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lectio dominical

Vie 3 Ene 2025

Hemos visto salir su estrella y venimos a adorar al Señor

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOREnero 05 de 2025Primera lectura: Isaías 60,1-6Salmo: 72(71), 1-2.7-8.10b-11.12-13 (R. cf. 11)Segunda lectura: Efesios 3,2-3a.5-6Evangelio: Mateo 2,1-12I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLas lecturas de este domingo del tiempo de navidad apuntan, como no podría ser de otra manera, a la presentación clara de Jesús hecho hombre entre los seres humanos. Es una suma de bienes, comenzando por la luz, lo que supone la presencia de Dios vivo; y mucho más allá de una sensación de placer es la realidad palpable de la inclusión de todos los hombres en el plan divino de la salvación. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Reconocemos en este texto del final del profeta Isaías un anuncio gozoso de la llegada de la luz; sin embargo, es como si la luz en sí no bastara para anunciarse por sí misma, hace falta quien la pregone; de hecho, el profeta ordena, impone el aviso: la luz ha de ser proclamada, el cambio de suerte de la oscuridad a la luz, de la opacidad al resplandor, de la pobreza a la riqueza no es algo que de suyo se suponga, sino que tienen un fuerte componente misional. Ya no es una esperanza, sino una certeza; el pregonero no invita a esperar sino a reconocer y a disfrutar. Es por eso que el Salmo 72, mesiánico por excelencia, se inscribe en este horizonte de los bienes de Dios presentes y no duda en describir la nueva situación como bienaventurada y dichosa, no hay que esperar ya al mesías, está presente y aquí están las maravillas asociadas a tanta grandeza.Pero mal haría el creyente en suponer que los dones de Dios son algo etéreo que da alegría como una sensación y como una emoción que, según su nombre lo indica, es algo que se mueve, se desplaza y como tal se puede fugar o acabar. La carta a los efesios es categórica cuando dice que se trata de algo que se conoce, de lo que se es consciente y que además tiene incidencia en la vida real, pues el misterio de Cristo ha sido revelado en favor de los no creyentes para que sean coherederos, miembros del cuerpo de Cristo Jesús y partícipes de la promesa, que ahora se ha revelado y cumplido. Finalmente, el evangelio según san Mateo, en este episodio hermoso de la adoración de los magos, nos regala la imagen que reúne todos componentes de luz, bienes mesiánicos, promesas cumplidas y certezas para el creyente. Son las distintas escenas, desde el lejano oriente hasta la humildad del pesebre de Belén, las que componen el mosaico preciso de la presencia plena de Dios entre los hombres. El brillo de la estrella, las riquezas de los dones, la sabiduría de los magos, la madre y su niño representan la suma de los antiguos bienes mesiánicos que no es necesario esperar más. Dios es realmente el Emmanuel, el Dios con nosotros. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?El adviento y la navidad nos han conducido por un camino de anuncios y certezas, de esperanzas y de realizaciones. Lo que al inicio, en el pesebre de Belén, fue un toque de sencillez contemplado por los más pobres del entorno, los pastores, ahora se presenta como algo grande, digno de los más eruditos de la tierra. Este actuar inédito de Dios puede ser captado y comprendido por los más pequeños y sencillos y también por los poderosos y sabios; la buena nueva de Dios viene para todos los seres humanos y por todos puede ser conocido y amado. Sin embargo, no se trata sólo de recibir el don de Dios, sino de ser consciente de él, de percibir las dádivas que suponen su presencia en nuestra historia. Es evidente que todos los hombres reciben los bienes del Señor, pero no todos tienen la dicha de saberlo. Esta solemnidad supone el reconocimiento de tanta dicha, por eso es tan propia de la navidad y da el punto de partida para la evangelización de todos los pueblos. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Oramos con fe a Dios vivo y real entre nosotros. Contemplamos su luz, recibimos sus dones, conocemos su amor. Reconocemos en todos los habitantes de esta tierra la presencia de Dios y rogamos porque cada uno de los bienaventurados sepa y pueda reconocer los dones de Dios anunciados y proclamados para alegría de todos los pueblos. Hoy nos sentimos universalmente iluminados, universalmente amados._______________________Recomendaciones prácticas:· Apertura de la Puerta Santa en San Pablo Extramuros.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos reunimos como comunidad de fe en este itinerario de la natividad del Señor para celebrar la manifestación del Señor a todos los pueblos. Como Iglesia vivimos la alegría de la fe compartida, de la presencia de Dios que todo lo hace nuevo y de la certeza de que Dios está con nosotros. Celebremos con gozo esta solemnidad.Monición a la Liturgia de la Palabra Las lecturas son en verdad palabra que ilumina, pues sus referencias a la luz son un mandato a reconocer una realidad nueva en el Señor, como lo dice Isaías; y la presencia de Dios trae consigo todos los dones, lo cantamos en el salmo; luz y bienes que se materializan en la persona de Jesús en el mundo y ante las naciones, como hermosamente lo narra el evangelio de san Mateo y lo aplica san Pablo en bien de todos los pueblos. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos nuestra súplica confiada al Padre, que en su poder se digna mirarnos propicio y digamos,R.Te rogamos, óyenos.1. Te pedimos, Padre de bondad, por el Papa, los obispos y todos los que ejercen autoridad en la Iglesia, para que sean verdaderos emisarios de la luz y de la sabiduría que viene de lo alto. Oremos.2. Te pedimos, Padre de amor, por la Iglesia universal, para que sepa ejercer su encargo de ser portadora de esperanza y de paz entre todos los pueblos. Oremos.3. Te pedimos, Padre de misericordia, por los gobernantes de las naciones, para que sean verdaderos administradores de los bienes de Dios entre sus semejantes. Oremos.4. Te pedimos, Padre de piedad, por los más débiles de la sociedad, para que el gozoso anuncio de la venida de Dios entre nosotros sea motivo para recobrar la esperanza. Oremos.Oración conclusivaPadre, acoge nuestras súplicas y ya que nos has hecho partícipes de la gloria de tu Hijo nuestro Mediador y Hermano, concédenos cuanto te pedimos por Él que vive y reina por los siglos de los siglos.R. Amén.  

Vie 27 Dic 2024

Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón.

