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Iglesia misionera

Lun 4 Jul 2022

Directivas de la CEC visitaron el Instituto Misionero de Antropología, IMA

Como un gesto de fraternidad y unidad, el lunes 27 de junio la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), realizó una visita oficial al Instituto Misionero de Antropología, IMA, con ocasión de los cursos de presencialidad intensiva de sus estudiantes en la sede del Campus de la Universidad Pontifica Bolivariana en la ciudad de Medellín. Estuvieron presentes en esta visita Mons. Luis José Rueda Aparicio, Presidente de la CEC, Mons. Luis Manuel Alí Herrera, secretario general de la CEC, Mons. Mario Álvarez, presidente de la Comisión de Misiones de la CEC, padre Ramiro López, director del Centro de Animación Misionera de la CEC y Mons. Luis Albeiro Maldonado, obispo de Mocoa – Sibundoy y director de la sede alterna del IMA en Puerto Asís, Putumayo. El objetivo central de esta importante visita al IMA fue dar a conocer de una manera directa, con la presencia de cerca de 400 estudiantes entre indígenas, afrocolombianos y mestizos, este Instituto de la Iglesia colombiana que canaliza la educación superior de líderes de las minorías étnicas en Colombia. Después de dos difíciles años con ocasión de la pandemia, el Instituto Misionero de Antropología, en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, abrió de nuevo sus cursos de presencialidad intensiva en diciembre de 2021 y ahora su segundo curso post-pandemia del 23 de junio al 9 de julio. Para esta ocasión se cuenta con la presencia de 385 estudiantes de diversas etnias indígenas y afrocolombianos en el programa de LICENCIATURA EN ETNOEDUCACIÓN y 23 estudiantes de ESPECIALI-ZACIÒN EN GESTIÓN HUMANA. Después de una reunión privada de la presidencia de la CEC con el señor arzobispo de Medellín, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, se dio inicio a la jornada de encuentro con la comunidad de estudiantes del IMA-UPB con la celebración de la Eucaristía presidida por Mons. Rueda Aparicio, con la alegre animación musical y del canto del grupo de afrocolombianos del IMA. El mensaje de Mons. Luis José de valoración de la diversidad de etnias en Colombia y su impulso a la unidad, a la solidaridad y al trabajo por la paz y la justicia en las regiones más marginadas del país, dejó una actitud proactiva entre los estudiantes, valorando el compromiso de la Iglesia con las etnias minoritarias. Igualmente, se dio un momento para el encuentro comunitario de los estudiantes, docentes IMA-UPB y las directivas de la CEC, en el cual se destacaron los elementos centrales que le han dado vida al IMA, su filosofía, sus tradiciones y la memoria de quienes lo idearon y conformaron desde su fundación en enero del año de 1973 por un grupo de Misioneros Javerianos de Yarumal, inspirados en el pensamiento y vida de Monseñor Gerardo Valencia Cano, fundador y primer director del Departamento de Misiones del CELAM creado en 1967. Por su parte, el padre Marco Antonio Zambrano, Misionero de Yarumal y cofundador del IMA destacó como este Instituto surge impulsado por el encuentro misionero de Melgar en abril de 1968; idea que se consolidó en enero de 1973 con el primer encuentro de formación y actualización para misioneros y misioneras, consagrados y laicos, liderado por el padre Oscar Osorio Jaramillo, MXY, en la ciudad de Mitú. Estos cursos vacacionales de actualización trasladaron su sede al Seminario Intermisional San Luis Beltrán en la ciudad de Bogotá, con un encuentro intensivo de 20 días dos veces al año. Fue en el año de 1989, en la ciudad de Medellín, cuando se firmó el CONVENIO IMA – UPB con el aval del Ministerio de Educación Nacional, MEN, para la licenciatura en Etno-educación, programa académico creado e implementado por el padre Oscar Osorio y aprobado por el MEN. El padre Zambrano recordó, además, que el padre Oscar, fundador y primer director del IMA hasta el año 2012, plasmó el alma del IMA en su lema: “Nosotros al servicio de los otros en el nombre del Otro para que en el mundo haya menos hambre y todos los pueblos en Él tengan vida”. El diálogo de la Presidencia de la CEC con los estudiantes y los docentes IMA-UPB generó un ambiente de confianza, alegría y optimismo en unos y otros. Un momento muy emotivo de este encuentro fue la participación de los grupos étnicos indígenas con danzas y símbolos de sus culturas, la música representante de las comunidades de los Llanos Orientales y la música y poesía de la comunidad afrocolombiana. El convenio IMA UPB cuenta en la actualidad con otras dos sedes alternas en Puerto Asis, Putumayo y en Toribío, Cauca, además de la sede central en Medellín, con 68 docentes y con el compromiso de contribuir en la educación universitaria de muchos líderes, docentes y agentes de pastoral de las jurisdicciones eclesiásticas donde hay mayor presencia de minorías étnicas. Durante cerca de 50 años esta ha sido una contribución específica de la Iglesia colombiana en la promoción humana, cultural y social en las regiones más olvidadas y marginadas de Colombia. Mons. Luis José valoró este esfuerzo y expresó su deseo de apoyar la extensión de este proyecto educativo a muchos lugares necesitados del país. Este encuentro de la presidencia de la CEC con el IMA en su presencialidad intensiva en Medellín, terminó con un diálogo de comunicación de experiencias vividas por los docentes IMA que despertó el interés y compromiso de la Conferencia Episcopal con el Instituto Misionero de Antropología, IMA. Mientras el país ha estado inserto en los últimos 50 en una guerra fratricida que ha llevado al descuido e ignorancia de las minorías étnicas, la Iglesia ha trabajo silenciosamente a través del IMA por brindar educación profesional a muchos de sus líderes. Haciendo memoria del Padre Constantino Gutiérrez, director del IMA y de su secretaria, la señora Estela Restrepo, ambos victimas del COVID 19 en febrero de 2021, el padre Omer Giraldo, Misionero de Yarumal y actual director del IMA en nombre de la Conferencia Episcopal, destacó la relevancia de este momento histórico del IMA en su proyecto educativo en beneficio de la educación superior para las minorías étnicas de nuestro país. Fuente: Padre Omer Giraldo R. MXY Director del Instituto Misionero de Antropología – IMA Sección de ETNIAS del Centro de Animación Misionera - Conferencia Episcopal de Colombia

