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policía

Lun 19 Dic 2022

El Presbiterio Móvil de la Policía Nacional, una iniciativa innovadora para llevar sobre ruedas la fe

El Presbiterio Móvil, no es un carro más de la Policía Nacional, este vehículo está debidamente acondicionado para acercar la presencia del Creador a los uniformados y a las personas de la comunidad. En cada kilómetro recorrido lleva un mensaje espiritual, sin importar el credo religioso que profesan los policías, la intención del Presbiterio Móvil, es acercar la presencia de Dios a sus corazones; así lo menciona en sus propias palabras el director general de la Policía Nacional, Mayor General Henry Armando Sanabria Cely. “El propósito siempre será, acercar a las personas a un tema espiritual que ayude en su formación personal, familiar e institucional, en una fortaleza que le imprima valores y virtudes para que sea un mejor Policía garante de los Derechos Constitucionales y de la ley”. Así es como, cada vez que se estaciona el Presbiterio Móvil en un Comando de Atención Inmediata (CAI) o en un Departamento de Policía; “es Cristo quien llega a brindar consuelo y esperanza, para que nuestros uniformados continúen en la noble misión de salvaguardar el orden, la convivencia y la seguridad de los colombianos”. La novedosa propuesta, surge a partir de las condiciones especiales de vida de los policías, sus extenuantes jornadas laborales, los turnos y los horarios que suele limitar que los hombres y mujeres asistan a las iglesias y tener un espacio reservado de conexión con Dios, y siendo consiente de la importancia y necesidad institucional para que los policías permanentemente renueven su espíritu y las fuerzas para direccionar sus vidas y su actuación como servidores públicos en estrecha relación con el creador y palabra, en medio de las vicisitudes del servicio y de sus vidas personales. En este contexto el Mayor General Sanabria, puntualiza la importancia de facilitar este espacio llevándolo directamente a los entornos laborales de los uniformados. “Tener la cercanía del policía hacia el entendimiento de Dios lo priva de muchas cosas malas, de las tentaciones, principalmente de la búsqueda de dinero fácil, y promueve que el Policía viva de su salario, promoviendo valores al interior de su familia garantizando que se conforme una buena familia como lo establece en el artículo 42 de la Constitución: es el núcleo esencial de una sociedad”. La propuesta busca además, fortalecer los valores: fe, amor y esperanza de los policías quienes diariamente se exponen a todo tipo de peligro en las calles, y campos del país, es la tarea de esta propuesta espiritual del Presbiterio Móvil alineada normativamente conforme lo expresa su propio director “La ley 133 de 1994 que desarrolla el artículo 19 de la Constitución Política sobre el derecho fundamental de la libertad religiosa, le imprime un carácter especial a la dinámica institucional en el artículo segundo, en donde establece que ninguna religión es oficial y el Estado es totalmente laico, pero jamás puede ser indiferente ante los sentimientos religiosos de los colombianos y los residentes aquí. Por lo tanto, la Policía Nacional, garante de esa protección constitucional tiene al servicio de la comunidad y particularmente de los policías que no tienen la posibilidad de acercarse a una actividad espiritual el Presbiterio Móvil”. El Presbiterio Móvil, estará rodando por todo el territorio nacional, llegando a cada rincón de Colombia, con su mensaje de paz, amor y esperanza para los policías y las comunidades.

