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Padre Rafael Castillo Torres

Lun 4 Dic 2023

Los padres Eudistas en el Caribe colombiano

El pasado 1 de diciembre, en el claustro de Santo Domingo, en la ciudad de Cartagena de Indias, la congregación de Jesús y María, padres Eudistas, juntamente con las provincias eclesiásticas de Barranquilla y Cartagena celebraron sus 140 años de presencia misionera en Colombia, conmemorando la llegada de ese primer heraldo del Evangelio, como fue el sacerdote francés, padre Teodoro Hamón.Presencia misionera que se inició justamente en el caribe colombiano y con un doble propósito: Asumir la formación de los sacerdotes de la Diócesis de Cartagena y acompañar la cura pastoral de una Iglesia que distaba mucho de poder mantener la integridad de su fe, la piedad sincera, las buenas costumbres y el ejercicio de la misericordia. Recordemos cómo a finales del siglo XIX, esta diócesis comprendía lo que son hoy las arquidiócesis Cartagena y Barranquilla, así como las jurisdicciones eclesiásticas de Magangué, Sincelejo, Montelíbano y Montería. Llegaron a Cartagena por petición expresa de monseñor Eugenio Biffi, obispo de Cartagena y envío misionero del Papa León XII. Monseñor Biffi, durante su paso misionero por esta ciudad (1856 – 1862) antes de ser expulsado y confinado por un gobierno anticlerical, supo conocer, con su corazón de pastor, las más grandes y urgentes necesidades de esta Iglesia que ahora se le había confiado.Ya como obispo y viendo su clero, llegó a escribir: “El obispo de Cartagena es como un pobre carpintero obligado a trabajar con hierros viejos, oxidados y dañados ¿Qué hace el pobrecito? Imposibilitado para cambiarlos o reemplazarlos por otros nuevos, los limpia lo mejor posible, los hace afilar y continúa sirviéndose de ellos. Así tengo yo que hacer con mis sacerdotes que son casi todos viejos y cubiertos de óxido moral. No puedo mandarlos inmediatamente al cielo; el Señor se los llevará a su tiempo; yo procuro sacudirlos un tanto, quitarles el óxido moral, darles una limpieza general y sacarles el provecho que puedo. Así tengo siquiera quienes administren el bautismo a los niños y asistan a los moribundos.”Como evangelizador incansable que recorrió toda su diócesis y solícito por la realidad que palpaba, monseñor Biffi, quien por cierto era un muy buen fotógrafo, tomaría una foto que nos recuerda el modo cómo se organizaban y celebraban las fiestas patronales: “No basta santificar las fiestas, es menester santificarlas de un modo que no desagrade a la Majestad de Dios. Trátese por ejemplo de festejar al Santo Patrono, o a la Santísima Virgen, etc.; el pueblo se pone en movimiento, se elige una junta, se hace una cerca para toros, se buscan juegos de ruletas, no faltan sus gallos de pelea, se consideran imprescindibles los bailes públicos, y de preferencia, la censurabilísima cumbiamba (...) Dicen que van a la fiesta del santo o de la santa, pero en realidad van a divertirse al baile, a lucir vestidos, a consumir sus ahorros en la ruleta, o en el aguardiente, o en otros desórdenes más graves todavía”.A estos desafíos concretos llega la espiritualidad de los padres Eudistas, quienes desde el Seminario San Carlos Borromeo irradiarán todo un quehacer pastoral como formadores y misioneros según la voluntad de su fundador y lo harán con un llamado permanente a la conversión; viviendo en comunión íntima con Cristo; dejándose guiar por el Espíritu de Dios; manteniendo su conciencia de que han sido enviados por la Iglesia para santificar el pueblo de Dios; viviendo en comunión con la Iglesia en la persona de monseñor Biffi; manteniendo una valentía profética; amando a los hombres y mujeres como Jesús los amó y dando a todos esperanza en la hora que les tocaba vivir.Valoremos y agradezcamos a Dios este testimonio valiente de los padres Eudistas en nuestra región caribe. Ellos han sido para nuestras Iglesias testigos de oración y fraternidad; y han procurado que los corazones de Jesús y María, siempre abiertos a Dios, ardan en todos nosotros.

