Pasar al contenido principal

papa francisco

Mar 28 Ago 2018

Iglesia latinoamericana reitera su apoyo y fidelidad al Papa Francisco

“Si hemos sido duros, indiferentes, si nos ha faltado prontitud o celo pastoral, les imploro que acepten nuestro perdón, perdónennos”. Con estas palabras el cardenal Rubén Salazar, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), clausuró el congreso eclesial ‘Medellín 50 años’ este 26 de agosto, y aprovechó la oportunidad para que, a la luz de lo vivido, “comencemos una nueva etapa, una nueva relación, unos nuevos vínculos que nos permitan construir una Iglesia más fraterna, más igualitaria, más pobre, más misionera”. Salazar, en nombre de los 480 participantes del congreso, también ha dirigido un mensaje al papa Francisco, el cual fue suscrito por representantes de las organizaciones promotoras, entre los que destacan el cardenal Gregorio Rosa Chávez, en representación de Cáritas Latinoamericana, la Hna. Mercedes Casas, presidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos/as (CLAR), y Ricardo Tobón, arzobispo de Medellín. Apoyo a Francisco En clara referencia a Medellín, el también arzobispo de Bogotá recordó que “si en aquel momento atacaban a la institución, hoy atacan a la persona” y precisamente mencionó que el Papa ha sido atacado no solamente en el ejercicio de su ministerio sino que ya empieza a ser atacado como persona, “casi podríamos decir de una manera vergonzosa”, por lo cual pidió apoyarlo y, como el mismo Francisco lo solicita permanentemente, que “oremos por él”. Por estas razones “hemos pensado enviarle un mensaje al Santo Padre en nombre de todos los participantes del congreso”, explicó, abriendo el espacio al aforo para poder incorporar sus observaciones en un claro de ejercicio de participación y diálogo. En comunión con el viaje a Irlanda El cardenal primado de Colombia, durante la lectura del mensaje comentó que “hemos seguido con atención la visita pastoral que ha hecho a Irlanda con motivo del encuentro internacional de las familias”. El purpurado aseguró que la mayor parte de los viajes del Papa son un testimonio interpelante dirigido especialmente “a las periferias existenciales y geográficas marcadas por dolorosos abusos, la marginación de minorías cristianas o la defensa de refugiados y excluidos”. Salazar, en nombre de los participantes del congreso eclesial de los 50 años de Medellín, señaló que Francisco en su paso por Dublin continúa “proponiendo el evangelio de la familia, Iglesia doméstica y el reflejo del amor de Dios”. Fidelidad, cercanía y colaboración El ministerio pretino –dijo el cardenal colombiano, en alusión al pontificado del Papa– “está cargado de espinas y sacrificios fortalecido con el bálsamo de la gracia”. Por ello los celebrantes de Medellín “le ofrecemos nuestro homenaje de fidelidad, de cercanía y colaboración para que la verdad brille por encima de todo pecado”. “Gracias por su servicio abnegado a la Iglesia y por su testimonio” y “queremos reforzar en estos momentos la comunión con la persona y su magisterio y testimoniar la adhesión de la gente sencilla del pueblo de Dios que peregrina en nuestro continente”. Finalmente el cardenal encomendó la Iglesia y al sucesor de Pedro bajo la protección de la Virgen María en sus advocaciones de Guadalupe y Aparecida, a la vez que pidió su bendición de “quienes siempre oramos por usted con devoción y cariño”. Por: Portal Vida Nueva Digital Foto: Arquidiócesis de Medellín

Jue 23 Ago 2018

Pilar Arango y Jesús Magaña: “Llevamos a Dublín la voz de la familia colombiana”

