Vie 11 Jul 2025
Haz esto y tendrás vida
DÉCIMO QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIOJULIO 13 DE 2025Primera lectura: Dt 30,10-14Salmo: 69(68),14.17-18. 30-31.33-34.36ab y 37 (R. cf. 145[144], 18)Segunda lectura: Col 1,15-20Evangelio: Lc 10,25-37.I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLa Palabra de Dios nos ha acompañado a lo largo de este año para que vivamos con gozo el Jubileo haciéndonos conscientes que somos testigos de la Esperanza.Al meditar los textos de esta dominica podemos resaltar algunas ideas:-Dios, por amor, le entrega al hombre sus decretos y mandatos para que al cumplirlos experimente la vida verdadera y reciba abundantes bendiciones disfrutando de una vida plenamente feliz. (Dt. 30,9) Por ello, el autor sagrado nos recuerda que sus mandamientos no son una carga pesada, imposible de llevar, nadie puede decir que no puede cumplirlos. El mismo Señor a través del autor sagrado, afirma que es posible cumplirla, está al alcance, está muy cerca, tan cerca que está en “tu corazón y en tu boca, para que la cumplas”-El apóstol San Pablo en su carta a los colosenses nos recuerda que el centro de nuestra fe es Cristo, que es “imagen del Dios invisible, primogenitor de toda la creación... todo fue creado por él y para él” (Col.1, 15-16), en nos congrega en la Iglesia para que podamos vivir la fe como una comunidad, cuyo principio y cabeza es Él. En Cristo podemos realmente sentir que somos hermanos llamados a vivir el amor y la fraternidad.-Hoy más que nunca se nos hace un llamado urgente a volver la mirada a Dios y escuchar sus mandatos y cumplirlos, pero no de una manera mecánica o teórica. El Señor graba en el corazón del hombre su palabra para que tengamos la fuerza necesaria para poner en práctica el mandamiento del amor a Dios a través de la caridad y la misericordia con el prójimo, no importa quien sea. El creyente está invitado a amar a Dios con todas las fuerzas, solo Él puede darle plenitud a su vida, sentido, vitalidad, trascendencia, pero amor a Dios se debe materializar, hacer tangible en el amor “al otro”, no es posible amar a Dios si no se ama al hermano, al que más lo necesita. (1 Juan 4:20)1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El centro del mensaje de la liturgia de este domingo es la Palabra por medio de la cual Dios nos habla de manera constante. Él ha querido a través de la historia comunicarse con el ser humano para revelarle sus designios de amor, manifestarle su cercanía, mostrar que es el Dios que camina con el hombre. Cuando acogemos la Palabra de Dios con un corazón humilde, experimentamos una fuerza interior, un gozo que transforma nuestra vida, dinamiza nuestro caminar por esta tierra. La Palabra de Dios de una manera maravillosa produce frutos abundantes, nunca queda estéril (Isaías 55,11), siempre transforma el corazón, los sentimientos, da paz y sanación a quien la escucha, llena de consuelo, serenidad, da fuerza y valor en la prueba.Pero, de una manera clara, la liturgia de la palabra de este domingo nos asegura que quien escucha la Palabra y la guarda en el corazón experimenta un llamado a vivir el mandamiento del amor a Dios a través del amor al prójimo, viviendo cada día la caridad y la misericordia, no como un simple precepto impuesto y difícil de cumplir. El creyente escucha la Palabra de Dios, se alimenta de ella, la guarda en el corazón y de él brota un manantial para la vida eterna (Jn. 4,13-14). Acoger en el corazón la Palabra, lleva al hombre a poner por encima de todo la vivencia del amor al prójimo sin importar si es amigo, conocido o no, lo que importa es amar sin medida, sin límites y con hechos concretos, sin esperar nada a cambio a ejemplo del samaritano.