Vie 18 Jul 2025
Andas inquieta y preocupada con muchas cosas
DÉCIMO SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOJULIO 20 DE 2025Primera lectura: Gn 18,1-10aSalmo: 15(14),2-3a.3bc-4ab.5 (R. cf. 1a)Segunda lectura: Col 1,24-28Evangelio: Lc 10,38-42.I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónDios siempre nos habla, se acerca a cada uno de nosotros, camina con nosotros, es el Dios que está presente, no es el Dios que desde la distancia adoctrina a su pueblo, ordena y da preceptos, el Dios con nosotros, el Dios cercano que vive y entiende nuestra vida, que nos ama con nuestras cualidades y valores, pero también conoce, entiende nuestras debilidades, no para “alcahuetearnos” sino para llamarnos a la conversión, a la santidad y de manera personal nos dice que debemos dejar para poder acercarnos a él, para vivir a plenitud la fe, así como al joven rico le invita a dejar “su” riqueza, a Marta “sus” afanes, también a cada uno este domingo nos invita a poner nuestra mirada en Él y dejar todo aquello que nos distrae de su presencia.Este domingo décimo sexto, la Iglesia nos invita a acercarnos a la palabra de Dios desde el libro del Genesis, escuchar la riqueza de la carta a los colosenses y seguir deleitándonos y alimentándonos del evangelio de San Lucas. Podemos destacar algunas ideas de los textos sagrados:·En el libro del Genesis se nos relata como Dios, ese Dios cercano, se acerca a Abrahán, pasa al frente de su tienda. Abrahán levanta su mirada y ve “que había tres individuos parados a su vera” (Gn. 18,2). Es interesante resaltar como Abrahán muestra una actitud de hospitalidad, de generosidad con los visitantes, quizás, según algunos biblistas, no reconoció en ellos la presencia de Dios, pero sí tuvo una actitud de acogida, de ofrecerles alimento y descanso a aquellos visitantes que habían llegado hasta su tienda. Se da un anuncio y una gran bendición, se anuncia que Abrahán será padre, Sara tendrá un hijo. Para cuando “Él” vuelva serán padres.·El apóstol Pablo, siempre cumpliendo su misión de evangelizar a tiempo y destiempo (2 Tim. 4,2) manifiesta que une sus propios sufrimientos a los sufridos por Cristo en su pasión, ofreciéndolos por el cuerpo del señor, que es la Iglesia. Es la entrega total del apóstol a Cristo, ofrece toda su vida en favor de la comunidad, de los creyentes.·El evangelio de San Lucas nos invita a mirar hacia Betania, a un hogar donde dos hermanas reciben y acogen a Jesús. Esta acogida es vivida, llevada a cabo de maneras distintas, una se sienta a los pies para ESCUCHAR y la otra de pie, de un lado para otro busca ATENDERLE. Cada una ofrece a Jesús un gesto de acogida, buscan demostrarle que es importante para ellas y sobre todo que le aman. Sin embargo, Jesús hace hincapié en un detalle, los afanes y las inquietudes con la que muchas veces vivimos nos alejan de lo realmente esencial y darle sentido a lo que hacemos día a día.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El texto del libro del Genesis y el evangelio hacen énfasis en la actitud de la acogida y el servicio. Abrahán acoge a tres individuos, les ofrece su hospitalidad, les presta acogida. En Betania, Marta y María acogen, reciben a Jesús y ambas mujeres, de maneras distintas buscan atender y servir a Jesús. De una manera sencilla, concreta, pero clara, el evangelista manifiesta que Marta, de acuerdo a las costumbres judías, pone todo su empeño en atender a Jesús. Ella cumple con el “deber de cocer el pan, cocinar, servir al varón, lavarle los pies, estar al servicio de todos” (cf. El Camino abierto por Jesús. José Antonio Pagola. Lucas. Pg. 182). Por el contrario, y quizás en contra de las costumbres y normas, María se sienta a los pies de Jesús para escuchar con atención su palabra. No se preocupa por “hacer cosas”, más bien lo escucha, dispone su corazón para atender a su enseñanza despreocupándose de lo que debería estar haciendo, pone toda atención en su palabraMarta, atareada, le recrimina a Jesús el no importarle que María la haya dejado sola con el servicio. Marta, de acuerdo a sus convicciones y su educación, le pide a Jesús que le ayude para que su hermana cumpla con su deber. Jesús, lleno cariño para con Marta le manifiesta que hay muchas cosas importantes, pero que solo una es esencial.1.