Vie 23 Oct 2020

Mensaje a los capellanes castrenses en su día

Con motivo de la festividad de san Juan de Capistrano, patrón de los capellanes castrenses, monseñor Fabio Suescún Mutis, ha enviado un saludo especial a todo el clero castrense, agradeciéndoles su entrega y compromiso de servicio a los militares y policías. “Un saludo cariñoso a mis queridos padres castrenses en la fiesta del patrono. Yo, le pido al Señor que este santo que se entregó al servicio de los militares y de los soldados, sea para nosotros un ejemplo y un intercesor”. El obispo castrense afirmó que, a pesar del desgaste que pudiera haber generado el encierro propio de la pandemia, también es un tiempo para despertar con alegría y servicio a quienes lo necesitan:“los soldados y los policías nos necesitan, necesitan de nuestra voz de aliento, que los acerquemos a Jesús, que hagamos que su confianza en Dios aumente”. Les recordó a los sacerdotes que hoy, más que nunca, en estos momentos históricos que vive el país, los militares y policías necesitan del acompañamiento de la Iglesia para seguir cumpliendo con su tarea.“Queridos párrocos castrenses, los militares y policías nos quieren y nos necesitan, sigan adelante con entusiasmo, haciéndose también ustedes santos, sirviendo como párrocos castrenses en Colombia”. Finalmente, al expresarles su admiración y cariño por la tarea que realizan en todo el territorio nacional, les impartió su bendición. SAN JUAN DE CAPISTRANO, PATRÓN DE LOS CAPELLANES Nació en la montañosa ciudad italiana que le da nombre, Capistrano, en 1386. Tuvo una gran facilidad para los estudios, de tal forma que con 26 años consiguió el título de juez y, posteriormente, el cargo de gobernador de Perugia. Ejerciendo esa responsabilidad cayó prisionero de una ciudad rival, hecho que le permitió reflexionar y decidió dar un giro a su vida de tal forma que fue ordenado sacerdote con 33 años. San Juan de Capistrano, durante 40 años, ejerció su vocación sacerdotal con indudable éxito ante los fieles que encontraron a través de sus inspirados sermones, que podían durar dos o tres horas, una forma de acercarse a Jesucristo. Durante su vida recibió encargo de los Papas de cumplir diversas misiones diplomáticas, y, por tanto, ejerció su ministerio por diversos lugares de Europa que sufrían fuertes convulsiones provocadas por la actividad bélica otomana. El 23 de octubre la Iglesia católica celebrará a san Juan de Capistrano, patrono de los capellanes militares. Fue beatificado el 19 de diciembre de 1650 por el papa Inocencio X y, posteriormente, canonizado el 16 de octubre de 1690 por el papa Alejandro VIII.