DOMINGO DENTRO DE LA OCTAVA DE NAVIDADLA SAGRADA FAMILIA DE JESÚS, MARÍA Y JOSÉDiciembre 29 de 2024Primera lectura: Sirácida 3,2-6.12-14Salmo: 128(127),1-2.3.4-5 (R. cf. 84[83], 5a)Segunda lectura: Colosenses 3,12-21Evangelio: Lucas 2,41-52I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Solemnidad de la Sagrada Familia nos ofrece el testimonio de Jesús, María y José sobre la experiencia del amor familiar que, conducido por la fuerza de la gracia, nos permite vivir la experiencia de la gratitud por ser parte de una historia familiar en la que vivimos la experiencia de ser hijos y que, por la elección en Cristo, somos llamados a sembrar en nuestras familias el amor como camino de unidad, de reconciliación y generosidad en los hogares. En ella, los padres desarrollan su misión acompañando a los hijos a vivir su vocación como hijos de Dios que quieren hacer la voluntad del Padre haciendo lo que a Él le agrada, dedicándose a los asuntos del Reino de Dios como lo hizo Jesús.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La gratitud del don de ser hijos se expresa en el mandamiento de Honrar a padre y madre. En el capítulo 3 del libro del Eclesiastés, a la luz de Éxodo 20, 12 y Deuteronomio 5,16, el Ben Sirá instruye expresamente en que la vivencia del este precepto es signo inequívoco de la cualidad de un buen hijo. Las bendiciones que enumera el pasaje bíblico para quien asume este precepto brotan del lugar central que tiene en el decálogo: es el punto de unión entre la primera “tabla” dirigida al amor de Dios y la segunda dirigida al amor del prójimo. La llamada a cultivar y fortalecer el amor familiar se manifiesta en la carta a los Colosenses cuando el apóstol san Pablo exhorta a revestirse de Cristo. Lo que en el ámbito familiar significa asumir las actitudes de Jesús y su mensaje evangélico, que se lleva a cabo gracias a la fuerza del amor del que brota la perfección y que penetra en el corazón del creyente por la Palabra de Cristo. Este dinamismo tiene en las relaciones familiares: paterno-maternales, esponsales y filiales una oportunidad de manifestarse y revelarse para ser vividas “como le agrada al Señor”.Finalmente, el evangelio de Lucas, cuando presenta la imagen del niño Jesús en el templo, nos revela que los padres de Jesús están al servicio de acompañar al Niño a descubrir su Paternidad Divina y dedicarse a los asuntos de su Padre-Dios como su proyecto existencial para el cual ha de seguir creciendo en sabiduría y en gracia. La peregrinación en que participan refleja su disposición alegre a vivir en familia la fe mediante las acciones y gestos que reconocen como experiencias de salvación vividas en el pueblo de Israel. Los padres, si bien se ven sorprendidos por el desarrollo de la acción de Jesús, van contemplando la obra de Dios en Él y acogiendo este plan como un camino de fe y lo guardan en el corazón. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?La vocación al amor encuentra en la familia un lugar natural de comunión en el que cada uno desarrolla su identidad y responde al llamado personal a vivir como ciudadano y como creyente. En el contexto actual prima el individualismo reflejado en las formas de consumismo, emotivismo y pansexualismo que termina desvirtuando los vínculos familiares y aísla a cada miembro con la idea de que la felicidad se reduce a satisfacer sus deseos de modo absoluto. Por ello, el Papa Francisco en la exhortación Amoris Laetitia indicaba que, frente a una cultura del descarte, de lo frágil y lo efímero, se requiere fortalecer y consolidar el vínculo entre generaciones: “El vínculo virtuoso entre las generaciones es garantía de futuro, y es garantía de una historia verdaderamente humana. Una sociedad de hijos que no honran a sus padres es una sociedad sin honor” (A. L. 188).Este vínculo familiar se ve enriquecido con el fortalecimiento de las distintas relaciones que surgen dentro de esta comunión como son: •En el vínculo de los esposos, fundado sobre el amor generoso de la entrega, ellos viven la unidad en la diferencia y en el día a día, con la fuerza del Espíritu Santo, hacen que el amor, íntimo y profundo, vivido en el respeto y el apoyo mutuo, llene de sentido sus vidas compartidas.•En el vínculo entre los padres-madres y los hijos, la paternidad y maternidad responsable tiene como punto de partida el reconocimiento del don de la vida de hijo que ha sido llamado por Dios a existir y a desarrollar un camino de crecimiento que requiere ser acompañado por sus padres, quienes lo acogen en su hogar y asumen el compromiso de poner todos los medios para formarlo como un ser humano al servicio de la Iglesia y de la sociedad. Para ello son para sus hijos como testigos y maestros que con el testimonio de su vida y la tarea educativa les transmiten la fe y los introducen en la vida social para ser sus protagonistas en la búsqueda del bien común.•En el vínculo de la fraternidad, la familia cultiva en el arte de la convivencia humana y nos introduce a la fraternidad más universal en la sociedad. A su vez, la experiencia de los hermanos, educados en un ambiente de apertura al otro, de generosidad y servicio permite con mayor facilidad el reconocimiento de nuestra pertenencia a la Iglesia que es la familia de los hijos de Dios.Por ello, frente a la necesidad que tiene el ser humano de fortalecer los vínculos familiares para desarrollar su proyecto personal de vida, la Iglesia sale a su encuentro con una acción evangelizadora que lo acompañe y le ofrece los medios de la gracia para vivir el vínculo familiar. Esta tarea misionera es “una pastoral del vínculo, donde se aporten elementos que ayuden tanto a madurar el amor como a superar los momentos duros” (A. L., 211). La vida espiritual es el vínculo fundamental del que brotan y renacen los vínculos familiares como lo afirmó el papa Francisco al referirse a los esposos: “la espiritualidad matrimonial es una espiritualidad del vínculo habitado por el amor divino” (A.L., 315).3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La oración es familia es fuente de esperanza para agradecer los dones que Dios da a cada hogar, para asumir con valentía los desafíos que se presentan en su historia personal y para confiar en la Providencia Divina que no nos defrauda y que sostiene y guía constantemente a las familias como lo hizo con María y José al mostrarles el camino y enriquecerlos con su gracia para ser fieles a su vocación, perseverantes en su compromiso y audaces en el desarrollo de su misión.La oración por las familias nos sostiene en la certeza de que “la familia es al camino de la Iglesia” y “La oración refuerza la solidez y la cohesión espiritual de la familia, ayudando a que ella participe de la «fuerza» de Dios” (S. Juan Pablo II, Carta a las familias). «Jesús, María y José, la Sagrada Familia de Nazaret, hoy los miramos con admiración y confianza; en ustedes contemplamos la belleza de la comunión en el amor verdadero; les encomendamos a todas nuestras familias, para que se renueven en las maravillas de la gracia.Sagrada Familia de Nazaret, atractiva escuela del Santo Evangelio: enséñanos a imitar sus virtudescon una sabia disciplina espiritual, danos una mirada limpia que reconozca la acción de la Providencia en las realidades cotidianas de la vida.Sagrada Familia de Nazaret, fiel custodia del ministerio de la salvación:haz nacer en nosotros la estima por el silencio,haz de nuestras familias círculos de oración y conviértelas en pequeñas iglesias domésticas,renueva el deseo de santidad que sostiene la noble fatiga del trabajo, la educación, la escucha, la comprensión y el perdón mutuo.Sagrada Familia de Nazaret,despierta en nuestra sociedad la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, inestimable e insustituible.Que cada familia sea acogedora morada de Dios y de la paz para los niños y para los ancianos,para aquellos que están enfermos y solos, para aquellos que son pobres y necesitados. Jesús, María y José, a ustedes con confianza oramos y con alegría nos confiamos» (Papa Francisco)._______________________Recomendaciones prácticas:•Apertura de la Puerta Santa en San Juan de Letrán.•Apertura del año Jubilar en las Jurisdicciones Eclesiásticas (Catedrales y Cocatedrales).•Esta celebración puede ser la oportunidad para: La oración de consagración de las familias a la Sagrada Familia. Celebrar la renovación de los compromisos matrimoniales. A los esposos se les puede entregar la carta que el Papa Francisco escribió en el año 2021 con motivo de esta fiesta:https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2021/documents/20211226-lettera-sposi-anno-famiglia-amorislaetitia.html.•Enviar un mensaje de la comunidad parroquial a las familias animándolas a vivir su vocación de ser comunidad de vida y amor.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la Misa Bienvenidos a la celebración de la Eucaristía de la Fiesta de la Sagrada Familia, en este primer domingo del Tiempo de Navidad. El nacimiento de Jesús fue en el seno de una familia, que honramos y reconocemos por su disposición a acoger en su vida el proyecto de Dios y a ser fieles al mismo. La Iglesia encuentra en la familia de Nazaret: José, María y Jesús un modelo de vida de hogar y un estímulo para renovar su convicción que su tarea evangelizadora pasa por ser familia de familias. Participemos con fe y oración.Igualmente, es motivo de gran alegría este domingo, la apertura del Año Santo en las Catedrales y concatedrales de la Iglesia Universal. Aprovechemos todos los medios que el Jubileo nos propicia para crecer en vivos deseos de santidad.Monición a la Liturgia de la Palabra “Que la Palabra de Dios habite en ustedes en toda su riqueza” (Col. 3,16). Estas palabras del Apóstol Pablo nos disponen a reconocer el tesoro de la revelación de Dios sobre la familia que tiene en el Amor su plenitud. Amor de los hijos que se expresa en el honor a sus padres; amor de los esposos entre sí, que se manifiesta en el respeto y la donación mutua; y el amor de los padres a los hijos, que se revela en la pedagogía del despertar religioso de su fe y del acompañamiento en su respuesta vocacional. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Celebrando que el Hijo de Dios se encarnó, nació y creció en una familia, oremos a nuestro Padre diciendo:R. Padre, muéstranos tu amor.1. Por la Iglesia para que, como la gran familia de los hijos de Dios, siga anunciando el Plan de Dios sobre el matrimonio y la familia y sea siempre una casa abierta a todos los hogares, especialmente a las más pobres y débiles, y a quienes están solos y abandonados. Oremos.2. Por los gobernantes de las naciones para que sus políticas se encaminen a garantizar los derechos de las familias respetando y promoviendo su dignidad, su justa independencia, intimidad, integridad y estabilidad. Oremos.3. Por los animadores de la pastoral familiar para que revestidos del amor de Cristo salgan al encuentro de todas las familias de su comunidad parroquial y enriquecidos con los diversos dones y carismas: las escuchen, las acompañen en el camino del amor, les muestren la belleza del Evangelio y las guíen en la experiencia renovadora que Dios nos ofrece a todos. Oremos.4. Por las familias para que viviendo su unidad en el amor sean lugar de encuentro entre diferentes generaciones, dónde se ayuden mutuamente a crecer en sabiduría humana y divina y sean el cauce de renovación de la vida social. Oremos.5. Por los hogares para que, bajo la dirección de los padres, puedan vivir libremente su propia vida religiosa, educar a sus hijos, profesar públicamente su fe y propagarla sin sufrir alguna discriminación. Oremos.Oración conclusivaEscucha Padre, nuestra oración, que te presentamos en la fiesta de la Sagrada Familia y concédenos vivir con el mismo espíritu de esperanza, amor y fe con que ellos vivieron. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Mié 25 Dic 2024

