Pasar al contenido principal

Misioneros

Lun 1 Dic 2025

Preparémonos para la celebración del nacimiento de Jesús

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve, Obispo de la Diócesis de Cúcuta - En este domingo comenzamos el tiempo de Adviento que tiene una doble característica: en primer lugar, es el tiempo de preparación para la celebración del nacimiento de Jesús, solemnidad que conmemora la primera venida del Hijo de Dios en la carne, cuando Jesús se hace uno de nosotros, “y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros; y hemos visto su gloria, la gloria propia del hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1, 14). Al mismo tiempo, nos hace que todos dirijamos la atención a esperar la segunda venida de Cristo, un tiempo de esperan¬za, que nos hace poner los ojos en el cielo, donde está nuestra meta, para que un día lleguemos al lugar donde participaremos de esa gloria del Padre, en el encuentro con el Señor cara a cara y lo hacemos recibiendo el mandato del Señor para este nuevo año pastoral, con el lema: vayan y hagan discípulos.La historia de la salvación que tiene el acontecimiento central en el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo y que en el cumplimiento de su misión en esta tierra culmina con su regreso al Padre en la gloriosa Ascensión al cielo, nos deja un encargo misionero: “vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos” (Mt 28, 19 - 20).Esta certeza ha acompañado a la Iglesia a lo largo de toda su historia y en cada celebración de la navidad vuelve a resonar en nuestro corazón, al prepararnos paso a paso para la segunda venida del Señor. De la presencia permanente del Señor debemos sacar un impulso renovado en la vida cristiana, con el deseo interior de caminar desde Cristo y con Cristo, en un proceso de conversión permanente que es transformación de la vida en Él.La evangelización que vamos a realizar a lo largo de este año pastoral que comenzamos, celebrando los 70 años de nuestra Diócesis, tiene como objetivo hacer que Jesús se quede en el corazón de muchas personas, para que, al celebrar el nacimiento de Jesús, cada creyente tenga un nuevo nacimiento para tener la vida eterna, porque “el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios” (Jn 3, 3). De tal manera, que el proyecto pastoral tiene a Jesucristo como centro a quien “hay que conocer, amar e imitar, para vivir en Él la vida trinitaria y transformar con Él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste. Es un programa que no cambia al variar los tiempos y las culturas” (Novo Millennio Ineunte, 29); por eso, cada año nos preparamos en este tiempo de Adviento cantando con entusiasmo, “ven Señor Jesús” (1Cor 16, 22).El Hijo de Dios que se hizo hombre por amor al ser humano, sigue realizando su obra en nosotros, por eso tenemos que disponer el corazón para convertirnos en testigos de su gracia y también ser instrumentos de ese don para los demás. Prepararnos para celebrar el nacimiento de Jesús, es contemplar al Señor que nos invita una vez más a ser sus testigos: “ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo; Él vendrá sobre ustedes para que sean mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y hasta los extremos de la tierra” (Hch 1, 8). De tal manera que tenemos la experiencia del nacimiento de Jesús en nuestra vida y lo transmitimos con gozo a los demás: “¡cuánto bien nos hace dejar que Él vuelva a tocar nuestra existencia y nos lance a comunicar su vida nueva! Entonces, lo que ocurre es que en definitiva, ‘lo que hemos visto y oído es lo que anunciamos’” (Evangelii Gaudium, 264). Esta es la gran noticia que transmitimos a los demás con fervor y pasión por el Evangelio, “para eso urge recobrar un espíritu contemplativo, que nos permita redescubrir cada día que somos depositarios de un bien que humaniza, que ayuda a llevar una vida nueva” (EG, 264).El mandato misionero nos introduce en el misterio mismo de la Encarnación, invitándonos a tener el fervor y el ardor para comunicar ese mensaje, así como lo hicieron los primeros cristianos. Para ello, tenemos la certeza que contamos con la fuerza del mismo Espíritu que fue enviado en Pentecostés y que nos entusiasma hoy a comunicar el mensaje de salvación, animados por la Esperanza en Jesucristo que no defrauda y que lo trasforma todo y hace nuevas todas las cosas. Contemplemos en cada una de estas semanas a Jesús que viene a salvarnos, abramos el corazón a Dios y dispongámonos con corazón limpio a celebrar este tiempo, como un momento de gracia para caminar con Cristo, siguiéndolo a Él que es camino, verdad y vida que nos lleva hasta el Padre (Cf. Jn 14, 6).Como creyentes en Cristo tenemos la misión de ser reflejo de la luz de Cristo, que iluminó la noche de Belén donde nació Jesús como “luz del mundo” (Jn 8, 12) y nos pidió que fuéramos luz para los pueblos, “ustedes son la luz del mundo. Brille su luz delante de los hombres de modo que, al ver sus buenas obras, den gloria a su Padre que está en los cielos” (Mt 5, 14). Cumpliendo así, el mandato misionero que será posible si nos abrimos a la gracia que nos trae este tiempo de Adviento y nos hace hombres nuevos en Jesucristo Nuestro Señor, quien está con nosotros todos los días hasta el final de los tiempos (Cf. Mt 28, 20), mientras que anhelamos su segunda venida. Que la Santísima Virgen María, madre de la Esperanza y el Glorioso Patriarca San José, custodio del niño Jesús, alcancen del Señor la gracia de vivir este tiempo en la espera gozosa del Señor.En unión de oraciones,reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de la Diócesis de Cúcuta