Los esposos José de Jesús Magaña y Pilar Arango (tercero y cuarta en la foto, respectivamente, de izquierda a derecha), coordinadores del movimiento Unidos por la Vida, en Colombia, participan hoy, 23 de agosto, en uno de los paneles principales del Encuentro Mundial de las Familias (EMF) en Dublín, que lleva por títlulo: “la dignidad y la belleza del amor sexual: encontrar un lenguaje nuevo para verdades antiguas”. Jesús fundó en 1985 Vive, el primer movimiento pro-vida colombiano. Pilar, por su parte, hace parte de la red Familia Colombiana, una ONG que defiende los derechos de los padres, de cara al impacto de la ideología de género. La familia, un patrimonio de la humanidad PREGUNTA.- ¿Qué significa para ustedes participar en el EMF? PILAR.- Es un honor y una gran responsabilidad. Llevamos a Dublin la voz de la familia colombiana, la familia latinoamericana. La voz de un continente que tiene sabor de familia y que lo vive en sus tradiciones, en su cultura, en sus valores. Un continente que cree que la familia vale la pena, que es un tesoro, un patrimonio de la humanidad, y que merece ser cuidada, promovida y protegida por todas las instituciones gubernamentales. P.- Las tentativas de legalizar el aborto en los países no cesan, ¿qué papel juegan las familias católicas de cara a esta realidad? JESÚS.- Las familias son la fortaleza más grande para acabar con esta plaga moderna del aborto. En ellas nace y se cultiva la vida. Es el lugar privilegiado en donde Dios muestra su amor creador que sustenta el universo. Entrega total, apertura a la vida y placer P.- ¿Cómo asumir la dimensión erótica del amor en estos tiempos sin caer en “una negación del valor del sexo humano”, como propuso en su momento Juan Pablo II? PILAR.- La sexualidad, su belleza y dignidad es, simplemente, la continuación de un proceso de maduración integral y sana del ser humano. Es la llave de la vida y vínculo de unidad, en la que Dios Padre hereda a sus hijos, en la figura de los esposos, su esencia creadora en la procreación. Vivir una sexualidad en Dios es tomar y aceptar este estandarte con respeto y gratitud, y vivirlo en plenitud. Es entender que para vivirlo de manera que dignifique al ser humano, debe entenderse desde el concepto físico y espiritual en la figura de un trípode, que sería: entrega total, apertura a la vida y placer. Cuando se elimina uno de estos tres aspectos, el sentido de la sexualidad queda incompleto, se desdibuja de su verdadero fin. Es allí cuando puede caerse en el reduccionismo físico del placer como meta y fin último de la sexualidad, olvidándose que el placer es medio y no meta. Cuando la sexualidad se cierra a la apertura a la vida, anulamos nuestra capacidad procreadora dada como tesoro por Dios Padre, según su imagen y semejanza, a cada hombre y mujer. Cuando la sexualidad deja de ser medio de unión e intimidad exclusiva entre los esposos, se rompe el vínculo fuerte de unidad sellado con el sacramento del matrimonio y la bendición divina, vínculo necesario para enfrentar los desafíos de la vida matrimonial, su fortaleza será heredada como legado de amor a la estabilidad emocional de los hijos. Sexualidad y cuerpo P.- ¿La Iglesia y, en particular, las familias católicas, han dado a la sexualidad el lugar que le corresponde? JESÚS.- Yo creo que desde siempre en la Iglesia la sexualidad ha sido tratada con la delicadeza y la importancia que merecen. Ante la propuesta cátara que condenaba la sexualidad y el cuerpo humano, la Iglesia con mucha fortaleza afirmó la dignidad e importancia de estos en el plan de salvación de nuestro Señor. En nuestra época se ha dado un trabajo incesante con aportes tan significativos como los de la encíclica Humanae vitae, del beato Paulo VI, o la Evangelium vitae, de San Juan Pablo II. Los aportes de los laicos también han sido muy importantes, por ejemplo, en el terreno de la fertilidad, tenemos a los doctores Billings o los aportes del gran científico católico Jérôme Lejeune. Hace falta mucho todavía. Los desafíos son muy grandes por la gran confusión que el mundo moderno dentro de su inmanentismo está generando y que se han sintetizado en la ideología de género que ha sido desenmascarada y combatida muy eficazmente por la Iglesia a través de sus laicos. Mostrar la belleza del amor P.- ¿Qué avances se han logrado con Amoris Laeticia? JESÚS.- Creo que como toda encíclica está asimilandose por el pueblo de Dios. La encíclica hace una radiografía muy acertada de la situación actual e invita a una nueva evangelización de la familia y desde la familia para mostrar al mundo la belleza y el gozo del amor con métodos nuevos y cercanos a la gente en especial a los jóvenes. Por: Portal Vida Nueva Digital en Colombia