En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres

NACIMIENTO DEL SEÑOR (Misa del día)Diciembre 25 de 2024Primera lectura: Isaías 52, 7-10 Salmo: 98(97), 1.2-3ab.3cd-4.5-6 (R. cf. 3c) Segunda lectura: Hebreos 1, 1-6 Evangelio: Juan 1, 1-18I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa liturgia de este día de Navidad nos presenta el gran signo de la Palabra hecha carne. Esta Palabra es presentada como la que es llevada y anunciada por aquel que baja de las montañas. El gran anuncio de la liberación de Israel y el fin de su destrucción, es que “Dios reina ya” y que “Dios regresa”. Por eso, la voz del mensajero trae dos gracias: la paz y la salvación y, a su vez, anuncia dos cosas: una buena noticia y el reinado de Dios. Esta Palabra de salvación es la última y definitiva con la que Dios ha querido hablar a los hombres de hoy. Es la Palabra que sostiene y purifica a quien la recibe. Ella ha venido a colocar su morada entre los hombres y tomando la realidad frágil de la humanidad, la ha llevado a su auténtica finalidad, devolviéndole el ser auténtico y dándole la capacidad de vivir como verdaderos hijos de Dios. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El proceder de Dios se manifiesta de dos modos particulares: Palabras y acciones. Es un Dios de promesa y de cumplimiento. Esta es la manera como el profeta Isaías presenta la nueva salvación de Dios dada a Jerusalén. Es el nuevo despertar que trae desde la altura de las montañas la palabra salvífica de Dios que quiere ratificar que está presente. El pueblo conocerá y comprenderá que “yo estoy aquí”. Es Así que Isaías proclama la nueva visión de Dios, al que verán con sus propios ojos, como el Dios que viene y el Dios que reina. Las ruinas dejadas por los enemigos, su desolación, reciben ahora un mensaje de esperanza. Dios no los ha abandonado, pues es un Dios que ama a su pueblo. Como diría San Agustín “Dios no puede amar y abandonar”. La encomienda del mensajero trae dos gracias especiales: la paz y la salvación. El saludo de bienestar que ofrece el “shalom”, es deseado ahora para quien comprende que Dios ha venido. La carta a los hebreos hace comprender que Dios ha pronunciado la palabra definitiva. Dios es presentado como aquel que ha predicado una palabra última. Es su Hijo, el perfecto lenguaje del Padre. Por medio de Él la presencia de Dios se vuelve comunicación directa con los hombres. Ya no es una profecía, ya no es un lenguaje simbólico, es una presencia real y segura que dialoga. Es la Palabra que sostiene con poder. Este aspecto es sugerente en la carta. La Palabra tiene el poder de sostener el universo. No se trata de una fuerza gravitacional, se trata de aquel poder que no permite el decaimiento de toda la realidad existente. La vida de Cristo, entregada, es capaz de sopesar el pecado del hombre que lo lanza a tierra, a su debilidad.San Juan inicia su evangelio con un hermoso y profundo himno donde la palabra que se ha hecho carne, es la palabra eterna de Dios. Hay un movimiento muy profundo en el que el evangelista nos dice que la palabra que “estaba con Dios”, es la palabra que hace “morada entre nosotros”. La palabra encarnada trae la presencia del Dios eterno que, creando todo, no sólo lo invade todo, sino que lo asume todo. La presencia de Jesús es la gran predicación del Padre que nos dice que no sólo quiere estar cerca de los hombres, sino asumir a los hombres. Bien lo decía el gran padre de la Iglesia Atanasio: “El Hijo de Dios se ha hecho hombre para que los hombres llegaran a ser hijos de Dios”. Asume lo que va a redimir (Ireneo de Lyón) por amor eterno. El gran mensaje de la encarnación-nacimiento es que Dios, para salvar a los hombres se abaja como ninguna divinidad lo ha pretendido, tomando al hombre no exteriormente sino integralmente. Quien asume esta gracia, la del poder de ser hijo de Dios logra salvarse, es decir, logra tener a Dios totalmente.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? Cada Navidad es una oportunidad de reconocer el obrar salvífico de Dios. No es la celebración de un nacimiento, es el canto jubiloso de que “Dios ha visitado y redimido a su pueblo” como lo expresó Zacarías en su cántico después de la mudez de la incredulidad. La fe es precisamente el poder hablar de lo que Dios ha obrado. Por eso, la Palabra de Dios de este día solemne ha querido resaltar el lenguaje de la palabra hecha carne. Lo que se ve en el pesebre es un lenguaje, una comunicación del Padre. El Hijo de Dios es Dios hablante, Dios comunicante. El silencio de la gruta de Belén rompe con un grito de Júbilo, que la noche de ayer cantó el coro de los ángeles: “hoy os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor”.La salvación ha nacido y ella es Palabra eterna de Dios. ¿Cómo hemos asumido la palabra de este tiempo de adviento? ¿Qué palabra de Salvación me ha pronunciado Dios en este día? ¿Han percibido mis oídos el poder de la palabra de Dios? No se trata de recibir a Jesús en el corazón, se trata de recibir su palabra por el oído, pues “la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo. Pero yo digo, ¿acaso nunca han oído? ciertamente que sí: por toda la tierra ha salido su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras”. Esta navidad es un llamado no a ver, sino a oír el mensaje del Padre a un mundo convulsionado y ensordecido por las voces contrarias a Dios.Es importante que resaltemos el grito de Dios, su llamado al mundo. Debemos ser como Israel, un pueblo menos interesados en la imagen visible de Dios y más preocupados en el mensaje de sus palabras. La idolatría nace no de una imagen, sino de una imagen que no habla, que no oye, que no tiene aliento en su boca, es decir, cuando no se percibe el mensaje que el autor quiere transmitir. Nuestra navidad puede ser un tiempo llego no imaginería, pero vacío de palabras, de mensajes, de llamados. ¿Dónde está hablando Dios hoy? ¿Has escuchado que te ha dicho: yo estoy contigo, tu eres mi hijo, he tomado tu carne para salvarte? ¿Te dice algo Jesús en el pesebre? Si aún no ha entrado a tus oídos esta palabra, entonces esta navidad también está llena del ruido mundano y sorda ante Dios. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Palabra de Dios siempre es comprometedora. No hay nada que Dios diga y el hombre escuche que no tenga como resultado un diálogo y una acción. Esta navidad nos introduce al año del jubileo de la Esperanza, Dios quiere hablarnos de su gozo, Dios quiere transmitirnos su alegría. Por eso pedimos tener los oídos atentos a su anuncio gozoso. Anticipadamente nos hemos preparado con este año de la oración para señalar que el diálogo con Dios nos trae la esperanza de la salvación. Como María, la que escucha el anuncio del Ángel y luego dialoga con él para aceptar finalmente su plan de salvación. Esto es lo que necesitamos, creyentes orantes que comprendan que la oración es escucha de las palabras de Dios y al mismo tiempo aceptación de su Hijo, el Salvador. Reflejemos la actitud orante en la capacidad de la escucha también del hermano, del pobre, del equivocado. Que nuestras palabras no sean de condenación, que sean de esperanza y salvación. Lo que reflejan mis palabras no es sólo lo que hay en mi corazón, sino lo que he guardado de Dios en él.II.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la Misa ¡Es Navidad! y la Eucaristía de este día nos dispone a la celebración de un gran acontecimiento: Dios está con nosotros. No se trata de una fecha histórica del pasado, sino de un encuentro presente. Hoy es un día para escuchar lo que Dios ha venido a decirnos en esta etapa final de la historia. Abramos nuestro ser para recibir la gracia que la presencia de Jesús nos trae y, como los ángeles, cantemos la gloria de Dios que del cielo viene a los hombres que Dios ama. Monición a la Liturgia de la Palabra Particularmente la Palabra de Dios de este día nos invita a tomar una actitud delante de ella. Esa actitud primera es la de la escucha. El nacimiento del Salvador es un mensaje de Dios al oído de los hombres, porque Jesús es la Palabra eterna que se nos anuncia. Escuchemos atentos y descubramos qué nos está diciendo Dios hoy por medio de Él.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos, habiendo escuchado la Palabra de Dios y su mensaje de salvación, hablemos ahora con él en comunidad para que también Él nos escuche y digamos:R/ Padre, escucha nuestras súplicas.1.Padre Santo, te pedimos por la Iglesia, cuerpo de Cristo, para que el mensaje de la esperanza que anuncia día a día, sea aceptado en el corazón de los hombres que Dios quiere que se salven, roguemos al Señor.2.Padre Justo, te suplicamos por los gobernantes de las naciones, para que atentos escuchen la voz de sus pueblos, que piden la justicia y la paz, roguemos al Señor.3.Padre de bondad, te rogamos por los hombres que sufren en su cuerpo y en su espíritu, para que la palabra de Cristo llegue a ellos por medio de nuestra caridad, roguemos al Señor.4.Padre misericordioso, te pedimos por esta asamblea de fe, reunida en esta celebración navideña, para que mantenga el gozo de haber recibido la Palabra de salvación y la vivan intensamente en sus vidas, roguemos al Señor.Oración conclusivaPadre de infinita bondad, tu Hijo Jesús, nacido en este día, es la palabra que nos salva; Escucha ahora las palabras de tus hijos suplicantes y concédeles aquello que sirve para vivir permanentemente el gozo de tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 20 Dic 2024

