Vie 12 Ago 2022
El poderoso ha hecho obras grandes por mí; enaltece a los humildes
ASUNCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN
Agosto 15 de 2022
Primera Lectura: Ap 11, 19a; 12,1-6a.10ab
Salmo: Sal 45(44), 7a y 10bc.11-12a.14-15 (R. cf. 10b)
Segunda Lectura: 1Co 15,20-27ª
Evangelio: Lc 1,39-56
I. Orientaciones para la Predicación
Introducción
• La Iglesia da a luz, en medio de un mundo que está lleno de hostilidades y persecución hacia Cristo.
• Cristo viene a derrotar al mal, al pecado y a la muerte definitivamente.
• En el Magnificat la Bienaventurada Virgen María nos da la lección práctica de humildad, diciéndonos con esto que todo lo que hay en Ella es de Dios.
1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?
En la primera lectura podemos observar dos imágenes: La mujer y el dragón.
La mujer está adornada con un cúmulo de rasgos vistosos: el primero de ellos su vestido de sol que indica la predilección con que Dios la envuelve; segundo, un vestido hecho de celestial hermosura; y tercero es perpetuamente joven y hermosa como la amada del cantar (Cfr. Cantar 6, 10). Hay que destacar que cuenta con una corona de 12 estrellas que alude al premio: la corona de la gloria celestial, que significa poder compartir una condición gloriosa, y que también alude a las 12 tribus y el número de los Apóstoles.
Básicamente esta mujer representa la Iglesia en la feliz plenitud de su realización anclada en la eternidad de Dios, partícipe de la misma vida de unión y de la coronación ideal del pueblo de Dios. Por otra parte, junto a esa imagen gloriosa de la mujer, aparece también otro aspecto, más terreno y doloroso: La mujer es madre anunciada, es decir, que se queja por el parto que se avecina y suplica a Dios que la socorra, ella se debate entre los dolores del alumbramiento. Pero estos no son sino el preludio de la era mesiánica, ambas facetas de gloria y sufrimiento deben complementarse, ya que se refieren a la Iglesia contemplada, ya sea en una escatología realizada o en su devenir histórico.
Por otro lado, se presenta la otra señal, un gran dragón, este posee un poder inhumano, pero no absoluto, y tiene un gesto inaudito pues barre con su cola la tercera parte de las estrellas observando una manía obsesiva en ser como un dios. La otra ambición consiste en perseguir con saña a la mujer, pero ella a pesar del asedio y amenaza, consigue dar a luz a un hijo varón cuyo oficio es “pastorear”. Este hijo, se refiere a Jesucristo, en esta parte se observa principalmente el Nacimiento Pascual de Jesús, contemplado en sí en su Misterio de muerte y Resurrección, ya que, a través de la resurrección, Jesús escapó de las garras de la muerte del dragón y fue llevado junto al trono de Dios.
En la segunda Lectura se nos muestra lo que constituye la esperanza cristiana. Pablo contempla la humanidad como un gran acontecimiento solidario, tanto para la desgracia como para la salvación. Por otra parte, la contraposición entre Adán y Cristo, que tiene para él un valor histórico, antropológico y salvífico, ya que la humanidad bajo el pecado y la muerte se simboliza en Adán, y es sustituida por la humanidad bajo la gracia y la vida que nos da Cristo. La primera fue causada por la desobediencia de uno, la segunda por la obediencia del otro. El dolor y la muerte son lo opuesto al Plan de Dios.
En el evangelio de Lucas se nos narra un acontecimiento simple y sencillo, resaltando las obras de los grandes y poderosos de la tierra. Él ha querido mostrar los detalles simples de una realidad que aparentemente no tienen ningún puesto en el desarrollo histórico de una sociedad que sólo considera importante lo que hacen los grandes, los de renombre, los que se creen a sí mismos los únicos protagonistas de la historia. Aquí el protagonismo, es de un par de mujeres, personajes ya de por sí devaluados, en una sociedad machista patriarcal; de dos niños que, aún sin nacer, ya están llamando la atención del autor (Dios) y el Espíritu Santo que llena de gozo a Isabel para bendecir a su pariente María y al fruto de su vientre, y para cantar las grandezas del Señor.
Finalmente, Lucas, revela una enseñanza sobre la manera cómo Dios actúa en la historia humana y, a través de qué tipo de persona actúa. Eso es, en el fondo, lo que proclama Isabel en las palabras que dirige a María, y en donde la Bienaventurada lo explica mejor en su cántico, que la tradición consagró como el Magníficat. En él, Lucas, constata cómo, mientras los grandes y poderosos se esfuerzan por conducir la historia bajo los criterios del poder del tener y del dominio, dejando de lado una estela de empobrecidos, de marginados y excluidos, Dios va realizando su acción en el mundo justamente a través de estas obras que deja la sociedad estructuralmente injusta. Por esto, precisamente, el cántico de María es revolucionario porque al reflejar las convicciones de un alma libre y liberada invita también a una auténtica liberación de unas estructuras injustas que por y en nombre de Dios mantiene al pueblo sumido en la discriminación, el hambre y el abandono.
2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?
Primero el Magnificat en un cantico que se pone en los labios de María, y que se espera que todo creyente de corazón sencillo no solamente deba proclamar con sus labios, sino realizar también a través de su esfuerzo y su lucha de cada día, es una invitación a no continuar creyendo que en una sociedad tan injusta sea reflejo de algún designio o querer de Dios y lo que es más revolucionario todavía el Magníficat revela una imagen de Dios contento, completa y absolutamente diferente a la imagen del dios que domina este mundo.