Jue 20 Ene 2022

Foro: Homenaje misionero a la memoria de Mons. Gerardo Valencia Cano

Al cumplirse este próximo viernes 21 de enero, los 50 años de la partida a la Casa del Padre de monseñor Gerardo Valencia Cano, quien fuera una figura religiosa destacada por la labor realizada en el entonces Vicario Apostólico de Buenaventura, la Conferencia Episcopal de Colombia y Obras Misionales Pontificias, realizarán este día a las 7:00 p.m. un foro virtual para recordar su vida y obra. A través de este foro, se busca hacer una aproximación histórica del “Hermano Gerardo”, como fu reconocido por su pueblo. Resaltando de él su camino pastoral y misional que lo vivió guiado por cuatro pilares: La piedad, la santidad, el recogimiento y la oración. Valencia Cano fue sin duda un religioso sobresaliente, dedicó su vida a gestar importantes proyectos sociales y educativos para los pobres, siendo un gran crítico de los problemas sociales que aquejaban al país y a los territorios que pastoreo durante su episcopado. Además, atendiendo los tiempos del momento, se esforzó por responder a los procesos de transformación que se venían gestando en ese momento. Fue un obispo destacado por adelantarse a poner en práctica la teología del Concilio Vaticano II, en la tarea evangelizadora de los laicos, de manera especial con la participación de la mujer en la labor misionera. Desde sus lugares de misión, en Yarumal, Mitú y Buenaventura, asumió la opción por los pobres, realizando una acción de denuncia contra la pobreza y un llamado a la Iglesia para que asumiera este compromiso hacia los más vulnerables. Nació un 26 de agosto de 1917, en Santo Domingo, Antioquia, ejerció su misión en el Instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, fue prefecto apostólico de Vaupés (1949-1953), fue miembro participante del Concilio Vaticano II (1962-1965), presidente del Departamento de Misiones de Celam (1966), director del Centro Antropológico Colombiano de Misiones, Ethnia (1966) y vicario apostólico de Buenaventura (1953- 1972). Transmisión El foro que se realizará este viernes 21 de enero, a las 7:00 p.m., será transmitido de manera virtual a través de la fanpage de la Conferencia Episcopal y por el Facebook de la CEC @Episcopadocol y por Facebook de Obras Misionales Pontificias @OMPColombia Ponentes Mons. Mario Álvarez, Obispo de Istmina; padre Manuel Valencia, psicólogo; Jeny Valencia, sobrina de monseñor Valencia; Mons. Medardo Henao del Río, Vicario Apostólico de Mitú; Oscar Guitíerrez Botero, periodista de Buenaventura; padre Omer Giraldo MXY, director del Centro de Animación Misionera de la Conferencia Episcopal; padre Joan David Sánchez, Licenciado Etnoeducación; José Iván Pérez, Gestor Educación en Buenaventura; padre Esteban Cañola, elaboró tesis maestría de monseñor Valencia; padre Javier Alexis Gil, director Obras Misionales Pontificia de Colombia y el padre Ramiro López, director Departamento de Misiones de la Conferencia Episcopal.