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Al escuchar la palabra de esta dominica, se nos invita a mirar esa doble realidad que reflejan las hermanas de Betania, la contemplación reflejada en María y la acción representada en Marta. En una sociedad como la nuestra, donde se debe hacer tantas cosas, el tiempo no alcanza, se debe ser productivos, no se puede perder el tiempo, existe la tentación de idealizar la actitud de Marta, gastar el día haciendo cosas, cumpliendo con los deberes, produciendo para ganar y vivir mejor.Pero también habrá otros, que mal utilizado la figura de María, justifiquen el no cumplir con los deberes, con las responsabilidades, creer que “se los merecen todo” de gratis.Es interesante ver en este texto como Jesús de una manera sencilla nos invita a darle el valor que le corresponde a cada cosa, de una manera tranquila, lleno de serenidad nos enseña a través de la respuesta que le ofrece a Marta a que debemos apuntarle en nuestra vida, no solo en la dimensión espiritual sino familiar, social. Jesús no regaña a Marta por estar realizando las labores propias de la mujer que acoge y sirve a su huésped, pues incluso de muchas maneras, Él mismo en otros pasajes del evangelio, invita a ponerse al servicio de los demás, a vivir la experiencia del amor a Dios y al prójimo con acciones reales y concretas. Sin embargo, exalta la opción tomada por María como “la mejor parte que nadie le quitará.Jesús valora la decisión de María de sentarse a sus pies para escucharlo. Seguramente ese mismo día o al día siguiente María tuvo que dedicarse a las tareas del hogar, a las labores propias se las mujeres de su época, pero en ese momento concreto escogió lo que era necesario e importante, “estar” con el Señor, escucharlo, alimentarse de él, de su sabiduría. María le ofrece a Jesús lo mejor que tiene, su presencia, su vida, su atención, se entrega totalmente. En medio del ritmo de vida que llevamos en la actualidad, con la tentación del activismo, la exterioridad, la superficialidad y la necesidad de “producir”, el evangelio nos invita, nos enseña que no podemos dejarnos desbordar por el ritmo que nos exige el mundo, siempre va ser necesario, sano, regenerador tomar al “ritmo de Dios”, para ser capaces de poner en segundo lugar los afanes cotidianos, la inquietud por tantas cosas, de manera que podamos dedicar tiempo y sentarnos a los pies del Señor, escuchar su voz, hacer silencio para oírlo a Él, poner en pausa nuestra vida por unos momentos para descansar y retomar fuerzas, para llenarnos de sabiduría, fortaleza, entendimiento, de todos sus dones y gracias.Muchas veces podemos pensar que sacar el tiempo para orar es dejar de hacer cosas productivas o buenas, invertir tiempo en escuchar a Dios es dejar de hacer buenas obras, orar y contemplar no pueden ser considerados pérdida de tiempo; orar y contemplar es buscar espacios para alimentarnos y fortalecernos y poder así darle sentido y fuerza a lo que hacemos, darle un verdadero sentido al trabajo, al estudio, a la vida matrimonial, incluso al descanso y el ocio. La madre Teresa de Calcuta, una mujer profundamente apostólica, que dedicó su vida al servicio de los demás, nos enseña que hay que trabajar incansablemente, pero sin olvidarnos de la oración y la contemplación para poder amar de verdad al otro, al prójimo, para “hacer mucho” en bien de los demás.Ahí es donde podemos comprender que Jesús no le pide a Marta que deje se cumplir con sus tareas y deberes, Jesús le pide que no permita que la cotidianidad y las labores diarias la llenen de inquietud y preocupaciones, el trabajo diario no