos deben entender y practicar la ley. No hay nada de teoría en las palabras del Maestro, ni tampoco prescripciones realmente nuevas, en todo el sentido de la palabra, sino unos cuantos ejemplos para orientar de forma correcta la conducta concreta y cotidiana de los discípulos ante algunas situaciones que un código legislativo, como tal, no puede prever. Aquel faro que puede guiar siempre a las personas es la ley del amor. Y es verdad que es algo que ya suena repetitivo y hasta etéreo, pero en realidad, este pasaje bien asumido, es la verdadera característica del cristianismo. Jesús va más allá de lo prescrito por la ley de Moisés. Amar como amó Jesús, pidiendo por ellos en la cruz, es acercarse a la perfección de Dios, que es amor. Jesús en persona es la revelación suprema de esta santidad y de este amor infinito de Dios. El apóstol Pablo, ya en la segunda lectura, nos indica que si somos “templos habitados por el Espíritu” pertenecemos a Cristo y por Cristo de Dios y seremos capaces de superar nuestras tendencias muy humanas de venganza, odio, resentimientos, es decir, la “sabiduría de este mundo” para que nos habite la verdadera sabiduría del Espíritu por lo cual “todo es de ustedes, y ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios”. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 38: “Ojo por ojo, diente por diente”. Es la ley del talión (tal-cual), que era común en la antigüedad y que tenía un propósito claro: limitar la venganza exagerada del más fuerte (cf. Gn 4, 23) y establecer así una cierta paridad. A nosotros nos parece una forma de justicia pasada de moda, pero no es así, también hoy vemos cómo hay venganzas exageradas por alguna falta cometida. Pero esto no resuelve el mal sino que lo duplica. v. 39: “Pero yo les digo”. Esta frase es el punto que hace la diferencia, porque Jesús invita a tener un punto de vista diferente, el de la “justicia excesiva del Padre” y solo esta puede romper la espiral de violencia que se genera con la venganza. En el trasfondo está la cruz de Cristo desde donde se perdona a aquellos que no saben lo que hacen. v. 39b: “Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra”. Si la primera regla para vencer el mal es no devolver mal por mal, la segunda es la disponibilidad a “tolerarlo” que significa permitir algo que no gusta o no se aprueba del todo, es la capacidad de llevar los unos el peso de los otros. No es indiferencia frente al mal sino la fuerza de llevarlo sobre sí mismo. v. 40: “Al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica déjale también el manto”. La tercera regla para vencer el mal es renunciar a tu derecho. En lugar de reivindicar sin amor tu túnica, has de estar dispuesto a renunciar incluso al manto. Es la desnudez de Cristo en la cruz, despojado de todo, por la salvación de la humanidad. v. 45: “Así serán hijos de su Padre del cielo”. Es actuar como lo que debemos ser desde el bautismo: hijos de Dios; es buscar la verdadera esencia del cristiano. v. 48: “Sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo”. El hombre es imagen de Dios y será “templo del Espíritu” solamente si es como Él. Esta santidad no separa del mundo ni del pecador, sino que se transforma en compasión que se compromete en todas las situaciones, en misericordia que abraza en cada miseria. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? ¿Qué podemos hacer, como cristianos, ante la espiral de violencia que hoy azota nuestro país? ¿Cómo me pide actuar el Señor en el lugar donde Él me ha puesto para vivir el Evangelio? En el Antiguo Testamento ya la ley preveía una medida para substituir la violencia ciega y desenfrenada por una justa proporción entre la gravedad del crimen cometido y el daño causado con el castigo o la reparación. Jesús da un paso más adelante de la ley. No pide que nos comportemos como ingenuos ni mucho menos que nos inhibamos ante la injusticia y la violencia, pero sí nos invita a ser artífices de paz y reconciliación, estando incluso dispuestos a ceder algo de nosotros mimos con el fin de detener la violencia fratricida. También en este aspecto Jesús lleva la ley a plenitud en Él mismo. ¿Tiene sentido para nosotros hoy la afirmación de Jesús en el Evangelio: “Sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo”? Jesús en persona es la revelación suprema de esta santidad y de este amor infinito de Dios. Él, el justo enviado al mundo, entregó su vida en la Cruz, por la salvación de los pecadores, Él fue el templo donde habitó el Espíritu de Dios para ser transparencia de Dios en el mundo. Si nos llamamos cristianos, ¿podemos en algo parecernos a Dios? ¿Si somos templo de Dios y el Espíritu de Dios nos habita, podemos en algo superar nuestras tendencias humanas para mirar el mundo desde la experiencia de Dios en nuestra vida? ¿Qué otra cosa entiendo por ser “templo de Dios y que el Espíritu de Dios me habite? 