Mar 18 Ene 2022

El Obispo que quiso que lo llamaran hermano

Por: Jairo Alberto Franco, mxy - Se cumplen esta semana, el 21 de este enero, 50 años de la muerte del vicario apostólico de Buenaventura, el obispo Gerardo Valencia Cano. Su memoria sigue siendo un desafío para la Iglesia, especialmente la nuestra colombiana, y para todos nosotros que la queremos pobre para los pobres. Gerardo se llamó a sí mismo, así firmaba sus cartas y sus documentos, hermano, el hermano Gerardo, y así lo llamaron las gentes de Buenaventura; no quiso para sí títulos de excelencia ni de monseñor y quería ser y fue uno entre tantos, hundido en el corazón y en las luchas de sus hermanos y hermanas, decididamente con los pobres. Un obispo que se dejó tocar por el Vaticano II y por Medellín, o mejor, que dejó soplar al Espíritu Santo. Llamarse hermano y serlo: aquí hay un reto para todos los que ejercemos el liderazgo en la Iglesia. Jesús nos recomendó que no nos dejáramos llamar ni siquiera padres, ni maestros… y no sólo no le hemos hecho caso en esto tan simple, sino que hemos llegado a añadir títulos del todo ajenos a su intención, sin asidero ni en el Evangelio ni en la Tradición de la Iglesia, y que sí manifiestan culto a personalidades y acomodo al estilo de los poderosos de este mundo y a las pompas de la diplomacia. Y después de llamarse hermano y dejarse llamar así, el obispo Gerardo, pasaba a los hechos. También su forma de vestir lo identificaba como hermano; dejó a un lado el montón de arreos episcopales y se identificó, no por sus ropas, sino por su calidez humana, por su oración llena de nombres, por entrarse a las casas de los humildes y ser familiar con todos, por mediar soluciones, por su caridad pastoral, por estar allí donde lo necesitaban, por dar voz a los que nadie quería escuchar, por su sed de justicia, por su preferencia a los pobres. Cuentan los que lo conocieron que se llegó a quitar la camisa y la dio a uno que se encontró en la calle: como Cristo en la cruz, allí en el clímax de su sacerdocio, llegó a tener como único distintivo la piel desnuda y sin añadidos. Es curioso que estas cosas, tan propias de Jesús, llamarse hermano y vivir la fraternidad, que leemos todos los días en los evangelios, hayan causado escándalo y sigan causándolo en nuestra Iglesia. En su tiempo, muchos pensaron que el hermano Gerardo estaba equivocado y, por esto, tenía problemas con sus colegas obispos y los tenía también con sus hermanos de instituto, nuestro instituto de Misioneros Javerianos de Yarumal; sus últimos días no fueron fáciles, cargaba el rechazo y las acusaciones y hasta se dijo que su muerte en accidente aéreo le había ahorrado una suspensión que le venía en camino desde el Vaticano. Creo que celebrar el recuerdo de este obispo santo, un santo que anda todavía en el puerto y en los barrios de Buenaventura, y por toda América Latina allí donde se viva la opción por los pobres, sea recibir su legado y comprometernos a vivir lo que él tomó con radicalidad y sin medias tintas, esto es, la práctica de Jesús. Jairo Alberto Franco, mxy Rector del seminario de Misiones Extranjeras de Yarumal