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTODiciembre 22 de 2024Primera lectura: Miqueas 5,1-4ªSalmo: 80(79),2ac y 3b.15-16.18-19 (R. cf. 4b)Segunda lectura: Hebreos 10,5-10Evangelio: Lucas 1,39-45I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl tiempo litúrgico del Adviento está llegando a su fin o, mejor, alcanzando su plenitud. La liturgia de este domingo se presenta como una vigilia de Navidad anticipada, antes de la celebración solemne en la que resonará el alegre canto del Gloria, mientras repican las campanas de las iglesias.Como el profeta Jeremías ya había anunciado, el "retoño justo" prometido a la casa de David (Jr 33, 14-16) nace en Belén-Efratá, que también presenta el profeta Miqueas. Pero "sus orígenes se remontan a tiempos antiguos, a los días más remotos". Para traer a este Niño al mundo, que "pastoreará con el poder del Señor" a todos los pueblos y que "será nuestra paz", Dios eligió a una humilde hija de Israel, "bendita entre todas las mujeres".Cuando el ángel de la Anunciación la deja, María se pone en camino y se apresura a ir a la casa de su prima Isabel, la estéril, ahora embarazada de un niño, llamado a preparar los caminos del Señor. Estas dos mujeres, rebosantes de alegría y gratitud, se encuentran: ¡Dios fiel ha cumplido sus promesas y viene a visitar a su pueblo! Isabel siente al niño saltar de alegría en su vientre. Ante este signo, comprende que María es la "Madre del Salvador", la sierva perfecta del Señor, totalmente dócil a su Palabra.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 39: “En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá”. El efecto inmediato de la Palabra de Dios escuchada, meditada y acogida en oración, como lo hizo María, es ponerse en pie, levantarse, salir. La Palabra nunca pasará por nosotros sin dejar su efecto: de consuelo, de paz, o de conversión. Si quedamos como venimos es porque no la hemos escuchado en serio. Esta misma Palabra es la raíz de todo encuentro verdadero con el otro al que Otro nos envía.v. 40: “Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel”. María llega donde Isabel y le dirige un saludo cuyo contenido no se menciona, sin embargo, es el elemento central pues se cita tres veces en el texto. Un saludo que fue suficiente para hacer estremecer al Precursor, para hacer presente al Espíritu Santo. Tal vez María le haya dado a Isabel el mismo saludo que llenó de alegría y asombró su vida: "¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!" (Lc 1, 28). Es una manifestación y comunicación de alegría por la otra persona que es objeto de la gracia ilimitada de Dios. El resultado de este saludo es que Juan ya está preparando el camino para el que viene, permitiendo que su madre reconozca en María la presencia del Mesías.v. 42: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. Y “dichosa la que ha creído que se cumpliría lo que el Señor anunció”. Isabel responde al júbilo de su hijo con la bendición sobre María y la obra de Dios en ella. Solo dos veces en las Escrituras se usa la fórmula: "bendita tú entre las mujeres", en Jueces 5, 24 para Jael y en Judit 13, 18 para Judit. En ambos textos, el adversario militarmente superior, que infunde terror a Israel, es derrotado por quien es débil e impotente, es decir, una mujer, pero que confía en la promesa del Señor."Bendito sea el fruto de tu vientre" es una fórmula que encontramos en Deuteronomio 28, 1.4: el Dios de Israel se revela en aquellos que en sus cuerpos preparan un camino para que Él pueda habitar con su palabra. María desempeña un papel en el plan salvífico de Dios para su pueblo en cuanto que, por su escucha y su sí, por su disponibilidad, ha hecho posible la concepción de aquel que será luz para la revelación a las naciones y gloria del pueblo de Israel (Lc 2, 32).La visita de María a Isabel es figura de todo encuentro auténtico, porque es una celebración de la acogida. En este contexto, cada una de las mujeres reconoce a la otra en su realidad y al mismo tiempo recibe de la otra su propia realidad. Una actitud de acogida que es tan escaza, por estos tiempos, en nuestra Iglesia, en la pastoral de las parroquias, en los despachos parroquiales, en los pastores con relación a sus fieles.Solo donde ocurre ese encuentro en el que nos reconocemos mutuamente, dentro de una relación gratuita, solo donde hay esta capacidad profunda de comunión en ese Dios que está presente en nosotros y más allá de nosotros, por encima de todas las fronteras y diferencias, algo también se libera en nosotros. Este episodio de la Visitación es un verdadero lugar teológico, tomado de las Escrituras, para fundamentar la misión de la Iglesia en el respeto al otro que el Espíritu ya ha investido. Está en línea con lo que la Iglesia reflexiona en este momento, de la mano del Papa Francisco: salir de prisa al encuentro del otro, favorecer una pastoral de la acogida y de la escucha, compartir la esperanza que nos da Cristo, el Señor, como nos invita el Jubileo 2025 que estamos a punto de comenzar.Que el Señor, en este camino hacia Belén, nos conceda no olvidar que incluso cuando recorremos caminos para ir a la misión, como las misiones de Navidad, ya a nuestra llegada encontraremos al Espíritu Santo presente en las personas y comunidades, encontraremos al otro al que somos enviados ya habitado por la presencia del Señor, esperando solo a alguien que lo bendiga, se regocije por la obra de Dios en él y lo haga consciente del don gratuito que Dios ofrece a todo ser humano.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? María ha recibido con fe el llamado que Dios le ha hecho, ha recibido la Palabra con entusiasmo y en el acoger la Palabra, concibe la Palabra, da carne al Verbo. De esta manera María no es solo modelo de fe sino de discipulado. El discípulo que entra en el dinamismo de acoger la Palabra de Dios con entusiasmo, que cree en la palabra y la concibe en su vida, dará frutos abundantes.El profeta Miqueas ya en su discurso prepara este momento de la mujer que da a luz al Señor. El profeta se dirigía a la ciudad Belén, que fue la patria del rey David, un pueblo en la periferia, una ciudad de pastores, que quedaba a nueve kilómetros de Jerusalén. Y, sin embargo, en nombre del Señor, el profeta dice: “Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas, de ti saldrá el jefe de Israel”. No saldrá de Jerusalén, ni de la ciudad del poder o de la gran metrópolis, sino del pequeño pueblo saldrá quien será en el futuro el jefe. No habla de reyes, porque ya esa época había pasado. Este hijo de la mujer “se pondrá en pie y pastoreará con la fuerza del Señor… y será nuestra paz”.El "fruto de su vientre" es el Hijo de Dios que se encarnó para hacer la voluntad de su Padre: liberar a la humanidad del pecado y de la muerte. "Aquí estoy, he venido para hacer tu voluntad" (segunda lectura). "La ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre", desde que entró en el mundo, se consumó en el altar de la Cruz, donde Jesús, el Cristo, ofreció libremente su vida para la salvación de toda la creación. Porque la muerte no tuvo dominio sobre él. Y después de resucitar, fue exaltado a la derecha de Dios, donde intercede por todos nosotros.La encarnación del Hijo de Dios es, por tanto, la primera etapa de su Pascua y también de nuestra pascua. Su encarnación abre el camino que nos conduce, como Él, a la gloria de la resurrección.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Este momento es importante vivirlo el día o los días antes de la Eucaristía dominical para permitir que en el silencio y la contemplación el Espíritu Santo inspire lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo hacer a partir del encuentro con la Palabra de Dios.¿Cómo lo puedo hacer? Entro en un momento de oración y silencio. Comienzo por imaginar cómo María camina hacia los montes de Judea y entra en la casa de Isabel. Visualizo la alegría del encuentro y el motivo del mismo: la presencia real de Jesús en ellas. Dejo que en mi mente hagan eco estas palabras: acoger la Palabra de Dios y hacerla vida, la alegría de Isabel y María, las promesas de Dios y su cumplimiento, alegría al reconocer la visita del Señor, bendita entre las mujeres, bendito el fruto de tu vientre, dichosa tú que has creído. Finalmente pido al Señor aquello que deseo: reconocer en mi vida la visita del Señor u otra petición que nazca en el corazón._______________________Recomendaciones prácticas:•24 de diciembre. Apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el inicio del Año Santo.I.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaYa muy cerca de celebrar y contemplar el gran misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, vemos cómo María es quien, de la manera más profunda y misteriosa, ha colaborado con la Encarnación. Hoy la miramos a ella que recibe el don de ser la Madre del Salvador corriendo a servir a su prima Isabel. María, mujer de fe, nos ayude a acoger al Señor, don del Padre, aprendiendo a salir al encuentro de las personas, acogiéndolas en nuestra comunidad y compartiendo con ellas nuestra fe.Monición a la Liturgia de la Palabra El profeta Miqueas (Primera Lectura) anuncia que el Cristo, el Salvador de Israel, proviene de la estirpe de David y de Belén. María, al arcángel Gabriel que le llevó el alegre anuncio de su divina maternidad, respondió con su «Aquí estoy». Llevando en su seno al Niño Jesús, visita a su prima Isabel, que esperaba el nacimiento del precursor del Señor, san Juan Bautista, quien, lleno del Espíritu Santo, salta de alegría al percibir misteriosamente la presencia del Señor en el seno de María. Isabel, animada por el Espíritu Santo, proclama a María bendita entre las mujeres y bendito el fruto de su vientre, Jesús, y bienaventurada por haber creído (Evangelio).La carta a los Hebreos nos presenta el misterio de Jesucristo, el Hijo del Padre que se hace carne por obra del Espíritu en el seno de la Virgen María, cumpliendo la voluntad del Padre que lo ha enviado entre nosotros para salvarnos y santificarnos por medio de la ofrenda sacrificial de su Cuerpo, hecha una vez para siempre (Segunda Lectura). La Eucaristía es el sacramento del Cuerpo donado y de la Sangre derramada de Jesús, nacido de María.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: elevemos nuestra oración a Jesucristo, que vino a traernos su paz, y roguemos por la Iglesia y por todas las personas, diciendo con toda confianza:R/ Ven, Señor Jesús.1.Por el Papa N. y por los obispos del mundo entero para que, meditando en la actitud de María, como ella sirvan a Dios en los más necesitados. Oremos.2.Por los pueblos que por muchos años han sufrido el flagelo de la guerra para que las treguas de Navidad hagan renacer las condiciones de una paz justa. Oremos.3.Por quienes sufren, los pobres y quienes viven en soledad, para que encuentren, en esta época de Navidad, quien reconozca su dignidad. Oremos.4.Por quienes se encuentran lejos de sus familias y por quienes trabajan en el extranjero, para que puedan regresar con salud a sus casas. Oremos.5.Por las familias de cada uno de nosotros y por las madres que más trabajan en estos días para sostener sus hogares, para que encuentren su alegría en el Señor. Oremos. Oración conclusivaPadre misericordioso, concédenos cuanto te hemos pedido con humildad y no permitas que nos alejemos de tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 13 Dic 2024