puede ser una carga y motivo para alejarnos de Dios. Jesús le enseña a Marta que, para darle sentido a las labores diarias, al cumplimiento de los deberes, debemos darnos el espacio para la oración, para “estar” con Él, es necesario descubrir que hay momentos para dedicárselos a Dios, y allí tomaremos fuerza para cumplir con nuestros deberes. Marta le pregunta a Jesús que, si no le importante que María la haya dejado sola con todo el servicio, que si no le importa que ella esté atareada realizado todo el servicio y atendiéndolo. La respuesta de Jesús es que sí, a Él le preocupa que ella este viviendo así, por eso la invita a entender que en ese momento lo más importante es escucharlo, sentarse a compartir con Él. El Señor quiere que nosotros estemos bien, siempre se preocupa por nuestra felicidad y por ello nos invita a no dejarnos llevar por el ritmo desbordante del activismo, del ruido ensordecedor, nos invita a descansar en Él, poner en silencio nuestros labios y escucharlo.2.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Muchas veces, como Marta, nos sentimos cansados y atareados, el peso de nuestras responsabilidades, los compromisos nos abruman, a veces percibimos que quienes están a nuestro alrededor no valoran los esfuerzos que realizamos, muchas veces los demás se nos convierten en “una carga” percibimos que los otros no se esfuerzan tanto como quisiéramos. En medio de esas realidades que vivimos, nos llega la fatiga, el cansancio, la falta de sentido, Por eso, hoy el Señor nos llama por nuestro nombre…… y nos recuerda que hay una cosa que es necesaria e indispensable, “estar con Él, contemplarlo, escucharlo” Señor, ayúdanos a trabajar con entrega, dedicación y responsabilidad como Marta, pero también danos la dicha de, a ejemplo de María, sentarnos a tus pies, contemplar tu rostro, danos la gracia de orar siempre, de escoger la mejor parte. No permitas que nuestra vida transcurra en los afanes del mundo o en hacer cosas desbordadamente, danos la gracia de ser orantes y trabajadores, de orar con fe y trabajar con dedicación, danos la gracia incluso de convertir las labores diarias en oración, en una ofrenda a ti. Amen.Recomendaciones prácticas:-Fiesta Nacional: Día de la Independencia.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos congregamos como familia cristiana para celebrar la Eucaristía consientes del llamado que Dios nos hace a ser peregrinos y voceros de la Esperanza. Por eso dispongamos para alimentarnos de la Palabra y de la Eucaristía y así, darle sentido y fuerza a nuestra vida y a la realidad que nos rodea. Con alegría y esperanza iniciemos nuestra celebración:Monición a la Liturgia de la Palabra A ejemplo de María, la mujer de Betania, dispongamos nuestro corazón para escuchar a Jesús, para dejarnos alimentar por Él y permitir que el renueve y refresque nuestra vida con su palabra.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con humildad y confianza ofrezcamos Dios, que siempre nos escucha, nuestras necesidades y nos unimos diciendo:R. Te pedimos Señor.1.Por el Papa Francisco, los obispos y todos los sacerdotes, para que sigan anunciando con valentía el Evangelio. Oremos.2.Por nuestros gobernantes, para que promuevan la paz en el mundo Oremos.3.Por aquellos que se sientes cansados y agobiados, que no le encuentran sentido a su vida, para que, encontrando a Jesús, puedan llenar su vida del verdadero gozo y paz interior. Oremos.4.Por Colombia, para que al recordar la fiesta de la independencia seamos capaces de trabajar por el bien de nuestro país.5.Por cada uno de nosotros, de nuestras familias, para que no nos dejemos llevar por el afán de cada día, por el activismo y siempre nos acerquemos a aquel que es la fuente de agua viva, Jesucristo. Oremos.Oración conclusivaEscucha Señor nuestras oraciones, mira las necesidades que hay en nuestro corazón, danos la gracia de experimentar siempre tus bendiciones. Por Cristo nuestro Señor. R. Amén.