Mar 22 Sep 2020

Sobre la situación social y la violencia

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - Un repaso de las enseñanzas del Papa Francisco en su visita a Colombia. Estos días hemos experi­mentado situaciones muy complejas y dolorosas en el país, con la muerte violenta de muchas personas, con el ataque indiscriminado de estructuras y personas que sirven a la comuni­dad, como lo son los comandos de Policía y los lugares cercanos a nuestras viviendas que cuidan de nosotros. Las imágenes, el dolor de muchas personas que lloran a sus muertos, las imágenes de los servidores de la Policía Nacional, el sufrimien­to de muchas personas que han tenido que vivir las limitaciones del transporte, especialmente en la ciudad capital, Bogotá, en otras importantes ciudades, incluidos los desórdenes de nuestra ciu­dad de San José de Cúcuta, nos hacen reflexionar profundamente en cuanto ha sucedido y retomar elementos que nos ayuden a releer y explicar nuestra realidad social. Ha coincidido este fenómeno so­cial de desorden y violencia, con la Semana por la Paz, que cada año nos invita a celebrar la Iglesia colombiana, por medio de la Con­ferencia Episcopal de Colombia y el Secretariado Nacional de Pasto­ral Social. Esta semana coincidía exactamente con los tres años de la Visita Pastoral que realizó el Santo Padre FRANCISCO a Colombia en el año 2017 (del 6 al 11 de sep­tiembre 2017) y que nos ha dejado un magisterio muy valioso, intere­sante y casi que profético para leer las situaciones que vivimos. El Papa FRANCISCO nos invitó, con un sugestivo lema DEMOS EL PRIMER PASO a caminar hacia la PAZ que Colombia tanto necesi­ta. Nos invitaba a dejar de lado la violencia armada y a “encontrar caminos de reconciliación”. Po­nía este objetivo como un camino de esperanza, en el que “la búsque­da de la paz es un tra­bajo siempre abierto, una tarea que no tiene tregua y que exige el compromiso de todos. Trabajo que nos pide no decaer en el es­fuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstácu­los, diferencias y dis­tintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro, que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica, su al­tísima dignidad, y el respeto por el bien común” (Encuentro con las Autoridades, el Cuerpo Diplomáti­co y algunos Representantes de la sociedad civil, Palacio de Nariño, 7 de septiembre 2017). Pasados los días y los meses, ve­mos que este cami­no de reconciliación aparece como algo difícil de encontrar, sobretodo porque no tenemos la vivencia de caminos de recon­ciliación y no se logra una convivencia pací­fica. Si bien existe un gran error y una gran falta, al excederse en la fuerza y matar a una persona humana sin razones, ello ha sido reconoci­do por las autoridades, nada nos puede llevar a una violencia ge­neralizada que suscita más vio­lencia. Es importante cuanto nos recuerda el Papa, es necesario que en el centro de las acciones políti­cas, sociales y económicas se pon­ga como horizonte el respeto del bien común y, especialmente de la vida humana. En ese mismo encuentro, el Papa nos decía: “Cuanto más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento, más empeño he­mos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar los lazos y ayudarnos mutuamente”. En este momento es necesario el entendi­miento, la serenidad, para sanar heridas y buscar todos ayudarnos mutuamente. Para la Iglesia Católica, existe un compromiso irrenunciable e ina­plazable para la construcción de la paz, para buscar que, en el res­peto de la vida humana, se pueda construir una sociedad libre de enfrentamientos y dolor, donde se derrame sangre humana que lo único que produce es la crea­ción de más violencia y más do­lor. A este propósito las palabras del Papa son bien significativas y nos hacen reflexionar ampliamen­te: “La Iglesia, en fidelidad a su misión, está comprometida con la paz, la justicia y el bien de todos. Es consciente de que los principios evangélicos constituyen una di­mensión significativa del tejido so­cial colombiano y por eso pueden aportar mucho al crecimiento del País; en especial, el respeto sagra­do de la vida humana, sobre todo la más débil e indefensa, es una piedra angular en la construcción de una sociedad libre de violencia” (Gran encuentro de oración por la Reconciliación nacional, 8 de sep­tiembre 2017). Es necesario en este momento una gran responsabilidad de parte de las autoridades, también en la defensa de la ley y el orden, para evitar más derramamiento de san­gre y suscitar más violencia en el entorno social de Colombia. Un apartado del discurso el Papa en el encuentro con las autoridades nacionales y el cuerpo diplomá­tico: “El lema de este País dice: «Libertad y Orden». En estas dos palabras se encierra toda una ense­ñanza. Los ciudadanos deben ser valorados en su