Mié 27 Ago 2025

Líderes misioneros de la Iglesia colombiana se reúnen en la Diócesis de Armenia para trazar la ruta evangelizadora del país

Por estos días, la Diócesis de Armenia acoge a los 78 directores de Obras Misionales Pontificias (OMP) y de la Pastoral Misionera de todas las jurisdicciones eclesiásticas de Colombia que participan en la Asamblea Nacional 2025, un evento central para la proyección evangelizadora de la Iglesia Católica en el país.La asamblea, que comenzó el pasado lunes 25 de agosto y se extenderá hasta el jueves 29, es liderada por monseñor Héctor Javier Pizarro Acevedo, OAR, Obispo de Trinidad y Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones. El anfitrión es monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, Obispo de Armenia, quien en la eucaristía de apertura invitó a los presentes a una "renovada conversión misionera", citando al Papa Francisco. Además, participa el padre Carlos Alberto Jiménez Zapata, CJM, nombrado recientemente Director del Centro Misionero y del Área de Etnias de la Conferencia Episcopal de Colombia.El objetivo principal del encuentro es reflexionar sobre la prospectiva misionera bajo el proyecto "Visión 20-36"; preparar el IX Congreso Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera (CONIAM 2026); y revisar documentos clave como los Estatutos de OMP y el Manual del Director. El trabajo se guía por el lema de la XCIX Jornada Mundial de las Misiones 2025: “Misioneros de esperanza entre los pueblos”.Trabajo en comunión y mirada al futuroLa segunda jornada, desarrollada en un ambiente de fraternidad, incluyó la presentación oficial de los Estatutos de OMP y el Manual del Director. Tras la socialización de estos documentos, los participantes se dividieron en grupos regionales (COREMI) para su reflexión y análisis, culminando con una plenaria para poner en común las conclusiones. El día concluyó con un Rosario Misionero, encomendando a la Virgen María los frutos del encuentro.Armenia comparte su experiencia pastoralDurante la Asamblea, monseñor Quintero Gómez expuso la experiencia misionera de la Diócesis de Armenia, destacando su compromiso frente a los desafíos actuales. Uno de los temas centrales fue la misión en el mundo digital, donde se abordó el uso de medios de comunicación y redes sociales como herramientas efectivas para evangelizar y acercarse a los jóvenes.En este contexto, se resaltó el papel protagónico de los jóvenes como "misioneros digitales", creativos y comprometidos con el anuncio del Evangelio en la cultura actual. Se compartieron experiencias de cómo la pastoral juvenil y la misionera trabajan unidas en la formación de discípulos misioneros.Además, se hizo un llamado a continuar caminando juntos como Iglesia, sin dejar a nadie atrás, y a responder con esperanza a las diferentes realidades del país, incluyendo zonas rurales, comunidades vulnerables y entornos urbanos. El evento busca ser un nuevo impulso para una Iglesia "en salida, misionera y cercana, al estilo de Jesús".