Mié 15 Nov 2023

La séptima Jornada Mundial de los Pobres

Por Pbro. Rafael Castillo Torres - El próximo domingo 19 de noviembre, convocados por el Papa Francisco, la Iglesia celebra la Séptima Jornada Mundial de los Pobres con una exhortación muy concreta: “Un río de pobreza atraviesa nuestras ciudades y se hace cada vez más grande hasta desbordarse; ese río parece arrastrarnos, tanto que el grito de nuestros hermanos y hermanas que piden ayuda, apoyo y solidaridad se hace cada vez más fuerte”.Recordemos cómo esta Jornada surgió hace siete años, en el cierre del año de la misericordia celebrando el jubileo de las personas marginadas, empobrecidas y excluidas, por lo que el Papa Francisco, en su mensaje de este año, no duda en afirmar que “la Jornada mundial de los pobres, es una cita que la Iglesia va arraigando poco a poco en su pastoral, para descubrir cada vez más el contenido central del Evangelio”. Justamente el año inmediatamente anterior nos pedía “hacer un esfuerzo para que a nadie le falte lo necesario”, recordándonos que “no es el activismo lo que salva, sino la atención sincera y generosa que permite acercarse a un pobre como a un hermano que tiende la mano para que yo me despierte del letargo en el que he caído”.Una pregunta que nos cabe a quienes servimos en una nación como Colombia, inequitativa y desigual, es la que nos suscita el santo padre: ¿Qué pasos acertados debemos dar en todos nuestros ámbitos de la vida eclesial, para que esta jornada sea la oportunidad, que todos nos damos, para mantenernos en el contenido central del Evangelio?1.Una mayor toma de conciencia a partir de la realidad que estamos viviendo. No podemos ocultar que, durante décadas, y todavía hoy, se nos sigue diciendo con bastante insistencia, que la pobreza entre nosotros es un fenómeno residual y que basta con darle tiempo al tiempo para que vaya desapareciendo. No han faltado quienes afirmen que la tarea sigue siendo aumentar el tamaño de la torta sin necesidad de esas políticas redistributivas que ponen tan nerviosos a los sectores más dinámicos de la economía y que acaban produciendo efectos desastrosos.Mientras llegaba ese gran momento esperado, con el fin de no enturbiar ese clima alegre y confiado de una sociedad opulenta, cuyas utilidades son en cientos billones de pesos, se debía mantener, en las periferias existenciales, a los pobres. Lo que vemos, y podemos señalar con el dedo, es que la pobreza, lejos de disminuir crece en progresión geométrica extendiéndose a los pensionados que sobreviven y a los no pocos enfermos crónicos que ciertamente se están muriendo, a los migrantes y desplazados, a las víctimas de la violencia, a las minorías étnicas y las familias que luchan por mantenerse unidas. Amén de las personas en situación de discapacidad.Estas situaciones de injusticia constituyen un gran desafío para nosotros como Iglesia. Nuestras últimas conversaciones espirituales, y eso lo meditamos en el documento Luces en el Camino Hacia la Paz de nuestros Pastores, nos recuerda que el Espíritu de Dios nos está llevando a descubrir con mayor claridad que, hoy, la cima de la santidad y la santificación del Pueblo de Dios, no son posibles sin un compromiso con la justicia, sin una solidaridad con los pobres y oprimidos y sin hacer, juntos, de la sinodalidad un estilo de vida y una forma de ser Iglesia.2.Redescubrir las razones de Dios y de Jesús para estar con los pobres.Jesús siempre actuó prefiriendo a los que menos tenían y más sufrían. Colocó al centro todas las vidas echadas a perder. Su preferencia por ellos resultó ser escandalosa. Pero Jesús prefirió y prefiere a los pobres no porque en ellos encontró una cualidad especial, sino precisamente porque eran pobres. Creo que algunos ejemplos nos pueden ayudar.Prefirió a la ovejita número cien (Lucas 15, 4-6) que se apartó del rebaño, a las noventa y nueve juntas, sólo porque se había perdido y no tenía la capacidad de retorno. Tuvieron que traerla cargada. Esa fue su ovejita más querida, no antes de perderse, sino después de que se había perdido. A la hora de cumplir con un contrato laboral, da preferencia a los obreros que habían estado desempleados frente a los demás (Mateo 20 1 -16) únicamente porque nadie les había ofrecido trabajo estando disponibles y sabiendo trabajar. Y en el caso de Lázaro, (Lucas 16, 9 -31) éste no tenía otro mérito frente a Epulón que el de ser pobre.Como podemos ver, este Dios que siempre aborrece lo que sobresale, que en términos del Papa Francisco es la referencialidad, se complace en los pequeños, no por lo que puedan pensar o por su humildad, sino simplemente por ser lo que son, los pequeños. Esta predilección no viene de ellos, sino que nace de Dios. Dios siendo el Padre de todos no puede querer para nosotros sino el bien y la igualdad de sus hijos. Las desigualdades como las que vivimos en Colombia hieren a Dios en su amor. Y esta es una lógica que Jesús va a radicalizar radicalizando la paternidad de Dios. Por eso Dios y Jesús están siempre al lado de los pobres, porque viendo cómo la balanza se inclina siempre del lado del mas fuerte, en casi todos los