libertad y prote­gidos por un orden estable. No es la ley del más fuerte, sino la fuerza de la ley, la que es aprobada por todos, quien rige la convivencia pacífica. Se necesitan leyes justas que puedan garantizar esa armonía y ayudar a superar los conflictos que han desgarrado esta Nación por décadas; leyes que no nacen de la exigencia pragmática de or­denar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia. Sólo así se sana de una enfermedad que vuelve frágil e indigna a la sociedad y siempre la deja a las puertas de nuevas cri­sis. No olvidemos que la inequidad es la raíz de los males sociales (cf. ibíd., 202).” (Encuentro con las Autoridades, el Cuerpo Diplomáti­co y algunos Representantes de la sociedad civil, Palacio de Nariño, 7 de septiembre 2017). En las condiciones excepcionales que estamos viviendo es necesario conservar el orden, además de garantizar las condi­ciones de vida de los colombianos, allí se encuentra un camino de gran responsabili­dad para quienes de­tentan las armas del derecho que garanti­zan el bien común, pero es nece­saria también la responsabilidad y el respeto desde la fuerza de la ley. Tampoco podemos ver imágenes de gran dolor y ataque desmedi­do a quienes representan y deben fortalecer la convivencia pacífica. Todos, ciudadanos, autoridades civiles, fuerza pública tenemos que mantener la cordura y hacer respetar la dignidad de la perso­na humana y evitar episodios de confrontación. Ninguna situación de injusticia, puede garantizar o defender escenas de guerrilla urba­na y destrucción. Las escenas de violencia y de muerte que hemos presenciado quedarán marcadas en la historia del país, en lustros no las había­mos vivido. Precisamente el Papa FRANCISCO, en su Visita Apos­tólica, refiriéndose a otro aconteci­miento muy doloroso, la muerte de muchas personas, adultos, jóvenes y niños en Bojayá (Departamen­to del Chocó), nos decía palabras que iluminan y hacen reflexionar ampliamente sobre cuanto hemos vivido: “Nos reunimos a los pies del Crucificado de Bojayá, que el 2 de mayo de 2002 presenció y su­frió la masacre de decenas de per­sonas refugiadas en su parroquia. Esta imagen tiene un fuerte valor simbólico y espiritual. Al mirarla contemplamos no sólo lo que ocurrió aquel día, sino también tan­to dolor, tanta muerte, tantas vidas rotas, tan­ta sangre derramada en la Colombia de los últimos decenios. Ver a Cristo así, mutilado y herido, nos interpela. Ya no tiene brazos y su cuerpo ya no está, pero conserva su rostro y con él nos mira y nos ama. Cristo roto y amputado, para nosotros es «más Cristo» aún, por­que nos muestra una vez más que Él vino para sufrir por su pueblo y con su pueblo; y para enseñar­nos también que el odio no tiene la última palabra, que el amor es más fuerte que la muerte y la vio­lencia. Nos enseña a transformar el dolor en fuente de vida y resurrec­ción, para que junto a Él y con Él aprendamos la fuerza del perdón, la grandeza del amor.” (Gran en­cuentro de oración por la reconci­liación nacional, Villavicencio, 8 de septiembre 2017). Reflexionemos delante de tantas vidas rotas, delante de tanta vio­lencia. Es la hora de la PAZ, de la reconciliación, donde, como dice el Papa “Es la hora para des­activar los odios y renunciar a las venganzas y abrirse a la convi­vencia basada en la justicia, en la verdad y en la creación de una ver­dadera cultura del encuentro fra­terno. Que podamos habitar en ar­monía y fraternidad, como desea el Señor. Pidámosle ser constructores de paz, que allá donde haya odio y resentimiento pongamos amor y misericordia” (Idem). Que retomar estas enseñanzas del Papa FRANCISCO, en estos mo­mentos, nos sirva para crecer en nuestra opción segura y clara por la paz, rechazando la violencia, arropando a los familiares de quie­nes han muerto con el consuelo cristiano, arropando a los heridos, laicos y policiales, siendo solida­rios y caritativos con los que su­fren. Es la hora de la paz y de la reconciliación, es la hora de la serenidad y de un gran diálogo social. Tenemos que dar nuevos pasos hacia la paz: “Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar un paso en esta di­rección [el encuentro personal con Cristo] que es aquella del bien co­mún, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza huma­na y de sus exigencias” (Francisco, Homilía en Cartagena, 10 septiem­bre 2017). Concluyo con las bellas palabras del Romano Pontífice en la sentida despedida de Cartagena de Indias: “Colombia, tu hermano te necesita, ve a su encuentro lle­vando el abrazo de paz, libre de toda violencia, esclavos de la paz, para siempre” (Francisco, Despe­dida, Cartagena de Indias, 10 de septiembre 2017). Seamos todos esclavos de la paz que nos regala el encuentro personal con Jesucristo. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de la Diócesis de Cúcuta