Regocíjate y disfruta con todo tu ser

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO "Gaudete"Diciembre 15 de 2024Primera lectura: Sofonías 3,14-18aSalmo: Isaías 12,2-3.4bcd.5-6 (R. cf. 6)Segunda lectura: Filipenses 4,4-7Evangelio: Lucas 3,10-18I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa alegría es la característica de este tercer domingo de adviento: se acerca el Esperado de las naciones, el Salvador. Para el profeta Sofonías es la llegada del Día del Señor, Día de ira para quienes han hecho el mal, pero de regocijo para quienes han practicado la justicia y el bien. En el Evangelio Juan el Bautista da precisas indicaciones para un actuar según la voluntad de Dios; así, la venida del Hijo de Dios será de liberación. San pablo, en su carta a los Efesios, invita a vivir con mesura, esperando gozosos la segunda venida del Salvador que traerá la liberación plena para quienes han permanecido firmes y valientes en su vida cristiana.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Dios viene, su venida es inminente, está muy próxima, a las puertas. Solamente puede invadirnos un sentimiento de profunda alegría. Si se vive en la verdad o si por fragilidad se ha caído, pero se vuelve arrepentido al Señor, entonces solamente se podrán tener sentimientos de gozo; Él está de parte de quien hace el bien y practica la justicia o de quien con un corazón arrepentido vuelve al Señor con la intención y la decisión de seguirlo por el camino de la rectitud.El Precursor da indicaciones muy concretas para prepararnos a la inminente venida del Salvador: la justicia y la caridad. Aquí tenemos el programa de Jesús y como san Juan el Bautista lo concretiza a quienes le preguntan qué tienen que hacer y a los publicanos que le piden orientaciones precisas para vivir la conversión, al igual que a los militares que le interrogan sobre lo mismo, de la misma manera hoy el Señor nos quiere aterrizar en lo profundo de nuestro corazón la manera de vivir concretamente la conversión en estos días previos a la navidad, a fin de preparar nuestro corazón para que Jesús se encarne en nosotros, para que haya navidad en nuestras vidas.Con esta actitud de conversión concreta como preparación a las próximas festividades de navidad, avancemos en estos días con ánimo gozoso y llenos de esperanza, orando por la humanidad entera para que vuelva al buen Dios que en su Hijo nos busca afanosamente, pues solamente quiere nuestro bien y nuestro mayor bien. Si no aceptamos su invitación a vivir con Él en una existencia animada por la justicia, la rectitud y el bien, entonces estaremos solos en este mundo y Dios, que respeta profundamente nuestra libertad, no podrá salvarnos y liberarnos del mal que terminará por destruirnos para esta vida y para toda la eternidad.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Cada día que nos levantamos constatamos la misma situación: un mundo con muchas expresiones de mentira, odio y muerte. El desánimo nos podría invadir, pero al escuchar la Palabra de Dios, nace y renace la esperanza: hay un Dios, el único Dios, Todopoderoso, que por nosotros quiso venirse a este mundo, para compartir, para hacerse partícipe de todas nuestras situaciones y vencer, por medio de su humildad y pobreza, por medio de su sufrimiento y muerte, el pecado, causa de todos estos males y, de este modo, mediante su resurrección, inaugurar un mundo nuevo, transfigurado. Hay esperanza y una esperanza que no defrauda.Luchemos contra el pecado, causa de todo mal; así podremos prepararnos con un corazón limpio para las próximas fiestas de la natividad y, de esta manera, el Niño de Belén nacerá en nuestro corazón y nos traerá paz e inmenso gozo. Pero esta lucha contra el mal radical, contra el pecado, debe concretizarse; cada uno debe examinar su corazón, ponerlo frente a Dios, la Verdad en persona, y descubrir o dejar que Dios le descubra aquellas realidades de mentira y de falsedad que hay en su vida. Si nos hacemos propósitos muy concretos de cambio y conversión, entonces sí que el Niño de Belén nos llenará de su gracia y bondad.El mundo necesita del Niño de Belén; sin el oxígeno de su humildad, ternura y sonrisa, la tierra se asfixia por la soberbia y la prepotencia que sin compasión explota a los más débiles, se asfixia por la dureza de los corazones que solamente buscan su bien personal de manera egoísta y avara, se asfixia por la frialdad de quienes son insensibles a toda miseria del prójimo. Nosotros podemos ser la expresión visible de la bondad y el amor de quien nace en un establo cada vez que somos sensibles a las necesidades de los más vulnerables y, sobre todo, cada vez que vivimos la caridad manifestada en expresiones de comprensión, servicialidad y mansedumbre con quienes vivimos a diario.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, concédenos un corazón lleno de esperanza frente a tanto mal que vemos a nuestro alrededor y, también, en nosotros mismos. Que nuestros ojos nunca dejen de contemplarte a Ti, nuestro único Salvador, y con tu ayuda contribuyamos a la creación de un mundo nuevo, donde reine el amor, la justicia y la paz y, de esta manera, poco a poco sea posible la construcción de la civilización del amor que tanto predicó y anhelo el Papa san Pablo VI.Oh Niño de Belén, llénanos de tu ternura y humidad; te hiciste pequeño por nosotros. Que luchemos por seguir sus huellas para que, vaciados de toda soberbia, prepotencia, orgullo y vanidad, podamos abrirnos a tu inmenso amor y, de este modo, lleguemos a ser un reflejo vivo de tu misericordia y compasión que fue capaz de llegar al despojo supremo de la cruz por el bien de la humanidad entera.Buen Dios, concédenos la gracia de una conversión concreta, pues solamente así podremos hacerte espacio en nuestro corazón, experimentar tu amor misericordioso y trabajar en la construcción de un mundo nuevo, particularmente en nuestra familia, donde de manera muy especial se aprenden los valores de un amor gratuito e incondicional. Entonces así habrá navidad en nuestro corazón, en nuestra familia y en otros que se dejen impregnar de nuestro testimonio.Recomendaciones prácticas y litúrgicas a tener presente en el respectivo domingo•Explicar el significado del III domingo de adviento Gaudete: esta palabra latina traduce textualmente gózate, alégrate; también, regocíjate, y se inspira en la antífona de entrada, tomada de la carta del Apóstol san Pablo a los Filipenses, que a su vez se lee como texto de la segunda lectura de la Misa en este ciclo C. Es que ya llevamos dos semanas de preparación a las fiestas de navidad y con este domingo iniciamos la tercera: el Dios hecho hombre se acerca para salvarnos del mal y concedernos su amor humilde y sencillo, único capaz de transformar este mundo semidestruido por el mal.II.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la Misa Iniciemos esta santa Misa con un corazón dispuesto a la conversión para hacer espacio a quien se acerca y está próximo a llegar, para que bien dispuestos podamos recibirlo con ánimo alegre y confiado. Celebremos con fe y llenos de esperanza.Monición a la Liturgia de la PalabraDios en persona se acerca y está próximo a poner su morada entre nosotros; Él nos habló por medio de los profetas y, también, a través de su Precursor, Juan el Bautista. Dejémonos interpelar y cuestionar por su Palabra, pues solamente así podremos dar frutos de conversión que nos prepare convenientemente a las fiestas ya cercanas de su nacimiento.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Buen Dios, te presentamos todas nuestras súplicas y necesidades, confiados en tu amor misericordioso que no perdonó ni a su propio Hijo, enviado al mundo para nuestra redención.R/ Te rogamos, escúchanos.1.Te pedimos por tu Santa Iglesia: asístela en todas sus dificultades y concédele la gracia de reflejar cada día más, en sus miembros, el amor entrañable de tu Hijo por la humanidad. Oremos.2.Te pedimos por todos los gobernantes: para que su corazón se haga sensible a las necesidades del bien común y trabajen por un mundo justo y en paz. Oremos.3.Por quienes sufren: para que encuentren en el Dios hecho hombre la fuerza necesaria para asumir su enfermedad como medio de purificación y santificación. Oremos.4.Por todos nosotros y por nuestras familias: para que la celebración próxima del nacimiento del Salvador nos traiga gracias abundantes de conversión hacia una vida justa y caritativa. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Padre, estas súplicas que te hemos dirigido con confianza filial, apoyados en la mediación eterna de tu Hijo que se encarnó por nuestra salvación, Jesucristo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.R. Amén.