Mié 22 Ago 2018

"El nombre de Dios es una invitación a vivir sin hipocresía”: Papa Francisco

“Pronunciar el nombre de Dios quiere decir asumir su realidad, entrar en íntima relación con él. A nosotros cristianos, este mandamiento nos recuerda que hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y que debemos vivir nuestra vida cotidiana en comunión real con Dios, sin hipocresía, como los santos, cuyo ejemplo de vida toca el corazón de todos y hace más creíble el anuncio de la Iglesia”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del cuarto miércoles de agosto de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos. “Hoy afrontamos el mandamiento «No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios» (Ex 20,7). Justamente – afirma el Pontífice – leemos esta Palabra como una invitación a no ofender el nombre de Dios y a evitar usarla inapropiadamente”. Escuchémoslos mejor, invita el Papa, la versión “No pronunciarás” traduce una expresión que literalmente significa, en hebreo como en griego, “No tomarás sobre ti, no te harás cargo”. Y la expresión “en vano” es más clara, agrega el Santo Padre y significa: “sin carga, en vano”. Se refiere a un sobre vacío, a una forma sin contenido. Es la característica de la hipocresía, del formalismo y la mentira. El nombre señala la verdad íntima de las cosas y de las personas En la Biblia el nombre señala la verdad íntima de las cosas y de las personas. Con frecuencia indica la misión, así Abrahán y Simón Pedro cambian su nombre cuando reciben su nueva misión. “Conocer verdaderamente el nombre de Dios conduce a la transformación de la propia vida – precisa el Papa Francisco – desde el momento en que Moisés conoce el nombre de Dios, su historia cambia”. En los ritos hebreos, el nombre de Dios solo es proclamado solemnemente en el Día del Gran Perdón. El pueblo es perdonado, porque a través del nombre entra en contacto con la vida de Dios mismo que es misericordia. Pronunciar el nombre de Dios quiere decir asumir su realidad, entrar en íntima relación con él. A nosotros cristianos, este mandamiento nos recuerda que hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y que debemos vivir nuestra vida cotidiana en comunión real con Dios, sin hipocresía, como los santos, cuyo ejemplo de vida toca el corazón de todos y hace más creíble el anuncio de la Iglesia. Una invitación a vivir una relación con Dios sin hipocresía Pero, para hacer creíble este anuncio, el Papa Francisco se pregunta: ¿es posible asumir el nombre de Dios de manera hipócrita, como una formalidad, vacía? “La respuesta, señala el Obispo de Roma, es por desgracia, positiva: sí, es posible. Se puede vivir una falsa relación con Dios. Y esta Palabra del Decálogo es precisamente la invitación a una relación con Dios sin hipocresía, una relación en la que nos encomendamos a Él con todo lo que somos. En el fondo, hasta el día en que no arriesgamos nuestra existencia con el Señor, tocando con la mano que en Él se encuentra la vida, hacemos sólo teorías”. Este es el cristianismo que toca los corazones. ¿Por qué los santos son tan capaces de tocar el corazón? Porque en los santos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad. Y esto se ve también en aquellos “santos en la puerta de al lado” que son, por ejemplo, padres que dan a sus hijos el ejemplo de una vida coherente, sencilla, honesta y generosa. “Si se multiplican los cristianos que toman sobre sí el nombre de Dios sin falsedad – practicando así la primera pregunta del Padre Nuestro, afirma el Papa, que tu nombre sea santificado – el anuncio de la Iglesia es más escuchado y más creíble”. El nombre de cada uno de nosotros está sobre los hombros de Cristo En la cruz, Cristo ha llevado sobre sus espaldas nuestros nombres, también todo el mal que hay en nosotros, para poner su amor en nuestro corazón. Así en este mandamiento, subraya el Pontífice, descubrimos que vale la pena tomar con nosotros el nombre de Dios porque él nos ha llevado consigo hasta el final. “Porque el nombre de cada uno de nosotros está sobre los hombros de Cristo. Vale la pena tomar sobre nosotros el nombre de Dios porque Él tomó nuestro nombre hasta el final, incluso del mal que hay en nosotros, para poner en nuestros corazones su amor. Por eso Dios proclama en este mandamiento: Tómame sobre ti, porque yo te he tomado sobre mí”. Cualquiera puede invocar el santo nombre del Señor, que es Amor fiel y misericordioso, en cualquier situación que se encuentre. Dios nunca dirá “no” a un corazón que lo invoca sinceramente. Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco saludo a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina. “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina. En la fiesta de la Coronación de la Virgen María, pidámosle a nuestra Madre del Cielo que nos ayude a invocar el nombre de Dios en todo momento, sabiendo que Dios nunca dejará de escuchar a quien acude a él con fe y esperanza. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”.