aspectos, Ellos, decididamente, han querido restablecer el equilibrio.3.Volver a las fuentes que nos mantienen en lo esencial.Los concilios de los siglos V y VI como el de Vaisón del año 442, el de Roma bajo el Papa Símaco, año 504, el de Adge, año 506, el de Orleans, año 549, el de París, año 557 y el de Tours, año 567, serán reiterativos en afirmar que la asistencia a los pobres es una obligación tan fuerte que “el que retenga los dones hechos a la Iglesia debe ser excomulgado y considerado un verdadero “necátor pauperum” (Asesino de los pobres). Y ello precisamente, porque como afirmará más tarde Julianus Pomerius en el concilio de Arlés del año 836, en el tratado de Vita contemplativa “los bienes de la Iglesia son el patrimonio de los pobres”. Los santos padres igualmente tuvieron un radicalismo, aprendido en las sagradas escrituras, que inspiraron estas conclusiones conciliares. Si Dios ha querido el Destino Universal de los bienes como enseña la doctrina social de la Iglesia, ello nos lleva a pensar y a profetizar que las riquezas serán siempre injustas mientras coexistan con la pobreza, prescindiendo de cómo se hayan obtenido, como bien lo expresó monseñor Barreto presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, cuando afirmó: “ Estas reflexiones surgen del análisis de los datos oficiales (los cuales son incontrovertibles), de la preocupación por la desinformación que difunden muchos medios de comunicación, sectores políticos y económicos, y ante la tristeza de ver que el país puede seguir generando riquezas solo para los grandes empresarios, los banqueros, los terratenientes y otros ricos”.Permítanme citar los interrogantes de San juan Crisóstomo en su homilía sobre la 1ª carta a Timoteo: “Dime ¿De dónde te viene ser tan rico?, ¿De dónde recibiste la riqueza?, y ese otro, ¿De quién la recibió? Del abuelo, dirás, del padre. ¿Y podrás remontarte por el árbol genealógico, demostrando la justicia de tus posesiones? Seguro que no podrás. Necesariamente, en su principio y en su raíz hay una injusticia. ¿Que cómo llego a esa conclusión? Porque al principio Dios no hizo rico a uno y pobre al otro, ni tomo a uno y le mostró los grandes yacimientos de oro y al otro lo privó de este hallazgo. No, Dios puso, delante de todos, la misma tierra. ¿Cómo, pues, siendo todo común, tu posees tierras y más tierras, y el otro ni un terrón?También otro padre de la Iglesia, que vivió en Palestina, como es San Jerónimo, en su carta 120, dirigida a Edibia nos enseña: “Sabiamente habla el evangelio de “riquezas injustas” pues todas las riquezas proceden de la injusticia y uno no se puede adueñar de ellas a no ser que otro las pierda o se arruine. Por eso a mí me parece certísima aquella sentencia popular que dice: “el rico o es injusto o es heredero de un injusto”.”No son pocos los santos padres de la Iglesia como san Juan Crisóstomo y san Jerónimo que nos recordaran que aquello que le sobra el rico, le pertenece al pobre. En su tiempo fueron afirmaciones escandalosas, y hoy también lo son. Pero los santos padres jamás ignoraron que los ricos bien podían exhibir las escrituras de sus tierras y justificar sus propiedades mostrando todo en regla. No obstante, ellos, jamás dieron marcha atrás. Ellos distinguieron entre la legalidad formal y la justicia real cuestionando con su magisterio el orden social vigente. San Gregorio Nacianceno les dirá: “Esas son las leyes de los poderosos, no las del creador”. También san Ambrosio y san Agustín dirán de manera tajante: “continuamente se citan leyes en sus palacios, pero estas son las de Justiniano, no las del Señor”.4.Tener un encuentro más sincero con el Señor. Creo que nuestra principal tarea es traducir la belleza de las Plegarias litúrgicas, VC y VB, en nuestro compromiso con los pobres según el corazón de Dios y el querer de la Iglesia.Hoy se habla de la secularización y de la perdida de la fe, pero, no obstante, nuestro pueblo sigue siendo profundamente religioso y más de lo que se piensa. Seguimos buscando estar a bien con Dios y contar con su protección divina. La dificultad está en que no siempre nuestras celebraciones son un encuentro sincero con Dios. Muchas de nuestras celebraciones sacramentales quedan reducidas a una reunión de carácter social, un acto impuesto por la costumbre o un rito que se hace sin comprender muy bien lo que significa y sin que, por supuesto, implique compromiso alguno para la vida. Por ello, en la celebración de esta jornada, en la que debemos cultivar nuestras motivaciones internas, cuando nuestro párroco o el sacerdote celebrante nos diga al momento de la Plegaria eucarística: ¡Levantemos el corazón! Esa respuesta: ¡Lo tenemos levantado hacia el Señor! Debe ser muy sincera, porque lo que sigue es una oración muy sentida que ilumina esta jornada: “Señor, danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana. Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando. Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón y de paz”. Bendecida celebración de esta jornada en la solidaridad y la esperanza.Pbro. Rafael Castillo TorresDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social