Vie 6 Dic 2024

Hágase en mí según tu palabra

LA INMACULADA CONCEPCIÓNDE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍADiciembre 08 de 2024Primera lectura: Génesis 3,9-15.20Salmo: 98(97),1.2-3ab.3cd-4 (R. Lc 1,49)Segunda lectura: Efesios 1,3-6.11-12Evangelio: Lucas 1,26-38I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción•Dios le pregunta a Adán: ¿Dónde estás? También nos la dirige hoy a cada uno de nosotros: ¿estamos, como María, junto a su Hijo, incluso en el momento supremo de la cruz, o estamos escondidos en los temores y remordimientos, fruto de nuestros pecados?•Frente a la pregunta de Dios a Adán: ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer? Y a Eva: ¿Qué es lo que has hecho?, ambos responden de manera evasiva, sin reconocer el propio pecado, justificándose: La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí”, “la serpiente me engañó y comí.•En el Salmo respondemos: Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. El cántico nuevo por excelencia lo recita la Virgen María en su encuentro con santa Isabel y lo puede cantar cada persona que como la Madre del Señor está pronta en todo momento a seguir de manera humilde y amorosa el designio sapientísimo y bondadosísimo del buen Dos que solamente quiere lo mejor para nosotros.•Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo […] Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo… Y ante la respuesta del ángel a la objeción de María, ella responde: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra: es la respuesta de la Virgen María al anuncio del Ángel y el resumen de toda su vida; es la respuesta a los designios inefables del Creador, que viene en auxilio de su criatura extraviada, pidiendo la colaboración de una mujer virgen y llena de gracia.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?A través de los textos bíblicos que se nos presentan para esta solemnidad, la Iglesia quiere centrar nuestra atención en el Hijo de Dios, por quien fuimos creados y destinados a ser santos e irreprochables ante su presencia (segunda lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios) y que por nuestra salvación bajó del cielo. Ahora bien, este plan de redención contó con la cooperación principalísima de la Madre del Verbo encarnado, preparada por el Creador desde toda la eternidad para que no fuera tocada por el pecado o sus consecuencias; cooperación llena de humildad obediente y amorosa.Dios nos creó para la felicidad; este es el mensaje que se nos transmite en el libro del Génesis, cuando se nos narra que la primera pareja fue puesta en el Paraíso; Dios soñó con una vida hermosa y bella para todos nosotros; pero por instigación del Maligno, todo este plan quedó truncado, entró el pecado y la muerte, el sufrimiento y la enfermedad; este paraíso se convirtió en un lugar de espinas y abrojos. Esto es lo que se nos narra en la primera lectura del libro del Génesis que hemos escuchado.El Hijo de Dios no soportó la gloria junto a su Padre y vino a compartir nuestra historia difícil y fatigosa, para levantarnos y llevarnos nuevamente a su Padre, para gozar con Él de su bienaventuranza. La Virgen María es la primera salvada, pues en previsión de los méritos de la pasión y muerte de su Hijo, fue preservada del pecado original y se mantuvo siempre fiel a esta gracia, de manera que nunca la tocó el mal; de esta manera, fue la única criatura siempre pura y nunca mancillada. Esta verdad está expresada en las palabras del Ángel: llena de gracia. El pueblo de Dios, con su instinto de fe sobrenatural siempre ha confesado esta verdad, que fue definida como dogma de fe, es decir, como verdad divinamente revelada, por el papa Pío IX, ya canonizada, el 8 de diciembre de 1854.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?El centro de esta solemnidad, como de toda la liturgia, es Cristo, Aquél que por nuestra salvación bajó del cielo, Aquél por quien hemos sido enriquecidos con toda clase de bendiciones espirituales, Aquel en quien están escondidos todos los tesoros, Aquel por quien tenemos libre acceso al Padre y se nos comunica todo el amor de su Padre, que en su misericordia entrañable nos busca afanosamente y solamente desea el mayor bien y felicidad para toda la humanidad y para cada uno de nosotros. María santísima es el modelo de respuesta pronta y plena, humilde y obediente, confiada y libre a tan excelso amor. Y por esta respuesta Dios pudo hacer grandes maravillas en ella, comenzado por su inmaculada concepción, solemnidad que hoy celebramos.Inmaculada concepción significa que ha sido librada del pecado original, es decir, de la privación de gracia con la que todo ser humano, descendiente de Adán, viene a este mundo y que por el bautismo es liberado, pues en este sacramento se recibe la gracia que es el inicio de la presencia de Jesús, Hijo del Padre y lleno de su Espíritu en el corazón del bautizado. María siempre fue llena de gracia, desde su misma concepción, es decir, siempre estuvo habitada plenamente por Dios uno y trino en su alma.María nos enseña con su misma vida y su Magnificat a confiar plenamente en Dios y a no prestarle atención al Enemigo que, como a nuestros primeros padres, también a nosotros nos quiere sembrar la sospecha, insinuándonos que los mandamientos divinos son pesados y que la vida sería hermosa y bella si nos dejamos llevar por nuestros instintos y pasiones de manera egoísta y desenfrenada. Cada vez que hallamos cedido a los halagos del Tentador astuto y mentiroso, habremos experimentado la misma desilusión de Adán y Eva: estaban desnudos, es decir, despojados de toda la gracia y de la bondad que Dios les había regalado. Así es el Enemigo: quiere robarnos lo más bello y grande: la amistad y los bienes que el buen Dios nos regala; más aún: no descansa hasta no vernos destruidos y arruinados por completo.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, concédenos una viva conciencia del misterio de Cristo, una inteligencia profunda que nos permita comprender cada vez más sus tesoros extraordinarios y que nos arraigue en la convicción del mal que siempre trae consigo el pecado; de esta manera, cuando el Tentador se insinúe, teniendo esta viva conciencia, esta inteligencia profunda y esta convicción bien arraigada, entonces comprenderemos inmediatamente que el pecado siempre destruye y mata, siempre nos hace mal y nos desfigura, siempre nos arruina y vacía de los dones de Dios y, como consecuencia, lo rechazaremos con valentía y determinación como Jesús, según se nos presenta frente al Tentador astuto en el desierto.Señor, concédenos un amor encendido hacia Ti, que se manifieste en una fuerza impetuosa para rechazar todo lo malo y en una constante elección valiente y decidida de todo lo que esté conforme a tu plan salvífico y amoroso; de esta manera, el buen Dios nos podrá transformar de manera progresiva para que en nuestro rostro y en nuestras obras resplandezcan los signos de esa humanidad nueva, que llegará a su plenitud en la Jerusalén celeste, una vez resucitados y renovados totalmente, para siempre vivir en alabanza de Aquel que tiene el poder de restaurar este mundo semidestruida por el pecado. Entonces, con María y todos los santos podremos cantar el Magnificat perenne.Señor, concédenos la gracia de ser fieles a la misión que nos has encomendado, como María, quien nunca desfalleció en su total apertura y en su obediencia humilde y amorosa a tus designios. Todos hemos sido creados, hemos recibido la existencia como un don y, a su vez, para convertirla en don para los demás: como niños siendo obedientes, pacientes, estudiosos; como adolescentes y jóvenes, asumiendo esta etapa decisiva de la vida para prepararse muy bien en conocimiento y en virtud para la misión que Dios le encomiende; como Padre o Madre de familia, para que pueda ser un reflejo del amor misericordioso de Dios que va hasta el extremo de darnos a su Hijo para nuestra salvación.Recomendaciones prácticas•El Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, derogando el n. 5 de las Normas Universales sobre el Año Litúrgico y sobre el Calendario, concede pro hoc vice que el 8 de diciembre de 2024, en todas las diócesis de Colombia, se adopten los textos litúrgicos de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, aun coincidiendo con el II Domingo de Adviento (Prot. N. 66/24, 15 de febrero de 2024).•Después del saludo, podría encenderse la segunda luz de la corona de Adviento, recitando la respectiva oración.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Eucaristía es el encuentro con Jesús, Hijo del Padre y lleno del Espíritu Santo, quien por nosotros se encarnó en el seno de la siempre pura e inmaculada Virgen María; celebremos con fe, conscientes del gran Misterio que se ofrece a nuestra mente y corazón.Monición a la Liturgia de la PalabraCon toda seguridad, como hija del pueblo de la Alianza, María escuchaba con un corazón atento la Palabra que se leía y explicaba todos los sábados en la sinagoga de su pueblo y con ánimo bien dispuesto ponía en práctica cuanto había llegado a sus oídos y había reflexionado en su interior. Con estos mismos sentimientos escuchemos a su Hijo que nos habla en las lecturas que van a ser proclamadas.Oración Universal o de los Fieles Presidente: En este día tan especial, con María y como María, reconocemos tus obras admirables y confiados en tu corazón siempre bueno y bondadoso te encomendamos nuestras súplicas por mediación de Aquella que te agradó tanto por su obediencia humilde y amorosa.R. R/ Por intercesión de la Inmaculada Virgen María, escúchanos Señor1.Por la santa Iglesia, para que en sus miembros resplandezca cada vez más la santidad que brilló en su Madre y modelo, la Santísima Virgen María, y así pueda ser luz para todos los pueblos. Oremos.2.Por la paz del mundo, especialmente en aquellos lugares en donde se vive el conflicto armado, para que cesen los enfrentamientos y se comprenda que solamente el camino del diálogo y del entendimiento puede conducir a una vida hermosa y bella, de la que Nazaret es el ejemplo más luminoso y esplendente. Oremos.3.Por las familias, para que cada uno de sus miembros comprenda que, solamente siendo obedientes a los designios de Dios como María, podrá lograrse esa unidad y esa atmósfera de paz y amor que anhela todo corazón humano. Oremos.4.Por nosotros, para que, fortalecidos con tu gracia, luchemos por resistir a toda tentación y como María nos mantengamos siempre unidos a Ti, buen Dios, siguiendo humildemente tu Palabra. Oremos.Oración conclusivaRecibe, Padre santo, estas súplicas que te hemos dirigido con fe y confianza, sabiendo que nunca defraudas a quien recurre a ti con espíritu filial. Todo esto te lo pedimos por mediación de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.R. Amén.