Mié 22 Ago 2018

IX Encuentro Mundial de Familia con participación colombiana

Bajo el lema “El Evangelio de la Familia: Alegría para el Mundo”, arrancó este martes en Dublín el IX Encuentro Mundial de Familia. Con una participación récord de más de 37.000 personas de 116 países, por su parte la delegación colombiana está conformada por monseñor Edgar de Jesús García Gil, presidente de la Comisión Episcopal de Familia, padre Daniel Bustamante Goyeneche, director del Departamento de Matrimonio y Familia del Episcopado y la pareja de esposos Pilar Arango y José de Jesús Magaña Martínez. Este evento católico contará con la presencia del Papa Francisco, quien viajará el próximo 25 de agosto a Dublín para clausurar el Encuentro que se inauguró el martes 21 de agosto y que concluirá el próximo domingo 26. El Pontífice pidió oraciones por los frutos de este viaje a Dublín, Irlanda, “Rezad también por mí para que el próximo viaje a Dublín, el 25 y 26 de agosto, con ocasión del Encuentro Mundial de las Familias, sea un momento de gracia y de escucha de la voz de las familias cristianas de todo el mundo. ¡Dios os bendiga a todos!”, fueron las palabras pronunciadas por el Papa durante la Audiencia General de este miércoles 22 de agosto en el Aula Pablo VI. Puede seguir cada momento de este Encuentro Mundial de las Familias a través del sitio web destinado por sus organizadores https://www.worldmeeting2018.ie/es/ [icon class='fa fa-download fa-2x']Programa del Encuentro Mundial de las Familias 2018[/icon] Video Mensaje del Papa: IX Encuentro Mundial de las Familias

Mar 21 Ago 2018

Carta del Papa al Pueblo de Dios

Este 20 de agosto el papa Francisco publicó una carta dirigida al pueblo de Dios en la que manifiesta el dolor de la Iglesia ante “el sufrimiento vivido por muchos menores a causa de abusos sexuales, de poder y de conciencia cometidos por un notable número de clérigos y personas consagradas.” Como Conferencia Episcopal de Colombia, sintiéndonos parte del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, acogemos el sentir del Santo Padre y reiteramos nuestro compromiso de aunar esfuerzos para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones se repitan, sean encubiertas y continúen. Descargue aquí texto completo de la carta.