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?En una sociedad como la nuestra, globalizada, con adelantos tecnológicos y científicos que hacen más “fácil” la vida, con tratados, convenios e integraciones en diferentes campos de la sociedad para buscar el progreso económico, social, político, vemos también como la guerra, el hambre la injusticia, las desigualdades sociales y la falta de oportunidades aún persisten y el ser humano esta quizás lejos de crear una sociedad justa, equitativa y con oportunidades para todos. Pero, ante este panorama, a veces desalentador, se nos recuerda que somos peregrinos de la esperanza, hombres y mujeres de fe, llamados a dar testimonio de Jesucristo y llenar de luz y gozo la vida del mundo, no dejarnos derribar por el pesimismo. Precisamente Jesús, en la parábola del buen samaritano, nos dice que, por encima de cualquier prejuicio, el amor debe ser la manera de asumir y vivir la experiencia de la fe, el amor a Dios se debe materializar en el amor al prójimo, al más próximo y con especial cuidado al que más necesita. El mandato del amor no puede llevarnos a discriminar o escoger a quien amar, no permite que aislemos a los demás. El amor debe unirnos, buscar la felicidad de todos, el amor debe llevar a crear la verdadera fraternidad humana.Este llamado a escuchar la Palabra y ponerla en práctica amando al prójimo debe ser, para cada una de nuestras comunidades cristianas y para nuestras parroquias, un estilo de vida, realmente formamos comunidad cuando nos reunirnos en torno a la escucha de la buena noticia del evangelio y damos testimonio de Jesús amando sin medida, siempre, sin condiciones. No es algo fácil, no es sencillo amar así, pero debemos en nuestras comunidades comprometernos todos los días a vivir así, al estilo de Jesús.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?“Miren como se aman” (Mc. 6,1-6). La mejor manera de dar testimonio de la buena noticia de Jesucristo es parecernos cada vez más a Él, es vivir de una manera coherente con la fe y practicar la caridad. Por eso pedimos a Dios que nos de la gracia y la docilidad para escuchar con el corazón su Palabra, ponerla en práctica y así poder dar testimonio a nivel personal y comunitario, que podamos sembrar la semilla del amor y la paz en cada lugar donde nos encontremos, que podamos ser signo de esperanza en medio de tantas realidades de muerte, de violencia, de injusticia. Pidamos a Dios que no nos cansemos de amar, ser solidarios, misericordiosos, que nuestras comunidades parroquiales sean lugares de acogida y encuentro con Dios y con los hermanos.Recomendaciones prácticas:-Motivar para que, de manera personal y familiar, cada uno de los fieles fortalezca la lectura orante de la Palabra de Dios, aprovechando incluso los medios tecnológicos que tenemos a nuestro alcanceII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos congregamos como comunidad cristiana para alimentarnos del altar de la Palabra y de la Eucaristía, para escuchar a Jesús y comer de su cuerpo y beber de su sangre que se nos ofrece como como alimento verdadero y así fortalecer nuestra vida y poder ser verdaderos y auténticos cristianos, que sepamos, día a día, amar a Dios con todo el corazón y amar al prójimo como a nosotros mismos. Unamos a toda la Iglesia y celebremos con fe y devoción el banquete de la Eucaristía.Monición a la Liturgia de la Palabra En la liturgia de la palabra se nos invita a escuchar siempre la Palabra de Dios, acogerla con el corazón para así ponerla en práctica por medio de la vivencia de la caridad y la misericordia, especialmente con los más necesitados, con atención escuchemos al Señor que quiere hablarnos y llenar de esperanza nuestra vida.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la certeza de saber que Dios siempre nos escucha, presentemos ante Él nuestra suplicas y necesidades diciendo:R. Escúchanos Señor.1.Por la Iglesia universal, para que siga anunciando la Palabra de Dios con valentía y entrega y sea testimonio del amor de Dios pata con los más necesitados. Oremos.2.Por los gobernantes de todas las naciones y de manera especial los de nuestro país, para que promueva leyes que busquen el progreso y el bienestar de todos. Oremos.3.Por los que más sufren, por los que están tristes o faltos de esperanza para que buscando siempre a Dios puedan recibir consuelo y fortalezca. Oremos.4.Por nosotros, reunión en esta asamblea Eucarística para que, a ejemplo del buen samaritano, seamos capaces de extender siempre la mano para ayudar a quien más lo necesita, descubriendo el rostro de Jesús en el que sufre. Oremos.Oración conclusivaEscucha Señor las suplicas que hemos colocado sobre tu altar y fortalécenos con tus bendiciones para ser signo de esperanza para nuestros hermanos.R. Amén.