Lun 14 Ago 2023

¿Qué es necesario? R/ La Buena Voluntad

Por Pbro. Rafael Castillo Torres - El pasado 9 de agosto, en la sede del CELAM y convocados por una de las instancias de la Iglesia que sirve a la reconciliación y la paz, la Relación Iglesia-Estado, se dieron cita distintos actores con responsabilidad con el Mecanismo de Monitoreo y Verificación para el Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal, entre el Gobierno Nacional y el ELN.Como quiera que el objetivo principal del encuentro era hacer un ejercicio pedagógico dentro del alistamiento para el servicio que se le pide a la Iglesia en los territorios, estuvieron presentes los negociadores del gobierno y del ELN; la Representación de Naciones Unidas; la Nunciatura Apostólica en Colombia; las tres instancias de la Conferencia Episcopal de Colombia, así como representantes de embajadas y delegados de la cooperación internacional. Notoria fue la presencia, interés y participación de los sacerdotes párrocos venidos de distintas regiones de Colombia donde precisamente se ha de acompañar la verificación del cese al fuego. Valiosas fueron la socialización de los protocolos del mecanismo; la profundización en el Derecho Internacional Humanitario y los aportes que, con su reflexión y las preguntas provenientes de los territorios, hicieron los curas párrocos. Muy positiva fue la voluntad expresada por ellos de conformar y preparar muy bien los equipos diocesanos que habrían de acompañar este proceso.En el ámbito de las reflexiones y de la escucha, surgió una pregunta hecha, tanto a los negociadores del ELN, como a los negociadores del gobierno: ¿Cuáles son las oportunidades que nos ofrece el cese al fuego?Bernardo Téllez, de la dirección Nacional del ELN, señaló que “es una oportunidad histórica de encontrar una solución política a las causas estructurales del conflicto armado. Los procesos hasta ahora no han tocado las causas y ese es el principal reto que tenemos en esta negociación. Sin las transformaciones que no toquen los temas de fondo, no será posible la paz. Sin estos cambios y sin el abordaje soberano del narcotráfico no será fácil. La visión de paz del ELN ha sido siempre la participación de las mayorías excluidas. Colombia no ha tenido momentos de paz sino pacificaciones que no han contribuido a un nuevo pacto social capaz de erradicar la violencia. Los conflictos de Colombia siempre han sido tratados con violencia. Desde el ELN queremos que este proceso tenga dos grandes resultados: Una participación activa en una agenda de cambio en función de un acuerdo nacional y que el cese al fuego se consolide en función de una salida política negociada al conflicto social y armado”.Por su parte el vicealmirante retirado, Orlando Romero Reyes. Negociador por parte del gobierno, expresó que “el cese al fuego mantendrá el Estado Social de Derecho y que el mecanismo de verificación no sustituye a la fiscalía ni a la investigación judicial. Lo que se busca es bajar la intensidad del conflicto empezando por las comunidades más vulnerables. Necesitamos y estamos urgidos de una pedagogía que ayude mantener los compromisos de las partes. Este es un proceso que se ha realizado con transparencia. Tenemos que lograr que la fuerza publica respete el Derecho Internacional Humanitario. Reconocemos que es un proceso con muchos problemas porque hay otros grupos en el mismo lugar. Queremos activar el canal de la vida. Queremos evitar que haya confusión por mensajes errados. Este proceso del cese al fuego tendrá muchos incidentes que esperamos no se repitan y nos sirvan de aprendizajes. El cese al fuego nos exige y nos demanda hablar con la verdad y tener un condigo de conducta”.Escuchando a los sacerdotes provenientes de los territorios y a los dos artífices del cese al fuego, el comandante Bernardo Téllez y el vicealmirante Orlando Romero Reyes, creo que es importante abrir la reflexión sobre aquello que es pertinente para la concreción de esta agenda de negociación en la que ya el cese al fuego es un paso importante que permite silenciar fusiles, recuperar la palabra y abrir caminos para los alivios humanitarios. Dos exigencias debemos hacerles:La primera es que los negociadores del gobierno y del ELN deben ser conscientes que, para avanzar, más allá del cese al fuego los sacerdotes y las comunidades les están pidiendo magnanimidad, creatividad y esas nuevas genialidades que exige el logro de la paz. Y ello porque lo que siga de ahora en adelante, necesariamente, tendrá que ayudar a crecer la esperanza, a que maduren las confianzas, disminuyan los sufrimientos y se reduzcan las hostilidades. Esto es lo que hará creíble cada esfuerzo de la mesa de negociación.La segunda exigencia esta determinada por cuanto está a la base de todos los propósitos nobles: La Buena Voluntad. La buena voluntad es el único bien que es solamente bueno y no merece restricción. Es buena o no es.La ausencia de buena voluntad en la mesa de negociación tiene consecuencias muy graves. Si la buena voluntad no es previa a lo que se está pensando y se pretende hacer, es imposible que se tenga en la mesa de negociaciones una base común que de esperanzas. Si hay malicia, sospecha, desconfianza será muy difícil construir algo que congregue y vincule a todos. Sólo con la buena voluntad de las partes se puede construir algo bueno para la Nación. Ojalá se pudiera entender que es la buena voluntad el factor principal de unión de cara a una respuesta que supere los desafíos que escuchamos en ambos artífices del cese al fuego. Si no hay buena voluntad no hay salida. La buena voluntad es la tabla de salvación de esta negociación. Nuestra nación, para tomar una expresión del Papa Francisco, tiene una permanente llaga social producida por la desatención a las necesidades de nuestra gente, la cual hoy es una sangría incontenida. Nuestras élites nunca han pensado a una solución como conjunto, sino para ellas. Han estado más empeñadas en defender privilegios que en garantizar derechos para todos. Esta negociación debe considerar este aprendizaje que está a la base de la construcción de una paz estable y duradera.Si la buena voluntad es tan decisiva, es un deber suscitarla en todos. En caso de riesgos como los que vive la nación, hasta los más egoístas deben ayudar con su buena voluntad. Qué bueno que la mesa sea capaz de dar el viraje necesario: “pasar de los intereses en conflicto a su capacidad de mostrar buena voluntad”. En la mesa de negociación no dudamos de que hay un capital inestimable. Si cada uno de los negociadores quisiera arreglar las cosas, se saldría adelante. Con la buena voluntad siempre es posible salir adelante. Hago dos propuestas: que los negociadores salden su hipoteca buena voluntad y que, en cada uno de nosotros, la autoestima, sea un llamado a la buena voluntad.Pbro. Rafael Castillo TorresDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social

