Lun 1 Feb 2021
“Quiero ponerme como obispo al servicio de esta tarea con humildad y sencillez”
Este fue el mensaje contundente que expresó el nuevo obispo castrense, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, durante su homilía en la celebración eucarística de posesión canónica realizada el pasado 30 de enero, en la Catedral Castrense Jesucristo Redentor, en Bogotá.
Al dirigirse a los miembros de las fuerzas militares y de policía, así como a representantes de todas las instituciones del Ministerio de Defensa, les aseguró que desde el obispado castrense pueden sentirse “arropados, cuidados, apoyados y estimulados en los momentos de dificultad o tristeza que puedan estar pasando”.
“Quisiera que hoy nos centráramos en Jesucristo. La acción, la tarea, el servicio del obispado castrense, ese es nuestro principio y fin, anunciar a Jesucristo. Es hacer que cada uno de los miembros de las fuerzas militares ponga su mirada en Jesús. ¡Desde hoy los llamo queridos hijos! (…) Las fuerzas militares y de policía de Colombia no deben tener miedo, porque tienen la certeza de la fe y la certeza de los altos ideales y de las altas tareas a las que están llamados, las más altas tareas en medio de una comunidad constituida como lo es la patria”, agregó.
El prelado aseguró que es importante que en el ámbito militar y de policía se viva una experiencia de Dios y de pertenencia a la Iglesia, esto da la seguridad de construir sobre grandes valores. “Allí tienen que vivirse los valores espirituales con una profunda vivencia de Dios. Allí donde están nuestros soldados, oficiales, suboficiales y personal militar y también el personal civil qué sirve al Ministerio de Defensa y a los que han prestado su obra a estas grandes instituciones, encontrarán la presencia de la Iglesia en los párrocos y capellanes, que transmiten y contribuyen a que la vida militar sea un proyecto de vida, animado por altos valores espirituales y humanos”.
Monseñor Ochoa Cadavid resaltó seis líneas que considera marcarán el caminar pastoral de servicio en el obispado castrense.
Primero: Estado de misión permanente.
Observó que el anunciar a Jesucristo será una misión que continuará la Iglesia diocesana del obispado castrense. “Esto no cambia, tenemos que anunciar a Jesucristo, tenemos que hacer que los soldados de tierra, mar, aire y agua y los miembros de la Policía Nacional, vivan a Jesucristo celebrando los sacramentos, orando, encontrando la certeza de la presencia de Dios”.
Segundo: Al servicio del sufrimiento.
Al afirmar que el sacrificio de las fuerzas armadas y de policía, en ocasiones, es incomprendido y atacado en su oficio, también destacó que la absoluta mayoría de sus miembros están ofreciendo su servicio para cuidar y ayudar a los colombianos.
Tercero: Solidaridad y caridad cristiana.
Al resaltar la labor de tantos héroes de la patria, que en cumplimiento de su deber han quedado inválidos o con secuelas psicológicas, advirtió que es importante ayudar desde el obispado a estos hombres y mujeres que quizás necesitan de una palabra de aliento.
Cuarto: Cuidado de las familias.
También puso de presente a los familiares de militares y policías. “Es urgente hoy trabajar en las fuerzas armadas y de policía en favor de las familias de oficiales, suboficiales, soldados, policías, para que brille la luz de Cristo en cada hogar, para que brille una gran riqueza espiritual y humana”.
Quinto: Trabajar en la construcción de una Colombia digna, justa, respetuosa de la persona humana.
Frente a este aspecto, el prelado trajo a la memoria algunas palabras del Papa Francisco durante su última visita a Colombia y dijo que en este camino hacia la paz “es necesario evangelizar, es necesario tener opciones éticas y es necesario reencontrarse en la dignidad humana”.
Sexto: “Tenemos que defender a la persona humana”.
“La Iglesia, en su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien común; es consciente que los principios evangélicos constituyen una dimensión significativa del tejido social colombiano y, por eso, puede aportar mucho al crecimiento del país”, a este respecto el prelado dijo que se trabajará para fortalecer la santidad y la práctica religiosa dentro de los estamentos militares y de policía.
Al acto de posesión canónica le acompañaron el nuncio apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor; el obispo castrense saliente, monseñor Fabio Suescún Mutis; monseñor Víctor Manuel López, primer obispo castrense de Colombia, y el arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio; los obispos auxiliares de Bogotá, monseñor Luis Manuel Alí Herrera y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla; y monseñor Timoteo Archimandrita, máxima autoridad de la Iglesia Ortodoxa Griega en Colombia. Igualmente hizo presencia una pequeña delegación de la Diócesis de Cúcuta.