Lun 25 Ago 2025

Misioneros de la Juventud celebran cuatro décadas de evangelización

La asociación, fundada en 1985, ha dedicado cuatro décadas a acercar el sacerdocio y la espiritualidad a los jóvenes a través de diversas iniciativas apostólicas en varias ciudades del país y en Estados Unidos.La Asociación Misioneros de la Juventud cumplió 40 años de labor evangelizadora el pasado 15 de agosto. Desde su establecimiento en 1985, la institución ha tenido como propósito central acercar el sacerdocio, la misión y la espiritualidad a las nuevas generaciones.Este objetivo se materializa a través de ocho líneas apostólicas: retiros espirituales, voluntariados, escuela de contemplación, misión y discernimiento, trabajo con las familias, siembras, senderismo y una escuela de liderazgo político. Este abanico de iniciativas busca conectar con los jóvenes desde múltiples perspectivas y actividades.“Trabajamos desde la parte vocacional porque la miel es mucha y los obreros son pocos. Y aún son más pocos aquellos que trabajan con los jóvenes. Porque la juventud, pues como ya lo sabemos, es muy fluctuante, pero siempre hay necesidad de escuchar y estar para ellos, dispuestos a trabajar”, expresó Wilson Timína, miembro de la asociación.Actualmente, la asociación tiene presencia en Armenia, Florencia, Sonsón-Rionegro, Fusagasugá, Bogotá y Estados Unidos. Está conformada por 70 miembros, que incluyen 11 sacerdotes, 9 laicos y otros servidores distribuidos en cuatro apostolados principales: Familias Misioneras, Voluntariado Juvenil Misionero, Escuela de Contemplación y Sembradores. Su labor colectiva mantiene viva la vocación religiosa entre la juventud.La semilla que da frutoLos orígenes de la obra se remontan a 1939, de la mano de monseñor Jorge Murcia Riaño, quien fundó la Compañía de San Juan para trabajar por los jóvenes y las mujeres. En este esfuerzo, conoció al padre Luis María Fernández, con quien entabló una fuerte amistad y una sociedad de trabajo que se prolongó hasta la muerte de monseñor Jorge en 1944.El padre Luis María decidió continuar con la labor y construyó la Central de Juventudes Junior Club, iniciativa que tuvo un gran éxito. En 1984, este proyecto se transformó en la Asociación de Misioneros de la Juventud para agrupar bajo un mismo nombre las diversas iniciativas que se venían realizando. El padre Luis María falleció antes de que la asociación se estableciera completamente.“Él muere consciente de que es la semilla que muere para dar fruto y que es la hoja del árbol que se cae por voluntad del Padre”, narró el padre Juan Guillermo García, Director actual de la asociación.A lo largo de los años, la organización fue creciendo bajo el ala de monseñor Alfonso Uribe Jaramillo, abriendo sedes en diferentes partes del país; atendiendo y guiando a innumerables jóvenes, a monseñor Ismael rueda, actual arzobispo de Bucaramanga.El gozo de evangelizarPara los misioneros, ser parte de esta labor es una experiencia profundamente enriquecedora. Muchos aseguran que pertenecer a la asociación transformó sus vidas, ayudándoles a superar momentos oscuros y a acercarse a Dios.En el marco del aniversario, varios miembros compartieron sus testimonios, destacando la alegría de llevar la palabra y el enorme enriquecimiento espiritual que reciben.“La verdad me ha encantado. He hecho misión en Fusagasugá y saber que tú vas a estar para jóvenes siendo joven. Es encantador ver la satisfacción, escucharlos, hacer misiones en veredas, en colegios y saber que hay jóvenes que nos necesitan y tenemos que luchar por ellos para que así estemos mejor en el mundo”, relató la misionera Sara Rodríguez.Para Paula Sora, otra integrante, encontrar la asociación durante la pandemia de COVID-19 fue un punto de inflexión. “Soy misionera de la juventud, misioné en Fusagasugá y acá en Bogotá, en el cerro de la Mariposa. Gracias a Dios, encontré la asociación en pandemia, eso me salvó la vida, literalmente. Encontrar la fe en otros jóvenes menores y mayores que yo fue increíble. Es una experiencia de vida y de fe asombrosa”, afirmó.Una invitación a sumarseAl celebrar sus cuatro décadas, los misioneros extienden una invitación abierta a todos los que deseen unirse a su causa. La invitación la resume la misionera Paola López con una exhortación:"Arriésguense por Cristo, porque si no lo hacemos, ¿quién más lo hará por nosotros?".Vea a continuación los testimonios de la obra:

Vie 28 Feb 2025

"Sin comunión no hay misión”: Pbro. Samir García, director del Centro Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia

Misioneros de la Consolata, Conferencia Episcopal de Colombia y Obras Misionales Pontificias unen fuerzas para revitalizar la evangelización en el país y el mundo desde la perspectiva de la comunión.Bajo el propósito de fortalecer la animación misionera en las Iglesias particulares e impulsar la colaboración entre comunidades religiosas, el padre Samir de Jesús García Valencia, director del Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia y de las Obras Misionales Pontificias (OMP), participó en un conversatorio organizado por los Misioneros de la Consolata en su sede regional de Bogotá.El encuentro, enmarcado dentro del plan de trabajo evangelizador de esta comunidad religiosa, permitió reflexionar sobre los desafíos actuales de la misión ad gentes y el papel fundamental de la comunión eclesial en la labor evangelizadora. Durante su intervención, el padre Samir García enfatizó la importancia de la colaboración entre los Institutos de Vida Religiosa dedicados a la misión y las OMP, subrayando que “sin comunión, no hay misión”.El diálogo abordó temas clave como la necesidad de revitalizar la conciencia misionera, la formación de agentes de pastoral con una mirada universal y la urgencia de responder con audacia a los signos de los tiempos. Se destacó la riqueza de la diversidad carismática en la Iglesia y la necesidad de trabajar juntos para que el anuncio del Evangelio llegue a todos los rincones del mundo.Este conversatorio también sirvió como espacio para compartir experiencias, identificar desafíos y proyectar acciones concretas que fortalezcan la animación misionera en las Iglesias particulares. La presencia del padre García permitió reafirmar el compromiso de la Conferencia Episcopal de Colombia y de las OMP en la promoción de una Iglesia en salida, que responda con fidelidad a su vocación misionera.Los Misioneros de la Consolata, organizadores del evento, reiteraron su compromiso con la evangelización y la comunión misionera, resaltando la importancia de seguir generando espacios de formación y reflexión que impulsen la labor misionera en el país.

Vie 15 Nov 2024

Delegación de la Iglesia colombiana está lista para participar en el Sexto Congreso Americano Misionero que se celebrará en Puerto Rico

Del 19 al 24 de noviembre se celebrará en Puerto Rico el Sexto Congreso Americano Misionero(CAM6). En este importante encuentro, que reunirá a 1.300 representantes de diferentes países del continente americano, participará la Iglesia colombiana con una delegación conformada por 33 personas, entre obispos, sacerdotes, religiosos y laicos de diferentes jurisdicciones eclesiásticas.Monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, ha sido delegado por la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para acompañar y liderar a nombre de la CEC la participación en el CAM6. También hará parte de esta delegación monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, obispo de la Diócesis de Riohacha. Ambos pastores tienen una importante formación y experiencia en el campo misionero. Ademas, acompañará el padre Samir de Jesús García Valencia, director del Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal y de Obras Misionales Pontificias de Colombia.Además de ser un espacio especial para celebrar la fe, este Congreso, que tiene como lema “América, con la fuerza del Espíritu, Testigos de Cristo”, será clave para alentar la tarea misionera y proyectar, en comunión, los nuevos caminos que la Iglesia del continente transitará en esta dimensión.De acuerdo con el coordinador general del CAM6, el padre José Orlando Camacho Torres, CSSp, este congreso, permitirá lograr importantes avances en el camino de reflexión misionológica para impulsar la misión en el continente y el mundo que se viene transitando desde 2018.“Por primera vez se celebra en el Caribe un Congreso Americano Misionero. Es histórico para Puerto Rico. Estos congresos comenzaron en México y la sede anterior fue en Bolivia (2018). Roma ha participado activamente de este acontecimiento eclesial. Todos los obispos y la Iglesia en Puerto Rico está preparada para acoger a los peregrinos que van a llegar”, agregó el padre Camacho.La delegación de Colombia llevará a este Congreso la experiencia y ardor que dejó el XIII Congreso Nacional celebrado en el mes de julio de este año, a través del cual se conmemoró el Centenario Nacional Misionero.El equipo organizador del Sexto Congreso Americano Misioneroinformó que los momentos más reoresentativos de este evento contarán con transmisiones en vivo en español, inglés, francés y portugués, a través de las redes sociales oficiales en facebook @CAM6 Puerto Rico y en YouTube @CAM6 Puerto Rico.Para conocer más detalles, visite el sitio oficial del evento www.cam6puertorico.com

Sáb 7 Oct 2023

¡En la Iglesia misionera, Colombia de primera!