Vie 12 Mayo 2023

Conferencia Episcopal y Cáritas Colombiana entregan símbolo reconciliación al Cardenal Czerny en Roma

En el contexto de la 22ª Asamblea General de Cáritas Internationalis que se adelanta por estos días en Roma bajo el lema "Construir nuevos caminos de fraternidad", inspirado en la Encíclica Fratelli tutti del papa Francisco, en la mañana de este viernes 12 de mayo, el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Soacha, y el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social/Cáritas Colombiana (SNPS/CC), entregaron al Cardenal Michael Czerny, presidente del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, una placa conmemorativa que contiene grabada la imagen del Cristo Negro de Bojayá con la oración pronunciada por el Santo Padre en su encuentro con las víctimas en la ciudad de Villavicencio durante su visita apostólica a nuestro país. Cabe recordar que el cardenal Czerny estuvo en Colombia entre el 20 y el 24 de abril, en el marco de su participación en el tercer Congreso Latinoamericano de Doctrina Social de la Iglesia organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano. Viaje durante el cual, junto a monseñor Barreto y al padre Rafael, se desplazó hasta el sector conocido como Altos de Cazucá para encontrarse con varios líderes sociales, religiosas, sacerdotes y representantes de instituciones públicas, quienes, con su testimonio y en medio de un diálogo fraterno, le dieron a conocer al purpurado algunas de las principales problemáticas sociales, económicas y ambientales que padecen los habitantes de esta comunidad. El Director de Cáritas Colombiana ha explicado que este gesto simbólico de reconocimiento y gratitud, entregado a quien es uno de los líderes de equipo de la Curia Romana al servicio de la misión del Papa Francisco en calidad de pastor de la Iglesia Universal, representa la unión de los esfuerzos de la Iglesia colombiana y la Nación por la reconciliación y la paz, y expresa, de manera especial, tres anhelos: 1. "La urgencia de ser una sociedad reconciliada y en paz. Hoy, más que nunca, la Iglesia es consciente de lo devastadora que sigue siendo la violencia entre nosotros. Por ello la paz es, y seguirá siendo, el bien más deseado y escaso para nuestro pueblo. La entrega de este símbolo al señor Cardenal es el reconocimiento, con toda la Iglesia, que la verdad de la experiencia de Dios pasa por las relaciones sociales y culturales que se van construyendo con todos. Solo siendo un factor determinante para la reconciliación y la paz, en la que el pueblo reconocerá a Dios en su caminar. 2. La necesidad de los colombianos para reconocer que la paz, que algunos buscan en nuestra nación, la hacen procurando un equilibrio de fuerzas y desde el miedo a ser derrotado por el adversario. La paz del Cristo Negro de Bojayá es la experiencia de los que han dejado de ser cobardes y han perdido el miedo, no para convertirse en violentos que causan terror, sino para resistir y superar las agresiones y las amenazas de los violentos. Son los artesanos de la paz y la reconciliación, hombres y mujeres, profundamente libres y sosegados, capaces de ser testigos del Evangelio de la reconciliación. 3. El deseo profundo que tiene nuestra nación de recuperar su capacidad de perdonar y de recordar de un modo diferente: sin odios ni rencores. El Cristo Negro de Bojayá, crucificado y hecho pedazos por la guerra, nos sigue diciendo, desde el altar de la cruz, que la verdadera paz no se logra cuando unos hombres vencen sobre otros, sino cuando todos tratan de vencer las incomprensiones, agresividades y mutua destructividad desencadenada durante años. La paz solo será posible entre nosotros, mediante un esfuerzo amplio y generoso de mutua comprensión, acercamiento y reconciliación". La Asamblea, convocada fundamentalmente para elegir a los integrantes de la nueva cúpula directiva que dirigirá la Confederación Cáritas durante los próximos cuatro años, fue inaugurada ayer jueves 11 de mayo con una audiencia privada de los 400 participantes con el Papa Francisco. Durante la primera jornada de hoy los participantes reflexionaron sobre "Los desafíos mundiales y el papel de Cáritas.

Mar 9 Mayo 2023

Cáritas Colombiana consolida alianzas en Europa para fortalecer su misión con los más vulnerables

