Vie 8 Mar 2019
Obispos saludan y exaltan labor de la mujer colombiana
En el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Oscar Urbina Ortega, envió un saludo en nombre de los obispos a todas las mujeres del país, pidiéndoles no perder el don de la ternura.
“Hoy quiero hacerles un homenaje de reconocimiento, especialmente a las mamás, a las abuelas, a todas las profesionales que van llevando espacios de la vida nacional y pedirle a Dios que nunca la mujer renuncie a su vocación, su misión y a algo especial que Dios les dio en abundancia, su ternura”, aseveró.
Resaltó la gran misión que tienen en el hogar y en la sociedad y las instó a continuar viviendo su vocación de mujer .
Sumado a este saludo, monseñor Misael Vacca Ramírez, obispo de Duitama, saludó y felicitó también de manera especial a todas las mujeres, reconociéndoles su importante labor en la familia y en la sociedad.
Pedimos a la Santísima Virgen, que sea para ella su modelo, porque también ella fue hija, modelo de madre, esposa y cumplió esa labor tan grande de ser la madre del Salvador. Que gande la vocación de la mujer, por eso le agradecemos hoy a Dios por ellas”, afirmó el prelado.
Al final de su saludo, pidió para que cada día la mujer sea reconocida en su labor, su vocación, su dignidad y por su puesto en sus derechos por los que tanto han luchado.
A este saludo se sumó igualmente el obispo de la diócesis de Florencia, monseñor Omar Mejía Giraldo, quien recordó el pasaje bíblico del libro de los proverbios en el Antiguo Testamento (Capítulo 10 versículos 10-31), al que el prelado dijo se podría llamar: “El elogio de la mujer perfecta”
“A todas ustedes queridas mujeres, felicitaciones siempre y que Dios guarde ese corazón maternal de amigas, de mujeres líderes y que cada vez las llene de abundantes gracias y bendiciones, a todas ustedes que Dios las bendiga”, puntualizó.
Por su parte, el obispo de Armenia, monseñor Carlos Arturo Quintero Gómez, agradeció por el don de la mujer y afirmó que es un regalo de Dios. Pidió por todas aquellas madres cabeza de hogar, por las abuelas, por las profesionales, por las mujeres consagradas y por las nuevas generaciones de niñas que empiezan a crecer.
Además, extendió su oración a todas aquellas mujeres privadas de la libertad; por las mujeres gestantes, por las jóvenes desorientadas y por las mujeres ancianas abandonadas.
Finalmente, expresó “Hoy quiero decir con humildad: hay una mujer que tiene algo de Dios por la inmensidad de su amor y el cuidado esmerado para con los suyos. Todo esto te lo pedimos por intercesión de María, mujer de esperanza y de paz. Amén”