Por: Pbro. Samir García Valencia.Director (E) OMP de Colombia y Director del Centro Nacional Misionero de la CEC. Al inicio del siglo XX la Iglesia universal fijó especial atención e interés a la más sublime obra que marca su propia identidad: La misión y las misiones. La comunidad de creyentes en Cristo tuvo su origen en el envío misionero. La Iglesia nace de la misión y para la misión. El mandato misionero es explícito y directo: “vayan al mundo entero y anuncien el Evangelio” (Cf. Mt 28,16-20; Mc 16, 12-20; Lc 24, 44-48; Hch 1, 8; Jn 20, 19-22). De ahí que, en los inicios del siglo anterior, dos pontífices dieran un paso importante para llamar de nuevo la atención sobre el ser y quehacer eclesial. El primero fue Benedicto XV quien en 1919, a través de la Carta Apostólica “La grande y santísima Misión” (Maximum Illud), alentó a la comunidad eclesial a descubrir en ella la obra máxima, la más grande, e identificó a las Obras Misionales Pontificias como aquel canal prioritario que tanto bien hace a la misión universal de la Iglesia (Cf. Maximum Illud, nn. 96-102). Seguidamente Pio XI, llamado “el Papa de las Misiones”, a través de la Encíclica “En la historia de la Iglesia” (Rerum Ecclesiae), retomando las iniciativas de su predecesor, recomendó promover las Obras Misionales Pontificias en las iniciativas misioneras y en el compromiso de toda la Iglesia para apoyar a las misiones (nn. 43-61). Y, dos meses después de promulgarse esta encíclica, el 14 de abril de 1926, el mismo papa Pio XI, a través de un rescripto de la Sagrada Congregación de Ritos, firmado por el Prefecto Cardenal Antonio Vico, instituyó oficialmente el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones).Así, entonces, con el impulso de estos pontífices de inicio del siglo XX y, por supuesto, con todo el ímpetu, además, de los pontífices posteriores y las grandes iniciativas misioneras que comenzaron a surgir en la Iglesia, se ha ido constituyendo y fortaleciendo no solo el Domingo Mundial de las Misiones sino, ahora también, todo el mes de octubre como tiempo privilegiado en la Iglesia para dedicarlo a este compromiso que hace parte de la identidad misma de toda la comunidad de bautizados, en nuestra Iglesia Católica.El Espíritu Santo, protagonista de la misión, inspira y abre caminos en la Iglesia para continuar, sin desfallecer, cumpliendo con la invitación de Jesús Resucitado de ir al mundo entero y anunciar el Evangelio.La Iglesia que camina en Colombia ha tenido un especial cuidado y atención en el cumplimiento de este deber. En 1924, leyendo e interpretando los signos de los tiempos, preparándose para la Exposición Misional con ocasión del Año Santo 1925 en Roma, la Iglesia en Colombia celebró el Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones. Fue un acontecimiento renovador para la Iglesia peregrina en Colombia y proyectó un camino realmente significativo del que han surgido no solo grandes figuras de santos y mártires misioneros sino también grandes proyectos, comunidades e institutos con un decidido compromiso por la misión, con especial interés por la misión Ad Gentes; como es, por ejemplo, el instituto de Misiones Extranjeras de Yarumal, las Misioneras Teresitas y las Hijas de la Misericordia. Y, por supuesto, el congreso le dio un nuevo impulso a la Congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, conocidas como hermanas Lauritas, que ya habían sido fundadas diez años antes, el 14 de mayo de 1914. ¡Qué importancia y enorme significado tuvo entonces la celebración y proyección de este Primer Congreso Nacional Misionero y Exposición Nacional de Misiones en nuestro país!.Frente a este panorama misionero, retomando los grandes momentos de la historia y proyectando renovados caminos, nos preparamos para celebrar del 5 al 7 de julio de 2024 el CONGRESO MISIONERO – CENTENARIO para conmemorar dicho evento eclesial. Será, con toda seguridad, un Kayros, un acontecimiento del Espíritu Santo que unirá todas las fuerzas misioneras presentes en nuestro país para responder con eficacia y determinación a la tarea que Jesús ha puesto en nuestras manos de “ir y anunciar el evangelio hasta los confines del mundo”. Toda la Iglesia Colombiana, experimentando la urgencia y necesidad de este compromiso misionero, dirá al unísono que ¡En la Iglesia Misionera, Colombia de primera!¡Vamos, pues, adelante! El Señor Resucitado nos llama y nos envía. Aprovechemos este mes de octubre para orar, ofrecer nuestros sacrificios y contribuir generosamente con nuestra ofrenda económica por la misión y las misiones. La Iglesia es una sola y todos estamos invitados a participar de la misión que Jesús le confía. La Iglesia no solo hace la misión, sobre todo la Iglesia es misión. Las Obras Misionales Pontificias de Colombia preparan cada año el material de Octubre Misionero, que sin duda alguna marca una ruta especial para vivir nuestra identidad propia como es SER MISIÓN. Todo el material ha sido construido con el fiel y noble propósito de invitar a toda la Iglesia que camina en Colombia a reavivar, fortalecer y renovar el compromiso con la MISIÓN UNIVERSAL. Todas las Iglesias para todo el mundo.