Dom 3 Oct 2021

Somos discípulos misioneros de Jesucristo

Por: Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Comenzamos el mes de oc­tubre, que en la Iglesia lo aprovechamos para reflexio­nar sobre la misión que tenemos como bautizados, de anunciar por todas partes el mensaje, la palabra y la persona de nuestro Señor Je­sucristo (Cf. Mt 28, 19). Recorde­mos que el Bautismo nos convierte en miembros del Cuerpo de Cristo y nos hace entrar en el Pueblo de Dios, que es la Iglesia, un Pueblo en camino, que toma conciencia de ir sembrando la semilla del Reino de Dios por todas partes, con celo pastoral y ardor misionero. Por el bautismo cada uno se con­vierte en un discípulo misionero, llamado a llevar el Evangelio a to­das partes. Cada uno de nosotros los bautizados, cualquiera que sea nuestra función en la Iglesia es un instrumento activo para la evange­lización (Cf. EG 120). Somos dis­cípulos porque recibimos la fe y la enseñanza del Evangelio y somos misioneros porque nos compro­metemos a trasmitir la fe a tan­tas personas que aún no conocen a Jesús, que están alejados de Él o que lo rechazan. Así lo expresa el Papa Francisco cuando nos dice: “En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido en discípulo mi­sionero” (EG 120). “En todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santifi­cadora del Espíritu que impulsa a Evangelizar” (EG 119). En nuestra Diócesis de Cúcuta, con el desarrollo del Plan Pastoral, he­mos reflexionado durante este año en Jesucristo que es nuestra Espe­ranza, y así lo queremos vivir en este tiempo de tormenta por el que pasamos todos y como misioneros queremos ser fuente de Esperanza para muchas personas que nece­sitan una palabra de consuelo, de aliento y que cada uno puede en­tregar, dando a conocer a Jesucristo nuestra Esperanza que no defrauda. Sabemos desde nuestra experien­cia de creyentes que nadie se salva solo. Todos somos responsables de la salvación de los hermanos, por­que somos comunidad de creyen­tes; por eso, sentimos el impulso interior que da la gracia de Dios, de comunicar la verdad de la Sal­vación a todos, sobre todo a los que están alejados del Señor o lo rechazan abier­tamente, dándoles a Jesucristo a quien hemos encontrado como al mejor de los tesoros. Según el documento de Aparecida cuando afirma: “En el encuentro con Cristo queremos expresar la alegría de ser discípu­los del Señor y de haber sido envia­dos con el tesoro del Evangelio. Ser cristiano no es una carga sino un don: Dios Padre nos ha bendecido en Jesucristo su Hijo, Salvador del mundo” (DA 28). Lo que nos involucra a todos en esta misión es nuestra pertenencia a la Iglesia de Jesús. Él la quiso misio­nera, es decir, en salida anunciando la Palabra de Dios, para incluir en el proyecto de salvación a todas las gentes del mundo. El texto evangé­lico de Mateo contiene el mandato misional: “Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándo­las… y enseñándoles a cumplir todo cuanto yo les he mandado” (Mt 28, 19 - 20). Estas instruccio­nes del Señor son precedidas por un gesto de sumisión y fe de los apóstoles: Al ver a Jesús, relata el evangelista, lo adoraron, ellos que habían dudado (Cf. Mt 28, 18). El mandato de ir a bautizar hace refe­rencia a la nueva vinculación que se establece entre el bautizado y cada una de las tres Personas de la Santí­sima Trinidad que le da la identidad de Hijo de Dios al nuevo creyente. De ahí, se desprende la misión de ir a comunicar y testimoniar con la vida el Evangelio recibido y la fe asumida, para hacer crecer el Reino de Dios en el mundo, fortalecidos por la gracia de Dios, sobre todo en los mo­mentos de duda e in­certidumbre. De esto se desprende que todas las Dióce­sis, parroquias, comu­nidades eclesiales mi­sioneras, y en general, todos los bautizados, debemos escuchar con entusiasmo este mandato del envío misionero y ponerlo en práctica en cada uno de los ambientes en los que nos encon­tramos; comenzando por la familia y sembrando el Reino de Dios en el lugar de trabajo y la comunidad en la que nos movemos, con un solo propósito de dar a conocer a Jesús en todos los ambientes. Como consecuencia de nuestra condición de discípulos misione­ros, anunciando el mensaje de Je­sucristo, cosechamos en la Iglesia y en nuestra Diócesis el fruto ma­duro de la evangelización que es la caridad, en la que nuestra Iglesia Particular está comprometida, en la atención a los más pobres y ne­cesitados, a la población migrante tan necesitada de nuestra atención y misión en la siembra del Reino de Dios, tal como nos lo pide Apare­cida cuando dice: “Los discípulos y misioneros de Cristo promueven la cultura del compartir en todos los niveles en contraposición de la cultura dominante de acumulación egoísta, asumiendo con seriedad la virtud de la pobreza como estilo de vida sobrio para ir al encuentro y ayuda a las necesidades de los her­manos que viven en la indigencia” (DA 540). Desde nuestro Plan Pastoral bus­camos seguir caminando juntos, llegando a todos con el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, para transformar todas las realidades de la vida, con el propósito que la Palabra de Dios llegue a todas las periferias físicas y existenciales, para hacer crecer el Reino de Dios en esta porción del Pueblo de Dios que peregrina en nuestra Diócesis de Cúcuta y que queremos fortale­cer con la Eucaristía, la oración y la caridad. Con la conciencia de ser discípu­los misioneros de nuestro Señor Jesucristo, en familia renovamos la decisión de ser evangelizadores, in­tensificando nuestra respuesta de fe y anunciando a todos que Cristo ha redimido todos los pecados y ma­les de la humanidad. Amparados por la intercesión de la Santísima Virgen María Estrella de la Evan­gelización y del Glorioso Patriarca San José que custodia nuestra vida, vocación misión, pidamos al Señor la gracia de ser auténticos misione­ros, para hacer crecer el Reino de Dios por todas partes, cumpliendo el mandato del Señor. Para todos, mi oración y mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo electode la Diócesis de Cúcuta