Mié 8 Ago 2018

El trabajo de Dios es quitar la idolatría de nuestros corazones, señala el Papa

El Aula Pablo VI repleta de fieles llegados de los cinco continentes fue el escenario de la segunda audiencia general del Papa Francisco, después de la pausa de verano del mes de julio, en la que el Pontífice continuó su catequesis sobre el primer mandamiento del Decálogo, profundizando sobre la idolatría, con la escena bíblica del becerro de oro, que representa el ídolo por excelencia. El desierto hace nacer ansiedades e idolatría El Santo Padre inicia su catequesis invitando a los 7 mil fieles presentes a detenerse en el contexto en el cual se desarrolla este episodio del libro del Éxodo, y se pregunta: ¿Qué es el desierto? “El desierto – afirma – es el lugar en el que reinan la precariedad y la falta de seguridad” donde no hay nada, “faltan el agua, la comida y el amparo”. Y ésta – evidencia el Papa – “es una imagen de la vida humana, cuya condición es incierta y no posee garantías inviolables”. Esta inseguridad genera en el hombre “ansiedades primarias”, como el comer y beber. Francisco explica que la naturaleza humana, para escapar de la precariedad, de la precariedad del desierto, busca una religión ‘casera’: “si Dios no se deja ver, nos hacemos un dios a medida” - afirma - y pone en evidencia que “frente al ídolo no hay riesgo de una llamada a salir de la propia seguridad, porque los ídolos tienen boca y no hablan”. “Entendemos entonces – precisa el Papa - que el ídolo es un pretexto para ponerse en el centro de la realidad, en adoración de la obra de las propias manos". Las tentaciones de todos los tiempos La necesidad de un ídolo lleva a Aarón a crear un becerro - entonces símbolo de fecundidad, abundancia, energía y fuerza - hecho de oro y, por lo tanto, representación por excelencia de la riqueza. “Estos son los grandes ídolos: el éxito, el poder y el dinero ¡Son las tentaciones de siempre!” advierte Francisco. “Esto es el becerro de oro: el símbolo de todos los deseos que dan la ilusión de libertad y que, en cambio, esclavizan, porque el ídolo siempre esclaviza”. "La gran obra de Dios - subraya el Papa - es quitar la idolatría de nuestros corazones". El Obispo de Roma explica a continuación que “todo nace de la incapacidad de confiar sobre todo en Dios, de poner nuestra seguridad en Él, de dejar que Él sea el que dé verdadera profundidad a los deseos de nuestros corazones”. Y advierte que esto "también apoya la debilidad, la incertidumbre y la precariedad”. La referencia a Dios – agrega el Papa – nos hace fuertes en la debilidad, en la incerteza y también en la precariedad” porque “sin la primacía de Dios caemos fácilmente en la idolatría y nos contentamos con miserables garantías”. La debilidad, condición para abrirse a Dios Sin embargo, aceptar a Jesús que "se hizo pobre por nosotros" es reconocer que "la propia debilidad no es la desgracia de la vida humana, sino la condición para abrirse a quien es verdaderamente fuerte": “La salvación de Dios entra por la puerta de la debilidad” asegura el Santo Padre, subrayando que es “por su propia insuficiencia que el hombre se abre a la paternidad de Dios”. Y agrega: “La libertad del hombre nace en el dejar que el verdadero Dios sea el único Señor. Esto nos permite aceptar nuestra propia fragilidad y rechazar los ídolos de nuestros corazones”. Cristo es la fuente de nuevas fuerzas Mirar al Crucificado, para nosotros los cristianos, es reconocer que en Él "débil, despreciado y despojado de todas las posesiones" está el verdadero rostro de Dios, "la gloria del amor y no la del engaño resplandeciente": “Nuestra sanación viene de Aquel que se hizo pobre, que acogió el fracaso, que llevó al límite nuestra precariedad para llenarla de amor y fuerza. Él viene a revelarnos la paternidad de Dios; en Cristo nuestra fragilidad ya no es una maldición, sino un lugar de encuentro con el Padre y la fuente de nuevas fuerzas desde lo alto”, afirma el Papa. Santa Teresa de la Cruz, mártir del pueblo judío y cristiano Al término de la audiencia general, el Papa Francisco recordó la memoria litúrgica de Santo Domingo de Guzmán y la fiesta, mañana 9 de agosto, de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, que fue Edith Stein, co-patrona de Europa. "Mártir, mujer de coherencia, mujer que busca a Dios con honestidad, con amor – dijo Francisco – y mujer mártir de su pueblo judío y cristiano”. Y con la esperanza de que Ella, la Patrona de Europa, rece y proteja a Europa de la frialdad, concluyó: “¡Y que Dios los bendiga a todos!” Fuente: Vatican News