Lun 24 Oct 2022

Más de 800 misioneros acompañaron la misión arquidiocesana en Popayán

Al concluir este domingo 23 de octubre la gran misión arquidiocesana en Popayán, su arzobispo Omar Alberto Sánchez Cubillos, dio un parte de alegría y satisfacción por la labor misionera que se desarrolló durante una semana de recorrido en campos y veredas del Cauca. Allí se constató una vez más la fe de sus gentes y la necesidad de acompañamiento a estos territorios tan golpeados por la violencia y el abandono. “Con gran satisfacción, constatando el amor, el servicio y la generosidad de los más de 800 misioneros que se desplegaron en estos nueve territorios del sur, del norte y el centro, estamos dando un parte de alegría de haber renovado la vocación esencial de la Iglesia y su naturaleza de acción misionera (…) Nos vamos muy comprometidos y con un balance exitoso por los testimonios que como Iglesia hemos podido constatar en esta semana maravillosa”. Esta salida misionera que se realizó del 16 al 23 de octubre, bajo el lema: “Con Jesús María el Cauca tiene vida”, estuvo acompañada de más de 800 laicos, sacerdotes, religiosos, religiosas y el obispo, integrantes de las 92 parroquias de este territorio caucano, quienes se dieron a la tarea de visitar nueve parroquias que corresponden a los arciprestazgos de esta Jurisdicción. “Ellos con su alma misionera y a pesar de las inclemencias del tiempo, con sacrificio, con osadía, con audacia, salieron con toda la fuerza del Espíritu Santo a visitar y acompañar a las comunidades presentes en los campos y veredas, quienes los acogieron con mucho cariño, abriendo las puertas de su corazón y de sus hogares para recibir el mensaje que les llevábamos”. El prelado observó que a pesar de la crisis social que en estos territorios pueda existir, por causa de los grupos armados, los cultivos ilícitos, la pobreza, las desigualdades, entre otros aspectos, esto no escatima que, en el Cauca haya un gran potencial “gentes hermosas, capaces, trabajadoras, alegres, con vocación de comunión, así que desde aquí, desde el Cauca, con sus dolores y esperanzas nos sentimos orgullosos de esta gran misión. Celebro y doy gracias a Dios por este gran y generoso objetivo misionero cumplido, por la capacidad de este pueblo de recibir una voz nueva y renovada de Jesús como salvador”. El envío misionero se hizo a las 9 parroquias o centros de Misión: Por el Norte a las parroquias de Miranda. Timba y Piendamó; zona sur los misioneros partieron hacia las parroquias de San Lorenzo en la Vega, San Lorenzo, y Balboa; y por la Vicaria del Centro, los misioneros visitaron las parroquias: El Rosario – Cajibío, Paispamba, y la Parroquia de Santísima Trinidad en Popayán.