Este 6 de mayo culminó la primera fase de la gira del padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana (SNPS/CC),por Europa. Se trata de uno de los encuentros más estratégicos y de impacto internacional del GTC (Grupo de Trabajo por Colombia), espacio de articulación e integración creado para la consolidación del trabajo de la pastoral en favor de la población en condición de vulnerabilidad, que está integrado por 10 organizaciones de la Iglesia Católica de Europa y Norteamérica, así como por Cáritas Colombiana. De manera particular, la visita buscó generar y consolidar esfuerzos para la construcción de la paz, la reconciliación, el cuidado de la casa común y el desarrollo de una vida digna, en el marco de las diversas realidades del territorio nacional y en clave de incidencia desde la labor pastoral que adelanta la Iglesia. Por ello, durante esta primera semana, elpadre Castillo se reunió con representantes de las Cáritas europeas y norteamericanas en una agenda que incluyó París, Austria, Salzburgo, Múnich y Ámsterdam. En el marco de las jornadas, el director de Cáritas Colombiana tuvo la oportunidad de dialogar también con el Embajador de Colombia ante la Unión Europea, Jorge Rojas Rodríguez; con el señor Imor Gilmore, Delegado de la Unión Europea para los tratados de paz en el mundo; la Eurodiputada de España Mónica Silvana González; Jean Yves de Cáritas Europa; la Sra. Anne Françoise Moffroid de ECHO de la Unión Europea y responsable de los asuntos humanitarios; Michele Ramis del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia y responsable para América Latina y el Caribe, y con el padre Manuel Barrios Prieto, Secretario General de la Comisión de Obispos de la Conferencia de la Unión Europea. De acuerdo con el sacerdote, la agenda estratégica de estos encuentros permitió considerar tres aspectos claves:1. Ser conscientes que este es un momento privilegiado para fortalecer las relaciones y continuar ordenando los esfuerzos de la Iglesia colombiana por la reconciliación y la paz. 2. Conocer más de cerca las percepciones que se tienen sobre el momento que vive nuestra nación, así como entender las preguntas que animan sus agendas de cooperación hacia Colombia. 3. Reconocer la necesidad de seguir incidiendo y colocando en la agenda de la cooperación la esperanza de tantas comunidades confinadas, sometidas, controladas, desplazadas y reclutadas en esta "ya perdurable crisis humanitaria que nos ha de exigir, no solo la grandeza humana que sea necesaria sino también el acierto pastoral de la Iglesia y el acierto político de nuestros gobernantes". Para Cáritas Colombiana es fundamental avanzar en el fortalecimiento de los procesos de incidencia social y pastoral en los territorios de Colombia que sufren la crisis humanitaria, la presencia de grupos armados y las dinámicas de violencia, los cuales han tenido un impacto directo en la fragmentación de las comunidades, a causa del conflicto armado, la desigualdad y la pobreza. Por ello, durante los encuentros de esta fase de la gira se hizo visible el esfuerzo de las jurisdicciones eclesiásticas a nivel nacional por ser actores fundamentales en el soporte, de acciones concretas frente autoprotección, asistencia jurídica, psicosocial, activación de rutas de protección y el posicionamiento de temas claves de incidencia. El trabajo estratégico adelantado durante estos días hace un llamado a la comunidad internacional para ser un enclave desde Europa y Norteamérica que apoye la implementación de los Acuerdos de Paz pactados en La Habana en el 2016 y ser actores trascendentales en la nueva política del gobierno actual en la búsqueda de la Paz Total, sin perder de vista que esta es una prioridad que hace parte de la misión propia de la Iglesia. Otro tema clave abordado tiene que ver con las elecciones locales y regionales que se adelantarán en el mes de octubre del presente año, pues implica un trabajo amplio por parte de Cáritas Colombiana, especialmente en lo referido a la prevención de riesgos electorales. En un panorama de alcance en la agenda internacional que avanzó en la identificación de los ámbitos en los que se puedan generar acciones conjuntas, el GTC ha hecho un llamado para aunar esfuerzos de incidencia por el trabajo en las zonas más afectadas por el conflicto y la desigualdad social. Durante esta nueva semana el director del Secretariado Nacional Pastoral Social, participará en la Asamblea de Cáritas Internationalis que se adelantará en Roma entre el 11 y el 16 de mayo.