Mié 1 Ago 2018

El Papa: Reconozcamos y erradiquemos los ídolos que nos esclavizan

En la memoria de san Alfonso María de Ligorio este primero de agosto, el Papa Francisco reanudó sus Audiencias Generales en el Aula Pablo VI del Vaticano, tras la pausa estiva. El Romano Pontífice impartió su catequesis sobre los diez mandamientos. Tras haber escuchado junto con los peregrinos presentes el primer mandamiento del decálogo, tomado del Libro del Éxodo el cual reza: «No tendrás otros dioses frente a mí» (Ex 20,3), hizo el punto en el tema de la idolatría. Se trata de un tema “de gran actualidad”, dijo, que afecta a todos los seres humanos, creyentes o no. El ser humano, sea creyente o no, es propenso a crearse ídolos “El mandamiento prohíbe crearse ídolos o imágenes de cualquier tipo”, explicó en primer lugar. “Porque todo - añadió- puede ser usado como ídolo”. “Se trata de una tendencia humana que no ahorra ni a creyentes ni a ateos”. La idolatría – recordó citando el catecismo de la Iglesia Católica - no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hablando en español se expresó de esta manera: El primer mandamiento del decálogo, que dice: «No tendrás otros dioses frente a mí» (Ex 20,3), nos lleva a reflexionar sobre el tema de la idolatría, que es de gran actualidad. Al dar este mandamiento, Dios añade: «No te fabricarás ídolos ni figura alguna, […] no te postrarás ante ellos, ni les darás culto» (Ex 20,4-5). Los “ídolos” esclavizan. Pero, ¿qué es un “dios” a nivel existencial? A la pregunta arriba expuesta Francisco respondió explicando que es aquello que está en el centro de la vida y algo de lo que uno depende y piensa. “Uno puede crecer en una familia nominalmente cristiana, pero centrada, en realidad, en puntos de referencia ajenos al Evangelio”, dijo. Y explicó que esto sucede porque los seres humanos no viven sin enfocarse en algo: El ser humano, sea creyente o no, es propenso a crearse ídolos. La palabra “ídolo” en griego viene del verbo “ver”. Un ídolo es una “visión” que llega a ser una fijación, una obsesión sobre algo que pudiera responder a las propias necesidades y, por tanto, se busca y se hace todo por alcanzarla, pensando que en ella está la felicidad. El ídolo - se explayó Francisco en italiano- en realidad es una proyección de uno mismo en objetos o proyectos: y es ésta la dinámica que utiliza la publicidad. No veo el objeto en sí mismo, sino que percibo ese automóvil, el teléfono inteligente, ese rol u otras cosas, como un medio para realizarme y responder a mis necesidades esenciales. Es así como “lo busco, hablo de eso, pienso en eso” y “la idea de poseer ese objeto o realizar ese proyecto, llegar a esa posición, parece una forma maravillosa de alcanzar la felicidad, una torre para alcanzar el cielo (véase Gen 11,1-9), y todo se vuelve funcional para ese objetivo”, añadió. Los ídolos arruinan vidas y familias “Sin embargo, los ídolos exigen un culto y a ellos se sacrifica la propia vida con tal de alcanzarlos. Se antepone el dinero, la fama o el éxito a la familia, a los hijos y a la integridad de la vida. Los ídolos son mentirosos prometen felicidad, pero no la dan, sino que esclavizan y terminan haciéndose dueños de nuestra existencia”: así el Pontífice puso en guardia sobre el poder nocivo que ejercen los ídolos en nuestras vidas, dando, además, algunos ejemplos de estos ídolos, a saber, la fama, la belleza, la carrera, el dinero. “Los ídolos piden sangre”, aseguró. Y “las estructuras económicas sacrifican vidas humanas por mayores ganancias”. De este modo las vidas se arruinan, las familias se destruyen y los jóvenes quedan en manos de modelos destructivos, sólo para aumentar las ganancias. “En cambio, el verdadero Dios - iluminó el Papa a los presentes - no nos ofrece ilusiones ficticias ni hace despreciar el momento presente, sino que enseña a amar a los demás y a vivir la realidad de cada día”. Reconocer las propias idolatrías es un inicio de gracia Y porque el Dios verdadero no pide la vida sino que la dona, reconocer las propias idolatrías es un inicio de gracia que pone en el camino del amor, sostuvo Francisco, explicando asimismo que, de hecho, el amor es “incompatible” con la idolatría: si algo se vuelve absoluto e intocable, entonces es más importante que un cónyuge, un hijo o una amistad. El apego a un objeto o a una idea nos hace ciegos al amor. En cambio “para amar de verdad”, uno “debe ser un ser libre de los ídolos”. Reconozcamos y erradiquemos los ídolos que nos tienen esclavizados En los saludos que dirigió a los fieles en los distintos idiomas, hablando en italiano se dirigió en particular, y como lo hace habitualmente, a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, y recordando la memoria litúrgica de San Alfonso María de Ligorio “celante pastor que conquistó los corazones de la gente con mansedumbre y ternura, frutos de la relación con Dios, bondad infinita”, les animó a que su ejemplo les ayude a vivir con alegría la fe en las acciones sencillas de cada día. Mientras que en la conclusión de la catequesis que impartió en nuestro idioma animó a todos a entrar en el propio interior “para reconocer y erradicar los ídolos que los tienen esclavizados” y para poner en su lugar “al verdadero Dios, que los hará – dijo - libres y plenamente felices”.