Lun 24 Oct 2022

Evangelizar a los que están lejos

Por: Monseñor José Libardo Garcés Monsalve - Avanzamos en este mes de octubre dedicado en la Iglesia a la oración, reflexión y ayuda a las misiones en todo el mundo y sobre todo, a tomar conciencia de la tarea evangelizadora de la Iglesia y de cada uno de los bautizados, en muchos ambientes y sectores que están físicamente cerca de nosotros, pero viven muy lejos de Dios y de su Palabra de Salvación. Ya el tiempo donde todos en la familia eran creyentes con fe firme, está pasando, y estamos en una época donde muchos recibieron el bautismo, pero en lo que se refiere a la fe, son indiferentes e incluso, rechazan abiertamente a Jesús. El Papa Pablo VI, en su momento, así lo percibía cuando afirmó: “aunque el primer anuncio va dirigido de modo específico a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús o a los niños, se está volviendo cada vez más necesario, a causa de las situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días, para gran número de personas que recibieron el bautismo, pero viven al margen de la vida cristiana” (‘Evangelii Nuntian¬di’ #52). Esta realidad descrita por el Papa Pablo VI, es un fenómeno común en las nuevas generaciones de muchas de las familias creyentes y por esta razón, el Papa Francisco vuelve a retomar el tema cuando llama a evangelizar en todos los ámbitos, sin descuidar la pastoral ordinaria que se orienta al crecimiento de los creyentes, de manera que respondan cada vez mejor y con toda su vida al amor de Dios. Es necesario reconocer el ámbito de las personas bautizadas que no viven las exigencias del bautismo y también hace el llamado a proclamar el Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado (cf. ‘Evangelii Gaudium’ #14), recordando que “los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14). La preocupación de toda la Iglesia, pastores y fieles, a lo largo de los siglos ha sido anunciar el Evangelio a los que están alejados de Cristo y por eso, en una época se identificaban los alejados con quienes habitaban fuera de las fronteras de nuestro entorno y existía una vocación misionera para atender directamente a esos hermanos nuestros. Pero hoy la realidad de los alejados está presente en nuestro territorio, en nuestra Diócesis, en las periferias y en el centro de nuestra ciudad, en la parte urbana y en el campo. Por ello, retomamos como propio el llamado del Papa Francisco cuando nos dice que “la actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia y la causa misionera debe ser la primera” (EG 15), de tal manera que, lo tenemos que hacer presente con la salida misionera a la que estamos convocados todos los creyentes. La salida misionera es el camino adecuado en este momento de nuestra historia para volver a traer al redil de la Iglesia a la oveja perdida. Jesús en el Evangelio nos da el testimonio del Pastor bueno que sale a buscar una oveja perdida, dejando las noventa y nueve en el redil (cf. Lc 15, 4-6), hoy tenemos que retomar la salida misionera para ir en busca de las noventa y nueve, dejando una en nuestro redil. Si no lo hacemos entre todos, corremos el riesgo de dejar a todo el pueblo de Dios a la deriva, con la conciencia que “cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio” (EG 20), periferias que vemos avanzar en nuestra ciudad, no solamente por la limitación física de los recursos de muchas personas, sino por el vacío en la fe que padecen muchas personas que son nuestros vecinos y cercanos. Recordemos que los discípulos que se reunieron en torno a Jesús y que salieron a predicar con Él, no tenían un lugar para permanecer, porque “el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8, 20); siempre fueron itinerantes, siempre estaban en misión de un lugar para otro y así nació la Iglesia, en camino, en salida misionera. El Papa Francisco nos recuerda esta verdad cuando afirma: “La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante, y la comunión esencialmente se configura como comunión misionera. Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo” (EG 23). La Iglesia comunidad de creyentes en su tarea evangelizadora tiene el mandato de la salida misionera. En nuestra Diócesis de Cúcuta estamos disponibles a cumplir con esta tarea, siendo comunidad de discípulos misioneros que nos involucramos y acompañamos a todos y les entregamos con gozo el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Que la Santísima Virgen María, Estrella de la evangelización y el glorioso Patriarca san José, fiel custodio de la fe, alcancen de Nuestro Señor Jesucristo, el fervor pastoral, para estar siempre en salida misionera. En unión de oraciones, reciban mi bendición. + José Libardo Garcés Monsalve Obispo de la Diócesis de Cúcuta