Vie 21 Abr 2023

La Cruz del señor Cardenal es la Cruz de la Iglesia de Soacha

Por:P. Rafael Castillo Torres -El pasado jueves 20 de abril, presididos por el señor Cardenal Michael Czerny, prefecto para del Dicasterio para el Servicio al Desarrollo Humano Integral, y monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de la Diócesis de Soacha, visitamos el páramo de Sumapaz y el Salto del Tequendama, sitios emblemáticos y de gran valor histórico, cultural y biológico, por ser un patrimonio cultural y un referente fundamental en el desarrollo de la Nación. Fue la oportunidad para constatar el creciente deterioro ambiental que está desestabilización este ecosistema, y otros ecosistemas del municipio de Soacha, como consecuencia de su explotación irresponsable y del abuso de los recursos naturales de la casa común. Siendo conscientes de que en Soacha convergen todas las dinámicas sociales de una nación, pobre e injusta, nos dirigimos hacia uno de sus sectores, Altos de Casuca, donde, en espíritu sinodal, se habría de celebrar la cultura del encuentro a través de una escucha, paciente y sincera, con los diferentes sectores sociales y organizaciones de base que, acompañados por sacerdotes, religiosos, religiosas y misioneros, mantienen la esperanza, allí, donde la pobreza es purgatorio…Y la miseria es infierno. Escuchar con atención los testimonios privilegiados de la Defensoría del Pueblo; de líderes y lideresas sociales; de defensores de Derechos Humanos; de su obispo, sacerdotes y religiosas, así como de agentes pastorales con una presencia histórica de casi 25 años, fue la oportunidad para que el señor cardenal pudiera constatar la estigmatización de un territorio vulnerado en sus derechos y de una comunidad silenciosa y silenciada por el control territorial de actores armados ilegales que, con su presencia y cercanía del papa Francisco, lograba recuperar la palabra. Las víctimas del conflicto armado que llegaron escapando de la trampa de la muerte de esa Colombia profunda; los desplazados internos que caminaron hasta llegar a esta Iglesia samaritana de Soacha donde la acogida es la hija mayor del amor; nuestros hermanos migrantes venezolanos que no son personas extrañas, sino hermanos que no conocemos; así como los jóvenes y las mujeres que se resisten a ser cooptados y reclutados por quienes ejercen un control y dominio del territorio, sintieron la presencia de un cardenal y de un obispo, de unos sacerdotes, diáconos, religiosas y laicos comprometidos que, revestidos de temeridad, audacia e intrepidez, son el signo creíble de una Iglesia que ve y se detiene; de una Iglesia que se compadece y se acerca; de una Iglesia que se dona y acompaña y que es capaz, con muchos otros, de desencadenar acciones colaborativas que sostengan la vida. Luego de escucharlos a todos, el señor Cardenal Michael Czerny, tomó la palabra para dirigirse a los presentes y nos dijo: “Compartimos vuestro compromiso por los Derechos Humanos. Los invito a considerar que las cosas que son importantes y que ustedes quieren, son muy valiosas para los Derechos humanos. Qué bueno que ustedes puedan mantener una misma meta, un mismo sueño y unos mismos objetivos. Estamos comprometidos con el sueño de Jesús: “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia” (Juan 10, 10). Esa vida plena y