Vie 29 Nov 2024

Estad despiertos en todo tiempo

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTODiciembre 01 de 2024Primera lectura: Jeremías 33,14-16Salmo: 25(24),4-5ab.8-9.10y14 (R. cf. 130[129],5)Segunda lectura: 1Tesalonicenses 3,12 - 4,2Evangelio: Lucas 21,25-28.34-36I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Palabra de Dios de este domingo nos presenta:En medio de tantas incertidumbres que nos presenta nuestra época, se levanta la voz de Dios que anuncia el cumplimiento de todas sus promesas, especialmente, de estar siempre con nosotros.La virtud de la esperanza debe ser siempre una bandera de vida en nuestro camino de fe, pues el Señor siempre nos levanta para seguir amando y sirviendo.La presencia de Dios en cada persona, en la Palabra, en la Liturgia y en la caridad, son los espacios donde hoy el Señor regresa a nuestras vidas para darnos la liberación integral del poder de pecado y darnos la fuerza en la santificación.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La Palabra de Dios, en el profeta Jeremías, proclama la fuerza vital de la esperanza para el pueblo; es una determinación clara para aprender a vivir siempre en y de la confianza ilimitada en el poder de Dios, presente en todos los acontecimientos de la vida. Cuánto bien nos hace proclamar desde esta Palabra la esperanza como estilo de vida en medio de tantos y crueles anuncios proféticos de desventura.También, en el trasfondo de la Palabra aparece la confianza (salmo responsorial), como expresión que define nuestra relación don Dios mismo. La confianza es el comportamiento propio de quien se siente hijo del Padre Celestial y experimenta que en Él está todo, en Él se cumple siempre su promesa; que Él provee infaliblemente.De otro lado, cuando la segunda lectura anuncia que el amor debe ser como la medida propia de quien espera en el Señor, viviendo la comunión con los hermanos. No es posible vivir la relación plena con el Señor, aun proyectándonos hacia la eternidad, si no somos conscientes de nuestro deber de ser excelentes prójimos con nuestros hermanos.En el Evangelio, se percibe una clave de vida: vigilancia sin tregua. Cuando nos tomamos en serio la vida, ésta empieza a dar frutos y éstos son para el crecimiento integral de la comunidad, para el bien de la Iglesia del Señor. La vigilancia de la cual habla el Evangelio indica el permanente cuidado que hemos de tener en nuestro modo de vida; un descuido puede ser fatal, pues son muchos los distractores del mundo que aparecen para desviarnos del camino y robarse la semilla de la Palabra sembrada en nosotros gracias a la predicación del Evangelio del Señor. Jesús es claro para darnos a conocer lo peligroso que es estar dormidos sobre los laureles; esa distracción nos puede costar la integridad de la vida interior, nos puede llevar a renunciar a lo esencial de la vida de fe que es la santidad, nos puede ocultar el bien y deslumbrarnos con la falsedad de las “mieles del pecado”. No podemos distraernos en trivialidades que sólo causan profunda tristeza al alma… esto es el engaño terrible del pecado que se nos ofrece como una “sabrosa posibilidad”, pero que se vuelve amargo sabor en lo profundo del corazón. Dios nos libre de descuidarnos en el camino de la fe y de la búsqueda sincera de la alta meta de la vida bautismal: la santidad cristiana.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Empezamos el tiempo santo del Adviento y con éste nos adentramos a pensar muy seriamente en nuestra vida y en lo que en ella debemos hacer.Jesús nos indica claramente que, si nos descuidamos, podemos pasarnos el tiempo haciendo muchas cosas y distraídos en lo que no es fundamental y, nos puede llegar el momento de la muerte y encontrarnos con las manos vacías de las obras que se esperan de un cristiano.El Evangelio es muy claro al decirnos que es urgente estar vigilantes y despiertos, sabiendo que es preciso que todos orientemos nuestra vida hacia Aquél que es la meta última de nuestro camino: Dios mismo.El tiempo de Adviento ha de ser una oportunidad para preguntarnos por la manera cómo hemos vivido la vida y cómo ha sido nuestra respuesta, desde la fe, a esta época compleja que nos ofrece nuevas posibilidades para evangelizar y anunciar la salvación del Señor a muchos que han perdido la ilusión de vivir.Desde ya debemos presentarnos al Señor, suplicándole con ferviente oración que Adviento y Navidad sean tiempos propicios para renovar nuestro amor al Él a la Iglesia. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?La fuerza de la Palabra de Dios hecha oración nos pone en vigilancia para pensar en nuestra misión de fe, de ser signos de esperanza, especialmente de están más cerca de nosotros y sufren; que la fuerza de la oración nos mantenga a todos unidos en la confianza total en el poder infinito de Dios, proclamando con alegría que confiar en Él nunca nos defraudará. Es un momento privilegiado para descubrir cuán profunda es nuestra fe, cuán grande nuestra solidaridad y cuán seria nuestra responsabilidad. No es tiempo para descalificar, criticar, lanzar insultos o improperios… es tiempo de madurar.El Adviento es tiempo para estar más con el Señor y comprender que el camino de la iglesia en estas nuevas épocas, es un tiempo de testimonio cierto y creíble de la fe que anunciamos.Es tiempo para darnos cuenta que debemos tomarnos en serio la responsabilidad de ser los protagonistas de una vida que profundiza raíces en lo fundamental y comprender que, seguramente, muchas veces nos hemos olvidado de Dios o, sencillamente, le hemos dicho que “se quede allí afuera donde no nos incomode”, pues “queremos hacer vida sin Él”. No olvidemos que lo fundamental es invisible… lo demás… pasa. De allí, que nos recuerde la Escritura: “mantente en pie delante del Invisible como si lo vieras” (Cf. Hb 11,27)._______________________Recomendaciones prácticas:•Para preparar una buena homilía, los sacerdotes, además de la Lectio Divina en un contexto de oración, pueden leer los numerales 93-96 de la Introducción del Leccionario de la Misa.•Bendecir la Corona de Adviento antecedida de una catequesis sobre su sentido litúrgico. Para esto, recurra al Bendicional, nn, 1235-1242.•3 de diciembre. Jornada de la Pontificia Unión Misional.II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaA tí, Señor levanto mi alma (Sal. 24, 1). Con esta aclamación introduce la Iglesia un nuevo ciclo litúrgico del misterio de Cristo, un tiempo que celebra su espera y manifestación, recordando su venida en medio de nosotros. El tiempo de adviento posee dos características: es el tiempo de preparación para la Navidad, solemnidad que conmemora la primera venida de Dios entre los hombres, y, a su vez, nos lleva a reflexionar sobre la segunda venida de Cristo, como juez y Señor de la Historia.Preparemos nuestros corazones y pongámonos en camino hacia Cristo que viene para liberarnos del pecado y de la muerte. Con gozo celebremos esta Eucaristía.Monición a la Liturgia de la PalabraLa Palabra de Dios siempre es viva y eficaz; la escuchamos en actitud discipular, dejándonos tocar por su fuerza que transforma y nos renueva. Participemos en su proclamación y meditemos en el mensaje que el Señor nos anuncia hoy.Oración Universal o de los FielesPresidente: Hermanos, dirijamos con confianza al Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Sumo Pastor de la Iglesia, nuestra oración y súplica, diciendo:R. Señor, escúchanos1.Por una Iglesia que celebra, para que nuestro camino juntos en los próximos meses se base en la escucha conjunta de la Palabra de Dios y en la celebración de la Eucaristía en la comunión del Pueblo de Dios. Oremos.2.Por el Santo Padre Francisco, los obispos, los Sacerdotes y ministros de la Iglesia, para que la presencia del Espíritu Santo los renueve constantemente para ser signo de Jesucristo Salvador en las comunidades a ellos encomendadas. Oremos.3.Por todos los cristianos, para que, convencidos del triunfo de Cristo, puedan ser portadores del Evangelio de la vida a todos los hombres. Oremos.4.Por todos los que empezamos vivir esta experiencia de fe en el tiempo santo del Adviento, para que, vayamos adquiriendo la mente de Cristo y seamos dignos discípulos de Jesucristo. Oremos.5.Por la Pontificia Unión Misional, para que cada día sea más grande la eficacia misionera de la Iglesia y logre superar las dificultades que se presentan en la predicación del Mensaje de Salvación. Oremos.Oración conclusivaPadre de eterna misericordia,comparecemos ante tu trono de bondad,para presentarte nuestras necesidades.Danos las gracias que necesitamos para cumplir con nuestro deber.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén. 