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? • Después de leer el texto anterior, hago una “pausa de contemplación”. • En un primer momento puedo imaginarme a Jesús que habla en el monte y proclama las bienaventuranzas. • Pido al Señor lo que deseo en este momento: ser “templo del Espíritu” para dejarme llenar por las actitudes de Cristo y tener como lema de la vida: llegar a “ser perfecto como el Padre”; particularmente pido comprender y vivir lo que Jesús dice acerca de la nueva justicia del Hijo. • Medito cada palabra de Jesús: veo cómo la vivió Él y como la vive en relación conmigo. ______________________ Recomendaciones prácticas: • En este día se puede entregar a los fieles una hoja que contenga cuatro cuadros horizontales y diez verticales. En los diez cuadros verticales se escriben los diez mandamientos. En los cuatro cuadros horizontales se hacen las siguientes preguntas: ¿Qué esclavitud quiere combatir este Mandamiento? ¿Qué valor quiere promover este Mandamiento? ¿Cómo vivo yo este Mandamiento? ¿Cómo vive el mundo este Mandamiento? Lo pueden entregar al domingo siguiente en la parroquia. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En la liturgia de hoy, continuando con el “Sermón de la Montaña”, Jesús nos presenta su “nuevo mensaje” que es el mandamiento del amor, dándole una amplitud y una generosidad tales que hacen de este pasaje uno de los más característicos del cristianismo. La invitación a “ser templos del Espíritu” y “perfectos como el Padre celestial es perfecto”, significa que también a nosotros el Señor nos ofrece la esperanza de la plenitud que comienza con nuestro comportamiento en el tiempo presente y alcanza su plenitud en la eternidad. Monición a la Liturgia de la Palabra La primera lectura que contiene la invitación “serán santos porque yo, el Señor, su Dios soy santo” nos dice que la omnipotencia y la santidad van de la mano y Dios promulga sus Mandamientos en virtud de este doble título. Por esto es preciso cumplirlos para glorificar su autoridad y honrar su santidad. El salmo responsorial es la acción de gracias del pecador, que experimenta la alegría del perdón. La segunda lectura nos habla de “ser templos de Dios habitados por el Espíritu de Dios”: las divisiones, las rivalidades, y otras expresiones similares representan la condición humana que no es habitada por el Espíritu de Dios. También nos dice “ustedes son de Cristo” para recordarnos que desde el Bautismo somos hijos de Dios y debemos vivir nuestra vida según esta condición. El Evangelio nos presenta dos nuevos ejemplos de cómo el discípulo de Cristo debe asumir la Ley e ir, incluso, más allá de lo que la misma señala y así oponer el bien al mal. El Evangelio es un código de santidad que tiene su fuente en el Padre del cielo y que Jesús enseñó por medio de palabras y, de manera perfecta, a través de sus obras. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: Nosotros, que somos templo de Dios y morada del Espíritu Santo, oremos a Dios Padre por toda la humanidad, diciendo con fe: R. Bendice, Señor, a tu pueblo. 1. Por nuestra Diócesis de N. y cada una de sus parroquias, para que acojan sin temores la santidad que viene de Dios y en ellas reine el amor y el perdón, oremos al Señor. 2. Por los ministros que anuncian el Evangelio, para que lo hagan con palabras sencillas y oportunas y además lo pongan en práctica en la vida de cada día, oremos al Señor. 3. Por los que ejercen la autoridad en nuestra Patria, para que sean honestos en sus emprendimientos, en favor de todos los ciudadanos, oremos al Señor. 4. Por aquellos que alivian a los que sufren, para que sepan reconocer a Jesucristo en los pobres, en los humildes y en lo más débiles. Oremos al Señor. 5. Por nosotros aquí presentes en la casa de Dios, para que miremos a todas las personas como amigos y sepamos perdonar a quien nos ofende, oremos al Señor. Oración conclusiva Señor, Dios nuestro, que nos concedes mucho más de lo que nos atrevemos a pedir y esperar, danos un corazón confiado y atento a las sorpresas de tu amor. Por Jesucristo, Nuestro Señor. R. Amén.

Jue 16 Feb 2023

17 de febrero | Lectura del santo Evangelio según san Marcos 8,34 - 9,1

El que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará EN aquel tiempo, llamando a la gente y a sus discípulos les dijo: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque, quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma? ¿O qué podrá dar uno para recobrarla? Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles». Y añadió: «En verdad les digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios en toda su potencia». Palabra del Señor.