abundante incluye todo cuanto me han compartido. Lo que Jesús nos ha traído es lo que queremos para cada uno de los más pequeños. Con este mensaje quiero expresarle la cercanía del papa Francisco que siempre se pregunta; ¿Cuál es el miedo para la Iglesia? R/ es el miedo a la realidad. Porque una Iglesia temerosa de la realidad no puede acompañar. Será una Iglesia que, en vez de salir, terminará encerrada en sí misma. La Iglesia también se debe dejar acompañar por el pueblo. Estoy muy contento de estar aquí en una Iglesia que no es indiferente, que no es miedosa y que no es clerical. Agradezco cuanto están viviendo juntos. Todos los testimonios escuchados nos han mostrado que siempre estamos abiertos a las palabras de los demás. Qué bueno ser la Iglesia de la escucha, que es lo más importante para el papa Francisco”. Al final, y originada por la pregunta curiosa de una periodista ante su pectoral de madera, el señor cardenal nos dijo a todos: “la cruz de mi pectoral está hecha con los restos de madera de un barco que transportaba migrantes y que naufrago en la isla de Lampedusa. Es símbolo de la crucifixión contemporánea”. Esta reflexión y testimonio del señor Cardenal, expresada en el contexto de la Iglesia de Soacha, nos deja algunas lecciones: 1. Nuestra realidad colombiana está llena de personas que sufren. Hermanos nuestros crucificados por la desgracia, las injusticias y el olvido. No son pocos los enfermos privados de cuidado, mujeres maltratadas y abusadas; ancianos ignorados; niños y niñas violados; migrantes que llegan hasta nosotros sin papeles ni futuro. Y mucha gente hundida en el hambre y la miseria. 2. La cruz del señor Cardenal ha sido, para Altos de Casuca, un símbolo cargado de mucha esperanza. No ha sido únicamente memoria conmovedora de un Dios crucificado en Lampedusa, sino también recuerdo e identificación con todos los inocentes que están sufriendo de manera injusta en la comunidad de toda Soacha. 3. Esa cruz de palo, colgada en su pecho, nos recuerda que Dios sufre con este pueblo. Que le duele lo que la hermana nos dijo recordando las palabras del alcalde Juan Carlos: “Aquí se han muerto más personas de hambre que por la pandemia”. El crucificado es un Dios que sufre con las madres de Soacha y las acompaña en su clamor de justicia por sus hijos asesinados y llora con cada una de ellas. Tal vez no sabemos explicarnos la raíz ultima de tanto mal. Y, aunque lo supiéramos, no nos serviría de mucho. Sólo sabemos que Dios sufre con este pueblo y esto lo cambia todo. 4. El testimonio del señor Cardenal, nos invita a preguntarnos: ¿Qué sentido tiene llevar una cruz sobre nuestro pecho, si no sabemos cargar con las más pequeñas cruces de tantas personas que sufren junto a nosotros? ¿Qué significan nuestros besos al Crucificado, si no despiertan en nosotros el cariño, la acogida y el acercamiento a quienes viven crucificados? Al final, el señor Cardenal nos dijo que “la alegría, en comunidades como las de Altos de Casuca, entra por todas partes, aunque las puertas estén cerradas, porque donde hay miedo las puertas están cerradas y aquí no hay miedo, hay alegría, porque es una Iglesia de puertas abiertas y en salida, y si hay alegría…Siempre habrá esperanza”. P.Rafael Castillo Torres Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) - Cáritas Colombia