Dom 20 Ene 2019

El Papa oró por Colombia

En el rezo del Angelus de hoy 20 de enero, el papa Francisco oró por Colombia, teniendo en cuenta el acto terrorista ocurrido el pasado jueves en la Escuela de Policía General Santander. “Hoy tengo dos dolores en el corazón: Colombia y el Mediterráneo. Quiero asegurarle mi cercanía al pueblo colombiano, tras el grave atentado terrorista del pasado jueves en la Escuela Nacional de Policía. Rezo por las víctimas y sus familiares y sigo rezando por el camino de la paz en Colombia”, dijo el Papa a los miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro. De esta manera el Santo Padre expresó su dolor por los recientes hechos terroristas en nuestro país y también manifestó su solidaridad por los lamentables naufragios de embarcaciones que, en las últimas horas, zarparon de Libia por el mar Mediterráneo hacia Europa, cobrando la vida de más de cien personas.

Vie 18 Ene 2019

Papa Francisco condena atentado terrorista en Bogotá

El Papa Francisco, envió un mensaje de condolencias a las víctimas del atentado terrorista que ocurrió este jueves 17 de enero en la Escuela de Policía General Santander en Bogotá que cobró la vida de 21 personas y dejó 68 personas heridas. En el mensaje, firmado por el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, y dirigido al cardenal Rubén Salazar Gómez, el pontífice expresa su más profundo pesar por las víctimas que ha dejado el acto terrorista. “En estos momentos de conmoción y tristeza, quiere hacer llegar también su apoyo y cercanía a los numerosos heridos, a sus familias y a toda la sociedad colombiana.”, señala la nota. Así mismo, el Papa Francisco condena “la violencia ciega”, la califica como una “ofensa gravísima al creador” y “eleva su oración al Señor para que ayude a perseverar en la construcción de la concordia y la paz en ese país y en el mundo entero”.

Jue 17 Ene 2019

Obispos de Colombia rechazan atentado terrorista

En un comunicado firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Óscar Urbina Ortega, los obispos católicos de este país manifiestan su rechazo al atentado terrorista ocurrido en la mañana de hoy en Bogotá, ofrecen su oración por las víctimas y sus familiares e invitan "a intensificar las plegarias para alcanzar de Dios, Señor de la vida, el don de la paz". DESCARGA EL COMUNICADO

Jue 17 Ene 2019

Episcopado Colombiano repudia atentado terrorista en la Escuela de Policías

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) rechaza los recientes hechos terroristas ocurridos en la Escuela de Policía General Santander, en Bogotá, que dejan un saldo de 9 muertos y al menos 50 personas heridas. “Repudio total a cualquier forma de terrorismo y de violencia. Clamemos por seguir buscando la paz por la vía del diálogo, la reconciliación y la justicia social. Solidaridad con la Policía Nacional y las familias de las víctimas”, señaló monseñor Oscar Urbina Ortega, presidente del episcopado colombiano. Por su parte, el secretario general de la CEC, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, invitó a todos los colombianos a “rodear solidariamente a la Policía Nacional y al país entero”. “El llamado de la Iglesia es a rodear unidos un proyecto de paz para el país y luchar contra el terrorismo. Esto significa que hay un repudio total y que hagamos conciencia que las formas de violencia no solucionan nada”, manifestó. El prelado invitó a los católicos a redoblar la oración para que con serenidad y calma se pueda vislumbrar las vías para alcanzar la paz. “Estamos consternados y ofreciendo nuestras oraciones por las víctimas y el país entero. El terrorismo es vía para la muerte, el horror, la destrucción. Nada se consigue con la violencia y las acciones terroristas”, dijo.

Sáb 27 Ene 2018

Arzobispo de Barranquilla lamenta atentado y expresa solidaridad con víctimas

El arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, lamentó el atentado a la estación de Policía del barrio San José que cobró la vida de cuatro uniformados y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas. "Ponemos en las manos del Señor a todas las víctimas de este atentado. Nos hacemos solidarios con sus familiares", afirmó. AUDIO:PRONUNCIAMIENTO DE MONSEÑOR PABLO EMIRO SALAS ANTELIZ El prelado animó para que estos hechos no pueden afectar la vocación hacia la paz que debemos tener los colombianos. "Acontecimientos como este no pueden amedrentarnos, no nos pueden hacer caer en desánimo y desesperanza", señaló. Finalmente, invitó a vivir en convivencia y mirarnos los unos a los otros como hermanos. “Todos estamos llamados a vivir en convivencia, todos estamos llamados a vivir como hermanos, ese es el llamado que hago a todos los atlanticenses". insistió el prelado. Foto: El Tiempo Audio:Delegación de Comunicaciones y Relaciones Públicas de la Arquidiócesis de Barranquilla