Segundo, María, es una mujer sinodal que hace el camino con nosotros, que no estuvo aislada, muda, sola, sin relacionarse con nadie o solo con Dios. Ella se presentó como una mujer disponible que perseveró unánime en oración, que era humilde, cercana, como mujer y madre. Ella es la mujer que tiene el sentido de Dios, que discernió y busco en su vida el plan de Dios, expresándolo en el Magníficat, en el canto que eleva a Dios (Cfr. Lucas 1, 46-56).
Ella nos muestra cómo debemos escuchar, y acoger la Palabra, siendo dóciles. Aunque a veces no entendamos los caminos de Dios, y como ella debemos conservar todas estas cosas en el corazón, así no lo veamos con claridad. Así lo tenemos que hacer nosotros: abramos los ojos y los oídos del corazón a las distintas situaciones por las que pasa la sociedad y por las que nos habla el Espíritu Santo, no mirar para otro lado, y actuar. María, es la mujer que ofrece al mundo lo mejor que tiene, su Hijo.
Por último, la Solemnidad de hoy nos llena de confianza, ya que ella alienta continuamente nuestra esperanza pues “somos aún peregrinos, pero Nuestra Madre nos ha precedido y nos señala ya el término del sendero: nos repite que es posible llegar y que, si somos fieles, llegaremos. Porque la Bienaventurada Virgen no sólo es nuestro ejemplo: es auxilio de los cristianos. Y ante nuestra petición —Monstra te esse Matrem-, no sabe ni quiere negarse a cuidar de sus hijos con solicitud maternal.
3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?
La solemnidad de la Asunción es muy importante en la Iglesia, porque en la figura de María, que es llevada en cuerpo y alma al cielo, la Iglesia ve lo que es y lo que espera ser. En efecto, el prefacio propio de esta solemnidad resume muy bien esta relación entre María y la Iglesia: La Virgen Madre de Dios fue asunta hoy en la gloria del cielo, para ser primicia e imagen de lo que alcanzará a tu Iglesia; para ser esperanza cierta y motivo de consuelo del pueblo peregrinante . María, nos ayude a proclamar las grandezas del Señor y nos permita como ella llegar a reconocer nuestra pequeñez frente a la grandeza e inmensidad de Dios. Que en esta solemnidad veamos con gran esperanza y claridad las promesas de Dios, para que al igual que la Bienaventurada Virgen se vean cumplidas también en nosotros, y sea un motivo de alegría para todos y cada uno de nosotros.
_______________________
Recomendaciones prácticas:
• Misa vespertina y Misa del día. El formulario de la Misa es propio.
• Puede emplearse la fórmula de bendición solemne: Santa María Virgen, Misal p, 479.
II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles
Monición introductoria de la Misa
Queridos hermanos, el Señor nos convoca para escuchar su voz y prepara la mesa del sacrificio para darnos su cuerpo y sangre que es salvación. Hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, que nos enseña que la sencillez y humildad de corazón, dan paso a un gran premio: la vida eterna. Que, a ejemplo de la Virgen María, logremos alcanzar la sencillez y humildad necesaria para crecer como cristianos. Participemos activa, plena y conscientemente de esta celebración.
Monición a la Liturgia de la Palabra
La liturgia de la Palabra de la Solemnidad nos debe llenar el corazón de esperanza y alegría, ya que en María vemos contemplada la participación en la gloria futura, en donde Dios nos librará, como a Ella, de la corrupción de la muerte. Que nosotros, aun peregrinos en este mundo, cantemos las maravillas que Dios hace en nuestro diario vivir. Escuchemos con atención la Palabra de Dios.
Oración Universal o de los Fieles
Presidente: Proclamemos las grandezas de Dios, Padre Todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la Madre de Jesús, y supliquémosle diciendo:
R. Dios de amor, escúchanos.
1. Señor, que, en la Bienaventurada Virgen María, nos das un ejemplo de humildad y firmeza, te pedimos que, como ella, el Papa Francisco, Obispos, sacerdotes, diáconos y todo el pueblo de Dios, sepan cultivar la humildad en sus vidas y merezcan alcanzar la vida eterna. Oremos al Señor.
2. Señor, que, en la Bienaventurada Virgen María nos das un ejemplo de verdad y justicia, te pedimos por los gobernantes de las naciones para que, ayudados de tu gracia, participen con sinceridad y buena disposición en la lucha contra el mal y la corrupción, cooperando en la edificación de un mundo mejor y cada vez más humano. Oremos al Señor.
3. Señor, que, en la Bienaventurada Virgen María, nos das la esperanza de la vida futura, te pedimos por los enfermos y agonizantes, para que sean fortalecidos en su cuerpo y alma, que por tu gracia puedan gozar de la vida futura. Oremos al Señor.
4. Señor, que, en la Bienaventurada Virgen María, nos das un ejemplo de escucha y acción, te pedimos por el camino sinodal que hemos estado viviendo en cada parte de nuestro país, para que, escuchando las nociones del Espíritu, pongamos en acción lo discernido. Oremos al Señor.
5. Señor, que, en la Bienaventurada Virgen María, nos das un ejemplo de entrega incondicional, te pedimos que como ella en nosotros se avive el deseo de siempre escuchar tu voluntad y ponerla en marcha, para que podamos merecer la vida eterna. Oremos al Señor.
Oración conclusiva
Padre misericordioso, que,
en la Asunción de la Bienaventurada Virgen María,
nos ha dado un precioso anticipo de nuestra resurrección,
que se fundamenta en la resurrección de Cristo,
te suplicamos escuches estas suplicas,
que te presentamos con fe y esperanza.
Por Cristo nuestro Señor.
R. Amén.