Vie 22 Nov 2024

Todo el que es de la verdad, escucha mi voz

NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,REY DEL UNIVERSONoviembre 24 de 2024Primera lectura: Dn 7,13-14Salmo: 93(92),1ab.1c-2.5 (R. cf. Dn 7,14)Segunda lectura: Ap 1, 5-8Evangelio: Jn 18, 33b-37I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducción●Jesucristo es Rey del universo, Rey de reyes y Señor de señores; por Él fueron creadas todas las cosas, Él es el principio y fin de todo lo que existe; por Él subsiste todo (cf. Col 1, 17). Un Rey que lo sustenta todo con su sabiduría y amor, que se pone al servicio de la humanidad y mediante su sacrificio la redime del pecado y la sustenta con su misma vida.●En Jesús el Reino de Dios ha entrado en este mundo. La Iglesia, como dice la Lumen Gentium del concilio Vaticano II, es el inicio y el germen del Reino en este mundo (n. 5), que hace a todos sus discípulos reyes y sacerdotes.●Su Reino se hace presente en este mundo cada vez que alguien le permite entrar y guiar su vida y cada vez que un grupo de creyentes vive en la fe y la caridad que nacen de Aquel que murió en la cruz.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Jesucristo, Rey del universo, que inaugura un Reino nuevo y eterno, fue profetizado en la visión del Hijo de hombre que venía en las nubes del cielo y a quien se le dio poder real y dominio y a quien todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán, según nos dice el libro de Daniel. Su Reinado encarna el reinado de Dios en esta tierra, tal como hace eco el salmo a la profecía antes referida: “El Señor reina, vestido de majestad”.En la segunda lectura del libro del Apocalipsis se nos invita a rendir gloria y honor a Aquel que es el Príncipe de los reyes de la tierra, el Rey de reyes, quien por su sangre derramada nos ha convertido en reyes y sacerdotes. Además, se nos dan unas características muy concretas de nuestro Señor, soberano del mundo: es el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra, quien nos ama y nos ha liberado de nuestros pecados por su sangre, nos ha hecho reyes y sacerdotes de Dios, su Padre; es el Alfa y la Omega, el que es, el que era y el que viene, el Todopoderoso. Podríamos sintetizar todas estas caracterizaciones diciendo que Él lo es todo: Verdad, Amor y Vida que apunta hacia una plenitud absoluta y total, en una relación que responderá a los anhelos más profundos del corazón humano.En el evangelio se nos especifica la naturaleza del Reino de Jesucristo: no es de este mundo, es decir, no es caduco y no mira a la sola transformación terrenal; es una realidad mucho más honda y profunda: es un Rey que da vida y vida en abundancia, que reconstruye el corazón desde dentro y en profundidad, para que de este modo toda persona pueda obrar el bien también en el ámbito temporal y terreno y, de este modo, contribuya al establecimiento del Reino futuro, que no tendrá fin.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Jesucristo es Rey, Creador junto con el Padre y el Espíritu Santo de todo cuanto existe, que con su sabiduría y amor lo sostiene todo. Sin Él nada existe, pues en el principio Dios lo creó todo por su Palabra. Hemos sido hechos a su imagen y semejanza. Sin Él no podríamos existir un momento. Por Él existimos y subsistimos. Más aún, Él nos ha traído vida y vida en abundancia mediante su sacrificio en la cruz. De su costado abierto hemos recibido la sangre que borra nuestros pecados y nos comunica luz y fuerza diariamente.Jesucristo es Rey y ejerce su reinado por medio del servicio hasta la muerte y muerte de cruz por nosotros y por nuestra salvación. Su Reino es muy distinto al modo como los poderosos de este mundo ejercen su autoridad. Como discípulos suyos estamos llamados a convertirnos para dejar la lógica terrenal y asimilar el nuevo estilo que Jesús nos ha dejado con su vida y su muerte; Él, como Rey de reyes, ocupó el último lugar, tanto en su nacimiento como en su muerte. No se arrogó ningún privilegio; más aún, toda su vida fue un vivir para la gloria de su Padre y para la salvación del género humano.Hemos sido salvados en comunidad. El concepto Reino siempre hace referencia a un conjunto de personas, a un espacio con cierta amplitud sobre el que se ejerce el reinado. Así mismo, el Reino de Jesucristo busca llegar a toda la humanidad, acoger a cada persona que viene a este mundo, derramar sobre todo viviente el bálsamo de su amor que ilumina y comunica vida. La Iglesia es la comunión de todos aquellos que se han adherido a su Reino, es la comunión de todos ellos entre sí y con el mismo Jesús, su Rey. En la medida en que vivamos la comunión real y existencial entre nosotros, entonces daremos testimonio de que Él es el verdadero Rey que debía venir; como dice nuestro Señor en el Evangelio de san Juan: “Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti; que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (17, 21).3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Jesucristo, Rey del universo, ayúdanos a comprender que sin ti nuestra vida no puede existir, pues eres el fundamento por quien subsiste todo. Sin tu Sabiduría y amor que nos regalas en la vida de cada día a través de muchas mediaciones y muy particularmente mediante la vida sacramental, nuestra existencia caminaría en la oscuridad y el sinsentido, en la vaciedad y la soledad más absoluta.Jesucristo, Rey del universo, concédenos la gracia de convertirnos al nuevo espíritu de tu reinado: el servicio y la entrega hasta el olvido de nosotros mismos, solamente buscando la gloria del Padre y la salvación del mundo. Ayúdanos a comprometernos en una vida de servicio abnegado y desinteresado, de manera que podamos ser un reflejo vivo del amor del Rey pobre y humilde, que nunca buscó su gloria ni quiso aparentar grandeza humana alguna.Jesucristo, Rey del universo, haz que tu Iglesia camine hacia la unidad como tú mismo lo pediste antes de tu pasión; solamente así podremos ser evangelizadores audaces e intrépidos en el hoy de nuestra historia, pues reflejaremos esa comunión de vida y de amor que tú vives con el Padre y el Espíritu; y solamente así podremos ser un signo creíble en medio de un mundo dividido por las discordias y enemistades, pero que en su corazón siempre anhela una existencia plena en el amor y la comunión._______________________Recomendaciones prácticas:●1º de diciembre. Inicia el tiempo de Adviento, ciclo C.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Jesucristo, a quien hoy celebramos como Rey del universo, es el principio y el fin de la historia, es el centro del mundo, por Él hemos sido creados y redimidos; solamente en Él tenemos vida y vida en abundancia; Él se hace presente en la Eucaristía; que esta celebración sea un encuentro vivo con el único que nos pueda comunicar plenitud de vida y felicidad.Monición a la liturgia de la Palabra Jesucristo, Rey del universo, mediante su palabra nos guía y orienta en medio de las vicisitudes de este mundo; acojamos su luz para que podamos caminar por sendas de justicia y verdad.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Presentemos a Dios Padre, por mediación de su Hijo, Rey del universo, todas nuestras súplicas y necesidades.R/. Por mediación de tu Hijo, Rey del universo, atiende nuestra súplica.1.Te pedimos por tu santa Iglesia extendida por todo el universo, inicio y germen de tu Reino en esta tierra: que viva en la unidad, a imagen de la Trinidad. Oremos.2.Por quienes gobiernan las naciones, para que en su tarea imiten a Jesucristo que vino no a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos. Oremos.3.Por quienes no tienen techo donde vivir ni alimento para sus cuerpos, para que encuentren personas con buen corazón, que sean un vivo reflejo de Cristo que ejerció su autoridad en la entrega hasta la muerte y muerte de cruz. Oremos.4.Por todas las familias cristianas, para que en ellas reine la unidad y la paz y se conviertan en un estímulo para acoger a Cristo, nuestro Dios y Señor. Oremos.5.Por todos nosotros que participamos en esta celebración eucarística para que asimilemos el espíritu de tu Hijo que ocupó el último lugar en su nacimiento y en su muerte en cruz por amor y para nuestro bien. Oremos.Oración conclusivaDueño y Señor del universo,que has querido que nosotrostus hijos llegáramos al finalde este año litúrgico;al celebrar hoy a tu Hijo,Rey de todo lo creado,te pedimos que aceptesnuestra oración y sintamosel efecto de tu poderentre nosotros.Por Cristo nuestro Señor.R/. Amén.