Vie 1 Oct 2021

Francisco pide a las personas ser "discípulos misioneros" en la vida cotidiana

Apropósito del mes de las misiones que la Iglesia Católica anima en octubre, el papa Francisco en su intención de oración pide rezar para que cada bautizado esté disponible para la misión en cualquier momento de la vida. “Basta con estar disponibles a su llamada y vivir unidos al Señor en las cosas más cotidianas, el trabajo, los encuentros, las ocupaciones de cada día, las casualidades de cada día, dejándonos guiar siempre por el Espíritu Santo (…) cualquier momento es bueno para ser discípulo misionero”. El Pontífice señala “Recordemos que la misión no es proselitismo, sino que la misión se basa en un encuentro entre personas, en el testimonio de hombres y mujeres que dicen: ‘Yo conozco a Jesús, me gustaría que tú también lo conocieras’”. Finalmente pide orar para que cada bautizado participe en la evangelización y exhorta a cada bautizado para que se haga partícipe de la misión a través de su testimonio. “Que este testimonio de vida tenga sabor a Evangelio” "Una Iglesia sinodal no puede dejar de ser una Iglesia misionera: Card. Grech Por su parte, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de los Obispos, acoge este mensaje del Papa Francisco, advirtiendo que lo ve pertinente para la apertura del camino sinodal que inicia la Iglesia universal el 9 y 10 de octubre de 2021. "Una Iglesia sinodal no puede dejar de ser una Iglesia misionera, porque la misión no puede dejar de partir de ese dinamismo de la escucha mutua que es premisa y condición para acoger lo que el Espíritu sugiere a la Iglesia". El purpurado observa que el vídeo da testimonio no solo del estrecho vínculo entre la iglesia sinodal y la misión, sino también de la importancia de la oración para el proceso sinodal. "Solo rezando y abriendo los ojos a todo lo que nos rodea", como nos recuerda el Papa Francisco, "será posible percibir la acción ya operante del Espíritu y ser una Iglesia en movimiento, misionera, que evite la autorreferencialidad y pueda ser para todos ese 'sacramento del cuidado' que tanto necesita el mundo".