Lun 30 Jul 2018

Cristianos santos y alegres (II)

Por: Mons. Víctor Ochoa Cadavid - Hemos iniciado hace algunos días, en las páginas de La Verdad, una presentación de la Exhortación Apostólica GAUDETE ET EXSULTATE (Alegraos y regocijaos) del Papa Francisco, sobre el llamado a la santidad en el mundo actual. Con orden hemos repasado cómo la santidad es un llamado para todos los miembros de la Iglesia, que sigue a Cristo. La santidad es un camino para todos hacia Jesucristo en la vivencia y experiencia de su Evangelio. Deseo ahora continuar con esta reflexión y repaso de las enseñanzas del Santo Padre Francisco. El Papa Francisco nos llama la atención sobre dos falsas ideas de la santidad que son de gran actualidad. La primera falsificación a la cual se refiere el Obispo de Roma es la del “Gnosticismo” (Donde el conocimiento y el saber algo es fruto de la razón y de los sentimientos), donde nos limitamos a los conceptos, a las ideas, a una concepción de la santidad fundamentada solo en ideas y en estructuras de pensamiento. El Santo Padre nos invita a no olvidar tocar con nuestras manos la “carne sufriente de Cristo” (n. 37). Con esta afirmación plantea el peligro de que la espiritualidad y los principios que surgen del Evangelio, fundamenten solo una doctrina teórica. Esta forma indebida de espiritualidad aparece lejos de la realidad. Es la vía contraria a la oración, la devoción, la piedad que solo pone su fuerza en la doctrina. La segunda falsificación es la del “pelagianismo” (Una doctrina que no corresponde a la de la fe católica, que es una herejía, propuesta por Pelagio, entre los siglos IV y V; donde el pecado original no existe). Entonces, según Pelagio, la gracia de Dios, se alcanza sólo con la voluntad del hombre, confiando sólo en las propias fuerzas (n. 49). Parecería que el hombre es capaz de alcanzar sólo con su voluntad y decisión la santidad. La santidad sería sólo un esfuerzo humano, fruto de la aplicación y del trabajo virtuoso del hombre, sin la participación de Dios. El proceso que lleva a la Santidad pasa por el reconocimiento de los propios límites, la gracia y el don de ella presupone nuestra naturaleza. El Papa Francisco cita una frase que nos puede iluminar y que es tomada del libro del Génesis: “Yo soy Dios Todopoderoso, camina en mi presencia y sé perfecto” (Gen 17, 1). La santidad es una llamada a la perfección, en esta realidad el hombre alcanza la posibilidad de ser lo que Dios quiere (n. 51). El Papa nos recuerda la doctrina del Catecismo de la Iglesia Católica (Catecismo n. 1998): “El don de la gracia sobrepasa las capacidades de la inteligencia y las fuerzas de la voluntad humana” y, que frente a Dios, no hay ningún mérito del hombre. Una frase es bien clara: “Solamente a partir del Don de Dios, libremente acogido y humildemente recibido, podemos cooperar con nuestros esfuerzos para dejarnos transformar más y más” (n. 56). La santidad es asociada a la “pertenencia” a Dios, donde el hombre es propiedad de Dios, para mostrarle, amarle y servirle. Una llamada precisa y clara para cada uno de nosotros donde ponemos lo mejor de nuestras capacidades. La santidad es hacer crecer la vida de la gracia en nosotros y esto esta íntimamente ligado también al crecimiento de la caridad en cada uno de los hijos de la Iglesia. Esta llamada a la santidad es una llamada universal, una llamada que toca a todos y a cada uno de nosotros (no se puede llegar a que el Evangelio sea de unos pocos, de una clase muy selecta de cristianos). La santidad necesita del esfuerzo humano y de la doctrina, pero no es solamente esto, es una experiencia vivida y personal que cada hombre, cada miembro de la Iglesia debe realizar. La experiencia de la santidad es el seguimiento de Cristo, de sus enseñanzas, para toda la comunidad de los Discípulos del Maestro. El Papa Francisco nos invita a mirar el rostro de los hermanos que sufren, de los frágiles, de los indefensos y de los que muestran el dolor. Él nos pide revisarnos para evitar estas dos tentaciones de vida. No todo depende de nuestra voluntad, ni tampoco de un rígido modelo de vida que es sólo doctrina. Compartiendo con ustedes, queridos lectores, estas reflexiones, deseo invitarlos a reconocer que esta llamada es una invitación para todos, la comunidad de fe no puede abandonar a ninguno de los hermanos en la fe. Además, se encuentra una vía especial, la vía del servicio y de la entrega a los demás que suscita en nosotros la caridad de Cristo. Los invito a seguir a Dios, a servirlo, a amarlo y a mirar su presencia en los otros, especialmente los que sufren. + Víctor Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta [icon class='fa fa-download fa-2x'] LEA: Cristianos santos y alegres (I)[/icon]