Lun 18 Nov 2019

Iglesia en la Amazonía se proyecta en salida misionera

Tras el Sínodo para la Amazonía y los diversos esfuerzos por fortalecer la pastoral y acción misionera en diversos territorios del país, de manera especial, en las zonas de mayor complejidad para su acceso, el Vicariato Apostólico de Puerto Leguízamo, animado por su obispo, Mons. Joaquín Humberto Pinzón, se encuentra trabajando en el fortalecimiento del plan pastoral desde “procesos de conversión y evangelización que lleven al encuentro con Jesucristo: camino, verdad y vida, en la apropiación de la espiritualidad de la misericordia”. En este sentido, ha explicado Mons. Pinzón, “queremos fijar la mirada en la persona del misionero y en su cuidado. Como nos pide el Sínodo de la Amazonía debemos ser Iglesia samaritana que cuida y, para lograrlo, debemos estar preparados y sentir nos cuidados por Dios”, manifestó en desarrollo de la séptima asamblea de formación permanente del Vicariato, realizada del 12 al 14 de septiembre. Durante el encuentro, acompañados por el padre Manuel Hernando Vega, director del departamento de Ministerios Ordenados y de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal de Colombia, se reflexionó, entre diversos temas, sobre la persona del misionero, la pastoral presbiteral, la protección de menores y personas vulnerables, la dimensión espiritual como eje unificador de la formación permanente, el seguimiento a Cristo y el discernimiento. En la Asamblea participaron agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos misioneros.

Mié 16 Oct 2019

20 de octubre: Domingo Mundial de las Misiones

Las Obras Misionales Pontificias de Colombia (OMP) invitan a apoyar el servicio de los misioneros comprometidos con el anuncio de Jesucristo en territorios de complejo acceso, donde su aporte contribuye a la formación en la fe, la promoción de las vocaciones y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades. Para estos fines, cada año, en el mes de octubre, dedicado a las misiones, se promueve la colecta del Domund en el penúltimo domingo del mes, día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con esta obra.“Renovamos la llamada inicial de Cristo y así se despierta de nuevo nuestra conciencia misionera universal”. El lema para esta jornada en Colombia es: ‘Cada uno de nosotros es una misión’, teniendo en cuenta que “en virtud de nuestro bautismo estamos llamados a ser misioneros, a colaborar en la evangelización, para que Jesús sea conocido en todo el mundo", han explicado los promotores de la campaña. “El Papa Francisco nos ha invitado a celebrar de manera especial el Mes Misionero Extraordinario. Todo octubre está dedicado a despertar una mayor conciencia misionera ad gentes y a promover el espíritu misionero en todos los bautizados”, agregaron. Sobre la jornada, la Santa Sede ha difundido un video del Papa Francisco en el que animó a colaborar con las Obras Misionales Pontificias y aseguró que “la oración es la primera obra misionera”. “Con este breve mensaje me gustaría presentaros una realidad importante, pero poco conocida, para la misión de la Iglesia: las Obras Misioneras Pontificias”, comenzó señalando el Santo Padre en su mensaje. “Desde los primeros tiempos el apoyo recíproco entra las Iglesias locales, comprometidas en anunciar y testimoniar el Evangelio, ha sido un signo de la Iglesia universal. Efectivamente la misión, animada por el Espíritu del Señor Resucitado, amplía los espacios de la fe y de la caridad hasta los extremos confines de la tierra”. Conoce detalles de la campaña en Colombia y haz tu aporte a través de: https://ompdecolombia.org/donaciones

Mar 3 Sep 2019

'Una Iglesia en salida, al encuentro de las culturas universitarias'

Es el lema del Encuentro Nacional de Pastoral Universitaria, Delegados Diocesanos, Capellanes y responsables de Centros de Pastoral de Educación Superior, organizado por el Departamento de Educación y Culturas de la Conferencia Episcopal de Colombia y la Red de Universidades Católicas. La jornada, que se desarrollará el 1 y 2 octubre, en la sede del episcopado colombiano, tiene como objetivo articular esfuerzos institucionales, compartir las experiencias exitosas y profundizar en los nuevos horizontes magistrales, para dinamizar “el callejeo de la fe” en los contextos universitarios”. Los interesados en participar en la jornada deben inscribirse a el formulario habilitado en el link https://evangelizacinyfe.typeform.com/to/bu2V5b Posteriormente, consignar en la Cuenta Corriente No. 012-09296-1 del Banco de Bogotá (Conferencia Episcopal De Colombia, Nit. 860.021.725-1) - Formato de Recaudo Nacional, en referencia 1: Diligenciar el No. de identificación del participante o el Nit. Una vez realizada, enviar comprobante a educacionyculturas@cec.org.co. Mayor Información: educacionyculturas@cec.org.co Cel.: 3106688866 - 3124019626 - 310 4760773